En la manigua, junto a los mambises, las mujeres reclamaron su lugar en el combate; después, en el Moncada y en la Sierra Maestra demostraron que había que tenerlas en cuenta. Al triunfar la Revolución ellas estarían en la primera línea, dispuestas a luchar por sus derechos, a ocupar en la sociedad el lugar que siempre les habían negado.
El 23 de agosto de1960 marcó el nacimiento de una organización que ha sido orgullo de las mujeres. Vilma Espín, con todas sus energías, amor e inteligencia, lideró la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), la cual impulsó el protagonismo de las féminas en todos los sectores.
Las trabajadoras tienen garantizados su derecho al empleo. Foto: Agustín Borrego
Hoy las cifras hablan por sí solas. En Cuba, las mujeres son el 46% de las personas ocupadas en la economía estatal civil. Actualmente, ellas ocupan el 37,4% de los puestos de dirigentes, lo cual supera el 30% que la IV Conferencia Mundial de la Mujer, organizada por Naciones Unidas, celebrada en Beijing (1995), planteó como aspiración para el mundo y que la mayoría de las naciones no ha logrado.
Estos avances son frutos de las políticas y estrategias trazadas por el Gobierno revolucionario y del trabajo consecuente de la Federación de Mujeres Cubanas a lo largo de todos estos años.
Tal como dijo Fidel en 1966, al concluir la V Plenaria Nacional de la FMC, en relación con las mujeres se había producido una Revolución dentro de la Revolución. Solo desde esa perspectiva dialéctica podría entenderse, a la altura de este nuevo siglo, el papel tan significativo que ha tenido y tienen las mujeres en la vida económica y social del país. Foto: José R. Rodríguez Robleda
Para las cuatro millones 162 mil 355 integrantes de la FMC, aún quedan sueños por cumplir. Siempre habrá un reto por vencer. Este 23 de agosto, cuando los recuerdos conducen inevitablemente al legado de Vilma Espín, defensora inigualable de los derechos femeninos, sobran razones para sentir orgullo de ser una cubana de estos tiempos.