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General: "Pueblos cautivos" : el papel liberador de la educación
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Respuesta  Mensaje 1 de 33 en el tema 
De: matilda  (Mensaje original) Enviado: 13/02/2007 15:10

CONGRESO DE PEDAGOGÍA -LA HABANA, CUBA-

Hay una tarea inexcusable a la que todos estamos llamados: reflexionar sobre cómo un país con tantas dificultades económicas (ahogado por el miserable y feroz bloqueo impuesto desde la administración Kennedy en 1963 y recrudecido por el actual presidente George W. Bush) no sólo está de pie con toda la fuerza y la vivacidad de aquellos primeros días de la revolución, sino que, por añadidura, sigue sacando ventajas absolutas en diferentes campos, uno de ellos, el prioritario: la educación.

El método cubano de alfabetización “Yo sí puedo” implementado desde hace años, lleva ya 12 versiones, las últimas en quechua y aymara, para los indígenas bolivianos, ya no solo en español, inglés o portugués y con el cual más de dos millones de personas han aprendido a leer y escribir. Es importante resaltar que este método utiliza una metodología que respeta las lenguas originarias de los pueblos donde se imparte.(1) Esta revolución en la educación comenzó allá por 1961 con la campaña por la cual se alfabetizaron mas de 700 mil cubanos e incluye las últimas tecnologías.

(¿Pero dónde, DÓNDE está el secreto? ¿por qué la diferencia en los resultados?)

Hay una continuidad histórica que va desde José Martí hasta hoy, en materia -no sólo- educativa. El apóstol, héroe nacional de Cuba, ya señalaba con su visionaria claridad, que era necesaria una educación que fuera liberadora. Una educación desprendida de la ignominiosa dominación imperialista.

Porque al egoísta sistema capitalista poco le importan las personas, lo que vale es el mercado donde todo tiene precio. Ya lo decía Ernesto “Che” Guevara: “El capitalismo es el econocida mas respetado del mundo”, econocida al que tantos rinden pleitesía acrítica según su conveniencia: formar mano de obra barata, maleable, ignorante de sus derechos; mantener ejércitos de hambrientos, de excluidos, masas pobres, humanos descartables; o, en el otro extremo, esclavos felices, huecos y plásticos que viven fascinados por el sistema que crea las mayores diferencias sociales. Al mejor estilo de Un mundo feliz, la obra de Aldous Huxley, que plantea un sistema social de castas, con control y dominación ejercido para mantener el trabajo en orden, donde la felicidad se consume en píldoras que adormecen todo espíritu crítico. Son esclavos pero ignoran que lo son. Son esclavos felices. De esa esclavitud sólo son rescatados a través de la educación.

Como en el relato de Huxley hoy las políticas neoliberales han ido deprimiendo, destruyendo, aplastando, los sistemas educativos a través de los ajustes económicos y esto también (no hay que escatimar recursos) gracias a las elites de esbirros continentales que han hecho prolija y diligentemente el trabajo sucio como verdaderos cipayos. Han sido la mano de obra al servicio del imperio, fueron los que se ocuparon de reducir presupuestos educativos y salarios docentes en pos de la pretendida eficiencia y la descentralización propuesta por los tecnócratas neoliberales. El plan estuvo tan bien organizado que, incluso, desde los centros financieros -Consenso de Washington o no mediante- no necesitaron ensuciar sus manos sino que el trabajo lo hicieron los mismos nacionales (como cuando “educaron” en la School of the Americas, you know). Así fue, excepto en Cuba.

(¿Pero dónde, DÓNDE está el secreto? ¿por qué la diferencia en los resultados?)

A e sa misma educación liberadora se refirió Frei Betto en este Congreso, reflotando ideas que muchos recordarán si leyeron (aunque sea poco) a Paulo Freire. Frei Betto puntualizó un hecho ya reconocido: la educación popular es un derecho social que debe, inexcusablemente, indefectiblemente, estar en manos del Estado. Sí, de ese mismo Estado que la oleada neoliberal achicó. Es el Estado el que debe emprender la tarea de mejorar la educación, de cuidarla y mantenerla, porque de esa siembra provendrá la cosecha de mejores frutos para el propio país. Betto también analizó que son otras las condiciones de este siglo en el cual, menos mal, han surgido con fuerza los movimientos populares, sin dudarlo, que han contribuido a reforzar y defender el concepto de educación como necesidad básica que debe ser satisfecha, que debe servir como herramienta de formación política, para formar conciencias críticas.

