Joya” secreta de la CIA
44 años después de la explosión del vapor francés La Coubre, Estados Unidos mantiene un silencio total y sigue sin desclasificar los documentos relacionados con el suceso. ¿Por qué?
Deisy Francis Mexidor
Cuba tiene la convicción de que Estados Unidos estuvo implicado en el sabotaje al vapor La Coubre el 4 de marzo de 1960. Pasadas más de cuatro décadas, el gobierno norteamericano mantiene un silencio cómplice sobre aquel suceso que costó la vida a 101 personas y ocasionó heridas a unas 500.
El 5 de marzo durante la despedida del duelo de las víctimas del sabotaje, Fidel expuso una panorámica histórica de por qué nuestras autoridades sustentaron que la administración estadounidense podía estar relacionada con ese acto terrorista.
“Fue muy sintomático que ese día 5, el entonces encargado de negocios yanqui en La Habana enviara seis mensajes a su país con los detalles de las palabras del líder cubano. ¿Por qué no se han desclasificado los documentos sobre este hecho? En el libro del Departamento de Estado que compila las comunicaciones de la embajada de Estados Unidos en La Habana, hay un vacío en el tráfico entre el 18 de febrero y el 12 de marzo”.
Así confirmó en diálogo con Juventud Rebelde José Luis Méndez Méndez, estudioso de temas de antiterrorismo, quien durante años ha desmenuzado este caso, que aún mantiene abiertos los motivos de investigación.
“Según el desglose de la carga en el barco, —puntualizó— se pudo determinar que en la bodega seis, ubicada en la popa, se encontraban las granadas y municiones. Se comprobó, además, que en un punto del embarque se colocó el explosivo”.
—En 2002, durante la conferencia sobre la Crisis de Octubre, usted planteó que existen alrededor de 32 razones por la cuales Estados Unidos ha debido realizar una investigación acerca del sabotaje al vapor La Coubre. ¿podría hablarnos de estas razones?
—Esas 32 razones que he recopilado dan la medida de que en Estados Unidos debe existir información que no ha sido desclasificada, lo cual resulta altamente sospechoso si no se tiene nada que ocultar.
“Entidades no lucrativas norteamericanas como el Archivo de Seguridad Nacional, una organización que se dedica a la desclasificación de documentos en el mundo, solicitó a la CIA, al FBI y al Departamento de Estado que desclasificaran documentos relacionados con el hecho y ninguno ofreció respuesta sobre esto hasta hoy.
“Lo único que se presentó hace dos años, en el 2002, durante el evento sobre la Crisis de Octubre, fue una comunicación entre el señor Daniel M. Braddock, que era el Encargado de negocios de la embajada de Estados Unidos en La Habana en aquel entonces con el Departamento de Estado, refiriendo algunas cuestiones propias de la repercusión del hecho, acerca de si se acusaba a Estados Unidos de ser el autor del atentado”.
—Había un norteamericano en la tripulación de La Coubre.
—Sí. Donald Lee Chapman y aquí entra una de las razones más fuertes para sustentar que Estados Unidos estuvo involucrado en este sabotaje.
“Ese individuo era un periodista norteamericano free lance, de 26 años de edad, sirvió en el ejército, había recibido entrenamiento también en cuestiones de seguridad y se enrola en un barco que no está habilitado para recibir a bordo a pasajeros. Para llevarlo a él fue necesario bajar a dos timoneles en el puerto de El Havre, en Francia.
“Hubo que habilitarle un lugar, esto fue incluso hecho y aceptado por la empresa Transatlántica Francesa que era la naviera del vapor La Coubre, en contra de la voluntad del capitán George Dalmas.
“Qué necesidad tenía ese periodista norteamericano de viajar en una embarcación con explosivos. Se conservan testimonios de personas que lo vieron tirando fotos y tomando películas durante la travesía.
“En realidad Chapman iba con destino a Nebraska, en el centro de Estados Unidos, y desembarcaría en Miami. ¿Qué sentido tendría para él hacer un recorrido como ese, y por qué la transatlántica insistió en llevarlo si solamente cobró por el pasaje 194 dólares? No había una justificación para subir a este pasajero en un barco cargado de explosivos ni para tomarlo cuando no habían condiciones para llevarlo a bordo.
“Donald Lee Chapman había bajado a tierra en el instante de las detonaciones. Fue detenido, interrogado y liberado. Por él se interesó enseguida la embajada norteamericana, ellos presentaron tres notas diplomáticas, pidiendo primero asistencia consular para él; luego, interesándose por las propiedades, y una tercera rechazando las imputaciones hechas por las autoridades cubanas acerca de la presunta participación de Estados Unidos en el hecho”.
