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General: EL MEJOR DISCURSO POLÍTICO DE LA HISTORIA
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De: albi (Mensaje original) |
Enviado: 23/10/2010 18:01 |
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De: albi |
Enviado: 23/10/2010 18:47 |
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Me parece de una inmensa elegancia humanista el Discurso de Allende acá puesto por Albi.
Me parece y me conmovió la realidad de un obrero, muchos veces miles de los tales al no tener la instrucción formal necesaria no tienen ideología. Unos son religiosos y otros no. Pero como dijo Allende son seres humanos con los mismo derechos.
Gracia Albi, muy bonito discurso. |
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De: albi |
Enviado: 23/10/2010 19:50 |
Lo mejpr que tuvo ese "discurso" santa, fue precisamente que alguna vez dejó de ser discurso y comenzó la aventura de hacerse realidad, lo cual gracias a las operaciones de las "milicias celestiales" dueñas de la verdad, le costó la vida al pobre Salvador, pero como él bien dijera alguna vez:
"Trabajadores de mi Patria, tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo en el que la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor.
¡Viva Chile! ¡Viva el pueblo! ¡Vivan los trabajadores!
Estas son mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano, tengo la certeza de que, por lo menos, será una lección moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición."
FIN
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EL MEJOR DISCURSO POLÍTICO DE LA HISTORIA NO FUE EL DE SALVADOR ALLENDE , FUE ESTE :
2:06
DICHOSOS LOS QUE ELIGEN SER POBRES , Porque ésos tienen a Dios por Rey.
DICHOSOS LOS QUE SUFREN , Porque ésos van a recibir el consuelo.
DICHOSOS LOS NO VIOLENTOS , Porque ésos van a heredar la tierra.
DICHOSOS LOS QUE TIENEN HAMBRE Y SED DE JUSTICIA , Porque ésos van a ser saciados.
DICHOSOS LOS QUE PRESTAN AYUDA , Porque ésos van a recibir ayuda.
DICHOSOS LOS LIMPIOS DE CORAZÓN , Porque ésos van a ver a Dios.
DICHOSOS LOS QUE TRABAJAN POR LA PAZ , Porque a ésos los va a llamar Dios hijos suyos.
DICHOSOS LOS QUE VIVEN PERSEGUIDOS POR SU FIDELIDAD , Porque ésos tienen a Dios por Rey.
JESÚS DE NAZARETH
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De: albi |
Enviado: 23/10/2010 20:01 |
"mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor."
Salvador Allende
la superioridad de un hombre, no se mide por el armamento bélico del que dispone, ni por su poder adquisitivo, se mide por su coraje y su sabiduría, esa que no se encuentra en ningún libro de boblioteca, sino en su espíritu y su voluntad puestas al servicio de la verdadera y esencial justicia social.
saludos
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Allende era otro Zelaya, quiso hacer cambios a la constitucion al estilo castrista y tuvieron que sacarlo del poder, Honduras ha demostrado al mundo lo que es un pais digno |
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De: Quico º |
Enviado: 23/10/2010 21:06 |
"reBIS"
EN EFECTO, EL IMPERIALISMO YANQUI, HA HECHO EN HONDURAS HIGUAL QUE EN HIZO EN CHILE; CAMBIAR EL RUMBO DE LA HISTRORIA QUE LOS PUEBLOS SE DIERON, PONIENDO EN SU LUGAR A TITERES A SU SERVICIO.
¡¡¡YANQUI GO HOME!!!
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De: albi |
Enviado: 23/10/2010 21:58 |
"mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor."
Salvador Allende |
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Albi .... qué grande has estado dándonos esta página gloriosa de Allende ....
Éste es el Allende que nunca morirá .- Todos los asesinos y sus secuaces
que aplaudieron y aplauden a Pinochet andarán con la cola entre las patas
cuando triunde la revolución ..... y estarán tristes cuando las grandes mayorías
por fin alcancen su liberación ... y lloren ... pero de alegría .
