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General: El Emigrante Economico Cubano
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De: Valerio1939fv (Mensaje original) |
Enviado: 14/04/2004 20:19 |
EL EMIGRANTE ECONÓMICO CUBANO
El ingreso por la fuerza de 21 jóvenes cubanos en la embajada mejicana, que de acuerdo con los diplomáticos mejicanos fue tan sólo una visita de cortesía para manifestar su deseo de trabajar en Méjico, o en cualquier otro país, pues uno de ellos incluso manifestó en una entrevista su deseo de compartir la crisis económica con los argentinos, y lo aducido por esa embajada en el sentido de que dichos jóvenes no manifestaron en ningún momento su deseo de asilarse, obligan a enfocar la atención en el problema de los llamados emigrantes económicos cubanos. El caso típico de los emigrantes económicos es el caso de los mejicanos en los Estados Unidos. Gente trabajadora que viene temporalmente y luego regresan a su país, o que se quedan, legales o no, por la posibilidad de bonanza económica, envían dinero a sus familiares, y cuando quieran pueden regresar a su país de modo definitivo o temporal. Cuando regresan no sufren ningún tipo de represalia y son recibidos como el hijo pródigo. Y en este país la diplomacia y el gobierno mejicano los representa y defiende, al contrario del gobierno cubano que hostiga y denigra al exilio.
Por otra parte, en Méjico no existe un gobierno tiránico que limite las libertades fundamentales del ser humano. Los mejicanos en su patria pueden cambiar de trabajo o de domicilio sin pedirle permiso a nadie. Pueden emprender actividades económicas por su cuenta con las limitaciones legales del caso y no existen en su barrio personas dedicadas especialmente a vigilar sus actividades. Es obvio que el mejicano que declare que es un refugiado político debe probar lo que dice y no resulta fácil creerle. Resulta fácil concluir que la condición de refugiado político depende en lo fundamental, no de lo que manifieste el individuo, sino de la condición del Estado del que pretende marcharse. En Cuba existe un estado totalitario y policial, con un solo partido, sin libertad de expresión y cuyo gobierno ha sido condenado por su notoriedad en la violación flagrante y reiterada de los derechos humanos. Sin embargo, cuando a veces le preguntan a un cubano recién asilado o pretendiente a asilado, el porqué de su acto, ese joven puede contestar con ambigüedad que es porque en Cuba no hay futuro, o porque la situación está muy mala económicamente y ésta es la única fuente que se toma para declararlos a la ligera refugiados económicos, a pesar de la condición política de la patria que abandonan. Para entender esto hay que entender tres cosas: la naturaleza perniciosa del totalitarismo comunista, la cualidad intangible e invisible de la libertad y la situación concreta del joven cubano de hoy en día. En la Cuba de Castro la represión obliga a todos a llevar lo que se llama una “doble moral”, que en realidad implica no tener moral alguna, a tener una cara “oficial” que respalda todas las locuras del Máximo Líder, y otra, cuando se habla con gente de confianza. El sistema, por otra parte, convierte a todos en ladrones, pues como todo pertenece al Estado y los ciudadanos no pueden subsistir con lo que se brinda de modo oficial, se crea un “segundo mercado” basado en el intercambio subrepticio de favores, servicios y mercancías. Por si fuera poco, la feroz represión de miles de fusilados y encarcelados ha acobardado a la mayoría del pueblo cubano. Por otra parte, la libertad es como el aire que se respira, sólo es perceptible cuando falta y el ahogo es inminente. Pero si usted nace en un aire enrarecido, aunque cada respiración sea un martirio, usted no nota lo que falta, porque no conoce que hay un ambiente mejor, y eso es lo que les ocurre a los jóvenes nacidos durante la Robo-ilusión: no saben que lo que están buscando es el aire que les falta. Cuando dicen que allá no pueden vivir, que no tienen oportunidades, que no hay futuro, están diciendo que allá, aunque todos tienen trabajo, menos los disidentes políticos, no pueden cambiar de trabajo sin la autorización debida, porque sólo existe un dueño, un patrón: el Estado. Están diciendo que no pueden emprender sin temor actividades económicas lucrativas, que no pueden establecer pequeños negocios sin miedo a represalias, que no pueden alquilar a extranjeros algún espacio de sus casas sin tener algún tipo de problema. Están diciendo también que no pueden vivir donde quieran, pues el cambio de domicilio está controlado. Están diciendo también que no pueden expresarse libremente. Por otra parte, como el gobierno despreciado y todopoderoso declara encarnar la política y los valores patrios, el joven cubano de hoy por oposición se declara no político y no se siente patriota. Y aquí se explica por qué ellos se manifiestan como lo hacen: ellos no son refugiados políticos, porque odian la política de Fidel y por extensión, toda la política. Por otra parte, ellos tienen familiares allá y tienen miedo de que si hacen declaraciones políticas haya consecuencias para sus seres queridos. Y además, necesitan el permiso del gobierno cubano para regresar de visita a su propio país. Y éste es el argumento supremo: ¿Qué refugiado económico no tiene derecho a regresar a su país de origen si así lo desea? Ese joven cubano, criado bajo la hipocresía, el robo institucionalizado, el acobardamiento de las masas, el apolitismo y la abulia hacia la patria, es el Hombre Nuevo que la Robo-ilusión profetizó devendría del gran inodoro comunista y que en algunos casos no es una víctima que se recupera con facilidad bajo los efluvios imperceptibles de la libertad. Es cierto que al huir del agujero negro en el que se ha convertido la patria por obra y desgracia de un loco, comenzaron su lenta marcha renovadora hacia la condición humana, pero ambos tipos y los intermedios, los más nobles y los mas cheos no manifiestan, porque ni siquiera lo saben, que son refugiados políticos.
Arnoldo Águila
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