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General: Qué saldo deja la invasión de Irak para la historia ?
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Respuesta  Mensaje 1 de 5 en el tema 
De: Ruben1919  (Mensaje original) Enviado: 21/12/2011 13:47
  Wilkie Delgado Correa
 
¿Qué saldo deja la invasión de Iraq para la historia?
 
 
Una vez más se confirmará que los invasores no han tenido ni tendrán futuro, corresponda el juicio al hoy o al mañana de la historia
 

El presidente Obama ha anunciado que antes del 31 de diciembre se retirará el último contingente militar estadounidense de Irak, aunque la presencia de unos 16 0000 norteamericanos en funciones diplomáticas, de seguridad y en otras muchas otras, reflejan las influencias que todavía pesarán sobre la plena soberanía de esa nación.

Según Obama la historia juzgará el origen de por qué las tropas invasoras fueron a Irak, pero según su juicio saldrán con “la cabeza alta”.

¿Habrá que esperar que desaparezcan las presentes generaciones para arribar a las conclusiones definitivas, gracias a los estudios enjundiosos de historiadores, politólogos y filósofos, sobre un acto de guerra tan condenable como la desatada por Hitler en la época de la Segunda Guerra Mundial?

¿Acaso no ha quedado demostrado que las razones para invadir a Irak, se basaron en la mentira inventada por W. Bush y sus compinches de que el gobierno de Saddam Hussein poseía armas nucleares y mantenía una alianza con Al-Qaeda? ¿No produce dolor e indignación que hijos del pueblo noble de los Estados Unidos, en vez de participar en causas con fines más nobles, sean utilizados como conquistadores, arrastrados por ideas sustentadas en las mentiras de gobernantes como W. Bush y Cheney? ¿Por qué W. Bush y compañía sólo deban esperar el juicio de la historia, cuando el juicio, según el derecho internacional, corresponde a un tribunal internacional como el de Nüremberg?

Si ya tenemos la certeza que, después de más de ocho años trascurridos desde marzo el 2003, al fin, se producirá el retiro de las últimas fuerzas militares de combate, cuya cifra total fue de un millón y quinientos mil soldados, lo más importante es definir si saldrán victoriosas o derrotadas, si podrán salir con la cabeza alta o, por el contrario, saldrán con la moral por el suelo. Porque la victoria y la derrota tienen matices diferentes cuando se somete los acontecimientos a un análisis integral en que se desnuden todos los porqués habidos y por haber. Creo, por lo tanto, que lo más importante a definir es cómo han salido y saldrán las tropas invasoras de los Estados Unidos y sus aliados desde que comenzaron la retirada.

Hace algunos años afirmé que la retirada pudría ocurrir dentro de uno, diez o cien años, y el resultado de cómo saldrían las tropas de Irak: derrotados. Pues el tiempo de la conquista no significará nunca la magnitud de una victoria legítima. Bastará que el sentimiento de antipatía y odio de los dominados sea generalizado, que exista conciencia sobre que los ocupantes han ocasionado el exterminio y daños horribles a la población nativa, para que la derrota sea evidente y real. Si bien se puede afirmar con absoluta certeza que saldrán derrotados, vale la pena profundizar sobre todo lo que lleva implícito ese cómo llamado derrota.

A pesar de su inmenso poderío y de haber provocado pérdidas cuantiosas y desproporcionadas en vidas y recursos materiales de Irak, sólo las tropas norteamericanas, militares y civiles, saldrán con pérdida significativa en vidas, unos 4 5000 muertos, junto con la caída de 318 soldados aliados. El luto llegará también, lamentablemente, al pueblo norteamericano multiplicado en muchos más miles de padres, hijos, esposos y esposas, hermanos, parientes, amigos y vecinos de los caídos. También llegará el luto, en menor cuantía, a los pueblos cuyos gobernantes decidieron acompañar a Bush en su nefasta aventura invasora.

Saldrán las tropas invasoras anatematizadas por el genocidio practicado, que hoy se calcula en más de 600 mil iraquíes muertos o en rangos de cientos de miles, pues los estimados son imprecisos. Muchos invasores, vaya usted a saber cuántos, saldrán calificados como criminales de guerra de lesa humanidad, aunque nunca el Tribunal Penal Internacional solicite la extradición para juzgarlos ni se ocupe de este particular.

Saldrán como ejecutores de actos condenados por los pactos internacionales de derechos humanos y del derecho humanitario. Asesinato, violaciones, torturas, irrespeto y afrenta a las creencias, valores y dignidad de las personas y de las nacionalidades, persecuciones, cacerías, secuestros, desapariciones, exterminios, terrorismo, destrucción de hogares y ciudades.

