La Habana- -- La lista de los 612 candidatos a diputados en la Asamblea Nacional de Cuba (Parlamento unicameral) supone una renovación del 67 por ciento respecto a la actual composición de la cámara, informaron hoy medios locales.
Según publica hoy el diario Granma, la candidatura a la Asamblea para su octava legislatura representa a “todos los sectores de la sociedad cubana, estatales y no estatales”.
Cuba, donde el único partido legal es el comunista, celebrará el próximo 3 de febrero las elecciones para designar a los diputados del Parlamento nacional y a los delegados de las asambleas provinciales.
Esta semana se divulgaron los nombres de los candidatos a la Asamblea, en una lista donde no aparece el actual presidente del Parlamento, Ricardo Alarcón, por lo que en la próxima legislatura habrá renovación en el principal cargo de la asamblea.
El promedio de edad de los candidatos a diputados es de 48 años, y de los 612 postulantes casi un 49 por ciento son mujeres, lo que eleva la participación femenina respecto a la actual legislatura.
Granma -el diario oficial del Partido Comunista- destaca que el promedio de edad de los candidatos es de 48 años, que el mayor grupo lo conforman postulantes comprendidos entre los 36 y los 50 años y que el 70 por ciento de los nominados nació después de 1959, año en que triunfó la revolución liderada por Fidel Castro.
Otras de las características de la candidatura es que un 37 por ciento de los aspirantes a diputados son negros o mestizos y que casi un 83 por ciento del total de candidatos cuenta con estudios superiores.
Entre las caras nuevas de la candidatura a la Asamblea figura Mariela Castro, hija del gobernante cubano, Raúl Castro, y directora del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex).
Como ya habían anunciado los medios cubanos, el gobernante y su hermano Fidel Castro, líder de la revolución, también están incluidos en el listado de candidatos a diputados.
Tras los comicios del 3 de febrero, Raúl Castro, de 81 años, será reelegido para un nuevo mandato presidencial, que podría ser el último si el gobernante cumple su promesa de limitar a un máximo de diez años los cargos políticos del país.