Dime con quién andas...
Por Ángel Rodríguez Álvarez
A propósito de la farsa de no deportar a Luis Posada Carriles a Venezuela, la prensa de Miami ha levantado la imagen del connotado terrorista presentándolo como sacrificado patriota y héroe de mil batallas.
Curiosamente los personajes empleados para ese objetivo son todos sujetos muy cercanos durante años al aludido, y cuyos testimonios, se supone, no deben dejar lugar a dudas entre un público manipulado o poco informado.
Como botón de muestra de quienés son los alabarderos de Posada, basta con exponer algunos elementos del abultado expediente criminal de Félix Rodríguez Mendigutía, quizás uno de los más parecidos a Posada.
Este individuo inició su historia de terrorista internacional hace unos 44 años, cuando en 1961 fue reclutado por George Bush, padre, para participar en la "Operación 40", organizada por la CIA para llevar a cabo sabotajes en el interior de Cuba, simultáneamente con la invasión por Playa Girón.
Méritos suficientes acumulaba en esa fecha para tan delicada misión, pues era sobrino de José Antonio Mendigutía, ministro de Obras Públicas del gobierno de Batista. También fue alumno de la elitista Havana Military Academy, de donde egresó para incorporarse al aparato represivo de la tiranía.
En 1959, como otros centenares de comprometidos con la tiranía, se fugó y lo recibieron en el Norte con los brazos abiertos.
Con la misión ya descrita entró clandestinamente en la ínsula el 14 de febrero de 1961, por Arcos de Canasí, Matanzas, con dos toneladas de explosivos para volar el puente de Bacunayagua, el mayor de la Isla, acción descubierta por la Seguridad del Estado.
Fracasada la invasión se oculta durante algún tiempo hasta lograr asilo en la embajada de Venezuela, y regresar a su madriguera en la Florida.
Su nombre aparece en la larga lista de sospechosos por el asesinato en 1963 del presidente John F. Kennedy, pues en el momento del magnicidio se encontraba en Dallas, Texas, en compañía de George Bush, padre, entonces alto funcionario de CIA, quien dicho sea de paso, declaró no recordar con precisión las actividades realizadas ese día.
Poco después, Félix Rodríguez pasó un curso en técnicas de sabotaje y contrainsurgencia en Fort Bennings, y posteriormente es enviado por la CIA a Nicaragua, desde donde intervino en el ataque e incendio del buque español Sierra de Aranzazu, que transportaba juguetes para los niños cubanos.
El dos de agosto de 1967, convertido ya en importante cuadro de la CIA, llega a La Paz, Bolivia, bajo el seudónimo de Félix Ramos Medina, apodado "El Gato", con la misión de brindar asesoramiento en las operaciones contra la guerrilla del Che.
Solo unos días más tarde se incorpora personalmente a interrogatorios y torturas a prisioneros. Tal es el caso de José Castillo Chávez, "Paco", guerrillero capturado durante uno de los encuentros con el ejército boliviano.
El 22 de septiembre tortura al desertor del Ejército de Liberación Nacional, Antonio Domínguez Flores, "León", empleándolo como informante.
Una semana después -el 29- se traslada a la zona de operaciones acompañando al coronel Joaquín Centeno Anaya, al frente de 650 "rangers" en el sector de Vallegrande, con el objetivo de precisar la ubicación del Che y tenderle un cerco.
Tras la captura herido del Guerrillero Heroico interviene en su identificación e intenta interrogarlo, ocasión en que el luchador, con su dignidad y firmeza intactos, le muestra todo su desprecio.
Ya tiene en ese momento en uno de sus bolsillos la orden de ejecución, llevada a cabo por un suboficial boliviano.
El vil asesinato le vale para ser seleccionado por sus superiores jefe de la ilegal operación de la CIA de contrabando de armas para promover la guerra sucia contra el gobierno sandinista de Nicaragua, que sirviera también para montar un gigantesco tráfico de drogas hacia Estados Unidos.
El segundo de Rodríguez Mendigutía en este escandaloso episodio conocido como el Irán-Contras, valga recordarlo, devino y no por casualidad, Luis Posada Carriles.
En este caso, como en el de Orlando Bosch, Guillermo e Ignacio Novo Sampoll, José Basulto y decenas más, no resulta difícil aplicar el viejo y sabio proverbio que reza: "Dime con quién andas y te diré quién eres".