Martha Beatriz negó reiteradas veces su subordinación a la SINA...
Sí, pero su dependencia era total. Hay un almuerzo organizado por Martha el 30 de agosto de 2002, en la residencia de Vicky Huddleston...
¿Martha organizaba almuerzos en la residencia oficial del Jefe de la SINA? ¿Cómo era eso?
El pretexto era que allí tenía todas las condiciones y no seríamos molestados. En esa oportunidad el fin del almuerzo era demostrarle a Vicky el agradecimiento de la Asamblea por el trabajo de la funcionaria en Cuba, que finalizaba su misión y había sido designada como embajadora en Mali.
Martha presentó a los miembros de la Asamblea y varios de ellos se refirieron abiertamente a la necesidad de financiamiento y al apoyo que habían tenido de los funcionarios de la SINA, y en particular de Vicky. En ese almuerzo hubo todo tipo de bebidas, se comieron camarones rebozados, langostas, pizzas, bocaditos de jamón, cerdo asado... Y un cierre de película: nos brindaron a cada uno un bolso de nylon con radios, linternas y otros regalos. Pero como la cantidad de bolsos sobrepasaba la cifra de participantes, se armó una rebatiña para cargar lo más posible. Fue uno de los espectáculos más repugnantes que me tocó vivir, y pueden tener una idea de cuántos pude haber presenciado en todos estos años
¿Y Mister Cason?
Llegó a Cuba el 9 de septiembre de 2002, y una semana después se estaba reuniendo con los disidentes. Antes de hacer contacto con las autoridades oficiales. Nos recibió en dos grupos, los días 17 y 18. Yo fui en el segundo. Como ya era de rigor, se repartieron radios, libros, y la esposa, muy amable, atendió muy especialmente a todas las personas que había allí.
En realidad la presentación “oficial” la hizo ante nosotros. En ese encuentro Cason presentó un larguísimo currículum vitae y hasta hace un chiste pesado: dice que toda esa larga trayectoria la tenía con solo 39 años. Trató un poco de suavizar aquella aburrida exposición, buscando la simpatía, y todo el mundo allí riéndose. Se refería a sus años de servicio diplomático y todo el mundo riéndose, porque nadie puede servir 30 años en el servicio diplomático con solo 39 años de edad –en realidad él tiene 59. En fin, ese tipo de cosas.
MAR por Cuba: Dinero, mucho dinero Surge en 1994 a raíz del incidente del barco 13 de Marzo, con el propósito de nuclear a un grupo de mujeres vinculadas a la extrema derecha, muchas de ellas esposas, viudas o familiares allegados a contrarrevolucionarios que salieron de Cuba al triunfo de la Revolución o que posteriormente fueron a vivir a los Estados Unidos. Su presidenta es Silvia Iriondo. Salió de Cuba en 1960. Su padre formó parte de los teams de infiltración de la CIA que operaban contra la Isla a principios de la Revolución. Su nombre de soltera era Silvia Goudie Medina, pero adoptó el apellido de su esposo, Andrés Iriondo Olazábal. La organización se caracteriza por participar activamente en todas las manifestaciones organizadas por la extrema derecha, utilizando vestimenta completamente negra como símbolo de luto. MAR por Cuba tiene su sede en Miami y representaciones en Nueva York, Nueva Jersey, Washington y Puerto Rico. Esta organización promueve todas las campañas contra Cuba que ha protagonizado la extrema derecha cubanoamericana, fundamentalmente en la Comisión de Derechos Humanos de Ginebra, en Cumbres Iberoamericanas y viajes de nuestros dirigentes a la ONU, Apoyan y estimulan a la contrarrevolución, haciendo llamamientos a la desobediencia civil. Envían apoyo financiero y cientos de documentos –propaganda subversiva-, utilizando el canal postal, tanto a particulares como a instituciones estatales de Ciudad de La Habana. MAR por Cuba forma parte de las organizaciones de la extrema derecha que integran el llamado Forum Patriótico Cubano. |
Nos pidió que nos presentáramos, uno por uno, y que dijéramos nuestras principales necesidades. Cuando llegó mi turno y hablé de mi organización, me hicieron la pregunta de rigor. Les dije que yo tenía una biblioteca sobre temas laborales, pero que prácticamente no habíamos recibido libros. No pasó un mes cuando ya yo estaba recibiendo dos cajas de libros enviadas por el GAD, directamente de Frank Hernández Trujillo. Evidentemente, estaba cumpliendo el acuerdo de la reunión con Cason.
¿Solo libros?