—Pero se habla de que eran dos los pasajeros.
—Es cierto. El otro era el sacerdote francés Raoul Desobry que iba con destino a Veracruz, México. Me pregunto, qué hacían un periodista y un sacerdote en una embarcación de este tipo.
“Otra cuestión muy sospechosa es que el buque había sido reparado en Estados Unidos en febrero de 1960, ¿qué tipo de reparación se le hizo?, nadie sabe; Estados Unidos tampoco esclareció esto.
“El día que explota el vapor La Coubre, en el segundo viaje que hacía a Cuba, son detenidos en el puerto habanero varios norteamericanos que estaban tomando fotos.
“Era normal que para aquella fecha, marzo de 1960, la embajada norteamericana en La Habana estuviera realizando una serie de actividades de espionaje para determinar las fuentes suministradoras de armamentos, por tanto eran una prioridad los puertos y aeropuertos cubanos”.
—¿Qué se especuló en el primer instante por la prensa norteamericana sobre lo ocurrido?
—Que la explosión se produjo por una mala manipulación del armamento, lo cual fue rechazado, porque se hicieron pruebas después. Se realizó un experimento, las granadas fueron lanzadas a 200 pies de altura por un avión, pero quedaron intactas; si no se les quitaba la espoleta de seguro no estallaban.
“Es decir que estaban preparadas para recibir cualquier tipo de golpe y los rigores de la transportación y manipulación a que debían ser sometidas”.
“Por otra parte, el personal que revisó la descarga sabía lo que estaba haciendo, tenía entrenamiento en este tipo de misión, así que no existían razones para que se produjera una explosión. Eso refuerza la hipótesis de que todo fue un acto meticulosamente provocado y gestado en el exterior.
“Creo con firmeza que el gobierno de Esados Unidos debió haber investigado lo acontecido, primero, porque un ciudadano de esa nación estaba a bordo; segundo, porque el barco seguiría con destino a Miami; y tercero, porque los tripulantes eran franceses y la carga era belga, y en el supuesto caso de que Estados Unidos no hubiese participado en la explosión debió interesarse por saber quién lo hizo”.
—¿Qué otras circunstancias se dieron alrededor de este caso?
—Tampoco se ha desclasificado el dictamen que dieron los buzos norteamericanos contratados por la naviera para hacer el reflote del buque. Toda esa documentación continúa muy bien guardada, el misterio y el silencio siguen alrededor de ese horrendo suceso que enlutó a cientos de familias.
—¿Cómo sustenta usted el criterio sobre el estado de necesidad?
—Hemos tenido un estado de necesidad permanente. Estados Unidos, después de Cuba, ha sido el más afectado por el terrorismo anticubano, ese mismo que engendraron, armaron, que han tolerado y que se ha revertido contra ellos.
“Según se ha podido determinar, aquel país ha sufrido, por las actividades de esos grupos terroristas anticubanos, 333 acciones que han afectado a 12 ciudades norteamericanas.
“Nunca Estados Unidos ha trasladado información sobre el accionar de estos grupos terroristas anticubanos que han atentado contra Cuba y otros 35 países de todo el mundo dentro del propio suelo norteamericano.
“Por eso Cuba ha tenido un estado permanente de necesidad, por la agresión sistemática a que hemos sido sometidos, de manera que ha debido buscar datos para preservar su seguridad e integridad nacional.
âNosotros nunca hemos atentado contra Estados Unidos ni contra ningún país, todo lo contrario, incluso, mucha de la información proporcionada por los cinco Héroes cubanos, hoy prisioneros políticos en cárceles estadounidenses, sirvió para garantizar la propia seguridad nacional de Estados Unidosâ.
—¿Cómo se insertó este terrible crimen en el vasto programa agresivo que se había iniciado en el mismo mes de enero de 1959?
—El 9 de marzo de 1960 se constituye en Estados Unidos un grupo de trabajo, una entidad de la CIA denominada Hemisferio Occidental 4 (WH-4), destinada a los planes de la Agencia para derrocar a la Revolución cubana.
“Es curioso que en esa reunión constitutiva del 9 de marzo dirigida por el coronel de la CIA J.C.King, se valorara el impacto de que Cuba hubiera perdido 44 toneladas de armamento.