Victor Jara ... juglar del pueblo latinoamericano ... tenían que callarlo ... porque
en su voz se expresaban las masas explotadas .- Lo mataron los defensores de la " libertad"
al estilo residente y la gusanera de Miami.- Rubén .- |
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By Roberto Alvarez-Quinones on 09/24/2010
¿Por qué Augusto Pinochet recibía el trato de dictador por parte de los políticos y los medios de comunicación, y Fidel Castro el de presidente de Cuba? ¿En qué proceso electoral fue elegido presidente el general Raúl Castro? ¿En cuáles comicios democráticos fue electo antes su hermano Fidel?
¿Cuál es la razón por la que Anastasio Somoza, Rafael Leónidas Trujillo, Fulgencio Batista, Jorge Rafael Videla, Francois Duvalier y su hijo “Baby Doc”, Marcos Pérez Jiménez, Juan Carlos Onganía, José M. Velasco Ibarra, Humberto Castelo Branco , Juan María Bordaberry, René Barrientos, Alfredo Ovando, José Félix Uriburu, Juan Vicente Gómez, Pedro Aramburu, Porfirio Díaz, Carlos Castillo Armas, José María Guido, Gustavo Rojas Pinilla, Leopoldo Galtieri, o Alfredo Stroessner, son todos ellos ex dictadores y Fidel Castro es el ex presidente cubano? ¿Es que hay dictadores buenos y dictadores malos?
Estas son preguntas que se hacen los cubanos, tanto los que viven en la isla como los que están dispersos por los cuatro puntos cardinales gracias a dos “presidentes” que nunca nadie eligió. La palabra dictador fue creada en la antigua república de Roma, hace 2.500 años, cuando en situaciones de extrema gravedad los cónsules, por orden del Senado, nombraban a un “dictator” que asumía todos los poderes por seis meses, hasta el restablecimiento de la normalidad. Con el surgimiento de las democracias modernas en el siglo XIX, el término dictador volvió a ser utilizado para designar a todo jefe de gobierno que ejerce el poder “manu militari” (por la fuerza) de forma absoluta haciendo trizas el principio enunciado por el barón de Montesquieu en el siglo XVIII de la independencia de los tres poderes en que se sustenta la democracia moderna: Legislativo, Ejecutivo y Judicial. Sin embargo, desde la segunda mitad del siglo XX la mayoría de los medios de comunicación de todo el mundo y los políticos latinoamericanos consideran dictador sólo a los “hombres fuertes” que militan en la derecha. Por lo general, si el susodicho es de izquierda y antinorteamericano lo llaman presidente, aunque nadie lo haya elegido, oprima a su pueblo, sea corrupto hasta la médula y convierta a su país en ruinas. En Nicaragua, los Somoza (padre e hijos), de extrema derecha, sin duda eran dictadores.
Pero el sandinista Daniel Ortega, una vez derrocado Somoza en julio de 1979 se mantuvo en el poder por la fuerza hasta 1990 –con apoyo soviético y cubano–, y no era considerado dictador. Jamás un medio de prensa latinoamericano o de EE.UU. dejó de llamar presidente a Ortega en esos 11 años. Tampoco era calificado de dictador el general Juan Velasco Alvarado, quien en 1968 encabezó en Perú un golpe militar contra el presidente Fernando Belaunde, democráticamente elegido, e instaló una dictadura militar nacionalista de izquierda que gobernó hasta 1975. Velasco se autoproclamó “Presidente del Gobierno Revolucionario de Perú”, y así fue tratado pese a que encarcelaba o deportaba a sus oponentes políticos, suprimió la libertad de expresión, nacionalizó algunas industrias fundamentales, y estableció vínculos militares y políticos con la Unión Soviética –Moscú le entregó grandes cantidades de armamentos– y con el régimen castrista, mientras empobrecía a los peruanos. En la vecina Bolivia el general Alfredo Ovando, golpista derechista era un dictador.
Cuando en octubre de 1970 Ovando fue derrocado por otro general derechista, Rogelio Miranda, éste también fue dictador. Miranda fue depuesto casi de inmediato por un contragolpe militar encabezado por el izquierdista general Juan José Torres, quien ya no fue dictador porque se declaró antimperialista y nacionalizó las minas principales del país. Diez meses después, en agosto de 1971, el “presidente” Torres fue derrocado por el general Hugo Banzer, dictador por su condición de derechista e ideas fascitoides.
