El asilo político que otorgó Alan García en el Perú el al ex gobernador fugitivo de la justicia venezolana Manuel Rosales el 27 de Abril pasado, ha tenido varias lecturas en el marco de las relaciones exteriores.
Algunos analistas auguraban una fractura total de relaciones diplomáticas entre el Perú y Venezuela; otros planteaban una tirantez entre los gobiernos de Chávez y García, similar a la que existió antes que ambos acordaran la paz. Sin embargo pocos intuyeron, que esto afectaría más significativamente a un tercer país como es el caso de los EE.UU. de Norteamérica.
En efecto, sus consecuencias se estarían sintiendo principalmente en el Departamento de Estado del gobierno de los EE.UU. y sus estamentos de inteligencia –CIA, USAID, NED, etc.- los cuales habrían quedado sensiblemente ‘bloqueados’ ante la pérdida de una pieza clave de sus tramas y conjuras dentro de Venezuela y en América del Sur.
En ellas, el ex gobernador del Estado Zulia (Venezuela) y ex alcalde de la ciudad de Maracaibo (Estado Zulia), desarrollaba un papel importante para la potencia.
Y esto lo estaría confirmado, la denuncia efectuada el 28 de Abril del 2009 por la investigadora venezolana-estadounidense Eva Golinger, en la que dio a conocer de la reciente y abierta intervención de los EE.UU. en Caracas (Venezuela) a través del establecimiento de un programa académico sobre ultra-neoliberalismo por parte de un pretendido centro de instrucción universitario.
Este, llamado “CATO-CEDICE” y ligado a agencias de seguridad y defensa de los EE.UU. –como menciona la coautora de “La Telaraña del Imperio”-, tendría como finalidad intentar adoctrinar a la juventud venezolana con fraudulentos programas de estudios sobre neoliberalismo, tendientes en la realidad a fomentar las modalidades subversivas del “separatismo”, el “golpe de Estado suave” y la desestabilización del orden constitucional mediante la anarquía.
Estas incursiones de la inteligencia estadounidense se muestran evidentemente como recursos torpes o desesperados, ante la pérdida de Rosales y el Estado Zulia -su bastión político-, que anteriormente le permitían la realización de acciones encubiertas de inteligencia a manera de oposición política al gobierno del presidente Chávez.
La investigadora Eva Golinger, a pesar de conocer perfectamente la magnitud de la conjura subversiva planteada por los EE.UU. contra América del Sur, sin embargo ha sido sumamente objetiva en describir sin especulación alguna la pata de la araña con la cual se tropezó sin mucho buscar, y que como bien sabe la escritora, esto sólo constituye la enésima parte de la gran telaraña tendida por el imperio neoliberal estadounidense –y sus amigos europeos- para alcanzar sus objetivos de hegemonía en el continente.
En estos planes urdidos desde la primera gestión Bush –que se percibe continuarían en el momento- se hacía preciso contar con las ambiciones personales de Manuel Rosales, que pretendía liberarse bajo cualquier forma de la obediencia constitucional al gobierno del presidente Chávez, aún a costa de la “autonomía” del Estado a su cargo.
Estos hechos no habrían pasado inadvertidos para la inteligencia de Washington, en su búsqueda permanente de latinoamericanos adictos al vasallaje, ávidos de dinero fácil y con proclividad hereditaria de felipillos ó malinches.
Es así como el opositor Rosales, comenzó a desempeñar comedidamente la función de ariete de los servicios de inteligencia estadounidenses, explotando la labor política que cumplía como gobernador del Estado Zulia, coincidentemente con la tarea que en forma similar desarrollaban los llamados líderes de la derecha boliviana de los Departamentos ‘secesionistas’ de ese país, para terminar convirtiéndose todos juntos, en la punta de lanza de la conjura subversiva promovida por el gobierno norteamericano -y sus aliados europeos- contra América del Sur, a fin de apoderarse de vastos territorios del continente a través de unas pretendidas “autonomías” separatistas.
Por esta razón, Rosales y el espacio territorial del Estado Zulia del cual era Gobernador, se constituyeron desde el año 2004 en el perno pivote del eje maestro suramericano de un plan estadounidense de vieja data -reverdecido en la fecha en mención- al que ahora se han aunando intereses europeos y que tendría alta prioridad en el esquema de la inteligencia neoliberal de la NED, USAID y CIA.
