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General: ASÍ EMPEZÓ EL CASO DIVAR EN EL PODER JUDICIAL DE ESPAÑA .-
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De: Ruben1919  (Mensaje original) Enviado: 21/06/2012 14:22
la crisis en el poder judicial

Así empezó el ‘caso Dívar’

Artículo del vocal del Poder Judicial que destapó los viajes 'caribeños' de su presidente

"Sigo entendiendo que existen indicios sobrados para una investigación penal"

 

En el último trimestre del año 2010, tras la reducción del sueldo de los altos cargos y funcionarios y del presupuesto de todas las Administraciones públicas, el Consejo General del Poder Judicial inició un debate sobre los criterios de ejecución de su presupuesto, que fueron aprobados en enero de 2011. Ya que el mantra que se repite en estos debates es la reducción del personal, creí conveniente apuntar hacia otros ámbitos y, entre ellos, a la contención del gasto en viajes del presidente y los vocales.

Sin información precisa, muchos en el Consejo convivíamos, entonces, con una difusa sensación de resignación ante los rumores de que era muy mejorable el trabajo de quienes tenían la obligación de autorizar los viajes internacionales y de que el presidente y algunos vocales no estaban siendo austeros en sus desplazamientos. Sin embargo, cuando en enero de 2011 propuse algunos criterios de austeridad al respecto el Consejo tan solo aprobó una declaración genérica, que ni siquiera limitaba los viajes en primera clase.

Seis meses más tarde, evaluamos el cumplimiento de los criterios aprobados al comenzar el año, pero la única referencia a los viajes en el informe aprobado fue que se había avanzado “en la redefinición de las condiciones de las actividades externas”. Ante tanta vaguedad, a la vuelta del verano empecé a mirar los viajes internacionales que se presentaban para autorización en la comisión correspondiente, y me topé a la primera con uno que aparecía enunciado como “viaje de una delegación del Consejo a la República Dominicana, Panamá y Colombia”. Pregunté por este viaje y se me contestó que se trataba de un viaje del presidente, que había sido autorizado ajustando al máximo el gasto, no obstante lo cual su coste era de 40.000 euros. Se me ocurrió mirar la memoria económica de este viaje y comprobé que el presidente atravesaría el Atlántico acompañado de un numeroso séquito (innecesario para los actos protocolarios que justificaban el viaje) y que todos volaban en primera clase.

Había entrado ya el otoño cuando llevé este asunto al pleno como prueba de la insuficiencia de los criterios de ejecución del presupuesto acordados meses antes y anuncié que, visto lo visto, no estaba dispuesto a mirar hacia otro lado.

Así empezó el caso Dívar (la “vendetta de Garzón”, según la caverna; la quintaesencia de una lucha de poder con el ministro de Justicia y el último episodio de las trifulcas internas entre grupos y vocales a las que nos dedicamos algunos en el Consejo, según la voz que, bajo cuerda, porta a la vez la del ministro y, hasta ayer, la de Dívar), y, también, un largo camino hasta su dimisión forzada.

En octubre y noviembre de 2011, tras mi queja porque se hubiera autorizado ese viaje a Latinoamérica, empezaron a producirse acuerdos que excluían los viajes presidenciales del impacto sobre el presupuesto del Consejo, decisiones de origen difuso de suministrar solo datos globales sobre los viajes y, finalmente, la negativa indirecta a suministrar esa información en tanto no resolvieran las comisiones correspondientes. Todo ello tuvo lugar pese a que el reglamento del Consejo reconoce a los vocales el derecho a acceder a toda la documentación.

Ante esta falta de transparencia amplié mi solicitud de información individualizada a todos los viajes (no solo los internacionales) de los vocales y del presidente. Se consideró, entonces, que semejante despropósito tenía que ser tratado en un pleno, que tuvo lugar en diciembre de 2011 y que, tras un debate muy tenso, acabó reconociendo que los vocales podían acceder a la información sobre los viajes del último año. Dos meses después, en marzo de 2012, pude acceder, por fin, a un listado de viajes y gastos.

Ninguna norma autoriza a realizar viajes privados con cargo al presupuesto

La historia a partir de ese momento es conocida. Cuando vi las fechas y las facturas comprobé que había bastante que mejorar en el Consejo y elevé al pleno una serie de propuestas de austeridad, que fueron rechazadas sin previo debate. Entre las propuestas que rechazaron 17 vocales se incluían las de hacer constar las actividades oficiales que motivan los viajes, salvo los fines de semana en sentido estricto al propio domicilio fuera de Madrid, la reducción del número de acompañantes y el establecimiento de mecanismos complementarios de control de estos gastos.