En Panamá, en 1968 el coronel Omar Torrijos dio un golpe de estado junto con otros militares que derrocó al presidente constitucional Arnulfo Arias Madrid. Torrijos disolvió los partidos políticos, se autoascendió a general, asumió poderes absolutos con el título de “Líder Máximo de la Revolución”, y se mantuvo en el poder hasta su muerte en un accidente de aviación en 1981. Pero nunca fue considerado dictador porque era de izquierda, antinorteamericano, amigo de Fidel Castro y obtuvo de Washington la devolución del Canal de Panamá.
Es obvio, pues, que los medios de comunicación en general tienen una visión ideologizada de lo que es un dictador, lo cual viola la objetividad periodística de la que tanto presumen. Todos deben ser repudiados
No, no hay dictadores buenos y dictadores malos, sino simplemente dictadores. Y todos deben ser repudiados por igual, no importa su afiliación política e ideológica. Quien gobierna por la fuerza, concentra en sus manos los poderes públicos y no se somete al escrutinio popular hace regresar la sociedad a la Edad Antigua. Como decía Simón Bolívar, “Huid del país donde uno solo ejerce todos los poderes: es un país de esclavos”.
No hay líderes mesiánicos por derecho divino con la misión histórica de guiar a sus pueblos, como alegan los líderes populistas. Suiza, Noruega y Luxemburgo son los tres países con más alto nivel de vida sobre la Tierra (según la ONU) y ninguno tiene caudillos “iluminados”.
Se comprende que en los países en desarrollo surjan líderes populares que encabecen procesos revolucionarios para derrocar regímenes sanguinarios que oprimen al pueblo. Lo que es inadmisible es que esos líderes en vez de restablecer las libertades democráticas se conviertan luego en tiranos a veces peores que los derrocados. En el siglo XXI, las naciones no necesitan ya héroes –tipo Cid Campeador o Juana de Arco–, sino instituciones que garanticen las libertades individuales y un estado de derecho que facilite el desarrollo social y económico.
Fidel y Raúl Castro llegaron al poder el primero de enero de 1959 luego de derrocar al dictador Fulgencio Batista –que gobernó Cuba por 6 años y 9 meses—, pero 52 años después siguen en el poder y no lo van a dejar mientras vivan.
Fidel prometió desde la Sierra Maestra que habría elecciones democráticas cuando triunfase la revolución, y que sería restablecida la Constitución de 1940. Pero 36 días después de asumir el control del país, el propio Castro redactó el 7 de febrero de 1959 la “Ley Fundamental”, por la cual el Consejo de Ministros que él presidiría definitivamente una semana después asumió los tres poderes públicos. También abolió la Constitución de 1940, y lanzó la consigna de “¿Elecciones para qué?
En 51 años y 9 meses jamás en Cuba ha habido elecciones presidenciales y son ya muy pocos los que recuerdan los últimos comicios de 1948, cuando fue elegido Carlos Prío presidente de la república.
No obstante, hace poco los medios de prensa publicaron mundialmente una melíflua nota de la AP sobre el cumpleaños de Fidel Castro que fue titulada: “Cumple 84 años el ex presidente cubano”. Lo mismo hicieron las cadenas de TV de EE.UU. y de todo el planeta. Títulos como ese son una afrenta al pueblo cubano, como es una ofensa a los chilenos llamar ex presidente a Pinochet.
http://www.hispanicla.com/dictadores-buenos-dictadores-malos-14228
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Ceguera ideológica
La lógica pinochetista en la defensa de la dictadura de Fidel Castro.
Mientras en la tarde del 10 de diciembre de 2006 moría en Santiago de Chile el dictador Augusto Pinochet, en La Habana seguía internado con diagnóstico secreto el dictador cubano Fidel Castro. Ambos, además de tener en común la violación a los derechos humanos, comparten entre sus seguidores la idea de que el fin justifica los medios.