En el Congreso que cerró este viernes 3 de febrero de 2007, hubo voces de consuno que se harán extensivas al mundo, exigiendo que los Estados cambien las políticas educativas, que éstas sean realmente favorables a la educación. Que los gobiernos asignen a la educación los fondos suficientes. Es un lógico orden de prioridades para que ya se termine con poner en primer lugar el pago de la deuda externa pues ya es hora de dar satisfacción a la deuda interna. Que se acabe con la deserción escolar basada en la necesidad de los menores de salir a trabajar para colaborar en la economía familiar. Que las Democracias formales se transformen en DEMOCRACIAS SUSTANCIALES.

(Y ¿por qué? ¿por qué nos hallamos a años luz de Cuba, entonces?)

Los docentes de 42 países reunidos en La Habana acordaron que una educación para todos, debe aportar al desarrollo y brindar una mejor calidad, lo cual permitirá salvar a la especie frente a los desafíos que, cada vez con mayor fuerza, se deben enfrentar, tales como los cambios climáticos, las guerras, las consecuencias del salvaje neoliberalismo y la diaria mala distribución de las riquezas en el mundo. El tema central sobre el cual se trabajó fue planteado con respecto al pensamiento pedagógico latinoamericano en este siglo.

En tanto que el ministro de Educación de Cuba, Luis Ignacio Gómez, fue quien llevó la voz cantante para señalar los logros que, en materia educacional, habían sido obtenidos a través de la revolución educacional en la isla y señaló que mientras graficó con la pregunta: ¿Podrá un analfabeto o un iletrado comprender los desafíos que deben ser enfrentados y vencidos?” (2).

Es ineludible repensar el rol de los intelectuales en esta recuperación del papel liberador de la educación, papel que ha sido bandera de lucha constante en muchos educadores a pesar de los esfuerzos del sistema por acallarlo, aplastarlo, trocarlo en una materia viscosa y fofa por la que los alumnos navegan, y de la cual salen sin que se haya producido la mínima ósmosis. Contando con la inestimable colaboración mediática que adormece con propuestas de éxito fácil en medio de concursos y competencias de dudosa finalidad, operaciones de triunfo y casas donde los integrantes son observados como las hormigas en un laboratorio. Frente al facilismo y a la nada, son ahora los intelectuales quienes deben diagramar las estrategias para poner en marcha las ideas surgidas de este Congreso.

Y entonces podremos responder la pregunta: ¿en qué radica que el proyecto educativo cubano haya hecho tanto progreso en estos años, mientras decaía, se marchitaban los sistemas educativos del continente, con las excepciones recientes de aquellas naciones que adoptaron el sistema educativo cubano?

La respuesta es la educación basada en los principios éticos de la cooperación, la solidaridad, la valorización del ser humano por encima del mercado, la educación basada en principios humanísticos hechos realidad y no sólo declamados y plasmados en papel, y el reconocimiento del pueblo para acceder a la educación, a la cultura universal.

La diferencia es que Cuba tiene en claro de qué se habla cuando se habla de educación: la educación del hombre del futuro.

Ahora sólo queda poner en marcha las ideas con que cada asistente vuelve a su lugar de origen, y esperar la voluntad política de los gobiernos por recuperar todo el tiempo y el capital humano postergado hasta hoy.

LQS. Mónica Oporto. Febrero de 2007



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Respuesta  Mensaje 4 de 33 en el tema 
De: YoelA Enviado: 14/02/2007 02:23
No sabia que asi fue como construyeron a los pingueros en Cuba, Matilda.