Un periodista ha escrito que a partir de esta desafortunada votación se desataron todas las tormentas en el Consejo, y tiene razón en parte, pero el caso Dívar tenía ya vida propia, porque me era legalmente imposible ignorar sus frecuentes viajes a Marbella coincidiendo con fines de semana y sin actividad oficial aparente. Ninguna ley o norma interna autoriza al presidente o los vocales a realizar viajes privados a costa del presupuesto, y no me consta que ningún vocal lo haya hecho.

Cuando Dívar supo que me preocupaban especialmente sus viajes de fin de semana me hizo llegar una nota anónima en la que constaban una serie de actividades que pretendían justificar algunos de sus viajes a Marbella, pero ordenó que le fuera devuelta inmediatamente. Comprobé que algunas de esas actividades no eran ciertas y entendí que, tras la retirada de la nota explicativa, tenía que cumplir con mi obligación legal de denunciar los hechos para que la fiscalía pudiera hacer una investigación preliminar. Al día siguiente presenté la denuncia.

La exigencia de responsabilidades por las indecencias no es asunto menor

Entendí y sigo entendiendo que existen indicios sobrados para abrir una investigación penal. En muchos otros casos se ha hecho con bastante menos. Si se hubiera confirmado que, como parece, no hubo actividad oficial alguna en la mayoría de los viajes, los delitos de malversación de caudales públicos y de falsedad en documento oficial serían evidentes. Lo mismo sucede, a mi entender, con aquellos otros viajes en los que pudo haber alguna actividad oficial puntual antes del fin de semana. Poco después he sabido que hacía tiempo que algunos vocales y otros cargos en el Consejo venían advirtiendo sin éxito a Dívar de la improcedencia de sus reiterados viajes a Marbella y que, incluso, se le habían rechazado algunas facturas por actividades imposibles de relacionar con cualquier función pública.

Entre las muchas opiniones que he leído y escuchado sobre el caso Dívar en el último mes merece la pena reflexionar especialmente sobre la de un muy admirado periodista que consideraba que se trataba de un asunto menor que debería cerrarse cuanto antes con su dimisión, porque desviaba nuestra atención de lo realmente importante, que es la crisis económica, el rescate bancario y todo lo que está cayendo cada viernes.

En medio de este desbarajuste económico que tanto sufrimiento, angustia y pobreza está ocasionando, percibí en esta opinión y en la reiterada pregunta de los políticos sobre los motivos de mi actuación una resistencia inconsciente a reconocer el profundo cambio que se está produciendo en la forma de enfrentarse a los problemas comunes desde fuera de las instituciones, los partidos y las élites económicas. La exigencia de decencia en lo público y de responsabilidades a los culpables de los muchos latrocinios que conocemos cada día no es un asunto menor, sino que se sitúa en el centro del escenario individual en el que se representa el drama cotidiano.

La indagación sobre Dívar y quienes hacen cosas parecidas es esencial

La dimisión de Dívar, la devolución del dinero público que malgastó, la investigación de su responsabilidad penal y la de todos los que pudieran estar haciendo algo parecido, igual que la de los culpables del fiasco de muchas entidades bancarias y de quienes se lo permitieron o pudieron evitarlo, no es algo que haya que hacer para poder concentrarnos en lo realmente importante, sino que es una parte de lo realmente importante, algo esencial para poder enfrentarnos con fuerza a los graves problemas económicos que nos asolan.

La exigencia de decencia en lo público y de responsabilidad por la indecencia es algo que los jóvenes sin futuro, por ejemplo, entienden a la primera. Actuar en esta dirección desde nuestra pequeña esfera de poder es demostrarles que no estamos dispuestos a dejar solos a quienes no tienen culpa de su desamparo. El camino recorrido y el final del caso Dívar demuestran que la resignación no es la única realidad.

José Manuel Gómez Benítez es vocal del Consejo General del Poder Judicial y catedrático de Derecho Penal.