En los dos casos se desprecian las libertades democráticas fundamentales, cuya represión representa para sus defensores un "detalle menor" ante algo mucho más importante como "combatir al comunismo y garantizar las libertades económicas", en el caso de Pinochet, o "combatir al imperialismo y asegurar los derechos sociales", en el caso de Castro. Así, los extremos se tocan y utilizando la misma lógica los termina uniendo su desprecio por los derechos fundamentales.
El caso de la lógica pinochetista
Además de ser una de las tantas dictaduras militares de América Latina que llegó al poder a través de un golpe de Estado para "evitar el comunismo", el caso del pinochetismo es el ejemplo emblemático de la implementación de reformas económicas de mercado bajo la supresión de libertades civiles y políticas, y por tal motivo se lo ha calificado de "fascismo de mercado".
Por eso, el pinochetismo es más que una dictadura y representa el atajo de la derecha antidemocrática para promover políticas de mercado. Así, el pragmatismo del pinochetismo puede verse actualmente en China o Singapur, por lo cual algunos referentes del "fascismo de mercado" llegan a sentenciar que "en China hay más libertad que en Francia", pues para ellos la libertad se circunscribe a lo económico.
También el pinochetismo encierra la teoría de que las reformas de mercado requieren de mano dura, o sea, de una dictadura, pues su implementación es dificultosa en una democracia donde los grupos afectados ejercen una presión muy grande para mantener sus privilegios y evitar así privatizaciones o desregulaciones de su sector.
Curiosamente, la lógica pinochetista es también aplicada en la actualidad por los gobiernos "progresistas" de América Latina en su política exterior con China. Efectivamente, los gobiernos de la Concertación chilena, de Kirchner en Argentina y de Lula en Brasil, priorizan el intercambio comercial con la dictadura china sin mostrar ningún tipo de consideración por la violación de los derechos humanos en el gigante asiático.
Pinochet a la cubana
Aunque nadie se atrevería a justificar las atrocidades del nacionalsocialismo de Hitler en Alemania, ya sea argumentando que la construcción de autopistas garantizó el "pleno empleo" o que sus diabólicos experimentos produjeron en algunos casos avances en la medicina, en el caso de la defensa de la revolución cubana de Fidel Castro se utiliza una lógica similar a la del pinochetismo.
Para los defensores del castrismo, la supresión de las libertades civiles y políticas, más las económicas y sindicales, son cuestiones secundarias que se justifican por algo más importante para el Estado como garantizar los derechos sociales y —como toda dictadura— agregarle el componente orwelliano de la amenaza externa. Este es el lugar común en la defensa o justificación de la larga dictadura de los hermanos Castro, a la cual apelan desde los fanáticos castristas; pasando por los periodistas, artistas y deportistas frívolos; y las personas más desinformadas que simplemente repiten desde su comodidad las frases hechas de la propaganda cubana.
Lo cierto es que muchos de quienes viven en Cuba apelan a cualquier recurso para salir de su país, arriesgando incluso sus vidas, lo cual evidencia que prefieren la libertad y la incertidumbre económica de las democracias en lugar de la represión y los "logros de la revolución". Igualmente, está claro que quienes desde América Latina emigran buscando un destino en el cual tengan una mejor calidad de vida, no es precisamente a Cuba adonde se van a radicar. En ambos casos, el "voto con los pies" es un dato, por demás elocuente, frente a los resultados de la revolución cubana.
En definitiva, lo que demuestra la lógica del pinochetismo y el castrismo es un desprecio hacia las libertades democráticas fundamentales, donde el fin justifica los medios, y en ambos casos se trata de vidas humanas. Eso sí, tanto la lógica pinochetista de la derecha ultraconservadora, como la de la izquierda fascista y antidemocrática que defiende fanáticamente a la dictadura de los hermanos Castro, son un reflejo de lo poco consolidados que están los valores democráticos en América Latina. Y eso es lo más preocupante de ambas dictaduras: el legado represivo en que se basan sus políticas económicas o sociales y que por derecha e izquierda encuentran una gran cantidad de seguidores que coinciden en su desprecio a los valores democráticos, que representan un gran avance de la libertad y de la convivencia política.
