Una propuesta para la claridad: “Se considerará terrorismo toda aquella violencia efectuada para aterrorizar o castigar a la población civil, excepto cuando sea realizada por los EEUU y sus aliados”
inSurGente.- Sólo será posible una definición como esa. Tendrá además la ventaja de que todos sabremos a que atenernos. A la violencia de máximo nivel de Washington le llamaremos, aquí, en los medios alternativos, genocidio o humanicidio. Los órganos de Falsimedia se moverán con más facilidad para hablar de terrorismo y no tendrán que hacer esos espantosos juegos de palabras cuando dan cuenta de las atrocidades de los ejércitos imperiales. Bush y Blair podrán juzgar a Sadam Hussein por terrorismo sin que la gente se pregunte cuál es la diferencia entre gasear a los kurdos y fosforizar a los habitantes de Faluya. En la Cumbre Euromediterránea el intento de los países árabes de separar de la definición de terrorismo el derecho de resistencia de los países invadidos, se ha encontrado con la resistencia de Israel y de la UE. La propuesta alternativa, la de “reconocer el derecho de autodeterminación” no ha tenido éxito alguno. Sería tanto como legitimar a los Paul Bremer, John Negroponte, y sus cipayos sucesivos en Iraq, en su estrategia de “recuperación de la soberanía” y “domocratización del país” que no engaña a nadie.
Prensa Latina.- La I Cumbre Euromediterránea cerrará hoy sus puertas en Barcelona probablemente sin un consenso sobre el espinoso tema del terrorismo por la negativa de Israel y Estados Unidos de aceptar las posiciones árabes. La cuestión radica en que la presidencia de la Unión Europea (UE) se ha plegado a esos dos gobiernos, y tampoco reconoce a la resistencia a la ocupación extranjera como forma legítima de lucha, un principio básico reclamado en bloque por los países árabes.
Como alternativa y con el ánimo de buscar un acuerdo con los árabes, la presidencia británica y la diplomacia española plantean reconocer el "derecho a la autodeterminación" como fórmula para oponerse a la ocupación extranjera, pero no llena expectativa alguna. El problema se refleja en la dificultad para encontrar una definición universal de terrorismo como se evidenció este año en la Cumbre de Madrid, en tanto es absolutamente imposible que un país ocupante de otro acepte una resolución en contra de la invasión.
De todas formas el hecho de no consenso, no es considerado por los observadores un fracaso para los árabes, pues implica una aceptación de los invasores de la ilegalidad de la ocupación militar e implica en consecuencia terrorismo de Estado.
La crispación es tan fuerte que lo más probable es que se deje de lado el llamado Código de Conducta Antiterrorista para que no contamine el desenlace de la cumbre, el cual puede ser un rotundo fracaso, opinan fuentes diplomáticas.
Trascendió que España intentó mediar y planteó dedicar todo el tiempo que fuese necesario al asunto hasta encontrar el lenguaje adecuado sobre el terrorismo que concilie a los dos partes, pero las discrepancias son demasiado serias para solucionarlas en una reunión.
La idea es lograr un compromiso político genérico, y en consecuencia insípido, entre todos los países que implique de alguna manera la aplicación de los principios y el espíritu del Código antiterrorista. Lo más desagradable para los árabes es que, según fuentes diplomáticas, la posición predominante en la UE sigue fuertemente influida por Israel y Estados Unidos, cuyos representantes aseguran que "de ninguna manera saldrá de esta cumbre un reconocimiento a la resistencia".
Tanto la ausencia de la mayoría de líderes de los 10 países de la orilla sur mediterránea como la falta de consenso en materia de terrorismo se relacionan con la escasa labor de preparación de la cumbre de la presidencia británica.
Ante todas esas dificultades, las delegaciones empezaron ayer a concentrar esfuerzos en pactar el Programa de Trabajo a Cinco Años, que desarrolla el plan de acción hasta 2010, y alcanzaron consenso en comercio agrícola y servicios, a cambio de no precisar calendarios.
También hay acuerdo en cuanto al inicio de las negociaciones sobre la liberalización comercial de servicios, teniendo en cuenta el protocolo de Estambul de 2004