Respuesta  Mensaje 5 de 33 en el tema 
De: SadCHARLOTE Enviado: 14/02/2007 04:47
jijijiji

Respuesta  Mensaje 6 de 33 en el tema 
De: Azali5 Enviado: 14/02/2007 07:11
Estas comunidades, verdaderos campos de concentración para sus constructores, fueron creadas por las autoridades cubanas con la finalidad de mantener bajo control y lejos de sus provincias de origen a los miles de campesinos colaboradores del movimiento armado guerrillero que surgió entre los años 1960-65, en el macizo montañoso del Escambray, en la antigua provincia Las Villas. El destierro de estas personas y sus familiares comenzó en 1970 y no se detuvo hasta 1985 con el traslado del último núcleo campesino que vivió en aquella región central del país.
Fredesvinda Hernández Méndez (Fredes), natural de Los Quemados, municipio de Manicaragua, fue una de las víctimas de los pueblos cautivos, no sólo por su religión -es Testigo de Jehová- sino por haberse casado con el hijo de un colaborador de los insurgentes en aquellas zona montañosa. Su suegro, Heriberto Hernández Quesada, poseía una finca cafetalera ubicada en las estribaciones de la sierra, en Güinía de Miranda.
"A mi suegro -señala Fredes- la policía política del gobierno (el DSE ó G-2) lo tenía clasificado como colaborador de la guerrilla que operó en la localidad entre los años 1960-63. Les brindaba alimentos y les permitía dormir en sus tierras. Otro tanto había hecho con las tropas de Castro. En varias ocasiones fue detenido por el DSE, sometido a interrogatorio y acusado de enemigo de la revolución".
Seis años después de haberse liquidado el último foco guerrillero, el 15 de diciembre de 1971, la policía política citó a Heriberto junto a cientos de campesinos que, como él, habían apoyado a los grupos armados opuestos al régimen. La intención del gobierno era limpiar los alrededores del lomerío central del país de elementos que en el futuro pudiesen apoyar otra acción armada contra el régimen de Fidel Castro.
"De manera que vecinos de Trinidad, Fomento, Güinía, La Moza, Manicaragua, Cumanayagua, Barajagua, El Nicho y Jibacoa -nos dice Fredes- se vieron envueltos en la operación de limpieza donde ellos eran como la basura que debía eliminarse. Entre los citados se encontraban algunos ex guerrilleros que nunca fueron identificados como tales. Los oficiales se reunieron con ellos en el estadio deportivo de Ciudad Santa Clara. El discurso fue breve y directo: 'Los vamos a trasladar hacia otras provincias por ser ustedes personas desafectas a la revolución. Todos apoyaron la contrarrevolución en el Escambray, ustedes no merecen ni el aire que respiran.
Jamás podrán regresar a la provincia. Lo que ustedes van a sufrir a partir de este momento, lo sufrirán sus hijos y nietos, los hijos de sus nietos...' De inmediato, los montaron en un tren cuyos vagones habían sido convertidos en pequeñas prisiones móviles y bajo fuerte custodia militar hacia sus nuevo destino: los pueblos cautivos que construirían, en su calidad de desterrados y prisioneros. Obligados estarían a trabajar entre diez y doce horas diarias, sin tener las menores condiciones de vida, pobre alimentación, malos tratos de los guardias, castigos, golpes, falta de atención médica, ningún contacto con la familia".
El viaje -según recuerda Fredes- duró 36 horas, no comieron nada durante el trayecto. Unos llegaron a la localidad de lo que sería el futuro pueblo cautivo Sandino, en el municipio de igual nombre; otros para Briones Montoto, en el municipio Pinar del Río; un tercer grupo pasó para Ramón López Peña, en el municipío San Cristóbal, todos en la más occidental del país. A los demás los enviaron para Miraflores, en la provincia Camagüey. Los viajes se sucedieron unos tras otros hasta que no quedó ni un campesino sin ser desplazado de su lugar de origen.