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De: Ruben1919 Enviado: 21/06/2012 14:30

Dívar dimite: “He sido víctima de una campaña cruel y desproporcionada”

"No tengo conciencia de haber hecho nada malo, pero la situación era insostenible", asegura

De Rosa, vicepresidente del órgano, aclara que no ha habido votación

Carlos Dívar ha dimitido. Tras más de un mes de presiones, el presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo termina así su ciclo como máxima autoridad judicial del Estado tras el escándalo de sus viajes. Apenas 15 minutos después de empezar el pleno extraordinario, en torno a las 11.25, ha presentado su dimisión. El orden del día incluía tres puntos a debatir: la situación general del Poder Judicial, el estudio de la petición de dimisión formulada por cuatro vocales del Consejo, Félix Azón, Margarita Robles, Inmaculada Montalbán y Carles Cruz, y un tercero, propuesto por el vocal José Manuel Gómez Benítez, que pedía su destitución o remoción en el cargo.

La sucesión de Dívar

La sucesión del ya expresidente del Poder Judicial y del Tribunal Supremo, Carlos Dívar, depende ahora, en primer lugar, de Alberto Ruiz-Gallardón.Una vez trasladada la decisión al ministro de Justicia, este tendrá que llevarla al Consejo de Ministros para que apruebe el decreto. Según fuentes del ministerio, es probable que se lleve al de la semana que viene. Tras la firma del Rey y la publicación en el BOE, comenzará el periodo de interinidad, en el que el vicepresidente del Consejo, Fernando de Rosa, se convertirá en la máxima autoridad judicial del Estado. A partir de ese momento, la convocatoria de elecciones dependerá de los vocales del Consejo

El vicepresidente del órgano de gobierno de los jueces, Fernando de Rosa, ha aclarado que "nada más comenzar el pleno", Dívar "ha manifestado su voluntad de renuncia y no ha habido votación". De Rosa ha añadido en una comparecencia ante los medios que "hasta que no sea efectiva la dimisión", esto es, hasta su publicación en el BOE, no "se pondrá en marcha ningún tipo de mecanismo para la elección del presidente". La rapidez depende ahora Alberto Ruiz-Gallardón, quien es el que tiene que tramitar el decreto de cese que deberá firmar el Rey. El ministro de Justicia ha considerado, además, que este es el momento de "mirar adelante" y trabajar para fortalecer el prestigio de los jueces.

"No tengo conciencia de haber hecho nada malo, pero la situación era insostenible" para la judicatura, ha asegurado Dívar, compungido, según fuentes del Consejo. El ya expresidente ha dicho que se considera "víctima de una campaña cruel y desproporcionada" y ha dejado claro, además, que no guarda "rencor" a nadie, y ha mencionado expresamente a los periodistas. En cualquier caso, ha aclarado que ha dimitido en consideración a "los jueces sencillos". Dívar, que al dirigirse a los miembros del pleno ha mirado en más de una ocasión al vocal que denunció sus viajes, José Manuel Gómez Benítez, ha afirmado que siempre ha actuado conforme a las normas y ha insistido en que no se siente "culpable de nada".

El ya expresidente de los jueces ha querido poner en valor la unidad de la institución, en la que también ha hecho hincapié De Rosa en su comparecencia. Precisamente con el objeto de dar una imagen de unidad, los vocales habían acordado arropar públicamente al vicepresidente durante su intervención. No obstante, han faltado tres vocales: el progresista Miguel Carmona, la conservadora Concepción Espejel y el jurista independiente Claro Fernández-Carnicero.

Esta es la decisión "rotunda y contundente" que anunció en el pleno del pasado sábado y que hoy ha comunicado al pleno del consejo. El anuncio supone además el comienzo, en palabras de algunos vocales, de una etapa de “regeneración y transparencia” que destierre el viejo hábito de cargar gastos a las arcas del Poder Judicial sin necesidad de justificar cómo, en qué y con quién se ha producido el desembolso de dinero público en un órgano (el que gobierna a los más de 4.500 jueces españoles) que maneja 74 millones de euros de presupuesto. Con Dívar se irá, señalan fuentes del Consejo, la práctica de cargar viajes a las arcas del Poder Judicial sin que exista constancia oficial de los mismos, y la de los fines de semana caribeños. Esos que él, en algunas ocasiones, estiró de jueves a martes.

 

Los viajes de Dívar.

La portavoz de este órgano, Gabriela Bravo, había señalado esta mañana en la cadena SER que "lo previsible es que Dívar anuncie su dimisión". En su primera entrevista que concede desde que estalló la crisis por los viajes del también presidente del Tribunal Supremo, Bravo ha confiado en que se "recupere parte de la credibilidad perdida estos días". No ha sido ella, sin embargo, la encargada de comparecer tras el pleno extraordinario de hoy, como es habitual. Lo ha hecho el vicepresidente, Fernando de Rosa, que ha querido lanzar un mensaje de tranquilidad al indicar que “si bien habrá una interinidad en la jefatura tanto del Consejo como del Supremo", todos los vocales "seguirán trabajando intensamente en la resolución de los problemas de la justicia y de proyectos muy importantes”. El vicepresidente ha manifestado también que los vocales son “conscientes” de que el ‘caso Dívar’ “ha dañado la imagen de la institución”. No obstante, ha asegurado que todos los vocales, “por unanimidad”, han expresado “su reconocimiento” al trabajo realizado pro el ya expresidente.