No. Empezaron a aparecer los recursos. Pedí una computadora, específicamente una laptop. Poco después se me apareció un muchacho joven y me preguntó que si estaba esperando algo. Le respondí: “Siempre estoy esperando algo”. Y llegó la laptop, pero estaba un poco cacharreada. A los 4 ó 5 días le mandé a decir a Frank que yo se lo agradecía, pero que eso estaba medio roto. Me dijo: “llévasela a Gladys Linares, y te mando otra”. Gladys es una contrarrevolucionaria que dirige el Frente Femenino Humanitario, y es el “depósito” en Cuba de los envíos de Hernández Trujillo.
Pero como una a veces había hecho los informes en aquella máquina, por precaución tomé un destornillador, le saqué el disco duro y lo dejé caer al piso. Lo volví a poner y la computadora inició como si nada hubiera pasado. Volví a zafar el disco duro y ahí sí que le di con todos los hierros. Como al mes recibo un correo electrónico de Frank que decía: “Aleida, ya tengo el muerto en terapia intensiva, pero no sé que le pasa al disco duro que no despierta”. Tres o cuatro meses después llegó la otra, también medio fastidiada, pero nada grave.
Ahora sí que no tenía usted otra opción...
Hablé con mi oficial y acordamos pedir otra laptop, para ver qué pasaba. Le volví a escribir y le dije: “Frank, eternamente agradecida pero esta me llegó con la pantalla negra”. Ahí me dice: “oye, no puede ser. Esa máquina va por la valija diplomática”. Me pidió que se la dejara a Gladys, y que no me preocupara. El 23 de diciembre de 2002 me llamó Nicholas J. Giacobbe, segundo secretario que atiende el departamento de cultura y prensa, y me pide que pase por la SINA. Nicholas se aparece con una caja de paquetes de hojas y una laptop, en su estuche, colgada al hombro. Me la entrega, y me dice: “Cuídala, que esta es la tercera que manda Frank. Vamos a ver si tenemos suerte”. Si Gladys es la jefa de almacén del GAD en La Habana, Nicholas es el jefe de los suministros en la SINA. Podía llamarlo a las 10 de la mañana porque se me habían acabado las hojas, y a las dos o tres horas se aparecía con todo lo que necesitaba. Por supuesto, cosas que lamentablemente en nuestras empresas no hay muchas veces.
¿Notó alguna diferencia entre el tratamiento que les daba Huddleston y el de Cason?
No había ninguna diferencia entre los dos, salvo que una era mujer y el otro, hombre. Cason es uno de los funcionarios norteamericanos más agresivos que he conocido. Desde el primer día que nos vimos, él dijo que su casa tenía las puertas abiertas para la “oposición” y que estaba dispuesto a colaborar, apoyar, financiar y servir en lo que fuera necesario. Y lo demostró. Hubo continuos almuerzos, comidas, reuniones, conferencias de prensa hasta el 14 de marzo, en que se hace el Taller de Ética Periodística. El ayuno promovido por Martha Beatriz, a raíz de la encarcelación de Biscet, fue un acelerón de Ricardo Zuniga, primer secretario político económico de la SINA, que la llamó y le preguntó que hasta cuándo iba a estar aplazando el ayuno. Eso lo comentaron delante de mí. Ella misma me dijo: “Mi china, no me queda más remedio: el 11 arrancamos”. Y me informó que el taller de Ética Periodística era mío. La noticia del ayuno de 6 disidentes recorrió el mundo en 24 horas.
¿Hubo alguna indicación de la SINA?
A partir de orientaciones de la SINA, en el ayuno se entregó una constancia de participación. Eso era un arma de doble filo, porque los interesados en emigrar iban al ayuno para recoger su certificadito y tener después una prueba que mostrar ante la Sección de Refugiados que les avalara su méritos contrarrevolucionarios. Alicia fue la encargada de diseñar ese certificado e imprimirlo en grandes cantidades.
¿Cómo se organizó el Taller de Ética Periodística?
Fue el acuerdo de una reunión realizada en la casa de Gonzalo Gallegos, primer secretario de prensa y cultura de la SINA. Fuimos convocados para una conferencia sobre periodismo, impartida por John Virtue, subsecretario del Centro de Prensa Internacional de la Universidad Internacional de la Florida. Él hizo una disertación sobre los esfuerzos de su centro para lograr que los trabajos y artículos de estos elementos sean publicados en periódicos de países latinoamericanos, así como en la búsqueda de fondos económicos para financiar el trabajo de los periodistas independientes en Cuba. Nos orientó abordar diferentes temas sobre la vida cotidiana en la Isla y no solo de carácter político. Aseguró que el Comandante en Jefe tenía muchos simpatizantes en Latinoamérica y era imprescindible conquistar esos espacios.
