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General: HAMBRE EN EL PAIS MAS RICO DEL MUNDO .-
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Respuesta  Mensaje 1 de 3 en el tema 
De: Ruben1919  (Mensaje original) Enviado: 27/11/2010 14:53
  Matthew O. Berger
Periodismo Humano
 
 
 

En todo el planeta sufren desnutrición 925 millones de personas, esto es, poco menos que 15 por ciento de la población mundial. Irónicamente, los esfuerzos de Washington para aliviar el hambre deberían enfocarse en sus propios habitantes, señalan algunos analistas. El Departamento de Agricultura estimó la semana pasada que 49 millones de los 304 millones de estadounidenses, entre ellos 17 millones de niños y niñas, carecieron de alimentación adecuada en algún momento de 2009. El número de los hogares con “inseguridad alimentaria” en Estados Unidos se disparó en 2008 debido a la crisis económica, y no disminuyó en 2009.

Para afrontar este problema persistente, el gobierno cuenta con programas de nutrición, que se expandieron ante la crisis económica y parecen haber funcionado en el último par de años. Pese a que el desempleo pasó a afectar de nueve millones a más de 14 millones de estadounidenses entre 2008 y 2009, la inseguridad alimentaria no se incrementó, destacó Kevin Concannon, subsecretario para Alimentación, Nutrición y Servicios al Consumidor. Esos números demuestran “la experiencia en todo el país de que los 15 programas federales de asistencia a la nutrición en efecto están logrando sus objetivos, esto es, responder a la gente. Hemos visto la fortaleza de esos planes en acción”, señaló.

Pero ahora, cuando Washington busca reducir su déficit fiscal, estas campañas de nutrición se ven amenazadas. Por ejemplo, el Programa de Asistencia para la Nutrición Suplementaria, antes llamado Programa de Cupones de Alimentos, está sufriendo recortes del gobierno federal. Algunos de esos recortes se deben a una redistribución de fondos para diferentes programas alimentarios, pero otros simplemente son parte de un cambio en la agenda política.

En vísperas de las elecciones legislativas a comienzos de este mes, tanto el gobernante Partido Demócrata como el opositor Partido Republicano “estaban convencidos de que cualquier discusión relacionada con la pobreza ahuyentaría a los votantes de clase media”, explicó el director ejecutivo de la Coalición contra el Hambre en Nueva York, Joel Berg. Esos votantes “ignoran la realidad de decenas de millones de estadounidenses, antes sólidamente ubicados en la clase media, que fueron arrastrados al borde de la pobreza y el hambre”, añadió.

Mientras, sigue sin aprobarse en el Congreso legislativo la renovación de la Ley de Nutrición Infantil, que destina fondos a programas alimenticios en escuelas. El presidente Barack Obama llamó a invertir 400 millones de dólares en un mejor acceso a alimentos frescos y sanos en barrios pobres, a veces llamados “desiertos de comida” debido a que las únicas opciones para sus habitantes son la comida rápida o la comida de conveniencia (platos pre-elaborados), con altos niveles de grasas saturadas.

Si el hambre no puede ser eliminada en Estados Unidos, el país más rico del mundo, las perspectivas en el resto del mundo son desalentadoras. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) señaló que un total de 925 millones de personas sufrirán hambre crónica este año, poco menos de los 1.000 millones del año pasado pero aún el segundo récord más alto en la historia.

No obstante, un informe divulgado el lunes por la organización no gubernamental Pan para el Mundo aseguró que se pueden lograr progresos contra este problema, y consideró de vital importancia la iniciativa estadounidense Alimentar el Futuro. Ese programa canalizará 3.500 millones de dólares durante los próximos tres años en asistencia al desarrollo internacional, con atención especial a la agricultura. La iniciativa podría revertir lo que Rajiv Shah, administrador de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), llama “décadas de desatención al desarrollo impulsado por la agricultura”. Shah calificó al programa como la más importante estrategia de desarrollo presentada por Washington en 50 años.