Saldrán como entronizadores del terror, la ilegalidad y tropelías infinitas, incluyendo secuestros internacionales, cárceles secretas y cárceles de nuevo tipo o territorios amurallados, desconocimiento de los derechos de los detenidos y de las normas de tratamiento justo y civilizado.

Saldrán como soldados que con sus botas violaron principios sagrados de los pueblos como son la independencia, la soberanía, la autodeterminación y la paz, cumpliendo los dictados de la potencia imperial que desató una guerra ilegal e injustificable a pesar de la protesta del mundo y del propio pueblo norteamericano.

Saldrá heridos físicamente: sin piernas, sin brazos, tuertos y ciegos, en fin, con mutilaciones físicas diversas, pues se estima en 30 000 el número de heridos.

Saldrán traumatizados sicológicamente: ya sea con mentalidad de asesinos y torturadores, con sentimientos de odio, de miedo, de terror, de desconfianza, de culpa, de suicidio. En fin, saldrán con penas del alma que durante sus existencias quizás nunca sanarán. Padecerán de recuerdos y de pesadillas horribles.

Saldrán con pérdida o modificación de valores humanos esenciales que quizás los lleve o ya los han llevado a la autodestrucción (suicidio) y a la destrucción de sus familias o de otros ciudadanos (homicidios individuales o colectivos). El número de asesinatos cometidos por algunos de estos soldados y el de suicidios, elevado con respecto a la norma, procedentes de estas tropas, son pruebas irrefutables. Un artículo del diario The New York Times de agosto de 2010 reportaba que al menos 20% de los veteranos de guerra de Irak y Afganistán (alrededor de 300 mil) mostraban síntomas de padecer el síndrome de estrés postraumático, caracterizado por depresión, violencia, suicidios y desadaptación social.

Saldrán con un sentimiento de haber sido engañados, de haber defendido intereses espurios de una clase política y de un gobierno mediocre y estúpido, pero criminal, de la inutilidad y de lo indefendible de la guerra librada.

Saldrán defraudados y con las vendas de la patriotería caídas, con el heroísmo y el patriotismo herido, por la traición de sus propios gobernantes. Los arrepentidos serán humanamente bien aventurados. Los fieles creyentes de las conquistas imperiales, seguirán siendo una amenaza para el pueblo norteamericano y la humanidad. El hecho de que el desempleo entre los excombatientes sea actualmente de 11,1 % refleja que no siempre les ha tocado el paraíso prometido a cambio del enrolamiento.

Saldrán acompañados de todas las mentiras propaladas por el gobierno norteamericano sobre las causas determinantes de la guerra, sobre fantasiosos rescate de soldados y heroínas, sobre supuesta muerte heroica en combate, sobre los shows propagandísticos, sobre los miles lados claros y oscuros de la guerra y sus consecuencias.

Saldrán con un récord absurdo de afectación económica para su país, que será culpa del gobierno de los Estados Unidos. Los costos económicos ascenderán a aproximadamente el billón de dólares, a fin de mantener los gastos diversos de la guerra y todos los otros implícitos y, por supuesto, los derivados de la corrupción galopante de todo tipo en que han participado funcionarios y empresas ligadas a los servicios e intereses gubernamentales.

¿Cuánto costará esta aventura destructora a la economía iraquí? ¿Cuánto le seguirá costando en el futuro, pues ha llegado la hora de empezar a cobrar por parte de EE.UU?

Saldrán como víctimas o victimarios del llamado “fuego amigo”, incluyendo a soldados y hasta periodistas.

Saldrán con decenas o cientos de desertores que tuvieron razones legítimas para no ser partícipes de un crimen, y que más que condena merecen honra.

Saldrán con un sentimiento contrario y de condena de hombres y mujeres de todos los pueblos del mundo, que en nombre de la paz y los principios que rigen en las Naciones Unidas, se han opuesto desde el principio o en etapas posteriores a esta guerra absurda que aplicó el terrorismo más ignominioso y brutal en nombre de un supuesto y engañoso combate contra el terrorismo “made in USA”.

Saldrán repudiados, condenados, odiados, denunciados, castigados por sus actos y los sufrimientos ocasionados al pueblo iraquí, en forma directa o indirecta. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados calculó en 2010 que un total de 4.5 millones de personas fueron desplazadas por la guerra. De ellos, 1.7 millones se encuentran en otros países. Un informe de la ONU indica que hasta septiembre de 2011 casi 50% de los iraquíes vivían en pobreza contra 17% en 2000. ¿Constituye esto una liberación por la cual deba festejarse y celebrarse a bombos y platillos?

