El juez José Castro, que instruye el caso Nóos por apropiación indebida de fondos públicos por parte de Iñaki Urdangarin, yerno del Rey, y su exsocio Diego Torres,
ha citado como imputada a la infanta Cristina. La hija del Rey, la
ciudadana Cristina Federica de Borbón y Grecia, debe acudir a declarar
el 27 de abril en los juzgados de Palma de Mallorca, como copropietaria
de Aizóon y directiva de Nóos.
Inicialmente esta citación, declarada de oficio por el juez sin
petición de parte, no está apoyada por la Fiscalía. El juez razona en 19
folios los motivos por los que imputa a la hija del Rey: "Todo parece
indicar que estaba consensuado que la única función de doña Cristina y
don Carlos García Revenga era la de una utilitarista figuración".
Además, agrega, la Infanta prestaba su consentimiento a que se
utilizara "su nombre, tratamiento y cargo" e incluso al hecho de que
ella fuera socia copartícipe, junto a Urdangarin, de la entidad
mercantil Aizóon.
Por eso, el juez agrega: "Surgen una serie de indicios que hacen
dudar" de que [la Infanta] desconociera que su esposo la utilizaba como
vocal en el ámbito de influencia de Nóos. "Conviene despejar en
cualquiera de los sentidos, antes de finalizar la instrucción de esta
pieza, la incógnita", señala el juez. El objetivo, agrega, es que no se
perpetúe la duda con un cierre en falso de la investigación. Y, sobre
todo, escribe Castro en coincidencia con el Rey en su mensaje navideño:
"Evitar el descrédito de la máxima de que la justicia es igual para
todos".
Un portavoz de la Casa del Rey, cuestionado sobre la imputación de la
Infanta, ha declarado: “No comentamos decisiones judiciales”, informa Natalia Junquera. La Zarzuela asegura que aún no ha visto el auto del juez Castro.
La decisión judicial se produce después de la séptima remesa de correos electronicos aportados por el exsocio del yerno del Rey, Diego Torres, con los que este trataba de demostrar que don Juan Carlos conocía y apoyó los negocios del duque de Palma. Urdangarin trató sin éxito que estos mensajes fueran apartados de la causa, pero el magistrado lo desestimó ayer.
Torres, enfrentado con Urdangarin desde que se abrió la causa
judicial contra ambos, lleva casi un año facilitando al juzgado una
serie de correos electrónicos que buscan demostrar que la infanta
Cristina estaba involucrada en el negocio del Instituto Nóos. Esta
estrategia, puesta en marcha el 12 de abril de 2012, ha consistido en
facilitar al juez, de manera dosificada, cientos de correos electrónicos
que sacó de los ordenadores de la empresa que compartía con Urdangarin.
Entre los documentos facilitados al juzgado por Torres figura un
correo electrónico fechado el jueves, 20 de febrero de 2003, cuando su
proyecto empresarial empezaba a caminar. En ese correo electrónico, el
duque de Palma se dirige a su esposa y le explica: “Aprovecho que estás
conectada para enviarte una comunicación de Nóos que tengo pensado
enviar. Hay dos versiones. Clientes, colaboradores y amigos. Léelo y
dime que piensas please…Ciao”.
Hasta ahora, el magistrado y la Fiscalía había rechazado imputar a la
Infanta porque, aunque formó parte de la junta directiva del Instituto
Nóos no había participado en la toma de decisiones. Torres lleva casi un
año entregando correos electrónicos para demostrar lo contrario.
Nóos era un instituto sin ánimo de lucro creado en 1999 que empezó a
tener actividad en 2003, cuando Urdangarin fue nombrado presidente del
mismo. Bajo la apariencia de una entidad sin ánimo de lucro, Nóos logró contratos
millonarios de los Gobiernos de Baleares y la Comunidad Valenciana,
ambos en manos del PP. Esos contratos fueron adjudicados a dedo y nadie
controló que el dinero público adjudicado se correspondía con lo
realmente gastado, según la investigación judicial. Gran parte de los
casi seis millones de euros que Nóos consiguió de las administraciones
públicas entre 2004 y 2006 acabó en la caja de empresas privadas con
ánimo de lucro que eran propiedad de Urdangarin y de su socio, Diego
Torres.
Cuando se hizo cargo del Instituto Nóos, el propio duque de Palma
hizo partícipe de su nueva aventura empresarial a decenas de personas
en un correo electrónico, incorporado a la causa judicial y que también
envió al Rey Juan Carlos, a la Reina y al secretario de la Infanta.