(http://www.ciaramc.org/ciar/boletines/cr_bol2033parte.htm)
Todos estos hechos no pasaron de soslayo a la labor de investigación del sociólogo alemán con residencia en México y Profesor de la UNAM, Heinz Dieterich Steffan, quien los dio a conocer por vez primera, en su verdadero contexto.
Los nexos los denunció este analista, el 14 de Diciembre del 2006 en un artículo publicado en diversos medios de comunicación social de prensa escrita, titulado “Bolivia: Hoy, La Derecha Va Por el Poder”.
En ese artículo, hace la denuncia sobre una conjura contra América del Sur dirigida por la CIA en confabulación con una organización creada específicamente para tal fin, a la que Dieterich denominó ‘la Internacional Latinoamericana de la Balcanización refiriéndose a la “Confederación Internacional por la Libertad y Autonomía Regional” (CONFILAR), establecida en Guayaquil (Ecuador) durante el año 2006.
El propósito de ésta estructura es servir de plataforma mediática a los intereses extranjeros, para impulsar desde ella la secesión de importantes áreas geográficas de países suramericanos susceptibles por su idiosincrasia a un discurso “autonomista”, ricas en recursos naturales, ó de gravitante importancia geoestratégica, basándose en supuestos petitorios de separatismo gestionados por sus poblaciones y fomentadas por agentes foráneos a ellas, cual aplicación de la libre determinación de sus pueblos.
(http://www.rebelion.org/noticia.php?id=43155)
Las áreas previstas para la ‘secesión’ en este éste plan neoliberal de ultra-derecha, son –inicialmente- el Estado Zulia en Venezuela, la Provincia de Guayaquil en Ecuador –en donde se cerrará una antigua base norteamericana antidrogas que será trasladada a Colombia-, el Departamento de Loreto en el Perú –región donde han sido instaladas tres bases norteamericanas antidrogas-, y los Departamentos de Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando en Bolivia –de los que el presidente Evo Morales despidió a las tropas antidrogas norteamericanas-. Sin embargo este plan en su versión original –más ambiciosa-, también considera la Región de la Patagonia, ubicada en Argentina y Chile –a la que inclusive se denomina ‘neo-judá’- y el Sector de la Triple Frontera Argentina-Brasil-Paraguay –en donde hay alojada una base estadounidense antiterrorismo islámico- área que es fuente privilegiada de agua dulce.
En este punto nos preguntamos, ¿todos estos hechos en los que colaboraba Rosales eran ignorados por Alan García antes de otorgarle asilo político?
No lo podemos saber con precisión. Quizá pudiera aducir que por tratarse de hechos acontecidos fuera de las fronteras del Perú, las actividades del asilado Rosales no eran de su conocimiento; pero a la vez pecaría de ingenuidad cuando se sobrentiende que precisamente una de las funciones del embajador del Perú en Venezuela, es aconsejar al mandatario sobre una petición de asilo hecha por un ciudadano del país en el cual se desempeña como representante.
Pero como veremos más adelante, en realidad hay hechos similares que se vienen produciendo al interior del Perú –y de otros países suramericanos- relacionados con las actividades a las que contribuyó Rosales, que el presidente García no podría desconocer estén sucediendo.
Hasta es el caso, que algunos sucesos más relacionados con la “conjura en marcha”, se tornaron en concurrentes con el caso del asilo Rosales.
El 17 de Abril del 2009 –fecha en la que el ya fugado Rosales se encontraba en el Perú- el presidente de Bolivia, Evo Morales, denunciaba en la VII Cumbre del ALBA realizada en Venezuela, que su gobierno había abortado ese mismo día un complot magnicida fraguado entre las autoridades políticas de los Departamentos separatistas de Bolivia, junto con mercenarios terroristas europeos, argentinos y bolivianos, para darle muerte tanto a él como a las principales autoridades del país. Ahora se sabe también, que participó la CIA.
Y el 23 de Abril del 2009, en circunstancias que ya era de conocimiento público la salida furtiva de Manuel Rosales de Venezuela a través de la frontera colombo-venezolana y que éste se hallaba bajo tutela del Perú –léase de García-, extrañamente en el Estado Zulia (Venezuela) se produjo la aparición de grupos paramilitares de ultra-derecha procedentes de Colombia avistados en la ciudad de Maracaibo, realizando pintas y difundiendo propaganda sobre un futuro retorno del ex gobernador venezolano en calidad de líder del ‘Estado Independiente del Zulia’, a la vez que sugerían dar muerte al presidente Chávez.
