El apostol que vicion tenia ese hombre,conocio al mostruo y hablo la pura verda del socialismo,la america no a dado un hombre como marti.
Fermín Valdés Domínguez nació en La Habana, el 10 de julio
de 1852. Halló Martí igualmente en él al servidor, como médico
y soldado, de la libertad de Cuba, aunque ambos estaban muy
distantes en la definición del socialismo como régimen de
gobierno. Fermín ha sido reconocido como el reivindicador de
la memoria de los estudiantes de Medicina.
Fue condiscípulo de José Martí en el colegio San Anacleto y
mas tarde como alumnos de Rafael Maria de Mendive; aunque
eran mas que eso: eran verdaderos amigos, siempre bien
recibido en la casa de los Valdés Domínguez, donde aquel
hogar era un hogar para José Martí. Eran tiempos de
insurrección mambisa y ambos colegiales exaltados con las
noticias de que ha comenzado el levantamiento que luego se
llamaría Guerra Grande. Martí –con solo 15 años de edad- ya
se incorporaba a esos afanes literarios y en el diario escolar
escribe: O Yara o Madrid, y mas tarde el soneto 10 de octubre,
a la par que Fermín funda el periódico El Diablo Cojuelo. Por
burlas que hicieron a los voluntarios españoles fue procesado
por infidencia, condenado a seis meses de arresto en tanto
Martí es condenado a presidio y mas tarde deportado a
España. En 1871 Fermín ingresa en la Real y Literaria
Universidad de La Habana; como estudiante de medicina es
detenido con otros estudiantes, ocho de los cuales fueron
condenados a la pena de muerte en tanto Fermín es
condenado a prisión. En 1872 se traslada a España
procedente de Francia poniendo a Martí al tanto de los
sucesos del fusilamiento de los estudiantes de Medicina. Viajan
dentro de la península pasando todo el tiempo junto a Martí
quien ya se enfermaba con frecuencia.
Continuó en España sus estudios universitarios y concluida su
carrera de medicina regresa a Cuba, colaborando en El
Triunfo, El País, etc.. además de dirigir El Cubano. En 1881 va
a ejercer su profesión a Santiago de las Vegas, de donde
regresa en 1883 a La Habana y es en esta nueva etapa que
publica varios trabajos médicos entre 1885 y 1886.
En carta del 28 de febrero de 1887, Martí le decía respecto al
libro:
”Tú has hecho, con singular elevación, lo que acaso nadie más
que tú se hubiera determinado a hacer. Lo has hecho sin
pompa y sin odio, como se hacen las cosas verdaderamente
grandes. Tu moderación en la justicia te habrá granjeado el
respeto de los mismos que quisiesen ofenderte.”
Pero en un inesperado cambio se establece en Baracoa,
Oriente, con su esposa y allí ejerce la medicina en general y en
particular la medicina forense y realiza estudios de
arqueología, antropología y sanidad vegetal en 1890; y en la
misma provincia de Oriente, Cuba, se dedica al estudio de la
fiebre amarilla; además de la flora y fauna de la región de
Baracoa.
En 1894 encontramos a Fermín en Nueva York. Siente
verdadero regocijo al leer el articulo escrito por Martí,
publicado en PATRIA con el titulo ¡A CUBA! donde expone
como sus causas directas el contubernio entre intereses
españoles y estadounidenses. Este articulo se edita en inglés y
en español , distribuido como un suplemento del periódico.
Rindiéndosele homenaje a Fermín en el salón Jaeger’s, Martí
hace elocuente recuerdo de su amistad con él, alaba sus
trabajos médicos y de investigación, sus publicaciones, etc..
Fermín era entonces un colaborador del periódico PATRIA
pero ya se le notaba la diversidad de pensamiento en cuanto a
la política a seguir en la nueva Cuba, en la Cuba después de
su liberación porque Fermín era partidario de las ideas
socialistas – y Martí vaticina:
Esa futura esclavitud es el socialismo.
Y añadió Martí profetizando lo que pudiera pasar en un estado
con gobierno socialista:
“Todo el poder que iría adquiriendo la casta de funcionarios,
ligados por la necesidad de mantenerse en una ocupación
privilegiada y pingüe, lo iris perdiendo el pueblo que no tiene
las mismas razones de complicidad en esperanza y provecho,
para hacer frente a los funcionarios enlazados por intereses
comunes. Como todas las necesidades publicas vendrían a ser
satisfecha por el estado, adquirían los funcionarios entonces la
influencia enorme que naturalmente viene a los que distribuyen
algún derecho o beneficio. El hombre que quiere ahora que el
estado cuide de el para no tener que cuidar el de si, tendría
que trabajar entonces en la medida, por el tiempo y en la labor
que pudiese el estado asignarle, puesto que a este, sobre bien
caerían todos los deberes, se darían naturalmente todas las
facilidades necesarias para recabar los medios de cumplir
aquellas.
De ser siervo de si mismo, pasaría el hombre a ser siervo del
estado. De ser esclavo de los capitalistas, como se llama
ahora, iría a ser esclavo de los funcionarios. Esclavo es todo
aquel que trabaja para otro que tiene dominio sobre él, y en
ese sistema socialista dominaría la comunidad del hombre, que
a la comunidad entregaría todo su trabajo. Y como los
funcionarios son seres humanos y por tanto abusadores,
soberbios y ambiciosos, y en esa organización tendrían gran
poder, apoyadas por todos lo que aprovechan o esperaron
aprovechar de los abusos y por aquellas fuerzas viles que
siempre compra entre los oprimidos, el terror, prestigio o
habilidad de lo que mandan, este sistema de distribución oficial
del trabajo común llegaría a sufrir en poco tiempo de los
quebrantos, violencias, hurtos y tergiversaciones que el
espíritu de individualidad, la autoridad y osadía del genio y las
astucias del vicio originan pronta y fatalmente en toda
organización humana.
El funcionario autocrático, abusará de la plebe, cansada y
trabajadora.
Lamentablemente será, y generará la servidumbre.
José Martí
Fermín Valdés Domínguez murió el 13 de junio de 1910 en la
ciudad de La Habana