Estados Unidos de America: Enemigo número uno de los pueblos
"Los Estados Unidos de América parecen predestinados por la providencia para plagar de miseria nuestros pueblos". Simón Bolívar.
Por Joaquín Gómez Bloque Sur de las FARC-EP
El 27 de julio de 1947, el presidente Truman de los Estados Unidos firmó el acta sobre Seguridad Nacional, dando vida de esta forma a La Agencia Central de Inteligencia (CIA), cuya única misión consiste en desestabilizar gobiernos y eliminar líderes políticos que quieran realizar transformaciones económicas, políticas y sociales en favor de sus pueblos y en contra de los intereses monopólicos de los norteamericanos.
A partir de su creación hasta nuestros días, La CIA no ha respetado fronteras para tumbar gobiernos ni ha escatimado medios para cometer sus crímenes de Estado. Sus tentáculos de muerte alcanzan a todas partes: en Colombia en complicidad con la clase política del bipartidismo liberal-conservador, asesinó a Jorge Eliécer Gaitán y le facturó la autoría de éste magnicidio al "comunismo internacional".
En 1954 financia y organiza un golpe de Estado en Guatemala para derrocar al presidente Jacobo Arbenz, por haberse atrevido a nacionalizar las tierras ociosas de La United Fruit Company.
En este mismo año, por medio de La CIA, Dwight Eisenhower presidente de los Estados Unidos, derribó el gobierno de Mohamed Mossadegh, en Irán, por que había nacionalizado el petróleo.
En el Congo Belga La CIA asesina al prestigioso líder popular de las comunidades negras, Patricio Lumumba, caracterizado por su vertical posición anticolonialista y antiimperialista.
En abril 17 de 1961 el jefe de La CIA en ese entonces, Allen Dulles, cumple la orden dada por Kennedy y puesta en marcha por Eisenhower, de lanzar una invasión desde Estados Unidos, Guatemala y Nicaragua contra Cuba, para derrocar al gobierno de Fidel Castro. En 72 horas acaba Cuba con los invasores y Playa Girón (Bahía Cochinos) se convierte en el símbolo de la victoria del pueblo cubano sobre los mercenarios.
Hace casi 40 años Estados Unidos tiene sometido al heróico pueblo cubano a un criminal bloqueo económico a pesar de la reprobación reiterada de la Comunidad Internacional a este execrable acto.
En 1964 por diagnóstico de La CIA, asesores, pilotos y helicópteros norteamericanos participan de manera significativa en la agresión militar a Marquetalia, para evitar, según la propia CIA, que ese "foco revolucionario" degenerara en otra Cuba comunista, por lo que se hacía urgente establecer un estricto "cordón sanitario", para evitar la contaminación ideológica. Contra los 48 campesinos al frente de quienes estaba nuestro comandante en jefe Manuel Marulanda Vélez, participaron 16 mil hombres y utilizaron bombas bacteriológicas y de Napalm, made in USA.
En 1965 por sugerencia de La CIA, tropas norteamericanas desembarcan en Santo Domingo y ahogan en sangre la posibilidad de que Francisco Caamaño, con gran apoyo popular, se convierta en presidente de República Dominicana.
En 1971 La CIA intenta asesinar a Fidel Castro, Primer Ministro de Cuba, aprovechando la visita de éste a Chile.
En Suecia La CIA asesina a Olaf Palme, para evitar el progresivo acercamiento del gobierno sueco con la ex-URSS; también elimina al General Omar Torrijos en Panamá y al presidente Jaime Roldós en Ecuador.
La International Telephone and Telegraph Corporation (I.T.T.) ofrece un millón de dólares para tumbar a Salvador Allende en Chile, y el presidente Richard Nixon encarga a La CIA para cumplir esta tarea y le asigna para los gastos de la misma: diez millones de dólares más. La criminal desestabilización organizada por La CIA comienza con el asesinato del General más prestigioso que tenía el Ejército chileno: René Shnneider, por haberse negado a participar en el golpe de Estado que estaban preparando. Paralelamente a este magnicidio, los Organismos de Crédito Internacional (Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo...) suspenden todos los préstamos para Chile, mientras el precio internacional del cobre se viene abajo, y por valija diplomática llegan ríos de dólares para financiar huelgas y pagar sabotajes contra el Gobierno Constitucional de La Unidad Popular, en cabeza de Allende; hasta que el 11 de septiembre de 1973 logran su cometido: le dan golpe de Estado a Salvador Allende y con ello, ahogan en sangre, de manera transitoria, la esperanza libertaria del pueblo chileno.
El 19 de octubre de 1983 el General Hudson Austin dá un golpe de Estado en Granada, contra el gobierno de Maurice Bishop; donde mueren éste y dos miembros más de su gabinete. El 25 del mismo mes, Estados Unidos invade a Granada, pretextando "salvar la democracia" y poner orden al caos originado por el derrocamiento y muerte de Bishop, cuando la verdad es otra: Estados Unidos dos años antes, ya venía ensayando la invasión a Granada, en la isla puertorriqueña de Vieques; porque según Reagan, Granada era más peligrosa que Cuba, debido a que la población es negra y de habla inglesa, y esto permitiría ejercer una gran influencia sobre la población negra de Estados Unidos. Peligro este que había que erradicar.
En esta misma década del 80, Estados Unidos invade a Panamá para llevarse a Manuel Antonio Noriega, hijo legítimo y consentido de La CIA. Ratificando con esto lo que dijo alguien, con mucha certeza: "Estados Unidos no tiene amigos, sino intereses".
También invade a Haití para salvar "la democracia", pero de los monopolios norteamericanos. Y al "salir" deja cinco mil hombres listos para impedir por medio de fuego y bayonetas, cualquier intento de transformación económica, política y social a favor de la miserable situación de la población haitiana.
Durante los últimos diez años los gobernantes gringos han trabajado, con conocimiento de causa, con narcotraficantes en América Latina: facilitaban el envío de drogas a su país por miembros de la contra-nicaragüense, droga que distribuían en los sectores habitados por norteamericanos negros, y los dólares por este negocio, los invertían en armas, para derrocar el gobierno de los sandinistas.
Los hechos anteriores no son todos, pero son suficientemente ilustrativos para hacernos la siguiente pregunta: ¿Con ese historial delincuencial, de dónde acá tienen los gobernantes norteamericanos autoridad moral, para calificar y ser jueces de conductas ajenas?. Cuando ellos no han sido otra cosa que los Al Capone de turno de La Casa Blanca, que le han impuesto al mundo en nombre de "la civilización " y de la razón que dá la fuerza, sus propios métodos gansteriles como única forma de gobernar y hacer política; pioneros y exportadores del Terrorismo de Estado.
No estará muy lejano el día en que los pueblos del mundo para hacer justicia, constituyan un Tribunal Internacional para juzgar (incluyendo juicios) a los gobernantes gringos por sus magnicidios, genocidios y actos vandálicos contra la preservación, progreso y desarrollo de la humanidad.