El informe de Pan para el Mundo “acertadamente nos recuerda que, para atacar las raíces del hambre y de la desnutrición, necesitamos invertir en la pequeña agricultura y concentrarnos en integrar la nutrición y el desarrollo agrícola a través de un enfoque liderado por el país” en cuestión, dijo el lunes el funcionario. El renovado interés de Washington en la seguridad alimentaria mundial sería una respuesta a la crisis de los precios de los alimentos sufrida entre 2007 y 2008, luego de la cual muchos gobiernos se dieron cuenta de que habían desatendido a su sector agrícola. “La crisis de los precios fue un llamado de alerta. Inició un nuevo diálogo mundial sobre el hambre, la desnutrición y la seguridad alimentaria”, afirmó Asma Lateef, directora de Pan para el Mundo. “Dos años después, bajo el liderazgo de Estados Unidos, existe un renovado interés en la pequeña agricultura y en revertir décadas de olvido, justo cuando entramos en otro periodo de aumento de precios”, añadió.

La ONU indicó que dos tercios de los hambrientos del mundo habitan en apenas siete países, pero que existen bolsones de desnutrición en todos lados, incluso en Estados Unidos.

Pasar hambre en el país más rico del mundo
 
 


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Respuesta  Mensaje 2 de 3 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 29/11/2010 13:39
  Catalina Jaramillo
La opinión
 
 
 
Los expertos lo dicen: estamos lejos de salir del hoyo en que nos dejó la crisis económica. Los números muestran que la situación va de mal en peor, y como si fuera poco, los hispanos son los más afectados. Uno de cada cuatro latinos, es pobre.

Según la oficina del Censo, el índice de pobreza en el Estado de Nueva York creció de un 14,2% en el 2008 a un 15,8% en el 2009, un aumento que no se experimentaba hace 19 años.

En el 2009 hubo más de 3 millones de pobres en el Estado -43,6 millones en todo el país- y de ellos el 28,1% era latino y 20,8 afroamericano. Más de uno de cada cuatro niños vivía en la pobreza.

"Hay muchas historias en la prensa diciendo que el índice de desempleo está bajando en Nueva York y que al parecer la economía se está recuperando… pero en los latinos y los afroamericanos yo no veo una recuperación", comentó David R. Jones , presidente de Community Service Society (CSS), la organización líder en la lucha contra la pobreza en Nueva York.

La tasa de desempleo en el Estado aumentó de 5,3% en el 2008 a 8,4% en el 2009, lo que representa el mayor aumento desde 1977.

Según el estudio anual de CSS, "El tercio no escuchado" en el 2010, 36% de los encuestados perteneciente al grupo de bajos ingresos dijo haber perdido su trabajo o haber sufrido una reducción de horas o salario.

El porcentaje de personas sin seguro médico también aumentó en 2009, cuando uno de cada siete neoyorquinos no contaba con cobertura de salud. Según el Instituto de Política Fiscal ( FPI , por sus siglas en inglés) esto se debe a que muchos perdieron sus empleos.

Según un informe publicado esta semana por la Coalición Contra el Hambre de Nueva York, en 2009 uno de cada ocho hogares del Estado fue calificado por el gobierno federal como "careciente de alimentos", es decir, que no tienen dinero para comprar comida.

A pesar de que el 2010 aumentaron los fondos para el programa de cupones de alimento en $458 millones respecto del año anterior, el reporte esclareció que más de la mitad (51,4%) de las despensas comunitarias y comedores de alimentos no contaron con los alimentes suficientes para satisfacer la creciente demanda.

"Este año hemos visto más gente que nunca que necesita nuestros servicios y que nunca habían visitado una despensa comunitaria de alimentos. Hacemos todo lo posible, pero eventualmente la acción del gobierno necesita ser la solución a largo plazo, en vez de la caridad", comentó Mel Bryant , directora del Sylvia Rivera Food Pantry en Manhattan .

Según los expertos del FPI , la Ley de Recuperación del gobierno ha salvado la situación para muchos, por lo que debe mantenerse o hacerse permanente. Lo mismo con el fondo de emergencia TANF , que ha ayudado a crear empleos.

