La extraña reaparición en las portadas del diario El Mundo de la trama de la banda de los GAL, a estas alturas de la película española y precisamente en estos momentos de las elecciones primarias del PSOE de Madrid y de la huelga general de hoy 29-S no es fruto de la casualidad, ni una coincidencia sino más bien una estrategia planificada por esa extraña pareja que son Zapatero y Pedro J. con el único objetivo de frenar y parar en seco el regreso del brujo Felipe González a primeros planos de la política nacional, y sobre todo por su intromisión inesperada en la sala de máquinas del PSOE por si llega el momento de controlar e incluso impulsar la sustitución de Zapatero a favor de uno de los suyos como Javier Solana.

El inicio de la especial relación entre el director de El Mundo y Zapatero comenzó por la marginación en el PSOE de la llamada banda de Interior que colaboró con los GAL, lo que condujo a la retirada de subvenciones del partido a los abogados de esta banda criminal. La que luego se vio envuelta en el video infame sobre la vida íntima de Pedro J., lo que no ha sido ni olvidado ni perdonado por el periodista que mantiene viva su obsesión por los que eran jefes directos de los GAL, los Barrionuevo, Vera y compañía, y por quien a todas luces y presuntamente consintió, autorizo o dirigió la banda como pudo ser el propio Felipe González, que tuvo en su entorno como colaborador a uno de los autores del famoso vídeo, un tal Patón.

Felipe era el mister “X” que decía Garzón antes de hacerse polanco/felipista, el tapado del que no habló ni cantó ninguno de los encartados en el caso GAL, por eso Felipe no solo no los denunció sino que los aplaudió y acompañó como héroes a las puertas de la cárcel de Guadalajara. Felipe era el no imputado en el proceso por causa de la teoría de los “estigmas” que le impidieron sentarse en el banquillo gracias al papá de Trinidad Jiménez -a la que ahora apoya Pedro J. mientras acusa a Gómez de darle la mano a los GAL en la persona de Barrionuevo- que entonces presidía el Tribunal Supremo preñado de “Bacigalupos” y demás magistrados felipistas. Por más que disimule por Europa y que viaje con sus conferencias internacionales, y se aparezca en el PSOE en recientes homenajes a Pablo Iglesias, y en mítines electorales, y en las cenas de los muy ricos, a Felipe González siempre le perseguirá cosida a sus zapatos la sombra del GAL.

Pero ¿por qué saca ahora El Mundo unos reportajes de Amedo y compañía, en los que no hay mas noticia que las golferías y complicidad de Txiqui Benegas, a quien Zapatero ha seguido protegiendo en el seno del grupo parlamentario socialista y que permanece en conexión con los citados pájaros de la llamada banda de Interior, mas los Corcuera y el inefable Rodríguez Ybarra, protector de todos ellos? Pues muy sencillo, porque en la Moncloa Zapatero le ha pedido ayuda a Pedro J. para frenar el regreso de González al asalto del poder del PSOE, a sabiendas de que esa petición el presidente no la puede hacer al diario El País ni al Grupo Prisa porque los de Cebrián están en la pomada y a favor del regreso de Felipe González al núcleo duro del poder del PSOE, donde quiere colocar como su pupilo al mismísimo Javier Solana, a nada que Zapatero de un traspiés o sufra un desmayo final en el curso del otoño político incandescente que acaba de comenzar. Además el otro multimedia de Zapatero de El Público y La Sexta no sirve para nada, no influye y están en la ruina como todos los demás.

Y así un reportaje de investigación sobre presuntos nuevos delitos –posiblemente ya prescritos- y viejos trucos de la banda de los GAL, con el inefable Amedo de por medio, apareció en la portada de El Mundo en tan crucial momento de la política española y de la crisis de Zapatero y del PSOE, como por arte de magia. Pues no, de magia nada. Aparecieron estos reportajes para lanzarse en contra de González y de su corte de los milagros y en favor y para intentar salvar lo que va quedando de Zapatero -que no de Rajoy-, y todo ello desde el diario “El Mundo”, presuntamente conservador que debía de estar dedicado a echar a Zapatero del poder en vez de protegerlo con tanto ahínco y devoción.

Después del fiasco de la conspiración del 11-M los de El Mundo vuelven a los GAL que sí fue una investigación bien hecha y motivada y no el lío de las lejanas montañas y de los remotos desiertos de la masacre de Madrid donde el periódico ha hecho un ridículo espantoso. Lo que pasa es que lo del GAL es agua pasada salvo que alguien de la banda se decida a cantar y a contarlo todo dando los nombres de todos los implicados y de los que estaban al tanto, en el gobierno y en el Estado, de los llamados crímenes de Estado. Pero da la impresión de que será muy difícil romper esa “omertá”, aunque no está mal que de vez en cuando alguien lo recuerde pero no como moneda de cambio o de favores mutuos con Zapatero que es lo que acaba de ocurrir, a ver si así frenan la vuelta de González a los primeros planos de la actualidad.