Todos, absolutamente todos por naturaleza hemos pasado por momentos dolorosos, momentos de prueba, momentos donde no nos es posible ver más allá de nuestro dolor, el sufrimiento que nos causa esa situación tan difícil es casi insoportable, y es que es angustiante no saber cuándo terminará, las presiones que nos llevaron a eso parecen no terminar, y no podemos sentir más que  dolor y desanimo.

En días pasados en mi página de inicio de internet, aparecía una fotografía de un diamante nombrándolo como una de las joyas más preciosas y valiosas que existen, pero como todas las demás joyas, dejaban ver todo el proceso a seguir para su elaboración.

El diamante antes de su transformación, para muchas personas que no conocen sobre piedras preciosas puede ser solo una roca sin valor, tal vez solo con algo de brillo, pero cuando es pasado por todos sus procesos llega a ser una pieza única ya que su peso nunca llega a ser igual entre ellos y su valor depende de eso.

En nosotros el proceso de transformación es muy similar. porque somos primero como un trozo de roca que muchas personas no tienen por valiosa, hasta que llega Dios a ver algo que nadie más ve, nos elige y nos mantiene por un tiempo observándonos, pero no nos damos cuenta hasta que comienza la prueba, cuando somos sometidos al calor y la presión, y viene a nuestra vida una serie de acontecimientos que a veces ni siquiera alcanzamos a comprender, algunos son tan difíciles que lo único que queremos es que terminen, algunas veces sin considerar que podemos quedarnos a medias.

Dios es comprensivo y nunca te obligará a nada, el jamás pondrá más presión de la que puedas soportar, porque nunca te haría daño, Él solo quiere formar una pieza única  de tu vida, pero solo si tú estás de acuerdo. Sé que a veces las presiones y circunstancias son tan difíciles que lo único que queremos es salir de ahí corriendo, pero con huir no lograremos nada, creo que el secreto está en pedir a Dios fuerza y resistencia ante el difícil proceso, estoy segura que inmediatamente lo hará con su infinito amor y permanecerá a tu lado observando como gracias a las pruebas obtienes un brillo y valor incalculable, pasarás de ser una simple roca brillante a un diamante deslumbrante.

Mientras algunos ya están en el proceso de transformación hay otros que siguen siendo solo rocas, no te quedes a la mitad, todo proceso es doloroso pero los resultados son mejor de los que te imaginas, no te dejes vencer por el dolor momentáneo de un proceso que casi termina, ¡solo estas pasando por la transformación para ser un gran diamante de valor incalculable!, y lo demás que venga a tu vida ya no serán pruebas de transformación, sino solo puliditas de mantenimiento.

Aunque aún estás en camino, serás una hermosa pieza que solo alguien como Dios ha podido comprar porque realmente cree en tu valor.

“Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo”

Filipenses 1:6