“El 17 de marzo de 1960 se firma por el presidente Dwight D. Einsenhower el plan de acciones encubiertas contra la Isla, vigentes hasta hoy. Evitar que Cuba se armara y recibiera esa carga defensiva y por otro lado declarar ya un programa bien estructurado para derrocar a la Revolución, eran cuestiones prioritarias para la administración estadounidense.
âEl acto de terror que constituye el sabotaje al vapor francés La Coubre sigue siendo un hecho no esclarecido y existen muchas razones para sustentar que en Estados Unidos deben existir documentos sobre este horrendo crimen que no han sido desclasificados en los 44 años transcurridos. Este silencio debe tener sus razones, tal vez la respuesta se atesore en las arcas donde se protegen celosamente las llamadas joyas de la CIA, que son los secretos no revelados de esa agenciaâ.
DIOS LOS CRÍA Y EL DIABLO LOS JUNTA
• J.C.King tenía relaciones en Miami con el cabecilla contrarrevolucionario Rolando Masferrer, un asesino, jefe de los llamados Tigres de Masferrer, que escapó de la justicia revolucionaria.
⢠En el puerto de Amberes, el tripulante francés Alain Mouriat, que murió a consecuencia de la explosión, había recibido 2 000 dólares de un cubano nombrado Rolando, de unos 40 años que usaba espejuelos. No se ha podido esclarecer de quién se trataba. Rolando Masferrer usaba espejuelos y tenía entonces 42 años.
Versión oficial cubana:
or qué en Estados Unidos no se han desclasificado documentos que ayuden a descubrir la verdad sobre la explosión del vapor francés La Coubre?
Presentación realizada por el Dr. José Luis Méndez Méndez en el evento La Crisis de Octubre: una Visión Política Cuarenta Años Después, celebrado los días 11 y 12 de octubre del 2002.
La explosión del vapor francés La Coubre (Puerto de La Habana, 2 de marzo de 1960), fue resultado de un sabotaje concebido y preparado fuera de Cuba, es un acto terrorista aún no esclarecido. No se han identificado los autores materiales, ni intelectuales, aunque existe la firme y fundada convicción de que entidades en Estados Unidos tuvieron un nexo en la concepción y ejecución de tal hecho insertado dentro de la política de agresión que se había iniciado contra el gobierno revolucionario.
Durante más de cuatro décadas nos hemos preguntado: ¿ Por qué en Estados Unidos no se han desclasificado documentos que ayuden a descubrir la verdad?
Es evidente que en ese país se tiene que haber investigado de oficio, no es posible haber ignorado las circunstancias en que se vieron involucrados varios norteamericanos. Donald Lee Chapman, había sido un solitario pasajero de ese vapor, se dirigía a Nebraska, aunque desembarcaría en Miami a miles de millas de su destino, mientras que Jack Lee Evans, salió precipitadamente de Cuba el 5 de marzo para declarar en Miami haber conocido a los autores del sabotaje. Resultó ser una medida para obstruir las indagaciones iniciales. ¿ Estaban estos estadounidenses solamente en el lugar y momento equivocados?
Dos congresistas del estado de Nebraska, intercedieron a favor de Donald Lee Chapman, enviaron documentos petitorios y exigieron al Departamento de Estado presionar a Cuba para su liberación.
El coronel de la CIA J. C. King había tenido contactos en Miami con Rolando Masferrer Rojas, criminal de la tiranía de Fulgencio Batista, quien había dirigido en Cuba grupos paramilitares. Masferrer se había entrevistado en esa ciudad con el norteamericano Richard E. Brooks, quien dijo conocer la llegada de barcos a Cuba con armas y los puertos por donde desembarcarían ¿ Qué relación existió entre J.C. King, Masferrer, Brooks y La Coubre?
El vapor llevaba carga para destinatarios en Port Everglades y Miami, allí admitiría, a bordo, a una familia estadounidense.
La estación de la CIA en La Habana tenía priorizado la obtención de información sobre la llegada de armas. No fue casual que varios estadounidenses, entre ellos Chapman, fueran detenidos cuando tomaban fotos en el lugar de la explosión el mismo día del hecho. La embajada de Estados Unidos, intercedió por ellos.
Estados Unidos se había negado a vender armas a Cuba para su defensa y ejercido fuertes presiones a gobiernos para que no honraran acuerdos previos, ni contrajeran nuevos que permitieran el envío al territorio cubano de equipos militares, ni modernizar el ya existente. Proveedores de Inglaterra, Bélgica e Italia recibieron advertencias de no suministrar, ni renovar el armamento nacional. Fue notorio el interés norteamericano en debilitar la capacidad de respuesta cubana ante la agresión en marcha.