Pero, en fin, sólo ellos individualmente, los soldados y oficiales, sabrán en lo más íntimo de su ser cómo saldrán realmente, según sus vivencias y valoraciones, aunque jamás lo confiesen.

En resumen, los invasores de Irak saldrán desmoralizados y derrotados desde cualquier punto de vista en que estos hechos sean analizados. Una vez más se confirmará que los invasores no han tenido ni tendrán futuro, corresponda el juicio al hoy o al mañana de la historia.



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Respuesta  Mensaje 2 de 5 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 22/12/2011 20:21

Irak se descose sin EEUU

Las decisiones de Maliki reabren la herida de la violencia sectaria

 
 

No ha durado demasiado la pax americana en Irak, el atado y bien atado franquista. Horas después de la retirada del último soldado estadounidense tras casi nueve años de ocupación, el país ha regresado al pasado, es decir, al enfrentamiento sectario; de momento político disfrazado de leyes. Regresa el fantasma del clima de violencia de 2006: la guerra civil entre milicias suníes y chiíes, que provocó miles de muertos y la limpieza étnica de barrios enteros de Bagdad.

El Gobierno, mayoritariamente chií, del primer ministro Nuri al Maliki ordenó el lunes la detención del vicepresidente Tariq al-Hachemi, el más alto cargo suní. Lo sunies representan el 20% de la población y fueron los gobernantes de Irak hasta la caída de Sadam Husein. Al Maliki quiere procesarle por un delito de terrorismo. Esgrime como prueba una supuesta confesión de los guardaespaldas del vicepresidente. Al Hashemi denuncia un "montaje" en su contra.

Pese a las peticiones de alma, diálogo y unidad realizadas por el vicepresidente de EEUU, Joe Biden, y por el presidente de Irak, el kurdo Jalai Talabani, Al Maliki no da marcha atrás. Su decisión no es una ocurrencia, sino que obedece a una estrategia concreta: sustituir el Estado plurinacional por otro menos teatral, en el que no esté en discusión la hegemonía chií.

En una rueda de prensa celebrada en la capital iraquí, Al Maliki ha exigido a la región autónoma del Kurdistán la entrega del prófugo. A Hachemi se encuentra desde el lunes en el Kurdistán para evitar su detención. La reclamación de Al Maliki es muy peligrosa, abre un segundo frente.

El primer ministro también ha amenazado a los ministros suníes con su expulsión del Gobierno si no abandonan el boicot decidido por Iraqiya, la principal formación suní. Al Maliki ofrece diálogo pero rechaza cualquier intromisión exterior, sea de la Casa Blanca o de la Liga Árabe, "porque se trata de un caso criminal". Parece romper las reglas de juego impuestas por los estadounidenses, que dejaron Irak con un mensaje triunfal que ya es papel mojado.

El movimiento de Al Maliki contra Al Hachemi es un mensaje directo y claro a los suníes: el poder está ahora en manos de los chiíes (el 60% de la población en Irak; el otro 20% son kurdos). Los jefes tribales suníes, como el jeque Al Duleimi, advierten de que estas decisiones pueden conducir al caos.

Las milicias creadas por el general David Petraeus en 2007 para luchar contra la insurgencia extranjera vinculada a Al Qaeda está ahora en peligro; son el siguiente objetivo. Petraeus fue audaz y arriesgado al pactar con esa insurgencia nacional que atentaba contra sus tropas; les ofreció dinero y una amnistía de hecho para que cambiar de objeto. Se llamó el Movimiento del Despertar; después, Los hijos de Irak. Muchos de ellos habían participado en la violencia sectaria y ahora se sienten abandonados por Washington.

En Irak conviven tres comunidades: chiíes, kurdos y suníes. Las relaciones no son buenas y las diferencias de cómo administrar el petróleo les enfrentan, sobre todo a chiíes y kurdos que amenazan con la secesión. Ese escenario sería una pesadilla para Turquía. El poder en la sombra de este tablero es Irán, con excelentes relaciones con las facciones chiíes. La mayoría de sus líderes, incluido Al Maliki, estuvieron exiliados en Teherán. ¿Se puede seguir hablando de victoria?

