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General: Las empresas españolas en América latina : abusos e incumplimientos
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: Ruben1919  (Mensaje original) Enviado: 03/05/2012 11:53
  Ricardo Gayol
 

La falta de inversión o la inversión insuficiente de las empresas multinacionales españolas en América Latina, son una de las causas en las decisiones de su nacionalización y expropiación.

La mayoría de estas empresas (REPSOL, BBVA, REE, Inditex, Aguas de Barcelona, BSCH, Unión Fenosa, Santillana/PRISA, Calvo, Pescanova, etc.), no se distinguen por su generosidad en reinvertir parte de sus beneficios en los países donde tienen la actividad, ni siquiera para garantizar un mínimo de funcionamiento y mantenimiento técnico de sus sistemas para garantizar el correcto funcionamiento de los servicios que proporcionan. Prácticamente todo su beneficio se destina al reparto de dividendos anuales entre sus accionistas.

Mencionaré nuestra experiencia en este asunto, que se centra sobre todo en Nicaragua, pero que es muy similar al resto de países latinoamericanos, que durante los años 90 y por imposición del FMI y los países más industrializados, tuvieron que liberalizar los servicios en sectores estratégicos, como es el caso de la energía eléctrica, en el marco de los ajustes estructurales exigidos.

Tras un proceso complejo, la empresa pública ENEL (Empresa Nicaragüense de Electricidad) se deshizo de una cantidad importante de sus activos, incluyendo miles de kilómetros del tendido eléctrico, que pasó a manos de la española UNIÓN FENOSA. Sin embargo, el estado (mucho menos la población) no obtuvo grandes beneficios de esta venta, ya que tan sólo sirvió para reducir un poco la enorme deuda externa que había contraído injustamente con distintos países europeos y con Estados Unidos durante los diez años que duró la guerra civil a lo largo de la década de los 80, una guerra cruenta y costosísima, precisamente alentada y financiada por Estados Unidos.

Desde 1992, Unión Fenosa es propietaria casi en exclusiva de la distribución de la energía eléctrica en todo el país, a través de sus filiales (constituidas expresamente) Disnorte y Dissur. Y lógicamente, su función, tratándose de una empresa privada y extranjera, es obtener el máximo de beneficios, antes que proporcionar un servicio público a la población.

Las inversiones de actualización y mantenimiento fueron reduciéndose, al tiempo que se iban aumentando los cortes de suministro, cada vez eran más numerosos y prolongados. El sistema de producción de energía eléctrica en Nicaragua, lógicamente, en un país pobre, y azotado por la guerra, no era muy desarrollado en el momento de la privatización, razón por la cual el precio de venta fue bastante generoso para Unión Fenosa. El compromiso de ésta era aportar no sólo la inversión financiera, sino la tecnología para actualizar los sistemas. Sin embargo, esto no fue así nunca, y la situación se prolongó durante más de 16 años. Más de una década y media de cortes, abusos, y encarecimiento de un servicio que la población en muchas ocasiones ni siquiera llegaba a recibir, y que aún en la actualidad sigue siendo muy deficiente.

En nuestro trabajo nos encontramos muy a menudo con casos de comunidades, aldeas, caseríos, pueblos enteros, y barrios o sectores urbanos, con apagones de luz que duran días y hasta semanas. Muy a menudo, los operarios de Unión Fenosa tardan días en acudir a la estación donde se haya producido la incidencia, para repararla, y en más de una ocasión argumentan que no tienen vehículo para acudir, lo cual es ya el colmo. Escuchando cualquier emisora de radio local o comunitaria de Nicaragua, nos encontramos con muchísimos casos de denuncias por interrupciones de servicio en cualquier parte. La empresa aduce razones relativas a los sistemas de producción de la energía en origen, ya que su único cometido es la distribución de la energía, no la producción, con lo cual Unión Fenosa se libra de toda responsabilidad, y únicamente obtiene beneficios.

