Optar por los pobres:
síntesis de espiritualidad
José María VIGIL
1. La opción por los pobres no es un tema teórico. La realidad es quien lo plantea. El mundo real está marcado por el signo de la desigualdad y la injusticia entre los hombres y entre los pueblos. Se trata de una de las dimensiones más profundas y conflictivas de la realidad, que atraviesa permanentemente la historia.
2. En esta realidad marcada nacemos y somos invitados a desarrollarnos como personas, como en una circunstancia inevitable que nos constituye. Construir la vida al margen de ella es sencillamente construirla fuera de la historia real. No se puede construir una existencia auténticamente humana sin pronunciarse frente a ella.
3. Es necesario ante todo abrir los ojos a esa realidad: darse cuenta de que estamos en un mundo en el que las tres cuartas partes de la humanidad sobreviven malviviendo en la pobreza y la miseria, mientras unos pocos viven en islas de bienestar y hasta de opulencia; es preciso darse cuenta de que para la inmensa mayoría de la humanidad el simple hecho de sobrevivir diariamente es una difícil aventura.
4. Para ser persona realmente situada en este mundo se hace ineludible definirse de cara a los pobres. Mテ。s aテコn: la realidad es tan grave e injusta que la persona no serテュa realmente humana si no comprometiera solidariamente su destino con el de estas mayorテュas oprimiュdas. No se puede encontrar un sentido valioso para la vida humana si no es desde la ,,,,,,,,,
5. Ante la realidad injusta muchas personas experimentan, en uno u otro momento de su vida, una profunda indignación ética. Esta indignación ética se convierte para muchos hombres y mujeres en la experiencia fundamental humana y religiosa de su conciencia moral. Se puede describir en su núcleo más fundamental como: el sentimiento de que la realidad de injusticia es tan grave que merece una atención ineludible; la percepción de que la propia vida perdería su sentido si fuera vivida de espaldas a la compasión y la misericordia hacia los pobres; la elección de "la Causa" de los pobres como "la Causa" de la propia vida, como la Causa por la que vivir y morir; la decisión insobornable de consagrar la propia vida de una forma u otra a erradicar la injusticia.
6. Una indignaciテウn テゥtica coherente debe conducir a la profundizaciテウn del conocimiento de la reaュlidad: a captar que la realidad no es trasparente, sino ocultadora de los mecanismos de opresiテウn. A echar mano de instrumentos de anテ。lisis y tratar de conocer las raテュces de la inュjusticia. A descubrir que la injusticia mundial no es casual, sino causada; no es fatal, sino solucionaュble; no es natural, sino histテウrica; no es inocente, sino pecaminosa. Adquirir una conュciencia crテュtica forma parte de los deberes de la persona humana hacia sí misma (su propia realización) y hacia los demás (para un servicio meas efectivo y realista).
7. Los pobres han de ser descubiertos como una realidad colectiva (no una mera suma inorュgテ。nica de individualidades), conflictiva (dialéctica, causada, víctima de injusticia) y alternativa (con un proyecto social propio). Los pobres pueden dejar de ser masa y convertirse «pueblo», en sujeto histórico, por la toma de conciencia de sí mismos y la asunción de su propio destino.
8. La realidad no es homogénea. Tiene lugares sociales y perspectivas diferentes. El lugar que ocupamos en la realidad marca nuestra percepciテウn y hasta de alguna manera nos consュtituye. No se piensa ni actテコa igual desde una choza que desde un palacio. El lugar social de los pobres es un punto de vista que da una perspectiva mテ。s fecunda para contemplar la historia, la realidad, sus mecanismos y el sentido de la vida. Optar por los pobres significa una ruptura epistemolテウgica.
9. Optar por los pobres implica optar por el «lugar social» de los pobres, mirar la realidad y la historia desde la perspectiva de los pobres, defender sus intereses, optar por su Causa, asumir su destino, querer hacer valer efectivamente el peso de la propia vida âpor pequeño que seaâ a su favor en el juego de la correlación de fuerzas de la sociedad. Esto puede comportar la exigencia de realizar algún «éxodo» (mental, afectivo, cultural, político o incluso físico). Puede significar para algunos una ineludible traición a su propia clase.
10. Optar por los pobres implica sumarse a su propio protagonismo, aceptándolos como sujetos de su propio destino y no ya como beneficiarios de una acciテウn asistencial. Dejar de viュvir ツォparaツサ los pobres desde un テ。mbito de referencia que no es el de los pobres, y pasarse a su terreno, a sus filas, sumテ。ndose a su proyecto. No para dirigirlo, sino para apoyarlo, para ponerse a su servicio. Pasar a vivir ya ツォconツサ los pobres, en comuniテウn de lucha y de esperanza. Significa pues optar por los pobres rebeldes y organizados, los pobres que saュlen de su alienaciテウn histテウrica para pasar a ser sujetos de su propia historia.
11. Una OP madura y completa incluye optar geopolíticamente dentro del conflicto histテウrico que enfrenta a los pueblos (empobrecidos, sometidos o obligados a la dependencia) con el sistema de dominaciテウn imperial. Optar geopolテュticamente significa no aceptar ya vivir desoュrientadamente, sin coordenadas geopolテュticas, sino orientar la propia vida, el trabajo, la profesiテウn, el corazテウn, los intereses, la solidaridad_ con una brテコjula certera que indique constantemente el Sur de los pobres, siempre sobre el terreno concreto de las coordenadas geopolテュticas, nunca sobre las nubes de una universalidad abstracta ajena al espacio y al tiempo histテウricos.
12. Optar por los pobres implica salir de la ingenuidad, de la pasividad, de la indiferencia y proュnunciarse ante la historia: tomar postura, definirse e intervenir en el drama mayor de la historia. No pasar de largo, desapercibido, entretenido o alienado en tareas superfiュciales o accidentales. No gastar la vida en tareas que no son las mテ。s oportunas, urgentes y eficaces de cara a la liberaciテウn de los pobres.
13. Si se entiende en su sentido complexivo y amplio, englobando todas sus dimensiones (ética, política, geopolítica y religiosa), bien puede expresar y encarnar la opciテウn fundaュmental de la persona humana