El Antiguo Testamento
es la revelación de Dios para mostrar al
hombre cómo es Dios, quién es Dios, qué tolera Dios y qué no, y cómo
Dios desea la santidad y castiga el pecado. El Nuevo Testamento es Dios revelado a través de Su Hijo en la vida de Su Hijo, en el mensaje de Su
Hijo, en el entendimiento de la obra de Su Hijo, y en la culminación y
venida de Su Hijo a establecer Su reino eterno.
Pero en cualquier caso,
Antiguo Testamento o Nuevo Testamento, Dios habló. Y lo que tenemos es
definitivamente la palabra de Dios. Esta no es la palabra de hombre.
Así
que, estos hombres
no fueron inspirados pero la Escritura lo es. Dios sopló en ellos y ellos lo escribieron, palabra por palabra, lo que Dios sopló en ellos. Era algo más que un dictado.
Ellos no estaban solo
escuchando una voz y escribiendo mecánicamente
cada palabra; estaba fluyendo
a través de sus corazones
y sus almas y sus mentes y sus emociones y sus experiencias. Pero cada palabra salió siendo la Palabra
de
Dios. A medida que Dios sopló en ellos el mensaje y fueron llevados por el Espíritu Santo, lo decían y algunos de ellos lo escribieron. Es un
proceso milagroso, sobrenatural e inexplicable que produce la Palabra de
Dios para nosotros.
John MacArthur