Un análisis somero del autor de estas líneas con la información disponible hasta el momento, llevan a la conclusión que la conjura contra América del Sur por parte del gobierno de los EE.UU. y sus aliados europeos –principalmente España y Alemania-, se estaría desarrollando sobre cuatro cursos – ó ejes- de acción básicos.
El primero de ellos, es el ideológico-propagandístico, de definida tendencia al neoliberalismo y neofascismo, que presenta como mascarones de proa a entidades, instituciones, ONG’s, etc., tanto estadounidenses, europeas y latinoamericanas, con apariencia de inofensivas instituciones de pensamiento y/o de filantropía, que apelan a la participación de ilustres académicos o líderes de diversos campos, todos ellos –de ultra derecha- en busca de coadyuvar a alcanzar objetivos que según refieren, son inexistentes en los países de América del Sur, tales como libertad, democracia, progreso y libre empresa –a la secesión le dicen autonomía- y que ellos se empecinan dadivosa y esforzadamente en proporcionar a los países de América Latina dada su carencia.
Este es el eje, del cual Eva Golinger ha denunciado una de sus modalidades introducida en Venezuela, cuando señala la presencia de “CATO-CEDICE” en este país.
A la cabeza de ese curso de acción, se halla el esfuerzo proveniente de Europa (España), a cargo de la “Fundación Internacional Para la Libertad” (vinculada al CATO) presidida por el novelista peruano-hispano Mario Vargas Llosa, neoliberal de ultra-derecha, y desde América (EE.UU.), su hijo Alvaro Vargas Llosa –autor de “El manual del perfecto idiota latinoamericano”-, peruano-estadounidense, Director del denominado “Centro Para la Prosperidad Global del Instituto Independiente de los EE.UU.”, de la misma corriente ideológica que su padre y ligado al ex presidente peruano Alejandro Toledo, y a George Soros.
(http://www.fundacionfil.org/).
(http://www.elindependent.org/).
Los personajes integrantes de este curso de acción –y algunos más que intervienen en los otros cursos- sostuvieron una reunión en el año 2008 llevada a cabo en Rosario (Argentina), a la cual intentaron dar un tinte de seudo academicismo y de un bajo perfil, pero que la naturaleza de los asistentes –como el español José María Aznar- hizo pública y obligó a develar finalmente sus verdaderos propósitos.
(http://www.americalibre.com.ar/drupi/?q=node/8)
El segundo curso de acción de la conjura, es el de inteligencia –operaciones encubiertas-en el que los esfuerzos principales corresponden a la CIA, NED y USAID, entidades éstas que agrupan a una gran red de seudo instituciones y órganos de fachada –casi 6000-, en que muchas de ellas aparentan ser entidades políticas o de representatividad civil, cuando en realidad tienen verdaderos fines subrepticios en provecho del sistema neoliberal (v.gr. el “Instituto Republicano Internacional”, bajo la presidencia del senador ex candidato republicano a la presidencia de los EE.UU., John McCain).
En este curso de acción se encuentran inmersos los elementos de agitación y subversión, entre los que se destaca “la Internacional para la Balcanización de Latinoamérica” (“CONFILAR”) que refirió Heinz Dieterich.
(http://www.elautonomista.com/autonomia-manabi/la-confilar-se-impulso-en-guayaquil/)
Esta a su vez, presenta filiales de la subversión en cada uno de los países objeto de la ‘secesión’, adoptando un nombre diferente en cada uno de ellos (ver enlaces “quiénes somos” ó “directorio” de estas páginas); así de este modo:
-En Venezuela, “Rumbo Propio”, Presidente Alberto Manzueti.
(http://www.odlv.org/articulo.php?id=24) .
-En el Perú, “Instituto Libre Empresa”, Presidente José Luis Tapia Rocha.
(http://www.ileperu.org/)
-En Bolivia, “Fundación Libertad y Democracia”, Presidente Carlos Dabdoub.
(http://www.fulide.org.bo/fulide/default.asp)
-En el Ecuador, “Corporación Guayas”, Presidente Jaime Nebot.
-En Costa Rica, “Asociación Limón Real”, Presidente Rigoberto Stewart.