La Coalición Contra el Hambre también reconoce que los estímulos del gobierno federal para alimentos de emergencia y el programa de cupones han evitado, en palabras de su director Joel Berg , una "catástrofe" de hambre.

María Elena Girone , presidente del Puerto Rican Family Institute, dice que este año estamos "peorísimo" comparado con el año pasado y que el año que viene va a ser peor.

"El presupuesto de la Ciudad y del Estado está en tan malas condiciones, que esto no va a mejorar. La economía en general tampoco está dando indicios que ha tenido un cambio positivo radical. Esto va a coger varios años", explicó Girone.

Jones , presidente de CSS, también dijo que en vez de mejorar estamos empeorando: este año es peor que el anterior y el siguiente lo será más que éste.

" Vamos a estar lidiando por un largo período de tiempo con índices de desempleo inaceptables, y además vamos a estar lidiando con un grupo cada vez mayor de personas desempleadas que han perdido la capacidad de seguir luchando… y las cosas no van a mejorar si no tenemos cuidado", analizó Jones.

Para Jones la posibilidad de nuevos estímulos económicos –que es lo que recomiendan los economistas para salvar la situación- es muy baja luego que los Republicanos lograron el control de la Cámara de Representantes en las últimas elecciones. Lo mismo con programas de trabajo.

Según el último estudio de CSS, la población de entre 16 y 24 años en Nueva York es mayoritariamente latina y que el 85% de ellos habla inglés. Sin embargo, son el grupo que menos va a la escuela y el que cuenta con el mayor índice desempleo.

El estudio reveló que solo el 55% de los jóvenes nacidos en  Puerto Rico que viven en Nueva York van a una escuela, cifra menor que cualquier grupo nacido en otros países hispanos y menor que los afroamericanos. Y el 34% de los latinos nacidos en la Ciudad no tienen un diploma de escuela secundaria, índice superior a cualquier grupo étnico (24,6% de afroamericanos, 10% blancos).

Girone confirmó las cifras y agregó que el índice de abandono de la escuela de los puertorriqueños se de casi el 46%. Girone argumenta que esto se debe a que la gran mayoría de los inmigrantes de la isla son agricultores sin ninguna educación.

"La primera generación no tiene los niveles de educación necesaria, no solo para ellos encontrar un empleo y darle mejores oportunidades a los niños, sino también para dirigir los niños", dijo Girone .

Pero Girone agregó que la educación comienza en la casa y que cuando una familia está buscando el pan para poner en la mesa y el gobierno no provee con los servicios necesarios, la educación pasa a segundo plano.

Para Jones esto es gravísimo porque argumenta que con el aumento de competencia por empleos, ya no se encuentran trabajos donde no se exija un diploma de escuela superior, y si un joven no se conecta con el mundo laboral antes de los 24 ó 25, los estudios muestran que ya no lo hará.

"Entonces no pueden obtener los requisitos necesarios para competir y no pueden obtener un trabajo. Una vez que no pueden trabajar las posibilidades de formar una familia se comienzan a erosionar y después viene la desesperación", explicó Jones.

Para los expertos, la solución a largo plazo es la educación. Jones habló de la importancia de la capacitación ya que la única manera de encontrar un trabajo es tener las habilidades requeridas.

"Toda la ciudad debiera estar enfocada en lograr educación para los jóvenes. Si no tengo trabajo, quiero que me provean de capacitación para salir de este período con habilidades. Así comienza la recuperación. Lo que no se ha convertido en una prioridad de Nueva York", explicó Jones.