Los familiares se enterarían de estos hechos meses después de ocurridos, aunque comenzaron a padecer sus efectos desde el primer momento. Al respecto, Fredes expresó: "Al cabo de dos o tres meses supimos oficialmente de mi suegro, pero al día siguiente del traslado vinieron funcionarios del gobierno a las demás fincas implicadas y nos expropiaron todos los bienes: tierras, equipos, cosechas, animales, cuentas bancarias. A muchos los expulsaron de sus casas sin importarles qué sería de ellos a partir de ese momento. La mayoría de estas familias fueron recogidas por amigos o familiares. La mía tuvo suerte. La dejaron en la vivienda. El Estado cubano nunca se ocupó de las mujeres, niños y ancianos que desalojaron. No se domina la cifra exacta de las familias que fuimos arrastradas a esta vorágine de intolerancia gubernamental. En realidad, no se publicaron las cifras oficiales pero se calcula entre 2,500 y tres mil los campesinos que fueron desterrados y llevados para estos cuatro pueblos cautivos. De manera que las víctimas totales de este holocausto pudiera ascender a diez mil cubanos, en cifras redondas".
Los desterrados demoraron un promedio de dos años y medio en construir las primeras viviendas. A partir de 1973 comenzaron las mudadas de las primeras familias. Los últimos lo harían en 1985. Los pormenores de estos movimientos serán temas a tratar en la segunda parte de este artículo.
A Fredesvinda, conocida por Fredes, le correspondió su traslado en enero de 1977. Ella no pudo concebir en aquel momento las penurias que tendría que soportar y los obstáculos que debería superar, no sólo ella sino también su hija menor que le acompañó en esta nueva aventura impuesta por el régimen de Castro.
El destierro organizado por las autoridades cubanas de los campesinos del Escambray, que entre los años 1960-65 apoyaron a los grupos insurgentes anticastristas, también lo sufrieron sus familiares debido a la intolerancia característica de este régimen totalitario.
Fredesvinda Hernández Méndez (Fredes) nos refiere sus recuerdos y sufrimientos de aquellos días que tantas veces ha querido olvidar, y no lo logra.
El traslado hacia los nuevos pueblos cautivos de los familiares que componían el núcleo de los desterrados, obedeció a una selección hecha por el gobierno de Castro, que llevó a cabo su policía política (DSE o G-2).
Al respecto, Fredes señala: "Una mañana se presentaban a la puerta de tu casa varios militares, y sin preámbulo te decían que ya teníamos otra vivienda asignada en tal lugar, que el día de salida era más cuál y que debíamos presentarnos es esa dirección. Agregaban que no teníamos que llevar nada porque los inmuebles estaban amueblados, pero esto era mentira pues los apartamentos se encontraban vacíos y los oficiales lo sabían. Algunas familias le dieron crédito y al llegar a su destino se percataron del error. Mi familia no creyó en ellos y llevamos las pertenencias".
Sin aún haber dejado los parientes sus antiguos domicilios, los inmuebles eran ocupados por personas identificadas con el gobierno, quienes disponían de todo lo que encontraran en su interior en usufructo gratuito.
Sobre este aspecto, Fredes recuerda: "Los que fuimos desterrados tuvimos que pagar alquiler por los nuevos apartamentos que durante dos años y más construyeron nuestros jefes de núcleo en condiciones infrahumanas, a pesar de que las propiedades que nos habían sido confiscadas, sin remuneración, poseían un valor varias veces superior al costo de las viviendas asignadas en lugares tan apartados".
A Fredes le tocó mudarse el 21 de enero de 1977 para el pueblo cautivo Ramón López Peña, en el municipio San Cristóbal de la provincia Pinar del Río. "Para mí el traslado fue muy duro", recuerda. "Tenía 20 años de edad, una niña de dos años y estaba embarazada de la segunda. Mi esposo no me pudo acompañar en el viaje porque su hermana (diabética, sorda y afectada por la poliomielitis desde pequeña) había sufrido una herida en el pie, se le complicó con gangrena y hubo que amputárselo. Estaba hospitalizada en estado grave. Mi marido se quedó apoyando a su mamá. En resumen, el movimiento lo realizamos mi cuñado, la niña y yo".
"La primera etapa -precisa Fredes- fue en camiones desde Güinía de Miranda hasta los llanos de Jibacoa, en el Escambray. Otras familias salieron de los diferentes municipios. Los locales donde nos albergaron no tenían condiciones para albergar personas mayores con niños. Hombres y mujeres juntos, sin privacidad, literas estrechas, de tablas, muchas sin colchonetas. Mi hijita y yo no cabíamos juntas en una de ellas. Yo no pude dormir esa noche por temor a que se cayera la niña. Los guardias le dieron leche a los pequeños y algo de comer a los adultos. Al otro día, de nuevo los camiones hasta Manicaragua. Fuimos a parar a El Ranchón. Las condiciones allí empeoraron. No había dónde acostarse. Nos dejaron sin comer. Tampoco le dieron leche a los menores. Al oscurecer, otra vez los camiones hasta Santa Clara. En esta ciudad pasamos la noche sin dormir, comidos por los mosquitos, con mucho frío y golpeados por lloviznas intermitentes. Nos tiraron en unos solares próximos a la estación del ferrocarril. No hubo ningún tipo de consideración, a pesar de que el grueso éramos mujeres, ancianos y niños. La mayoría de nuestros hombres desde 1971-72 estaban presos en diferentes regiones de la provincia pinareña.