Por supuesto, estas situaciones se dan también en España, aunque en menor medida, y de menor gravedad. Nuestra organización tiene contratado el servicio de energía eléctrica con la misma empresa, Unión Fenosa, porque a pesar de existir supuestamente una liberalización del mercado, en una gran parte del territorio tan sólo existe una empresa, que monopoliza todo el servicio, con lo que no es posible contratar con quien se desee. Cuando se produce una incidencia, pueden tardar hasta 15 horas en repararla, porque las estaciones están obsoletas y presentan grandes deficiencias, mientras la empresa se niega a realizar las inversiones necesarias para actualizar los equipos y sistemas para mejorar el servicio.

Pero, de regreso a las comunidades de Nicaragua, nos encontramos con otros abusos por parte de esta compañía eléctrica, que nuestra organización ha denunciado en muchas ocasiones. Los proyectos de cooperación al desarrollo que consisten en el tendido de líneas de distribución eléctrica, para las comunidades y pueblos donde no hay energía, la nueva infraestructura pasa a ser propiedad de Unión Fenosa.

Recuerdo que uno de esos proyectos, cofinanciado por un ayuntamiento español con más de 60.000 euros, consistía en llevar la energía eléctrica a varias comunidades del municipio de Puerto Morazán, cerca de Tonalá, en departamento de Chinandega, al noroeste del país. Unas comunidades con muchas dificultades de acceso. Pensábamos que debíamos transferir la propiedad a la alcaldía municipal, pero finalmente, en cumplimiento de la nueva legislación de industria en aquel momento (en 1998) tuvimos que firmar un documento de transferencia a Unión Fenosa, que se quedaba con la propiedad del cableado, postes y todo el derecho de explotación.

Y recuerdo también cómo antes de iniciarse el servicio, antes de que las familias tuvieran por primera vez en su vida, energía eléctrica en sus viviendas, muchos beneficiarios acudieron a la alcaldía para presentar una reclamación, porque Unión Fenosa les había enviado ya una factura de “conexión”, cuando aún no habían recibido ningún servicio.

Algunas de estas empresas españolas en América Latina, han recibido multitud de denuncias por su actitud mafiosa, presionando a los gobiernos locales y centrales para beneficiar sus intereses, pasando por encima de los derechos de los pueblos para instalar o desarrollar sus proyectos, como los casos de Endesa en Chile que obligan al desplazamiento de la población mapuche, o en Colombia con la propia Unión Fenosa, que obligan a la retirada de poblaciones indígenas de su territorio, que son acosados por sicarios y paramiltares.

No os extrañe en absoluto que cuando se presenta la primera ocasión, los gobiernos de estos países decidan quitárselos del medio, y afortunadamente se están presentando estas ocasiones, gracias al crecimiento que están experimentando sus economías y al fortalecimiento de sus instituciones y sus democracias participativas.

La soberanía sobre los recursos propios, es libertad, es auténtica liberación, frente a la liberalización de su explotación. No vale apelar a la “seguridad jurídica”, cuando ésta se basa en unos contratos hechos de forma absolutamente desventajosa, injusta y bajo presión, que consagra el sistema de expolio neocolonial de las metrópolis norteamericanas y europeas que por lo demás no dejan realmente beneficios ni en sus países de origen, ni mucho menos en aquellos que explotan, si acaso más miseria, violación de derechos sociales, laborales y humanos, y destrucción del medio ambiente.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

  03-05-2012
 
La experiencia en Nicaragua con Unión Fenosa
Las empresas españolas en América Latina, abusos e incumplimientos

 


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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 05/05/2012 13:54
  Erika González
OMAL

 

El pasado 1 de mayo, el gobierno de Bolivia presidido por Evo Morales decretó la nacionalización de la empresa Transportadora de Electricidad (TDE), que tenía casi como únicos dueños a la corporación transnacional Red Eléctrica Española (REE). Con esta decisión, la propiedad de TDE pasa a manos del Estado boliviano. Pero ¿qué ha supuesto la presencia de REE para Bolivia en esta última década?

Tras la noticia de la expropiación por parte del gobierno argentino de las acciones de Repsol en YPF, esta decisión del gobierno boliviano ha tenido un elevado eco en los grandes medios de comunicación. Y la relevancia mediática ha ido acompañada del interés por saber qué empresas españolas hay en Bolivia. Con la excepción de Repsol, cuya presencia en el país se conoció más ampliamente en el momento en el que otro primero de mayo (el de 2006) se decretó la "nacionalización" de los hidrocarburos en Bolivia, apenas se conoce qué multinacionales españolas tienen negocios allí.