Los sindicatos jugaran un rol importante en este período, agregó Jones, y las organizaciones que proveen ayuda comunitaria. Sin embargo, estas últimas han perdido importantes porcentajes de financiamiento por parte del gobierno

Los latinos se ven afectados desproporcionadamente por la pobreza en Nueva York
 
 

Respuesta  Mensaje 3 de 3 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 07/12/2010 20:05
 
 
 
 
 

El debate sobre la crisis económica se ha centrado en los síntomas: rescates, la corrupción en Wall Street, el colapso de los precios de la vivienda, un nivel de paro intratable, la política monetaria de la Reserva Federal… Pero para mucha gente se ha silenciado socialmente la causa misma de la enfermedad: una perniciosa concentración de riqueza. Se oye muy poco el aplastante argumento de que es de hecho la concentración de riqueza la causa última de esta persistente crisis, porque a los pocos milisegundos de haberlo dicho en un foro público saltan ya por todos lados los gritos de "¡Socialista!, ¡Socialista!". Un ejército de idiotizados locutores de derecha llenan las ondas radiofónicas de funestas advertencias sobre el creciente peligro comunista que es la redistribución de riqueza; Rick Santelli se despacha en la CNBC; y los del Tea Party se dedican a pisotearnos (figuradamente… o a veces literalmente).

Pero la gente que más ruido hace no son los archirricos que controlan la riqueza; son en realidad miembros de una red laberíntica de mercenarios, que actúan como un cuerpo de elite de guardaespaldas mediáticos para quienes acaparan toda la riqueza. Los ultrarricos de verdad son los colegas que aparecen en la lista Forbes de los más ricos; gente como Charles y David Koch, cada uno de los cuales con más de 21.500 millones de dólares en su haber, quienes además crean múltiples estratos de respetables organizaciones, como el Americans for Prosperity, para así hacer no sólo socialmente aceptable su tremenda acumulación de riqueza, sino convertirla en el nirvana del debate político. Los Koch celebran una vez al año reuniones secretas con sus colegas ultrarricos, donde comparten el rosario de sus penas y confabulan para lograr que se mantengan los recortes de impuestos a los ricos de Bush, no vaya a ser que se conviertan en el número 6 de la lista Forbes en lugar del 5. Y ello mientras 43 millones de sus compatriotas estadounidenses viven por debajo del umbral de la pobreza, incluyendo a uno de cada cinco niños.

David Barber, profesor asociado de Historia Americana en la Universidad de Tennessee, no teme a la algarabía de esa conspiración de acaparadores de riqueza, y escribe sin tapujos sobre los peligros de la concentración de la misma. Respondiendo a una pregunta por email de la semana pasada, el Dr. Barber comentaba:

"La fantásticamente sesgada distribución de riqueza de la sociedad americana sigue siendo uno de los principales problemas estructurales que subyacen a esta crisis. El 1% más rico de los americanos ostenta alrededor del 40% de la riqueza del país (excluyendo la propiedad de viviendas), en esta que es la más opulenta sociedad que ha visto jamás la historia. Por otro lado, el 60% más pobre de los americanos tienen sólo un 1% de la riqueza total del país. Mantener los recortes de impuestos de Bush simplemente perpetúa parte de la contradicción que nos llevó a la presente situación de crisis económica mundial".

Las estadísticas que cita el Dr. Barber provienen de un estudio llevado a cabo por Edward N. Wolff para el Levy Economics Institute del Bard College en marzo de 2010. Otros hallazgos del mencionado estudio son los siguientes:

El 1% más rico se hizo con 1/3 del total de las ganancias generadas por la riqueza en forma de bienes comerciables durante el periodo 1983 – 2007. El siguiente 4% recibió alrededor de otro tercio del total de ganancias y el siguiente 15% aproximadamente un quinto de las mismas, de modo que el quintil más rico de la distribución se llevó un 89% de todo el aumento de riqueza producido, mientras que el restante 80% de gente se quedó con sólo el 11%.

En 2007, el 1% más rico de los hogares era propietario del 38% de todos los activos bursátiles; el 5% más rico, del 69%; y el 10% más rico, del 81%.

Las deudas fueron de hecho el componente más equitativamente distribuido en los balances de las familias, con el 90% más pobre de ellas soportando el 73% de todo el endeudamiento.