(http://www.kaosenlared.net/noticia/separatismo-costa-rica-sombra-verde-limon)
-En Guatemala, “Cámara de Libre Empresa”, Presidenta María Isabel García Leal.
El tercer curso de acción, que es el militar, y se coliga con un instrumento de coacción político-diplomático del gobierno de los EE.UU., la ya tan venida a menos “lucha contra las drogas” -que como tal es solamente el pretexto-, que permita cumplir con el verdadero objetivo, consistente en ubicar bases militares estadounidenses llamadas antidrogas en las áreas por balcanizar a fin que realicen los trabajos preparatorios de ablandamiento del área y estén listas a consolidar por la fuerza los ámbitos intervenidos, al darse la secesión y ante el supuesto rechazo de la población a los esfuerzos llevados a cabo por los otros cursos de acción y/o ante el fracaso de éstos.
El cuarto curso de acción de la conjura, que es el político – ‘la cara buena’-, en el cual se desarrollan los esfuerzos abiertos y formales de los gobiernos de los EE.UU. y de la Unión Europea, para ejercer presiones políticas, diplomáticas y económicas simultáneas a las desarrolladas desde los otros cursos de acción encubiertos, a fin de inducir a los países objeto de balcanización a establecer Tratados de Libre Comercio con la mayor cantidad posible de países, y con tal saturación, que su entrecruzamiento jurídico comercial -pretendidamente- haga estéril por parte de estas naciones, el libre ejercicio de sus respectivas soberanías afectadas por las restricciones impuestas en las cláusulas de los TLC para su sujeción.
De todo lo mencionado y dadas las mega-características de esta conjura que se intenta profundizar en casi toda la América del Sur, ello nos permite inferir que este esquema no vendría a ser sino un gran proceso subversivo en contra de los países del subcontinente, gestado por Estados piratas –los EE.UU. y la Unión Europea-, con tropas insurreccionales disfrazadas de políticos, académicos, filósofos, literatos, filántropos, sociedades benéficas (ONG’s), universidades, fuerzas antidrogas, etc., que no tienen otro objetivo mayor que la apropiación de recursos naturales exclusivos a través de la secesión, e imposición del neoliberalismo a ultranza.
El análisis de estos hechos, nos sugirió a modo de ejercicio mental ocioso, el establecimiento de un supuesto imaginario.
En ésta cavilación, pensamos hipotéticamente en un grupo de bien intencionados líderes latinoamericanos, estadounidenses y europeos –con Alvaro Vargas Llosa a la cabeza-, que dentro del territorio de los EE.UU. y en aras de otorgar al Estado de California –perteneciente a este país- más libertad, democracia, progreso y acceso a la libre empresa, se les ocurriese concertar un proceso subversivo en contra del gobierno estadounidense para lograr la secesión de ese Estado –California- y reintegrarlo a su país de origen –históricamente México-, ó convertirlo en República independiente.
Y que supuestamente también se de el caso, que la conjura para el mencionado proceso subversivo así como sus participantes, fuesen descubiertos oportunamente por el Gobierno Federal de los EE.UU., el cual luego los pondría a disposición de la justicia estadounidense.
Se imaginan los lectores que nos acompañan en esta divagación, ¿cuál sería la pena que le correspondería al imaginario Vargas Llosa y a los líderes subversivos? Además, ¿cuáles serían los cargos que haría el gobierno de los EE.UU. contra los estadounidenses copartícipes?
Creemos que es suficiente especulación; no imaginemos más.
Como colofón sólo podríamos decir, que en nuestro parecer, ya es momento para que el flamante Consejo de Defensa de UNASUR acometa su primera gran tarea, ante las evidentes muestras de que esta conjura subversiva de agresión neoliberal cual guerra silente en ciernes, está en marcha en el subcontinente.
Las acciones que ese organismo tiene que adoptar, entendemos que no pueden obviar dentro de otras muchas más, la necesidad de establecer prescripciones y límites adicionales para el futuro desarrollo de las relaciones diplomáticas de los EE.UU. con los países de América del Sur -además de las ya contempladas en el Derecho Internacional-, toda vez que la potencia en forma desembozada las ha convertido en Caballo de Troya de sus fines subalternos.
En reflexión final nos preguntamos, ¿Qué pensará el presidente Alan García de todo lo hasta aquí mencionado? ¿Estaría llano a compartir el poder con un Virrey de Loreto?