Fredes, con la angustia reflejada en su rostro por los recuerdos, continúa la historia: "Al día siguiente nos montaron en el tren. El mismo que años antes había llevado a nuestros padres, esposos y hermanos. Eran las pequeñas cárceles móviles y el mismo rigor. Nos acompañaban ocho guardias armados en cada vagón, con fusiles y bayonetas. Cualquier movimiento debía ser autorizado por ellos. Nuestros hijos lloraban asustados y por el hambre. ¡Al fin les dieron leche y compota! A los adultos naranjas. Ellos (los militares) sabían que llevábamos 48 horas casi sin comer; el viaje en tren duró otras 35 horas. A nadie le dieron alimentos sólidos. ¡Ni siquiera a las mujeres embarazadas ni a los menores!"
En ese tren iban personas para los pueblos cautivos López Peña, Briones Montoto y Sandino. "En la medida en que llegábamos al final del trayecto, el convoy dejaba los coches y continuaba su viaje hasta la próxima parada y así, hasta llegar a la última".
La mujer agrega: "El traslado de las pertenencias fue otra odisea. No sabíamos por qué vía venían. Después nos enteramos que los habían mandado por un tren de carga. Teníamos que seleccionar cuáles eran las nuestras en aquella locura de cachibaches. Ningún guardia nos ayudó en la operación. Algunos expresaron que ése no era su problema. Fuimos las mujeres, los ancianos, los niños y los pocos hombres que nos acompañaban, ayudados por los desterrados que acudieron a recibirnos, quienes movimos las cosas en carretas tiradas por bueyes a través de caminos irregulares. Los muebles se desajustaron, los cristales se rompieron, las ropas se llenaron de polvo o se ensuciaron al caer en el fango y en la tierra".
Desplazamientos como éste se contaron por docenas hasta mediados de 1985 en que se realizó el último. Fredes fuerza su memoria y nos dice: "Las personas que fuimos trasladadas de esta manera sumamos docenas de miles. En López Peña sólo, hay una población actual de aproximadamente diez mil personas entre colaboradores de los grupos insurgentes en el macizo de Trinidad, sospechosos de colaborar y familiares de éstos, además de unos cuantos núcleos de familias que constituyen la red de informantes permanentes del gobierno que siguen nuestros pasos. Los otros tres pueblos cautivos deben tener poblaciones y status similares".
"Cuando llegamos al lugar -concluye Fredes- nos dimos cuenta de que sólo existían los edificios de viviendas. No había calles pavimentadas, ni aceras, ni áreas verdes, ni parques, ni círculos infantiles (guarderías), ni escuelas para nuestros hijos, ni centros de recreación. Apenas una tienda de comestibles, otra de ropa, una placita de viandas y hortalizas, la barbería-peluquería y la posta médica. Las autoridades consideraban que era suficiente para atender a diez mil personas. Con el paso de los años habilitaron tres casitas como escuelas primarias. Más tarde, al darle casa a los últimos presos, convirtieron el albergue donde vivían en escuela primaria. Los adolescentes que asistían a la secundaria básica debían dirigirse hasta el pueblo de San Cristóbal, ubicado a ocho o diez kilómetros de distancia, la mayoría de las veces a pie, por no tener transporte en el cual trasladarse".
Cuando Fredesvinda Hernández Méndez llegó a López Peña ya había allí unas 300 familias. Hoy esa cifra se eleva a 2,500 núcleos. Con el tiempo transcurrido pensó que su situación iría mejorando y que los odios de las partes en conflicto quedarían en el pasado, pero la frase que los oficiales castristas le dijeron a su suegro y demás presos políticos desterrados cuando los concentraron en la ciudad de Santa Clara, el 15 de diciembre de 1971, no fue dicha para que se olvidara. En realidad formaba y forma parte del tratamiento sociopolítico y económico que el gobierno de Fidel Castro le tiene reservado a todo aquél que, de alguna manera, se le opone.