La concentración de riqueza en demasiadas pocas manos mientras el resto de la población carga con demasiadas deudas como para poder comprar los bienes y servicios que producen las empresas, de las que además los más ricos ostentan el 81% de las acciones y por lo tanto de su capital, es simplemente reproducir las condiciones que llevaron al Crack de 1929 y pusieron en marcha la Gran Depresión (el sistema de la Seguridad Social nació a raíz de esa debacle. Ahora los ultra ricos esperan poder poner las zarpas sobre los fondos que el resto del 90% más pobre de la población destina a la Seguridad Social, para así hacer subir el precio de las acciones y beneficiar a ese restante 10% más rico. Cualquier acción que posponga hoy el inevitable proceso de una mayor redistribución de la riqueza, como pueda ser privatizar la Seguridad Social o mantener los recortes impositivos de Bush, simplemente va a acelerar la producción de daños económicos hasta que sea la deflación la que devore la riqueza de los que están en los quintiles más altos).

En su libro "The Worldly Philosophers" (Filósofos Mundanos), Robert Heilbroner explica la situación que llevó a la Gran Depresión de los años treinta:

"El torrente de renta nacional era sin duda impresionante en cuanto a su volumen total, pero cuando uno rastreaba el camino de los millones de arroyos que lo componían se hacía evidente que la nación como un todo se beneficiaba de ello de forma muy desigual. Unas 24.000 familias en la cúspide de la pirámide social recibían un flujo de renta tres veces mayor que el de los 6 millones de familias aplastados debajo – el ingreso medio de las familias más afortunadas era de 630 veces el ingreso medio de las familias en la base de la pirámide… y luego estaba el hecho de que el americano medio había utilizado su prosperidad de una forma suicida; se había hipotecado hasta las cejas, había multiplicado peligrosamente sus recursos a través de las compras a plazos, y finalmente había sellado su destino comprando con avidez fantásticas cantidades de acciones – se estima que unos 300 millones de ellas – y no con sus fondos, sino en el margen, es decir con dinero prestado".

En ambas épocas, Wall Street dejó de ser un mecanismo para asignar capital a las buenas empresas y se convirtió en un sistema institucionalizado de transferencias de riqueza encubiertas. Los principales mecanismos esta vez han sido los falsos derivados emitidos a sabiendas; poner de acuerdo a grandes clientes institucionales para comprar a precios predeterminados el primer día de la emisión de un nuevo paquete de títulos (práctica conocida como laddering) – lo que hace que el precio parezca que se dispare y atrae así al pequeño inversor; amenazar con quitarle la comisión al corredor de bolsa (una penalización) si éste permitía que el pequeño inversor sacara beneficios de esa nueva emisión de títulos – la práctica era reconocida como irregular y se reservaba para los peces gordos. Cuando la euforia de las punto com se esfumó y quedó claro que se trataba de un timo, los pequeños inversores salieron en estampida. Wall Street, con la inestimable ayuda de la FED, se encargó de engrasar la que iba a ser la nueva burbuja – la vivienda – y diseñó derivados aún más complejos para transformar ese mercado en la gallina de los huevos de oro para Wall Street, y en un montón de ejecución de hipotecas para el resto de la gente.

El 21 de enero, el Tribunal Supremo decidió que las empresas pudiesen tener una asombrosa influencia financiera en nuestras elecciones (Citizens United contra la Comisión Electoral Federal), y los resultados de las elecciones intermedias del pasado 2 de noviembre deberían ser un claro mensaje de alerta. No hay ayuda en camino. La consecuencia última de esta concentración masiva de riqueza va a ser una deflación a largo plazo, miseria económica y varias futuras generaciones que nos van a ver como aquella desventurada sociedad que no pudo poner freno a la avariciosa maquinaria de Wall Street, por carecer de un plan para ello.