En calma tensa afrontaban los vocales del Poder Judicial el pleno de hoy. Algunos han llegado a la sede del órgano en Madrid más de una hora antes del pleno. Ayer se sondearon entre ellos y aparentemente no había deserciones en la idea de que la presidencia de Dívar hoy pasará a ser historia. Se ha convertido así en el primer presidente del Tribunal Supremo y del Poder Judicial que deja el cargo forzado por los mismos que le eligieron. A sus 70 años, a Dívar solo le queda ahora la jubilación. Sin excepción, todos los consejeros interpretan que sus palabras en el pleno del pasado sábado, las que pronunció tras mirar a su alrededor y solo ver soledad (“voy a adoptar una medida rotunda y contundente”) estrangulan cualquier margen de maniobra.

Desde que estalló el escándalo de sus 32 viajes en larguísimos fines de semana a Marbella y otros destinos se aferró numantinamente al cargo. Hijo y nieto de juez, en su mente se instaló la idea de que dimisión es asunción de culpa. Y a esto se agarró durante la primera fase del escándalo de sus viajes. El respiro de alivió que sintió al cotejar que la Fiscalía General del Estado archivaba la denuncia por malversación que le interpuso, el pasado 8 de mayo, el vocal progresista José Manuel Gómez Benítez se disipó pronto. Entonces, se sintió medio arropado cuando vio que solo cinco vocales pedían su dimisión y que, paradójicamente, otros siete se la exigían Gómez Benítez por haber actuado este por libre. Sin consulta previa al pleno.

Dívar se encerró en sí mismo y se olvidó de la calle, donde su caso crecía en medio de la indignación. Y que, lejos de mitigarse, se agigantaba con nuevas revelaciones de EL PAÍS que elevaban los primeros 12 viajes por importe de casi 13.000 euros hasta 32, y por un total de 28.000 euros

Tras el archivo de los 12 viajes en la Fiscalía General, el asunto llegó al Tribunal Supremo. Su propio tribunal le dio carpetazo al asunto. Por once votos contra cuatro, el Supremo no vio reproche penal en su conducta. Fue cuando Dívar se presentó ante la prensa y se mantuvo en sus trece; es decir, en el “carácter reservado” de sus viajes y en que no tenía obligación de dar explicaciones detalladas del motivo y con quién o quiénes había compartido los manteles de sus más de 40 cenas y/o almuerzos en restaurantes de lujo endosados al Consejo durante esos dilatados fines de semana. En cambio, en la calle, en las asociaciones judiciales e incluso en el PSOE, el clamor era que, al menos, sí concurría un reproche ético. Y que debía irse. Así ha sido.

Dívar siguió sin dar explicaciones y arrecieron todavía más los gritos de dimisión. Cuatro vocales (Inmaculada Montalbán, Carles Cruz, Margarita Robles y Félix Azón) y un quinto, Gómez Benítez, forzaron un pleno extraordinario 72 horas después, el del pasado sábado. Y estos cinco, partidarios de su marcha, se convirtieron en muchos más en el pleno. De sus bocas, delante de él, salió el sentir generalizado de que la situación “era insostenible”. Dívar volvió a mirar entonces a su alrededor y se sintió aún más solo. Y con la tenaza de que los mismos que le sugerían su salida, por las buenas, podían forzar una votación y destituirle. Ese era una de los puntos del orden del día. Con doce, mayoría de tres quintos, hubiera bastado.

 

El vicepresidente del CGPJ, Fernando de Rosa. / Uly Martín

Acorralado y delante de todos, Dívar soltó entonces nsu famosa frase premonitoria: “En los próximos días adoptaré una medida rotunda y contundente”. Y por “responsabilidad institucional” pidió a los consejeros que le dejasen varios días para estar presente en los actos del bicentenario, que empezaban el lunes y a los que el Rey iba a asistir. Se fue del pleno y los vocales, unánimemente, accedieron a su petición: dejarle uno días más y que dimitiera. El pasado lunes Dívar solo pudo hacerse la foto con el príncipe Felipe (don Juan Carlos cambió su agenda y viajó a Arabia Saudí a dar el pésame por la muerte del príncipe heredero). La inasistencia ayer de Dívar a los actos de la Constitución de Cádiz de 1812 tras la fría foto del lunes sin el Rey, agita la convicción de que hoy es el día D de Dívar. El de sus últimas palabras como primera autoridad judicial del Estado.