Él mismo fue quien introdujo el tema de la ética periodística y nos llamó ‘los futuros chicos de Estados Unidos en una Cuba de prensa democrática’. Se entregaron certificados acreditativos y sobres con libros de Cubanet, otro sobre la salud pública cubana –se pueden imaginar lo que decía-, agendas, plumas, etcétera. El propio Gallego brindó su casa para hacer el Taller de Ética Periodística. Se pensó en unas 60 personas, pero finalmente solo logramos convocar a unas 34. Como al final fue menos gente de la planificada, se trasladó la sede para la casa de Cason.
¿Qué pasó allí?
Fuimos recibidos por Rebeca Tobey, la asistente del jefe de la SINA, quien en un listado controlaba la llegada de los participantes. Llegó a haber menos periodistas “independientes” que representantes de la prensa acreditada en Cuba. Todo estaba supervisado por el segundo secretario de prensa y cultura, Nicholas J. Giacobbe. En el Taller estuvieron como observadores otros tres norteamericanos: Gonzalo Gallegos, Cory Giacobbe -asistente de Ricardo Zuniga-, y el propio Zuniga, cuya asistencia fue realmente efímera.
Por supuesto, antes de iniciarse las ‘sesiones de trabajo’, el secretario de prensa y cultura Gonzalo Gallegos, ratificó la “disposición de colaborar y apoyar no solo a los periodistas independientes sino a todos los que de una forma u otra defiendan sus derechos como ciudadanos de este país lleno de restricciones y censura”.
Se tomaron acuerdos relacionados con el suministro de abastecimiento financiero y material, y se criticó la manipulación de las fotografías y la privación de la autoría de estas por parte de los editores fuera de Cuba. Se habló del peligro de realizar entrevistas falsas y noticias provocadoras. Existía el consenso con el exceso de protagonismo de Radio Martí. Alguien llegó a catalogarla incluso de mentirosa. Debido a las críticas, Nicholas Giacobbe se comprometió a realizar una supuesta llamada telefónica al Departamento de Estado norteamericano para trasladar la inquietud de los presentes. Poco después de las cinco de la tarde, apareció Cason. Ya había concluido la reunión, pero nosotros estábamos aún por allí. Gonzalo Gallegos y Nicholas Giacobbe le dieron el parte de lo acontecido.
Alpha 66 Fue fundada en 1962 por el agente de la CIA Antonio Veciana Blanch, en Puerto Rico. Se unió a ella una facción de la organización II Frente Nacional del Escambray, organizada un año antes por Eloy Gutiérrez Menoyo, en Cayo Hueso, Florida. Su sede es trasladada a Miami, donde aún permanece. Tienen su oficina central en el 1714 W. Flager St, Miami, FL 33135 y dos delegaciones: una en New Jersey, P.O..Box 5293 West New York NJ 07093 con el fax: (201) 863-2630; y otra en California, P.O.Box 6434 Torrance, CA 90504. Poseen una página web en internet con la dirección: www.alpha66.org . Se ha caracterizado por sus actividades terroristas, paramilitares y de subversión interna, destacándose por la realización de infiltraciones armadas, ataques a objetivos situados cerca de las costas, sabotajes y la elaboración de planes de atentado contra Fidel Castro y otros dirigentes. En septiembre de 1993 fue detenido por nuestras autoridades el mexicano Mario García Rubalcava, quien planeaba realizar acciones terroristas contra instalaciones turísticas y atentar contra el Presidente cubano. Rubalcava reconoció posteriormente haber sido entrenado por Andrés Nazario Sargen. Financian la emisora radial “La Voz de Alpha 66”, mediante la cual incitan a la ejecución de acciones violentas dentro del territorio nacional. En su afán por lograr representatividad interna, esta organización se ha vinculando a cabecillas y miembros de los grupúsculos contrarrevolucionarios, con los que sostienen contactos y abastece financieramente. |
Elizardo Sánchez comentó a un corresponsal extranjero que conocía a los agentes de la Seguridad porque movían los párpados de manera extraña...
No recuerdo que yo haya usado espejuelos oscuros para hablar con él. ¡Qué ridículo!, aunque hay que reconocer que Elizardo es un hombre muy hábil, porque mientras los demás están presos, él está siempre en la calle.
Pero lo que les puedo asegurar es que una de las cosas que más les ha dolido a los americanos es no haber dudado nunca de nosotros. Nos subestiman demasiado, y se conforman con que la gente que tienen al lado cumplan las tareas que ellos les asignan.
Pero debe haber pasado usted momentos difíciles dentro de la SINA.
Sí. Hubo dos momentos históricos de la Revolución que me golpearon duro. Uno fue el secuestro de Elián. Cada vez que iba a la SINA ellos me decían que todo lo que decía el gobierno cubano era falso, que ellos no tenían secuestrado al niño. La otra fue en septiembre del 98, cuando me entregaron la nota de prensa donde se hablaba de la detención de los Cinco. Salí de allí con dolor de cabeza. Cualquiera de ellos podía haber sido yo.