Lean, lean...
¿QUÉ significado tiene hoy la Guerra de Malvinas? Es una pregunta que nuestro pueblo no se hace porque es un trauma no resuelto. Pero no es asunto de poca importancia y en este XX aniversario conviene retomarlo porque en nuestra vida cotidiana los argentinos hacemos como que lo hemos superado, pero es sólo una simulación.
La derrota fue seguida de un impresionante proceso de desmemoria forzada y por eso hoy todavía no se sabe si celebrar o llorar. En todos estos años, esta nación no ha sabido qué hacer en cada aniversario de aquel estúpido 2 de abril. Con Alfonsín se recordó la derrota como un aniversario luctuoso, cada 10 de mayo. Con Menem la fecha fue un feriado bastante anodino. Con De la Rúa los militares consiguieron que en lugar del 10 de mayo (día de la rendición) se recordara el 2 de abril (día del desembarco). Retroceso sutil que es más que un cambio de fecha: es renegar de la derrota, contribuir a la negación e impedir la síntesis.
Por geografía, por historia y por derecho, las Islas Malvinas son argentinas y esto fue reconocido por todas las clases sociales, en todas las épocas. (SEGUN ELLOS*) Si hubo una causa unificadora y un sentimiento unánime en nuestro país, durante un siglo y medio, fue la convicción de que esas islas son parte del territorio nacional. Por lo tanto, si había una causa capaz de unirnos era ésta y eso fue lo que explotaron Galtieri y su pandilla. Esa causa no podía sino ser bienvenida por el conjunto de la población, y además recibió la solidaridad continental. (Otra mentira, los USA apoyaron a la Tatcher, legítima dueña de las islas, que gracias al puño británico glorioso son laboratorio científico y los argentuzos las convertirían en más granja vacuna)
Esa guerra no tenía coherencia y todavía llama la atención que hayan sido tan pocos los que advirtieron la trampa. Fue una aventura irresponsable, lanzada sin medir consecuencias, con un infantilismo asombroso y una desaprensión que arrojaron un resultado espantoso: la muerte de centenares de muchachos. (que se jodan , menos estúpidos escupiendo plumas en el mundo)
Pero lo asombroso es que esa misma actitud infantil se contagió a la gran mayoría de la población, que olvidando que las Juntas ya habían estado a punto de meternos en otra guerra con nuestros hermanos chilenos ( hipócritas, no soportan a los chilenos, que muy correctamente aoyaron a Inglaterra moralmente) , ahora creía, verdadera y honradamente creía que porque la causa era justa se podría vencer a una potencia como Inglaterra.
Fue por todo eso, también, por lo que la derrota dolió tanto. Al despertar a la realidad, el pueblo argentino vio que todo había sido mentira, menos la solidaridad internacional ( ¿cual, si nos burlábamos todos ; yo estaba en Miami, pero veia la prensa mundial, empezando por España). Y entonces fue la vergüenza. Y la negación.
Por eso, aunque duela, es indispensable sincerar ese comportamiento de la mayoría que aceptó la manipulación y apoyó la aventura, y luego se negó a la autocrítica y se pasó los últimos 20 años sin resolver la cuestión.
http://www.articlearchives.com/south-america/falkland-islands/469002-1.html