Respuesta  Mensaje 3 de 4 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 21/06/2012 14:36
Ëste es el primero de los jueces que condenó a Garzón...que cae sin contemplaciones .... y sin la más mínima decencia .- Y lo mejor ....debe ir a la cárcel .- Ya caerán los otros que ya han demostrado que son prevaricadores !!

Respuesta  Mensaje 4 de 4 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 30/06/2012 23:30

El Tribunal de Cuentas decide investigar los gastos de los viajes de Dívar

El fiscal ha apoyado la investigación de los gastos presentado por el expresidente del Supremo

Entiende “actos susceptibles de dar lugar a la existencia de responsabilidad contable”

 

El Tribunal de Cuentas ha decidido investigar los gastos de los viajes de fin de semana largos del expresidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Dívar, según una resolución del citado órgano al que ha tenido acceso este periódico.

Las presuntas irregularidades de Dívar en la justificación de los gastos al cargar al presupuesto del Consejo en forma de “indemnizaciones por razones de servicio” y de “atenciones protocolarias” lo que tenían apariencia de actividades privadas fueron denunciadas ante el Tribunal de Cuentas por la Asociación de Abogados Demócratas por Europa (ADADE). El abogado José Mariano Benítez de Lugo, en su representación, interpuso una demanda de alcance, con la pretensión de que el dimitido presidente del Supremo devolviera al erario las cantidades indebidamente justificadas.

El consejero Felipe García Ortiz ha abierto unas diligencias preliminares en las que señala que de la documentación aportada al Tribunal de Cuentas, “podría deducirse, de forma indiciaria, unas supuestas irregularidades en la justificación de los gastos realizados en concepto de indemnizaciones por razones de servicio y atenciones protocolarias, que podrían dar lugar a la apertura de un procedimiento jurisdiccional contable”.

“De hecho”, continúa la resolución, “la jurisdicción contable ha venido pronunciándose, en múltiples procedimientos incoados, sobre la exigibilidad al perceptor y gestor de fondos públicos, recibidos en concepto de viajes, indemnizaciones, gastos protocolarios o representativos, que la rendición de cuentas debe hacerse en forma suficientemente acreditativa de que los caudales se aplicaron a la finalidad predeterminada y que los gastos obedecieron a la actividad institucional propia del receptor de los mismos en relación con su cargo, pudiendo, en el supuesto contrario de que se hubieran realizado sin relación alguna con su cargo, constituir la figura del alcance”.

Por ello el consejero ha dado traslado de las actuaciones a la sección de Enjuiciamiento del Tribunal para que ésta proponga el nombramiento de un delegado instructor para que practique las diligencias de investigación pertinentes.

El teniente fiscal, Luis Rueda, se había pronunciado en el mismo sentido por entender que en el escrito de la demanda se destacaba que “con cargo a los fondos públicos del Consejo del Poder Judicial”, habían sido realizado “gastos carentes de justificación” y, además, se identificaban e individualizaban esos “actos susceptibles de dar lugar a la existencia de responsabilidad contable”.

 

Carlos Dívar, el día de su dimisión. / ULY MARTÍN

Como únicamente procedería el rechazo de la demanda si los hechos, manifiestamente, no revistieran caracteres de alcance, y de lo expuesto “no resultan palmariamente ajenos al concepto de alcance y se encuentran individualizados, no procede el archivo de los mismos”. Por ello, el fiscal ha considerado pertinente el nombramiento de delegado instructor para que investigue las cuentas.

Por su parte, la abogado del Estado jefe, Catalina Miñarro, tampoco se ha opuesto al nombramiento de delegado instructor.

La decisión del Tribunal de Cuentas y la postura de la Fiscalía de ese órgano contrasta con la resolución de la Sala Segunda del Tribunal Supremo, que por 11 votos a favor y cuatro en contra decidieron archivar la querella presentada contra Dívar por estafa o malversación de caudales públicos por los viajes a Marbella. Además, la fiscalía, sin entrar a investigar el fondo de los hechos, también archivó la denuncia por malversación presentada ante la Fiscalía General del Estado por el vocal José Manuel Gómez Benítez.



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