Los estadounidenses que se preocupan por ello no pueden seguir esperando a que nos rescaten los políticos. Cuando a un entregado servidor público como el senador Russ Feingold de Wisconsin se le ningunea sin paliativos, mientras que alguien ultra-financiado como el senador Rand Paul de Kentucky presta juramento para lo que ha dado en llamarse un mandato popular, el testigo para la salvación económica pasa a manos del individuo de a pie. Por ello a continuación ofrezco diez ideas para empezar con el primer paso destinado a privar de su sustento a la bestia de Wall Street. Y para ser clara con aquellos a punto de saltar sobre sus asientos al grito de "¡Socialista!", no estoy hablando de "redistribuir" la riqueza; estoy hablando de devolvérsela a quienes se les quitó de las manos mediante un mecanismo fraudulento de transferencia de riqueza.

(1) Acorte su hipoteca: el anterior juez del Tribunal Supremo Louis Brandeis lo resumió así: "Podemos tener democracia en este país, o podemos tener una gran concentración de riqueza en manos de unos pocos, pero no podemos tener ambas cosas". La bestia de Wall Street crece gracias a los intereses que pagamos por nuestras deudas, y los utiliza para contratar lobistas y financiar a políticos para que defiendan sus intereses, no los nuestros.

Según datos a 31 de marzo de 2009 de la Federal Deposit Insurance Corporation (FDIC, una agencia federal independiente creada por el Congreso de los EEUU para asegurar los depósitos bancarios – N. del T.), cuatro gigantes de Wall Street controlan el 35% de todos los depósitos bancarios asegurados y el 46% de los activos (aunque la calidad de dichos "activos" está sujeta a un importante debate). Esas empresas son: Bank of America Corporation, JPMorgan Chase & Co., Wells Fargo & Co. y Citigroup, Inc. Ello deja a las restantes 8.242 instituciones bancarias aseguradas por la FDIC repartiéndose lo que queda. Los depósitos nacionales totales fueron de 7,5 billones de dólares mientras que el total de activos era de 13,5 billones a marzo de 2009. Ello implica claramente una concentración de riqueza demasiado grande y en demasiadas pocas manos, como tristemente hemos comprobado al tener que acabar rescatando financieramente a esas cuatro entidades.

Así pues pida consejo a su contable o su asesor financiero para convertir su hipoteca a 30 años en una a 15 y así mover riqueza desde los bolsillos de los accionistas del banco a los suyos propios. Las tipos de interés no han estado nunca mejor para una jugada de este tipo. De media, durante la vida de su hipoteca se va a ahorrar decenas de miles de dólares en pago de intereses. Puede ver concretamente cuanto se va a ahorrar en su caso accediendo a la siguiente calculadora de hipotecas: www.bankrate.com (no estoy aconsejando ninguna de las hipotecas que se ofrecen en esa página web ya que no he podido investigar esa cuestión; solamente la menciono para usar su calculadora de hipotecas).

Y hable con sus hijos, antes de que se embarquen en una hipoteca, sobre la diferencia del interés a lo largo de la vida de la misma entre una a 30 años y una a 15. Enséñeles como usar esa calculadora de hipotecas.

(2) Piense localmente: plantéese mover su liquidez desde los grandes bancos de Wall Street que tienen puestos sus grilletes al Congreso, a su banco local cuando éste tenga asegurados sus depósitos en la FDIC (cuidando de no exceder el límite de la cuantía asegurable). Una buena aproximación es estructurar el vencimiento de sus inversiones para que coincida con los momentos en los que va a necesitar el dinero. De nuevo, consulte con su contable y/o su asesor financiero. Ello ayudará también a proveer de fondos para préstamos a los negocios de su municipio y al mercado de vivienda local.

(3) Empiece un negocio: no se preocupe por la posible llegada de una carta de despido; sea proactivo. Empiece un negocio por su cuenta. Hágalo bien haciendo lo correcto: ¿qué producto o servicio puede ofrecer que quiera y pueda permitirse un consumidor en dificultades? (Algunas ideas podrían ser: asesoría fiscal sobre deudas, cuidado infantil barato, asesoría sobre ejecución de hipotecas, si dispone de tierras agrícolas un negocio de fruta y vegetales recolectados por uno mismo, tiendas de segunda mano, arreglos domésticos en viviendas que se vendan, etc.).

