Yoani Sánchez ha afirmado en varias ocasiones, que escribe sus artículos en su domicilio, después los graba en un disco y, posteriormente, sus amigos se encargan de difundirlos por la Red, debido a que no tiene acceso a Internet. Sin embargo el 6 de Mayo fue vista en un hotel habanero sentada tranquilamente, conectada a Internet a través del servicio Wi Fi que proporciona el hotel, un servicio que hay que pagar en divisas o pesos convertibles. Nadie la molestó, ni había policía alguno detrás suya, como suele denunciar constantemente. La mentira del plátano
Poco antes (4 de mayo), la susodicha escribió: No veo un plátano desde septiembre del año pasado, cuando los huracanes arrasaron con las plantaciones. Me niego a creer que, después de haber resistido los desastrosos planes agrícolas y los desafortunados cruces genéticos, vayamos a perderlo ahora. Esta fruta, que logró superar los experimentos del Gran Agricultor en Jefe, no puede venir a perecer a manos de un par de ciclones. Tengo el temor de que estemos -como los berlineses de 1989- a punto de correr de ansiedad tras el sabor del plátano.
Es cierto que tras el paso de 3 huracanes existió un desabastecimiento, pero según los ciudadanos corrientes y molientes- y no burócratas enclaustrados en cifras macroeconómicas- el suministro de alimentos a la población se recuperó con gran celeridad. Si ese desastre natural, hubiera sucedido en la década de los 90 el problema habría sido gravísimo. Algo debe haber cambiado en Cuba, en relación con esa eficiencia que tanto cuestiona.
Actualmente, hay plátanos a la venta en la inmensa mayoría de los agro mercados en moneda nacional,y a precios perfectamente asequibles para cualquier cubano. Sin embargo esta mujer, fiel a su táctica victimaria, dice no ver esa fruta a pesar de gozar de un estatus económico privilegiado, pues el Premio Ortega y Gasset (que recibió por su labor a favor del imperialismo) está dotado con 15.000 euros. La mentira del pacifismo
Y un poco antes de todo lo anterior (25 de abril), Yoani nos deleitó con esta perla: Gente esperando, con el palo o la navaja bajo la cama para un día poder usarlos. Odios enquistados contra aquel que los delató, les impidió que tuvieran un mejor empleo o hizo que el hijo más pequeño no pudiera estudiar en la universidad. Hay tantos aguardando por un posible caos que les dé el tiempo necesario para la venganza, que desearía no haber nacido en esta época, donde sólo se puede ser víctima o victimario, donde tantos añoran la noche de los cuchillos largos.
Cuando Yoani fue encumbrada desde el exterior, optó por presentar una imagen angelical y pacifica. Sin embargo, al escribir sobre “la noche de los cuchillos largos” se adhirió, implícitamente, a los tres días de gracia que elementos fascistas se han arrogado para asesinar a diestro y siniestro si la “democracia” burguesa retornara alguna vez a Cuba. Esa es su auténtica imagen: contemporizar con el crimen, mirando para otro lado.
Hace tiempo (consulten mi histórico) denuncié que Yoani toleraba que sus escritos fueran reproducidos en libelos digitales de Miami, dirigidos por terroristas confesos como el cubano Aldo Rosado, donde se divulgan nombres, direcciones y fotografías de personas que se incluyen en una lista negra para un posterior, e hipotético, ajuste de cuentas. No es de extrañar que Yoani tenga alojada su página en un servidor alemán que da cobijo a páginas neonazis y grupos de extrema derecha.
La conclusión es evidente: Yoani Sánchez es la mentira hecha mujer, la mujer hecha nazi. Tan mentirosa y tan nazi como el sistema social que desearía implantar en Cuba.
Renecita tú no sabes leer ,es obvio,mucho menos rebatir,mejor limítate a colocar tus dibujitos ,que al menos ocupas el espacio que no puedes ocupar repitiendo una y otra vez tu única mentirita,ji,ji
Ayer sábado 9 de mayo, me fui al hotel Meliá Cohiba para comprobar si siguen las limitaciones de acceso a Internet para cubanos. Varios amigos me habían dicho que la medida limitadora se había echado atrás… pero quería comprobarlo por mí misma. De manera que Reinaldo y yo fuimos e hicimos este pequeño video.