Te animas a hacer una caigua rellena?
Si. Una como las que comías en casa cuando niño.
Como las que preparaba la abuela, con paciencia y sabiduría. Como las de mama, con amor y bondad.
Caiguas que se cocinan primero en agua con sal unos minutitos y que luego se enfrían rápidamente en agua con hielo.
Rellenas con eso que sabe a infancia de juegos y travesuras. Con esa carnecita que no se muele sino se pica a cuchillo y se guisa en un aderezo hecho lentamente con mucha cebolla, poco ajo y poco ají panca licuado. Ese aderezo que cuando huele embriaga, que cuando huele parece que hablara, que cuando huele hace llorar.
Caigua rellena de ese guisito que sazonado con sal, pimienta y comino esta listo para añadirle sus pasas, su huevito, su aceituna. Caiguas listas para acomodarlas nuevamente en la olla, con mas relleno, con mucho de su juguito. Caiguas listas para ser guisadas nuevamente, para hablarles, para decirles cuanto las quieres por los recuerdos que llevan dentro.
15 minutos a fuego bajo son suficientes para revivir toda una infancia. 15 minutos tras los cuales las caiguas están listas para ser halagadas. Con que? Con un arrocito, con un puré, o como en la foto, con un pepian. Un pepian beso de abuela. Licuado con choclos tiernos, cocido en la olla con aderezo de ajo y cebolla y su puntito de ají.
caiguas rellenas con pepian que abraza, besa y riñe como solo la abuela sabia hacerlo. Con amor. Con mucho amor.
Quieren la receta? leer de nuevo. Allí esta. |