Hace unos días alguien me comentaba que en una comunidad latinoamericana se desconocía que en Cuba se ofertaban todo el servicio de salud de forma gratuita por lo que voy a tomar varios ejemplos publicados en los últimos tiempos por la prensa donde se señala el papel de la salud pública dentro de la sociedad contemporánea actual.
El primero es de Paraguay donde se tienen 4.730 médicos para una población nacional de 6.150.000 habitantes, lo que representa un médico por cada 1.300 habitantes.
La segunda es de la provincia de San Luis en Argentina donde se asegura que el sistema de salud de ese territorio está colapsado. “Falta de medicamentos, de sábanas, de aparatos para realizar estudios, filtraciones en los techos de los quirófanos, ausencia de especialistas, equipos rotos y privatización de algunos servicios. El colmo se registró, cuando los médicos finalizaron una operación de apéndice utilizando las luces de los celulares ante la falla del grupo electrógeno.”
El tercer ejemplo lo voy a tomar de varias noticias cubanas, en una se dice que la oriental provincia de Las Tunas, ubicada a más de 700 kilómetros de la capital cubana, registra la más baja tasa de mortalidad infantil registrada en la historia, y que: “Puerto Padre, Jesús Menéndez, Manatí, Majibacoa, Jobabo y Colombia, son seis de los ocho municipios tuneros, que no han tenido ninguna muerte de recién nacido en lo que va de año.”
Otra información divulgada subraya que “en el mundo, cada minuto se reportan 11 jóvenes infectados con el VIH, 42 millones de personas son portadoras del virus, y de ellos más de tres millones son menores de 15 años”, sin embargo en Cuba la pandemia no es un azote y se ejemplifica con la provincia de Camagüey donde sólo se han detectado 145 casos entre 1996 y el 2003, con 26 fallecidos.
También en otros despachos de prensa se dice que la expectativa media de vida de una persona nacida en Cuba es de 77,2 años, contra 77,9 en Estados Unidos, que el número de niños que mueren antes de cumplir los 5 años de edad es de siete por cada 1.000 nacidos vivos en la Isla y ocho por cada 1.000 en Norteamérica. “Y según cifras de la Organización Mundial de la Salud, Estados Unidos gasta 26 veces más en salud, 6.096 dólares por persona al año, comparados con 229 dólares en Cuba”.
Sin querer atiborrar este artículo con datos, pienso que es muy elocuente los resultados obtenidos por Cuba fruto de la Revolución triunfante en 1959 donde se implementaron un conjunto de medidas cuyo eje central es elevar la calidad de vida de la población.
Actualmente se disfruta en la Mayor de las Antillas de un sistema de salud, digno de envidiar: Todos los hospitales, policlínicos y consultorios brindan servicios gratuitos y están habilitados para recibir las emergencias que se puedan presentar.
Los exámenes y pruebas se realizan sin tener que abonar un centavo por el servicio y se ha invertido mucho en equipamiento de alta tecnología para brindar un diagnóstico exacto y preciso de acuerdo a las patologías. Para ello se cuenta con equipos de Tomografía Axial Computarizada (TAC), ultrasonidos, Resonancias Magnéticas, sin contar con las técnicas tradicionales de electroencefalograma y cardiograma introducidos en décadas anteriores y de los exámenes clínicos, microbiológicos y rayos X.
Para aliviar los servicios de emergencias, después de reparados los policlínicos comunitarios alrededor del año 2000, se introdujeron salas de terapia en esas instituciones que pueden recibir unos diez pacientes diarios. Esas unidades están equipadas con todo el material para evaluar, brindar los primeros auxilios y luego trasladar al paciente hacia los hospitales especializados como son: el cardiocentro, el neurológico, el oncológico, el ortopédico, los institutos de hematología, gastroenterología, etc., que reciben un tratamiento específico de acuerdo a su enfermedad.
Unido a ello están los centros gineco-obstetras y de pediatría, que por su importancia hay uno en cada provincia y en la capital suman más de 10, pero existe también los servicios de cirugía menor implementados ya a nivel de policlínico y que atienden tratamientos quirúrgicos posibles de resolver en una consulta externa.
No es posible dejar de mencionar la estomatología, disponible a nivel de consultorio del médico de la familia y que realizan una labor profiláctica en las escuelas, hogares de ancianos y círculos infantil y que de manera priorizada y obligatoria atienden a las embarazadas.
Pero a su vez debemos decir que ya somos potencias en oftalmología, y aunque existe un gran centro rector en la especialidad, --el hospital “Pando Ferrer”—este servicio está instalado en todos los centros clínicos quirúrgicos del país y realizan operaciones oculares a todo el que lo necesite.
Les puedo asegurar que no hay colas ni listas de pacientes con necesidades de tratamiento quirúrgicos, las enfermedades pueden ser prevenidas y curadas a tiempo, los períodos de dolencia de enfermedades terminales se alivian grandemente con tratamientos quimioterápicos con medicamentos específicos comprados a nivel internacional a altos precios pero el cubano lo recibe gratuitamente.
Si a ello le sumamos el servicio de ambulancia, las farmacias, las ópticas, las enfermeras a domicilio, las salas de rehabilitación a nivel de localidad, sacamos la conclusión que el sistema de salud cubano es de primer nivel y a ello se deben los altos índices estadísticos que ostentamos a pesar del bloqueo de Estados Unidos y de los esfuerzos por desestabilizar el socialismo.
Valga toda esta explicación para decir que la Mayor de las Antillas es la potencia médica que el mundo necesita, que sus experiencias pueden ser tomadas e implantadas en cualquier región, ciudad o país y que por eso Cuba no da lo que le sobra sino que reparte lo que tiene porque así siente que Patria es Humanidad.