CUBA es mi paraíso, el paraíso dejado por el exilio cubano alentado por el sueño capitalista de los Estados Amontonados de Norte América. Bellas mujeres, como sirenitas engañadas por los âtiburones del norteâ se lanzaron al MAR por el sueño anhelado de Sodoma y Gomorra; fuertes caballeros, bien educados y alimentados en el paraíso Socialistas de la bella CUBA se negaron a vivir con dignidad por el sueño Americano, por el sueño del consumo desenfrenado, por el sueños de las bellas gringas de origen Anglosajón.
Esas bellas sirenitas gringas del Mar imperial, de ojos claros, verdes como las praderas o Azules como el Mar o el Cielo de la Habana, se ganaron el interés del hombre cubano que también junto a sus lindas sirenitas se mojaron hasta alcanzar capitalismo para gozar de abundancia y lujos a todo dar. Pobres sirenitas cubanas, que fueron relegadas por sus varones, por las blancas sirenas gringas.
Miren mi CUBA, la CUBA de mis sueños, cómo alimenta a su gente, cómo le da salud a su gente. Miren, amigos míos, lo que ustedes rechazaron es lo que nosotros anhelamos, lo que ustedes rechazaron es por lo que nosotros morimos, lo que ustedes rechazaron es lo que a nosotros nos falta: salud, educación y cultura.
¿Por qué tiene que ser irónica la vida, Dios mío? ¡Unos rechazan lo que a nosotros nos falta y por lo que luchamos! ¡Vaya Dios, que onda más rara!