En enero de 1960 ya circulaba en Estados Unidos, un proyecto muy abarcador de operaciones encubiertas contra Cuba. Se había constituido el llamado grupo especial WH-4 dentro de la CIA, encargado de coordinar, controlar y ejecutar la agresión para derrocar a la Revolución. Los actos terroristas contra el territorio cubano procedentes de Estados Unidos habían comenzado desde hacia un año. El 9 de marzo, cinco días después del sabotaje al vapor, se realizó una reunión de coordinación de ese grupo dirigido por el ya mencionado oficial J.C. King, donde fue analizado el impacto del sabotaje en la capacidad de defensa cubana y el 17 del propio mes, con la aprobación del entonces presidente norteamericano Dwight D. Eisenhower, el plan agresor era ya una orden ejecutiva.
En octubre de 1959 el vapor La Coubre había traído armas procedentes de Bélgica, faltaban las municiones y otros medios bélicos, que llegarían en el primer trimestre del siguiente año. El sabotaje privó a la defensa nacional de 44 toneladas de granadas y 31 de municiones, lo cual coincidió con el propósito norteamericano de que no llegaran a su destino.
Francia y Bélgica, aliados europeos de Estados Unidos, pidieron colaboración a ese país para esclarecer el siniestro que provocó la muerte de ciudadanos franceses y la pérdida de la carga. Buzos norteamericanos participaron, días después, en el reflote de la popa del vapor La Coubre. ¿ Qué informaron, a qué conclusiones llegaron, qué informe redactaron sobre su búsqueda, qué encontraron?
La Coubre debía haber llegado el 2 de marzo al puerto pero por mal tiempo se retrasó, su capitán George Dalmas envío a La Habana, el día primero de ese mes, dos cables abiertos a través de vías de comunicación en la ciudad de Miami donde sólo informaba la ubicación exacta de la carga militar. ¿ Por qué lo hizo, a quien informó?
Durante las investigaciones realizadas en Cuba y en el exterior se descartó la posibilidad del accidente como causal del siniestro, debido a las efectivas medidas de seguridad en su embalaje, las tomadas en el momento de la descarga, la pericia y experiencia de los braceros contratados para ese trabajo, - no fueron soldados -, así como los resultados de los experimentos realizados, después del hecho, confirmaron que la causa de la explosión fue un sabotaje preparado en algún punto del embarque o en la travesía.
En octubre de 1959 quince militares cubanos fueron enviados a la fábrica nacional de armas de Bélgica en la ciudad de Herstal, Lieja, para recibir entrenamiento en el empleo de las armas que se recibirían. Durante la estancia constataron la seguridad de las granadas, hicieron prácticas en polígonos y recibieron la necesaria preparación. Al producirse la explosión los fabricantes belgas descartaron la posibilidad del accidente por errores en la manipulación de la carga, así lo informaron a las autoridades cubanas.
Cuba ha demandado que se revele lo hasta ahora oscuro de este crimen, que no logró sus objetivos, sentimos la necesidad y la obligación de asumir el reto de investigar, con la seguridad de que será esclarecido y sus autores sentenciados por la historia.
¿Pueden algunos de los distinguidos invitados a esta reunión comentar o ayudar a dar explicación a algunas de las preguntas que aún permanecen sin respuesta? (11 de octubre del 2002)
Departamento de Estado. Telegrama de entrada. 7 de marzo de 1960.
Desde La Habana
Al Secretario de Estado
No. 2270 - 7 de marzo - 1 p.m.
Prioridad.
Distribución limitada
Referente a la explosión del barco francés y las acusaciones de Castro haciendo responsable a E.U.
El Embajador francés Roger Du Gardier, me informó confidencialmente ayer, que él había sabido por los marineros de La Coubre, que en tanto este barco había cargado 400 toneladas de municiones para Cuba abiertamente, al lado del muelle en Amberes el pasado octubre, el actual cargamento de 72 toneladas fue cargado allí con grandes precauciones de seguridad en el medio del río. Este hecho asombró a los marinos pues significaba que 72 toneladas eran una carga más peligrosa que la de finales de octubre y que ellos de acuerdo a eso, habían solicitado pagos extra pero se les negó.
