Sin embargo, el pecado mortal hace que Dios se aleje de nosotros. Si el pecado mortal es decirle a Dios que no sea nuestro Dios… Dios simplemente se aleja de nosotros, no porque seamos malos o que no valgamos para nada… sino porque somos nosotros quienes rechazamos a Dios, a pesar de todo el amor que Él quiera darnos. Él, simplemente, se aleja pues nosotros le decimos “vete”, y Él respeta nuestra libertad.
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