Creo en un Dios que mueve corazones (para los amantes de la Biblia, le recomiendo el capítulo 1 del libro de Esdras y verán un efecto dómino de corazones movidos a partir de un propósito de Dios).
Creo en un Dios que mueve corazones de ciertas personas para que se le abran puertas a otras personas.
Lo creo y lo he experimentado en variadas oportunidades.
Ahora bien, ¿no podemos correr el riesgo de vivir relacionándonos en términos estratégicos para acercarnos solo a aquellos que nos pueden abrir puertas en la vida?
¿No será peligroso vivir en pro de hallar “contactos de oro”, evitando a todo el resto de la humanidad que no sirva para nuestros ambiciosos proyectos?
¿Estamos dispuestos a invertir en otros, más allá de cualquier especulación?
El reconocido filósofo romano Séneca afirmó: “Ningún hombre puede vivir feliz si sólo se interesa en sí mismo y trata de tener la ventaja en todo”.
En una línea mucha más generosa que estratégica prefiero quedarme con algunos principios extraídos del libro “Winning with People” del reconocido escritor y conferencista estadounidense John Maxwell:
1-El principio de la huerta: “Todas las relaciones necesitan ser cultivadas”.
2-El principio del ciento uno por ciento: “Encontremos el uno por ciento en que estamos de acuerdo y demos el cien por ciento de nuestro esfuerzo”.
3-El principio de la paciencia: “El viaje con otros es más lento que el viaje a solas”.
4-El principio de la celebración: “La prueba verdadera de las relaciones no es sólo cuán leales somos cuando nos fallan los amigos, sino cuántos nos alegramos al verlos triunfar”.
5-El principio del camino alto: “Subimos a un nivel más alto cuando tratamos a los demás mejor de lo que ellos nos tratan”.
Tranquilo. Dios siempre moverá algún corazón a favor tuyo; y mucho más cuando estás alineado con Sus Propósitos. Pero que la puerta abierta surja como la consecuencia natural de ir sembrando por la vida sin dobles intenciones. Mientras buscas el crecimiento de los demás, mientras celebras cada paso que van dando, Dios moverá algún corazón y una puerta se abrirá desde el lugar más inesperado. Tan solo siembra y ten fe.
GUSTAVO BEDROSSIAN