 

Respuesta  Mensaje 3 de 5 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 22/12/2011 20:24
CRISIS EN IRAK TRAS LA RETIRADA DE EE UU

Decenas de muertos en una oleada de atentados terroristas en Bagdad

Más de 170 personas han resultado heridas por los ataques

La ofensiva ha sido perpetrada con coches-bomba y explosivos

Charco de sangre en el barrio Alawi de Bagdad tras uno de los atentados. / SAAD SHALASH (REUTERS)

Bagdad ha regresado al pasado, a los peores tiempos de violencia tras la caída de la dictadura de Sadam Husein en marzo de 2003. Una sucesión de atentados con coches bomba y artefactos explosivos, 14 según el Ministerio de Interior, ha sacudido la capital iraquí. Los muertos se cuentan por decenas -63, según fuentes policiales- y los heridos por centenas. Por la noche, se produjo una nueva explosión cerca de un café en el suroeste de la capital, con cinco víctimas mortales más. Es el primer ataque tras la retirada, el lunes, de las tropas estadounidenses y uno de los más graves en meses.

Los atentados no tuvieron como objetivo los centros militares y de seguridad, sino civiles y causar el máximo daño posible. "Han atacado colegios, trabajadores y la agencia anticorrupción", afirmó el portavoz de las Fuerzas de Seguridad en Bagdad, el general Qassim Atta, según recoge AFP.

La mayoría de los atentados se perpetró con coches-bomba y con artefactos explosivos

Los barrios atacados son de mayoría chií, pero nadie se atreve a acusar a los suníes de su autoría, por no avivar un indendio cada vez más peligroso. Solo el primer ministro, el chií Nuri al Maliki, asegura que los atentados son políticos, es decir que podrían estar relacionados con la grave crisis creada por él mismo al ordenar el lunes la detención del vicepresidente, Tariq al Hachemi, a quien acusa de dirigir los escuadrones de la muerte. Esa medida es para los suníes una declaración de guerra.

Apenas cuatro días después de la salida de EE UU, se desmorona toda la arquitectura creada para vender que la invasión, el derrocamiento de Sadam Husein y los ocho años y medio de guerra, como un éxito; que Washington dejaba atrás un país estable y democrático. No es cierto: Irak es un polvorín en el que hay riesgo de explosión, de guerra civil.

Los ataques han golpeado los barrios de Bab al Muatham, Karrada, donde una ambulancia ha hecho explosión cerca de un edificio gubernamental y causado 18 muertes; Allaui, en el centro de la ciudad; Adhamiyah, Chouala y Chaab, en el norte; Jadriyah, en el este; Ghazaliyah, en el oeste, y Amil, en el sur.

"Escuchamos el sonido de un coche, luego el de los frenos, entonces hubo una gran explosión, se rompieron los cristales y las puertas y un humo negro se metió en nuestro apartamento", ha afirmado a la agencia Reuters Maysoun Kamal, vecino de Karrada, el distrito comercial de Bagdad y el más castigado por la ola de explosiones.

Una fuente de espionaje contó a el País a finales de 2003 que para colocar un coche bomba son necesarias un mínimo cinco personas: el responsable de conseguir el explosivo, el artificiero que lo coloca y programa su detonación, el conductor y el financiero. Catorce atentados coordinados no se improvisan ni pueden llevarlos a cabo una organización pequeña. Detrás de ellos tiene que estar una organización amplia, con experiencia en armas y explosivos; es decir, un grupo insurgente. ¿Suní? Demasiado evidente. Juan Cole, experto en Oriente Próximo asegura en Informed Coment que detrás de la decisión de procesar a Al Hachemi está la mano de Irán, un país vinculado con atentados, directamente o a través de Hezbolá y Hamás.

La invasión de EE UU se convirtió en ocupación, y objetivo armado, el 7 de agosto de 2003, cuando explotó un coche bomba delante de la Embajada jordana. No fue un accidente, era el comienzo de otra guerra. En agosto de ese año, la insurgencia voló el Hotel Canal, sede de la ONU: mató al enviado especial de Kofi Anann, Sergio Viera de Melo, al capitán de navío español Manuel Martín-Oar, y a otras 16 personas. A finales de ese mes, otro coche bomba mató a Mohamed Baquer al Hakim, principal figura político-religiosa del chiísmo.