Respuesta  Mensaje 7 de 33 en el tema 
De: matilda Enviado: 14/02/2007 09:35
Y entonces podremos responder la pregunta: ¿en qué radica que el proyecto educativo cubano haya hecho tanto progreso en estos años, mientras decaía, se marchitaban los sistemas educativos del continente, con las excepciones recientes de aquellas naciones que adoptaron el sistema educativo cubano?

Respuesta  Mensaje 8 de 33 en el tema 
De: matilda Enviado: 14/02/2007 11:59

La respuesta es la educación basada en los principios éticos de la cooperación, la solidaridad, la valorización del ser humano por encima del mercado, la educación basada en principios humanísticos hechos realidad y no sólo declamados y plasmados en papel, y el reconocimiento del pueblo para acceder a la educación, a la cultura universal.

La diferencia es que Cuba tiene en claro de qué se habla cuando se habla de educación: la educación del hombre del futuro.


Respuesta  Mensaje 9 de 33 en el tema 
De: Azali5 Enviado: 14/02/2007 14:23
Que futuro??
 
y te lo pregunta una cubana nacida y criada en el "proceso"

Respuesta  Mensaje 10 de 33 en el tema 
De: matilda Enviado: 14/02/2007 16:47
El tuyo no pibita, vos ya estás "desprocesada". El de los cubanos y el de todos los que queremos un mundo mejor.Socialista.
Rojo,rojito!
 
mati

Respuesta  Mensaje 11 de 33 en el tema 
De: Azali5 Enviado: 14/02/2007 19:11
Que cubanos? 
 

Respuesta  Mensaje 12 de 33 en el tema 
De: matilda Enviado: 14/02/2007 21:35
Es algo que  no vas a entender.....seguro.Igual tranqui vos no calificás.

Respuesta  Mensaje 13 de 33 en el tema 
De: Azali5 Enviado: 14/02/2007 21:35
jajajajajajajaja se que no podras contestarme, argentina

Respuesta  Mensaje 14 de 33 en el tema 
De: SadCHARLOTE Enviado: 15/02/2007 01:35
Los jóvenes necesitamos oxigeno!
Exiles in Miami Rejoice After Castro Cedes Power

Respuesta  Mensaje 15 de 33 en el tema 
De: matilda Enviado: 15/02/2007 03:11
Es que no quiero ofenderte Azalita,pero creo que se sobreentiende.
Deberías seguir el consejito propagandístico de Sadita , necesitan mucho oxígeno.....sobre todo en el cerebro (aunque tengo entendido que una vez fenecidas las neuronas no se recuperan) y , a lo mejor tenés suerte y se te sube a la cabellera como a Sad,juazzzzzzzzzz!!!!
 
salute
mati

Respuesta  Mensaje 16 de 33 en el tema 
De: matilda Enviado: 15/02/2007 04:47
Tengo una reflexión,no para vos por supuesto,pero hay algo que no "cierra".
Es extraño y patético que, haya una clase de personas que ante los logros de "su" país, justamente en algo tan imprescindible como la educación,elogiados,valorizados,aplaudidos y reconocidos aún por sus acérrimos enemigos, insistan en hacer de detractores de su propio lugar .
Luego se rasgan las vestiduras gritando yo soy,yo soy!!! Si, que son??
Qué puede ser  alguien que va en contra de su "propia" gente?porque yo no digo que no vociferen contra Fidel, pero no reconocer lo obvio??
Caray!  qué clase de gente son?
matilda

Respuesta  Mensaje 17 de 33 en el tema 
De: Azali5 Enviado: 15/02/2007 06:23
Vaqui te quedan dos neuronas segun Talita

Respuesta  Mensaje 18 de 33 en el tema 
De: matilda Enviado: 15/02/2007 07:59
Seguro si vos lo decís que sos una "eminencia" todos lo vamos a refrendar,juazzzzzz
Ya probaste con el oxígeno?


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