Hace dos años el Observatorio de Multinacionales en América Latina (OMAL) publicó el libro Las multinacionales en Bolivia. De la desnacionalización al proceso de cambio (Icaria, 2010). Dicha publicación se realizó en colaboración con el Centro de Documentación e Información Bolivia (CEDIB), y en ella se presentaban los estudios de caso de las diferentes empresas multinacionales españolas presentes en Bolivia, tratando de responder a preguntas como: ¿qué empresas españolas han tenido y tienen actividad en el país?, ¿qué ha supuesto su presencia para el desarrollo humano de la población boliviana?, ¿y para la garantía de sus derechos fundamentales?, ¿y para el medio ambiente?.

En el libro, una de las compañías investigadas fue precisamente Red Eléctrica Española. Por su actualidad, reproducimos a continuación algunos pasajes del libro en los que se analiza la actividad de esta multinacional, actualizando las referencias y añadiendo algunos datos recientes de intéres.

¿Cómo empezó la actividad de REE en Bolivia?

Para contextualizar la llegada de las compañías españolas de la electricidad, además de REE también han tenido actividad Unión Fenosa e Iberdrola, es necesario esbozar, aunque sea a grosso modo, las características de la organización del sector eléctrico boliviano previo a la privatización. El Sistema Interconectado Nacional estructura, en la mayor parte del país, los diferentes sectores o áreas de la electricidad (generación, transporte, distribución y comercialización). Todas estas actividades eran gestionadas por dos grandes empresas: la Empresa Nacional de Electricidad (ENDE), que distribuía electricidad en los departamentos de Cochabamba, Santa Cruz y los sistemas aislados de Tarija [1]. Y la Compañía Boliviana de Energía Eléctrica Bolivian Power Company (COBEE BPCo), de capital canadiense, que poseía el monopolio para la generación, distribución y transporte de energía eléctrica en la ciudad de La Paz y Viacha, y suministraba electricidad a otras dos empresas de su propiedad denominadas División de Distribución de La Paz (ELECTROPAZ) y Empresa de Luz y Fuerza Eléctrica de Oruro (ELFEO) [2]. Además, existían pequeñas cooperativas de generación y distribución que recibían fondos públicos.

En diciembre de 1994, se promulga, la Ley de Electricidad 1604 que contempla la reestructuración del sistema eléctrico para la privatización de las empresas, ordenando su división en las áreas de generación, transporte y distribución.

En 1995, ENDE se divide en tres sociedades anónimas mixtas dedicadas a la generación (Corani, Valle Hermoso y Guaracachi), que pasarían a ser absorbidas por otras tres compañías estadounidenses (Dominion Energy, Constellation Energy y Energy Initiatives). En el caso del transporte de electricidad a alta tensión la empresa creada fue comprada por Unión Fenosa (69%) en 1997, junto con el Banco Santander Central Hispano (10%). Las multinacionales españolas bautizaron su filial como Transportadora de Electricidad. Tras cinco años de gestión salpicada de irregularidades, la reorientación de sus compras hacia América Central y México determinó la venta en el año 2002 de la filial boliviana a otra multinacional española, Red Eléctrica de España.

Efectivamente la Red Eléctrica Internacional, compañía filial de Grupo Red Eléctrica de España, adquiere el 99,94% de las acciones de Transportadora de Electricidad S.A. (TDE), que Unión Fenosa vendió por 90 millones de euros. De esta manera, la nueva multinacional, se adjudicaba la propiedad y operación del Sistema Interconectado Nacional que atiende el 85% del mercado nacional [3]. La empresa gozaba además de una licencia por tiempo indefinido que el gobierno de Evo Morales ha decidido respetar, tras un primer paso en el que se decía que la empresa iba a ser nacionalizada en una «segunda fase» [4].

¿Ha tenido un buen servicio REE en Bolivia?

