Un coro de voces recorre toda la geografía nacional; desde todos los rincones del territorio, se escuchan sus mil y un sonidos: voces indias, campesinas, negras, trabajadoras, desempleadas, femeninas, juveniles, todas ellas esperanzadoras, clamando por la paz de Colombia, haciendo un solo grito, una sola determinación. ¡La Paz Va!
(…) en todo lo referente a la participación política, incluyendo su implementación, se tendrá en cuenta el enfoque de género, garantizando la participación de las mujeres en el mismo. Ello depende exclusivamente, de la acción directa de las mayorías que anhelan una democracia popular, porque la Paz estable y duradera, con justicia social, es un asunto de todos y todas.
¡La Paz va con todas y todos!
Al filo del mediodía del pasado 06 de noviembre las dos delegaciones: el gobierno y la Delegación de Paz de Las FARC-EP, en compañía de los garantes, Cuba (anfitrión) y Noruega, más los acompañantes, Venezuela y Chile anunciaban el logro de un acuerdo alrededor del 2do Punto de la Agenda, Participación Política.
El acuerdo contempla varios aspectos en torno a la posibilidad de instaurar una real democracia, lo que llamamos democracia popular, que viabilice en primera instancia una verdadera participación ciudadana, que permita a la gente decidir sobre el país que quiere construir, determinar sobre su plan de desarrollo o sobre su plan de vida.
En primera instancia, se debe partir porque en Colombia no se siga matando más a la gente por opinar distinto, por hacer oposición a las políticas de un gobierno, porque no se criminalice la protesta, no se persiga o estigmatice a quienes promuevan una opción diferente. Significa entonces construir una nueva teoría de seguridad que privilegie la humanidad, que no vea a sus connacionales como enemigo interno, que se proscriba el terrorismo de estado por parte de las fuerzas estatales y para estatales o paramilitares.
Otro aspecto importante en el Acuerdo incluye la convocatoria de dos eventos, con participación de los partidos y movimientos políticos, y representantes de las organizaciones sociales, en compañía de expertos y académicos, que deben producir los lineamientos del estatuto de garantías para el ejercicio de la oposición política y garantizar los derechos de los movimientos y organizaciones sociales en Colombia.
Así mismo, se acordó la realización de cambios institucionales para facilitar la constitución de partidos políticos, incluso, del tránsito de organizaciones y movimientos sociales con vocación política para su constitución como partidos o movimientos políticos. El acuerdo contempla una serie de garantías para canalizar las demandas ciudadanas, incluyendo las necesarias para la movilización, la protesta y la convivencia pacífica en un contexto de democracia popular y en paz.
No existe democracia real sin acceso a los medios de comunicación.. Podemos calificar como un buen inicio la discusión para que todos los sectores tradicionalmente excluidos expresen sus ideas, propuestas e iniciativas.
Otro aspecto que cobra importancia en el Acuerdo, es la necesidad de crear una cultura de la reconciliación y la convivencia, basada en la tolerancia y no estigmatización; inspirada en el respeto por las ideas y la diferencia. Se constituirá el Consejo para la Reconciliación y la Convivencia a nivel nacional, regional y local, con el fin de implementar el espíritu del Acuerdo.
Se promoverán veedurías ciudadanas y observatorios de transparencia. También se revisará el sistema de planeación participativa, especialmente en la construcción de planes de desarrollo, en tal sentido, se acordaron medidas para fortalecer los Consejos Territoriales de Planeación y garantizar entre otras, la participación ciudadana.
Un factor primordial del Acuerdo lo constituye las medidas para asegurar la transparencia en los procesos electorales, en especial en las zonas de mayor riesgo de fraude y más difícil acceso, y que tradicionalmente fueron objeto de manipulación, trasteo de votos por parte de los gamonales y paramilitares. Para ello se constituirá una Misión de Expertos que deben presentar recomendaciones para los ajustes normativos e institucionales correspondientes, luego de una revisión integral de la organización y régimen electoral.
En este tránsito hacia la democracia, se creará una Circunscripción especial de Paz, en la que participarán las organizaciones sociales a través de sus representantes, especialmente afectadas por el conflicto y el abandono estatal. Es un espacio para la participación directa de las comunidades campesinas, indígenas, afrodescendientes y demás sectores excluidos, como los jóvenes, mujeres y LGTBI, entre otros.
Volviendo al tema primordial del respeto a la vida, para que no se repita el genocidio de la UP y las innumerables masacres de las que fueron víctima centenares de poblados del territorio nacional, se acordó la implementación de un sistema integral de seguridad para el ejercicio de la política, buscando asegurar la protección de quienes ejercen la política sobre la base del respeto a la vida, la libertad de pensamiento y de opinión.
Señalamos igualmente, que en todo lo referente a la participación política, incluyendo su implementación, se tendrá en cuenta el enfoque de género, garantizando la participación de las mujeres en el mismo. Ello depende exclusivamente de la acción directa de las mayorías que anhelan una democracia popular, porque la paz estable y duradera, con justicia social, es un asunto de todos y todas.
Corresponde ahora, a todos los sectores populares y demócratas, emplear a fondo todo su compromiso, su fuerza y disposición, para que el logro de la paz no tenga reversa, que sea una posibilidad irreductible a tal punto, que los enemigos de la misma no tengan más alternativa que engullir su propio veneno, ante su nula posibilidad de impedir los cambios que se avecinan.
Un coro de voces recorre toda la geografía nacional; desde todos los rincones del territorio se escuchan sus mil y un sonidos: voces indias, campesinas, negras, trabajadoras, desempleadas, femeninas, juveniles, todas ellas esperanzadoras, clamando por la paz de Colombia, haciendo un solo grito, una sola determinación. ¡La Paz Va!