A diferencia de cualquier tipo de dictaduras, en democracia las políticas públicas, con mayor o menor intervención del Estado, se aprueban por consenso y pueden ser modificadas a través de los cambios de gobierno que se producen en las elecciones libres y competitivas. Son políticas muchas veces lentas, necesariamente graduales, cuyos logros económicos y sociales se consolidan en el mediano y largo plazo con alternancia en el poder. Entender esto es desarrollar una cultura democrática, lo cual todavía representa un gran desafío para el futuro de América Latina.
Pinochet, Castro y la ceguera ideológica
A pesar de utilizar la misma lógica represiva las dictaduras de Pinochet y Castro, no han recibido la misma consideración de parte de la comunidad democrática internacional.
Efectivamente, mientras resulta muy generalizado el rechazo internacional al dictador chileno, no sucede lo mismo con el cubano, cuya dictadura lleva casi medio siglo y, como en las monarquías absolutas, el poder se traspasa de manera hereditaria. Y, precisamente, uno de los motivos que ha mantenido en pie a la larga dictadura cubana es la complacencia internacional, en algunos casos debido a la ceguera ideológica por la cual se condena a un dictador de derecha como Pinochet, pero no se hace lo propio y se trata de justificar lo injustificable ante uno como Fidel Castro, por la coincidencia con sus políticas "antiimperialistas".
Un ejemplo de lo anterior es el poco apoyo y la falta de solidaridad internacional que tuvo el Proyecto Varela, una iniciativa similar a la que en Chile permitió terminar con la dictadura de Pinochet. Efectivamente, al igual que en el país austral, la Constitución cubana contenía un artículo que permitía la convocatoria a un referéndum si se reunían como mínimo 10.000 firmas.
Oswaldo Payá Sardiñas, principal promotor del Proyecto Varela, reunió 11.020 firmas que presentó ante la Asamblea Nacional del Poder Popular, pidiendo apertura política y económica. Sin embargo, su iniciativa nunca fue considerada y Castro respondió con un simulacro de referéndum, convocado en cuatro días, donde se modificaba el artículo al que recurrió Payá y se declaraba "irreversible a la revolución". A su vez, la dictadura castrista lanzó en marzo de 2003 una ola represiva contra opositores pacíficos, principalmente dirigida a promotores del Proyecto Varela, los cuales fueron condenados hasta por 28 años de prisión.
Cualquier tipo de dictadura es condenable, pero la complacencia internacional hacia cierto tipo de algunas, como es el caso de la de Fidel Castro, demuestra que aún en los países democráticos se mantiene un resabio autoritario al avalar este tipo de regímenes primitivos.
Al respecto, el periodista Robert Cox, un héroe en la defensa de los derechos humanos en Argentina, se planteaba lo siguiente en el prólogo del libro Otra grieta en la pared, de Fernando Ruiz, publicado en el año 2003: "En mi trabajo para la Sociedad Interamericana de Prensa, dos veces como presidente de la Comisión de Libertad de Prensa y como presidente de la Sociedad entre 2001 y 2002, he encontrado más similitudes que diferencias entre gobiernos de la derecha llamados autoritarios y regímenes totalitarios de la izquierda. Cuando estuve en Cuba, reconocí las mismas técnicas de las fuerzas de represión en contra de los disidentes que en el Chile de Pinochet o en la Argentina de Videla. Pero hay una enorme diferencia de percepción. Los horrores cometidos bajo Pinochet y Videla son universalmente reconocidos y condenados. Pero la dictadura de 44 años es celebrada y Fidel Castro puede deleitarse con la admiración recibida en Buenos Aires durante su estadía en ocasión de la asunción del presidente argentino Néstor Kirchner. Muchas veces me he preguntado por qué Castro no es abominado como lo es Pinochet, teniendo, en mi opinión, muchísimo en común. Aun aquellos que impulsan la causa de los derechos humanos y se identifican con estas ideas ven al régimen castrista desde una perspectiva distinta, desde otro punto de vista".