Según el Instituto Nacional de Estadística, el índice de electrificación se mantuvo entre el 65 y el 70% hasta el año 2005 y es a partir de ese año cuando ha ascendido hasta el 80%, precisamente cuando se inicia un gobierno que establece un marco de mayor control sobre la IED. En Bolivia es necesario observar estos índices referidos al área rural, donde sólo el 47% de la población dispone de electricidad, y eso que ha crecido considerablemente en estos últimos años. Si bien son datos generales, Iberdrola y Red Eléctrica de España han formado parte del conjunto de empresas que no han impulsado la inversión en la extensión hasta que no ha habido una mayor presión social y política.

Además, actualizando estos datos con las noticias que están publicándose en los medios de comunicación se puede conocer que la ampliación de las redes en Bolivia citada no sólo se debe a un mayor control por parte del Estado boliviano si no a su inversión: “el descenso en el ritmo inversor de los últimos años obedece a que desde 2008 los nuevos desarrollos de red se adjudican por ley a la empresa pública nacional Ende” [5]. Es decir que el mayor avance en la extensión de las redes se deba a la inversión pública y no privada.

La Superintendencia de Electricidad, entidad supervisora de la actividad eléctrica en Bolivia, ha sancionado en diversas ocasiones irregularidades cometidas por las empresas españolas que han gestionado TDE. Este fue el caso de Unión Fenosa que cometió infracciones durante los años 2000, 2001 y 2002 [6]. El cambio de propietarios no modificó la ausencia de inversión; así, cuando TDE pasó a ser filial de Red Eléctrica de España continuó siendo denunciada por la Superintendencia en el año 2004 por una infracción en la que se la acusa de: «actuar con dejadez, abandono, desidia, falta de aplicación, defecto de atención, olvido de órdenes o precauciones, en la operación y mantenimiento de instalaciones que son de responsabilidad del agente» [7], por una interrupción del fluido eléctrico el 26 de noviembre de 2003 a ELFEC, que abastece de electricidad a todo el departamento de Cochabamba. En el año 2006 recibe una denuncia por la falta de mantenimiento en el año anterior y en 2007 por un corte de fluido eléctrico en el departamento de La Paz y, parcialmente, en los departamentos de Oruro, Chuquisaca, Potosí, Cochabamba y Santa Cruz [8]. También recibe, al igual que le sucedió a Unión Fenosa, una reducción de remuneración como multa por incumplimiento de los índices de calidad de servicio de transporte durante los años 2005, 2006 y 2007.

Por último, merece la pena destacar un dato de las noticias que han aparecido sobre la actividad de REE en Bolivia: mientras la filial boliviana de REE le prestaba a la casa matriz a un interés del 1,99%, esta misma filial adquiría préstamos de instituciones como la Corporación Andina de Fomento a un interés de hasta un 8% [9]. Directamente la casa matriz extraía un beneficio especulando con la solicitud de créditos en Bolivia. La opacidad de estas operaciones que se traducen generalmente en beneficios no registrados para la sede matriz de las transnacionales también está analizada en el libro Las multinacionales en Bolivia. De la desnacionalización al proceso de cambio.

Notas:

[1] La distribución eléctrica era realizada por dos empresas que formaban parte de ENDE: la Empresa de Luz y Fuerza Eléctrica Cochabamba (ELFEC).

[2] Arze C. y Ávila Poveda, P. (2006), Una reforma con pocas luces. Privatización del sector eléctrico boliviano, La Paz, CEDLA.

[3] Véase página web de TDE.

[4] «El gobierno afirma que respetará el capital de TDE», ANF, 25 de noviembre de 2009.

[5] «REE admite en sus cuentas la pérdida del 94% del valor de su filial boliviana», El País, 3 de mayo de 2012.

[6] Resolución de la Superintendencia de Electricidad n.º 168/2002, la n.º 235/2002 y la n.º 146/2004.

[7] Resolución SSDE n.º 239/2004.

[8] Resolución SSDE n.º 285/2007.

[9] El País, 3 de mayo de 2012, art.cit.

Erika González . Observatorio de Multinacionales en América Latina (OMAL) - Paz con Dignidad

Fuente: http://www.omal.info/www/article.php3?id_article=4791

 
¿Qué ha supuesto la presencia de REE para Bolivia en esta última década?

 


 
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