(4) Invierta sabiamente: sea listo con el uso que le de a su plan 401(k) (uno de los sistemas de pensiones para asalariados más conocidos de EEUU – N. del T.). Invertirlo en el S&P 500 (el equivalente al IBEX 35 – N. del T.) es simplemente alimentar a la bestia; y la bestia va a usar su capital barato para contratar a lobistas, crear grupos de presión (llamados Political Action Committee) y alejarlo a usted de sus representantes políticos. Algunos planes 401(k) le permiten trasladar el 50% o más de los fondos a su propio fondo de pensiones una vez alcanzada cierta edad. Llame a su oficina de la Seguridad Social y averigüe qué opciones tiene. Hable con su contable y/o asesor financiero antes de tomar ninguna decisión. Puede incluso que le interese abrir su propia cuenta de ahorro en un banco local y comprar certificados de depósito asegurados como alternativa a poner más fondos en su plan 401(k).

(5) Acérquese a las cooperativas de crédito: ¿alguno de los miembros de su familia pertenece a una cooperativa de crédito? Es posible que le puedan abrir a usted también una cuenta. Si necesita utilizar una tarjeta de crédito, trate de conseguirla a través de la cooperativa de crédito a un precio razonable y luego deshágase de cualquier otra tarjeta que tenga que sea más cara. Es un escándalo que algunos de los bancos que necesitaron un rescate van a recibir el dinero de la Reserva Federal casi gratuitamente mientras están cobrando a los ciudadanos comisiones del 20% por sus tarjetas.

(6) No utilice tarjetas de crédito de compañías que abusen de usted: todas las siguientes tiene algo en común: Home Depot, Exxon Mobil, Shell, Macy's, Sears, Zales. Todas ellas dan crédito a sus clientes a través de una tarjeta de crédito de Citigroup. Con el uso de esas tarjetas 40 millones de clientes están ayudando a sostener a Citigroup y sus prácticas contrarias a los consumidores y la ciudadanía. Citigroup exige a sus trabajadores que renuncien por escrito a su derecho a acudir a los tribunales (ver el número 8 más abajo), y ha estafado seriamente a los inversores mediante prácticas fraudulentas.

(7) Ataques a las marcas: es bastante probable que los comerciantes de su localidad no tengan un grupo de presión y unos lobistas a las puertas del Congreso trabajando en contra de sus intereses, ¿no? Recompénseles con sus compras y castigue a las empresas del S&P 500 hasta que capten el mensaje: si quieres que respete tu marca, respeta tú mi derecho a la representación política.

(8) Devuelva los tribunales a los trabajadores: muchas de las grandes empresas obligan a sus trabajadores a renunciar por escrito a su derecho a acudir a los tribunales nacionales si quieren conseguir un empleo. Se llama arbitraje obligado y es un proceso terriblemente injusto que está además diseñado para favorecer a la empresa. Si acude a una entrevista de trabajo, pregunte si la empresa tiene ese tipo de política y en ese caso salga por donde ha entrado.

(9) Quéjese: no permitamos que prácticas encubiertas sigan sin conocerse. Escriba un informe detallado y diríjalo al organismo adecuado: el fiscal de distrito, la oficina del fiscal general, oficinas de protección al consumidor, etc. Y escriba una carta al editor del periódico local. Todo ello ayuda a prosperar a los buenos negocios y pone dificultades a los engañosos y fraudulentos.

(10) Sencillamente, diga no: a las fotografías desnudo, la radiación, la palpación genital… todo solamente para subir a un avión. No vuele. Estará luchando por los derechos civiles y dañando a Wall Street. Las empresas de bio-escáneres operan en Wall Street y sus banqueros ya esperan que la vigilancia policial en el interior del país va a ser su nueva gallina de los huevos de oro.

Pam Martens, veterana economista con larga experiencia en Wall Street,  es actualmente una analista económica independiente.

Fuente:
http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=3766

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