En 2006, los coches bomba pasaron a un enfrentamiento entre las dos comunidades: los sunníes (20% de la población) y los chiíes (60%). Se produjeron asaltos, secuestros, asesinatos; aparecían cadáveres maniatados en las cunetas. Esa violencia produjo una limpieza étnica. Los suníes del margen derecha del Tigris dejaron sus casas. En esa guerra estuvieron implicadas todas las milicias suníes, unificadas por EE UU en 2007 bajo el nombre de Hijos de Irak, y las chiíes, tanto el Ejército del Mahdi del clérigo Muqtada al Sáder, como las Brigadas Báqr, brazo armado del Consejo Supremo de la Revolución de Irak, fundada durante su exilio en Irán con Al Hakim, y Dawa, el partido de Maliki.

Nadie es inocente en esa guerra sectaria que causó miles muertes. La decisión de Maliki de acusar al Hachemi de terrorismo rompe el pacto tácito de mirar hacia adelante, una especie de amnistía de facto por el interés de todos.

El general David Petraeus, experto en contra insurgencia, fue el primero que no se creyó la propaganda de su Gobierno y propuso un cambio radical de estrategia. Aumentó el contingente militar en 30.000 soldados, los concentró en Bagdad para ganar la batalla de la imagen: si la capital parece segura parecerá que todo Irak es seguro. Después se compró y unificó la insurgencia suní que había matado soldados estadounidenses en la milicia del Despertar (después Hijos de Irak), para utilizarla contra Al Qaeda en Mesopotamia. Ordenó a sus aliados chiíes que cesaran los ataques sobre los suníes. El único que quedó fue Muqtada. Su milicia sufrió numerosas pérdidas y el termino exiliado en Irán.

Tras la salida de los soldados estadounidenses, después de ocho años y medio de guerra en diversas fases e intensidades, de 113.000 civiles muertos y 4.484 soldados estadounidenses que regresaron a casa en un féretro, todo regresa al punto de salida, a la guerra civil que muchos temían en 2004, el año de los secuestros de occidentales, de las decapitaciones. Para Irán, estos casi nueve años han sido un excelente escenario distracción. Parece que la función no ha terminado.


Respuesta  Mensaje 4 de 5 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 31/03/2013 13:57
'El Mossad y la CIA asesinaron a 5500 científicos iraquíes'
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Actualizado:
31/03/2013 01:03 GMT
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Más de 5500 científicos iraquíes han sido asesinados desde la invasión de Estados Unidos a Irak en 2003.

El servicio de inteligencia israelí, el Mossad, y la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA, por sus siglas en inglés) han matado a varios científicos iraquíes que rechazaron cooperar con estas agencias.

Según el canal iraní Al-Alam, el servicio de inteligencia israelí había enviado varios grupos secretos a ese país árabe para asesinar a científicos, investigadores, médicos y, especialmente, a expertos en el terreno químico y nuclear.

Además del Mossad y la CIA, un grupo iraquí, apoyado desde el extranjero, fue implicado en el asesinato de dichos personajes.

Esta cifra se ha dado a conocer mientras que el ministerio de Derechos Humanos de Irak informó hace dos semanas de que más de 16 mil iraquíes han sido desaparecidos desde la invasión de Estados Unidos a Irak en 2003.

Cumplidos diez años de la ocupación de Irak, la población iraquí sufre las perniciosas consecuencias de la violencia, y miles de familias tratan de averiguar qué ha sido de sus familiares desaparecidos.

nj/cl/msf

Respuesta  Mensaje 5 de 5 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 31/03/2013 14:02
'El Mossad y la CIA asesinaron a 5500 científicos iraquíes'
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31/03/2013 01:03 GMT
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Más de 5500 científicos iraquíes han sido asesinados desde la invasión de Estados Unidos a Irak en 2003.

El servicio de inteligencia israelí, el Mossad, y la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA, por sus siglas en inglés) han matado a varios científicos iraquíes que rechazaron cooperar con estas agencias.

Según el canal iraní Al-Alam, el servicio de inteligencia israelí había enviado varios grupos secretos a ese país árabe para asesinar a científicos, investigadores, médicos y, especialmente, a expertos en el terreno químico y nuclear.

Además del Mossad y la CIA, un grupo iraquí, apoyado desde el extranjero, fue implicado en el asesinato de dichos personajes.

Esta cifra se ha dado a conocer mientras que el ministerio de Derechos Humanos de Irak informó hace dos semanas de que más de 16 mil iraquíes han sido desaparecidos desde la invasión de Estados Unidos a Irak en 2003.

Cumplidos diez años de la ocupación de Irak, la población iraquí sufre las perniciosas consecuencias de la violencia, y miles de familias tratan de averiguar qué ha sido de sus familiares desaparecidos.

nj/cl/msf


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