Ya ha pasado un tiempo desde que supimos por sus comunicados que ustedes preparaban un cargamento de maíz para cubanas y cubanos. Cuando lo supimos nos emocionamos mucho, pues cuando la solidaridad se hace entre la gente que resiste y casi nada tiene y a pesar de esto comparte, se hace más grande y hermosa. Ya supimos que ese maíz salió para la Isla. 

El día que conocimos el anuncio del regalo de maíz que enviarían, pegamos en las paredes y las columnas de nuestro Centro ese comunicado para que la gente que pasara lo supiera y además lo comentara a otras gentes, que es una de las mejores formas que tenemos para comunicarnos.

Excúsennos, es que con esta emoción, no nos hemos presentado. Somos las trabajadoras y los trabajadores del Centro Memorial Dr. Martin Luther King, Jr. de La Habana, Cuba. Somos miembros de la Convergencia de los Movimientos de los Pueblos de las Américas (COMPA). Somos una organización que desde hace casi 20 años promueve espacios de participación consciente, organizada y crítica de cubanas y cubanos en los procesos  en que vivimos y luchamos en esta nave que nos junta en viaje de resistencia, conquistas y esperanzas: la Revolución Cubana.  Y eso lo hacemos mediante la formación en la educación y comunicación popular y la reflexión socioteológica crítica y contextualizada.  También estamos muy metidos en toda la lucha contra la globalización neoliberal y la solidaridad con la gente que cree, sueña y hace por construir otro mundo, que creemos posible y necesario.

A lo que íbamos, el Centro Memorial Dr. Martin Luther King Jr. de La Habana, Cuba agradece profundamente el gesto fraterno de las comunidades y bases de apoyo zapatistas que han enviado hacia Cuba ocho toneladas de maíz y 400 litros de gasolina, como primera acción de solidaridad internacional anunciada en la Sexta Declaración de la Selva Lacandona.

A nosotras y nosotros se nos ocurrió buscar un poco de maíz tierno del que producimos por estas tierras, cuando las sequías y ciclones nos permiten, y así juntarnos para hacer tamales, que es una de las comidas más ricas que preparamos con el maíz, porque de hecho tortillas de maíz no usamos y no sabemos hacerlas. ¡Qué bueno hubiera sido que alguno de ustedes estuviera con nosotros  para que nos enseñara a prepararlas! Pero no importa, otra vez será. Y cantar algunas de las canciones que músicos de aquí han compuesto para ustedes, ver el documental que nosotros hicimos cuando la Marcha del Color de la Tierra,  leer sus textos, que también hemos publicado, o recordar las veces que los visitamos, allá, en Chiapas, en "La Realidad" y "Oventic".

Hay quienes creen que la gente de Cuba y los zapatistas nunca se han encontrado. Nosotras y nosotros atesoramos nuestro andar con ustedes como algo único, y por eso nos emocionamos tanto también, porque es como saborear el maíz que una vez se nos ofreció.

Y también queríamos decirles que nos parecen muy hermosos los sacos donde ese maíz viene, que vimos en las fotos. Y también cómo iban cargando el maíz en sus espaldas.

Ansiamos que este hermoso puente, dibujado por el cargamento zapatista desde México hasta Cuba, no nazca sólo para ser recordado, ni para quedar expuesto, sino para que lo transitemos con nuestras palabras, con nuestras acciones. Compartiremos la lucha en pos de un mundo donde quepan muchos mundos, así como ahora compartimos el maíz. Es nuestra manera de decirles GRACIAS.

Con toda la ternura de la solidaridad,

Las trabajadoras y los trabajadores del Centro Memorial Dr. Martin Luther King, Jr. de La Habana, Cuba.

Abril 28, 2006

Para contextualizar la carta:

ZAPATISTAS DEPOSITAN EN VERACRUZ MAÍZ QUE DONARÁN AL PUEBLO DE CUBA - Se trata de 8 toneladas de semilla criolla y 400 litros de combustible

ANDRES T. MORALES  CORRESPONSAL

Veracruz, Ver., 19 de abril.  La mejor forma de festejar el aniversario 45 de la victoria del ejército revolucionario de Cuba sobre militares estadunidenses en Playa Girón es la solidaridad del movimiento indígena y zapatista de México para con el pueblo isleño, sometido durante décadas al acoso internacional encabezado por el gobierno de Estados Unidos.

En este contexto, las bases del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y representantes de las juntas de buen gobierno de las comunidades chiapanecas depositaron en el recinto portuario de Veracruz el cargamento de ocho toneladas de maíz criollo, cultivado por manos indígenas, y 400 litros de combustible, también acopiado en los poblados chiapanecos.

"Los más pobres toman comida de su mesa para el pueblo cubano, azotado por la represión de igual forma que los indígenas han sido fustigados durante siglos", señalaron los comandantes Doroteo y Zeta, quienes encabezaron la caravana zapatista.

Con esta acción, dijeron, se da cumplimiento al acuerdo de Solidaridad Internacional Zapatista que contempla la Sexta declaración de la selva Lacandona y es el primer envío de apoyo en víveres enviado al pueblo cubano.

Parte de las cosechas que son destinada al autoconsumo en los poblados chiapanecos fueron acumuladas en el municipio de La Realidad, donde se estibó a bordo de los camiones zapatistas El Chómpiras y Catalán para iniciar un viaje de más de 40 horas. El 17 de abril, ambos autobuses salieron rumbo al puerto jarocho.

El cargamento de El Chómpiras -ocho toneladas de maíz y 400 litros de gasolina y petróleo- fue entregado a la agencia aduanal CICE, que realizó el tramité para embarcarlo hacia Cuba en un buque enviado por el gobierno de la isla que zarpó de este recinto.

En total, cuatro líderes zapatistas encabezaron el traslado del cargamento, que también fue resguardado por integrantes de diversas organizaciones adheridas a la Sexta declaración de la selva Lacandona y a la otra campaña.

A su paso por este puerto, los zapatistas acudieron al tradicional Café de La Parroquia para ofrecer una conferencia de prensa y su presencia en este sitio llamó la atención de los comensales, en su mayoría turistas que abarrotaban el lugar.

No hubo recibimiento formal ni discursos de los propietarios del lugar, pero los mismos meseros comentaban que con la presencia de los cuatro encapuchados zapatistas se cumplió de manera tardía el deseo del empresario de origen español, Marcelino Fernández, fundador del Café de la Parroquia y fallecido el año pasado, quien siempre esperó la visita del subcomandante Marcos y los líderes guerrilleros "para tomarse un (café) lechero".