Dicen que en situaciones extremas uno reconoce con certeza lo valioso. Usted atravesó algunas, ¿qué es lo más importante, lo que no debe perderse bajo ningún concepto?
La solidaridad, la fraternidad humana. La existencia es muy dura, muy difícil, no solo por las injusticias de la historia, sino también por los agravios de la biología, que tiene sus límites pesados, como son el envejecimiento, la enfermedad, la muerte. Está cargada de dolor y también de placer, pero bueno, eso es justamente la vida. Me parece que lo más terrible es que el hombre no ha salido todavía de un nivel muy animal, todavía está muy presente el criterio de la horda, el criterio de que estos vienen de afuera, son de otro lado y hay que matarlos. Estos son rasgos primitivos. Lo lógico sería que nos apoyáramos los unos a los otros, que hubiera cierta fraternidad y afecto. En ese sentido, no por demagogia y no porque esté en Cuba, creo que esta es una sociedad muy humanista. Enviar médicos a un lugar tan distante como Pakistán, en momentos de tanto dolor y sufrimiento en un sitio tan distante, o enviar 20 mil médicos a Venezuela, es ser muy humanista. No ignoro que esta sociedad pueda tener sus contradicciones, sus limitaciones, sus errores y, probablemente, sus miserias. No es la sociedad angélica, pero debe ser la más humana de las que conozco, sin duda.
SALUDOS REVOLUCIONARIOS
(Gran Papiyo)