Una respuesta al planteo de Cox sería que la condena a Pinochet y la complacencia con Castro demuestran la ausencia de una honesta defensa de los derechos humanos, cuando ambos dictadores comparten la misma lógica represiva. Lamentablemente, ejemplos de personas como Cox no abundan en América Latina, porque en cada caso son víctimas de lo que el periodista definió como "ceguera ideológica".
* Gabriel Salvia es presidente del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL).
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De: albi |
Enviado: 24/10/2010 00:03 |
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De: albi |
Enviado: 24/10/2010 00:08 |
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General: Lo que yo defiendo Elegir otro panel de mensajes |
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De: residente (Mensaje original) |
Enviado: 23/10/2010 18:16 |
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De: residente (Mensaje original) |
Enviado: 23/10/2010 12:32 |
El que haya hijos de la calle no quiere decir que Cuba no es un pais totalitario y por lo tanto fascista, no hay que mezclar las tundorfinas con las tarrandinolas | |
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De: albi |
Enviado: 23/10/2010 16:23 |
SI HAY CHICOS EN LA CALLE ES PORQUE TODAVÍA QUEDAN EN EL MUNDO TIPOS QUE HACEN LO QUE VOS HACÉS, DEFENDER LO INDEFENDIBLE.
SALUDOS | |
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General: Los dos pinochos Elegir otro panel de mensajes |
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De: residente (Mensaje original) |
Enviado: 23/10/2010 18:04 |
Fidel prometió desde la Sierra Maestra que habría elecciones democráticas cuando triunfase la revolución, y que sería restablecida la Constitución de 1940. Pero 36 días después de asumir el control del país, el propio Castro redactó el 7 de febrero de 1959 la “Ley Fundamental”, por la cual el Consejo de Ministros que él presidiría definitivamente una semana después asumió los tres poderes públicos. También abolió la Constitución de 1940, y lanzó la consigna de “¿Elecciones para qué?
En 51 años y 9 meses jamás en Cuba ha habido elecciones presidenciales y son ya muy pocos los que recuerdan los últimos comicios de 1948, cuando fue elegido Carlos Prío presidente de la república.
No obstante, hace poco los medios de prensa publicaron mundialmente una melíflua nota de la AP sobre el cumpleaños de Fidel Castro que fue titulada: “Cumple 84 años el ex presidente cubano”. Lo mismo hicieron las cadenas de TV de EE.UU. y de todo el planeta. Títulos como ese son una afrenta al pueblo cubano, como es una ofensa a los chilenos llamar ex presidente a Pinochet
http://www.hispanicla.com/dictadores-buenos-dictadores-malos-14228
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SI HAY CHICOS EN LA CALLE ES PORQUE TODAVÍA QUEDAN EN EL MUNDO TIPOS QUE HACEN LO QUE VOS HACÉS, DEFENDER LO INDEFENDIBLE.
SALUDOS
Y que es lo que yo defiendo?
Yo no defiendo ni a Pinochet ni a Fidel, dictadores son dictadores y los dictadores son repudiados
General: Los dos pinochos Elegir otro panel de mensajes |
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De: residente (Mensaje original) |
Enviado: 23/10/2010 18:04 |
Fidel prometió desde la Sierra Maestra que habría elecciones democráticas cuando triunfase la revolución, y que sería restablecida la Constitución de 1940. Pero 36 días después de asumir el control del país, el propio Castro redactó el 7 de febrero de 1959 la “Ley Fundamental”, por la cual el Consejo de Ministros que él presidiría definitivamente una semana después asumió los tres poderes públicos. También abolió la Constitución de 1940, y lanzó la consigna de “¿Elecciones para qué?
En 51 años y 9 meses jamás en Cuba ha habido elecciones presidenciales y son ya muy pocos los que recuerdan los últimos comicios de 1948, cuando fue elegido Carlos Prío presidente de la república.
No obstante, hace poco los medios de prensa publicaron mundialmente una melíflua nota de la AP sobre el cumpleaños de Fidel Castro que fue titulada: “Cumple 84 años el ex presidente cubano”. Lo mismo hicieron las cadenas de TV de EE.UU. y de todo el planeta. Títulos como ese son una afrenta al pueblo cubano, como es una ofensa a los chilenos llamar ex presidente a Pinochet
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