Du Gardier brindó otros hechos posiblemente útiles como sigue:
1)- El capitán había radiado a las autoridades portuarias que estaba preparado para anclar en la bahía para descargar, pero se le había indicado específicamente no hacerlo así, sino pegarse al muelle;
2)- Los soldados fueron enviados a custodiar la descarga, pero las precauciones de seguridad eran flojas, y muchas personas, particularmente los militares, andaban pululando por la nave y entorpeciendo;
3)- El Embajador creía que la descarga era hecha por los soldados, no por los estibadores.
El Embajador francés esperaba obviamente que esta información ayudaría a E.U. a desmentir las acusaciones de Castro sobre la complicidad de E.U. en el sabotaje, pero pidió que no lo vinculáramos a la información de ninguna forma sino "redescubrirla" por nosotros mismos.
Braddock
TT/8
Nota: anticipa copia para el Sr. Stevenson (ARA) 4:05 p.m. 3/7/CWO/JSW
Nota del autor: Este es un documento desclasificado por el Departamento de Estado el 9 de septiembre de 2002 y presentado durante el evento de la Crisis de Octubre. Indagaciones realizadas por el Dr. Méndez muestran que Roger Du Gardier, entonces embajador de Francia en Cuba, era un estrecho colaborador de la CIA, según lo refieren los autores del libro "Operación Peter Pan. Un caso de guerra psicológica", José Buajasán Marrawí y Ramón Torreira Crespo, en las páginas 212 y 236, Ciencias Sociales, 2000.
Los tres elementos que aportó Du Gardier a la embajada de Estados Unidos en La Habana, resultaron falsos y tendenciosos, tal vez por el deseo de Du Gardier de ser útil. Primero, no hubo ninguna solicitud de proceder a la descarga en la bahía habanera; el capitán Dalmás sabía que en Amberes la carga de las granadas se había producido en un río cercano al muelle, esto le había llamado la atención debido a que la Compañía General Transatlántica Francesa se había negado a pagar una prima de peligrosidad solicitada por 16 tripulantes, al alegar que esa carga, por su tipo, no requería precauciones especiales de seguridad acorde con los procedimientos establecidos por los reglamentos de transporte de mercancías peligrosas. Lo raro es que toda la carga no se efectuó en el muelle de Amberes como en viajes anteriores. Los añadidos de Du Gardier al parecer estaban orientados a inducir conclusiones.
Tampoco es cierto que soldados realizaron la descarga de las mercancías, fue realizada por braceros (estibadores) calificados y con experiencia, así lo acredita la larga lista de muertos y desaparecidos que hubo entre ellos, en la descarga de la bodega No. 6 sólo participaron civiles. Los soldados estaban en la cubierta y en el muelle ocupando sus posiciones de seguridad. Existían por la tripulación del barco estrictas medidas de seguridad, se prohibía fumar, los estibadores eran los primeros interesados en velar por la seguridad colectiva.
Dr. José Luis Méndez Méndez, Doctor en Ciencias Históricas. Investigador del Centro de Investigaciones Históricas de la Seguridad del Estado.
Profesor de pre y posgrado, especialista en Derecho Internacional, por más de tres décadas ha sido un asiduo estudioso del terrorismo ejecutado por los grupos anti cubanos en Estados Unidos.
Versión miamesa: ( en onglés, parace que no les dió todavía tiempo de traducirla)
At 9:00 AM Friday, March 4, the French freighter, La Coubre, quietly tied up in Cuba's Havana harbor.
Six hours later she became the blast that...blew up Cuba
When the French freighter La Coubre, crammed with munitions for Castro's militia, blew up in Havana harbor it caused the greatest furor in Cuba since the U.S.S. Maine went down in the same harbor 62 years ago. This time, however, anti-American feeling was whipped into a frenzy by Premier Fidel Castro. In fact, at one point an innocent American, one Donald L. Chapman (North Bend, Neb.), who just happened to be a passenger on the freighter, was grilled by Cuban police for hours before he was finally released.
What happened was this. About 3:00 PM the ship blew up in a massive explosion and started to blaze furiously. Immediately, swarms of police, firemen and troops rushed to the scene, arriving just in time for many of them to go up with the next explosion at 4:00 PM. This tremendous blast was followed by repeated explosions that went on until the stern of the ship sank and the fire burned itself out.
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These exclusive photographs show almost too graphically the havoc and horror of the La Coubre disaster.
In the face of Cuban charges of American "sabotage", the U.S. Government blamed the cause of the catastrophe on careless handling of the munitions by Cuban dockworkers.