23 de noviembre de 2013, 14:08Quito, 23 nov (PL) El vicepresidente Jorge Glas calificó hoy de muy graves los vínculos que mantenía una empresa militar ecuatoriana con la petrolera estadounidense Chevron, acusada de causar graves daños ambientales en el país andino.
No vamos a callar esto, exigiremos rectificaciones, e iremos hasta las últimas consecuencias, aseguró Glas, quien este sábado dirigió el acostumbrado informe de labores del gobierno, en sustitución del presidente Rafael Correa.
Según explicó, en las investigaciones realizadas hasta la fecha se comprobó que entre 2004 y 2013, Chevron pagó a la empresa SEPRIV, propiedad del Ejército ecuatoriano, tres millones y medio de dólares por servicios de seguridad.
El contrato establecía que cinco hombres armados debían brindar protección a los abogados que representaban a la transnacional en un juicio entablado por 30 mil pobladores de la Amazonía que resultaron afectados por las malas prácticas extractivas utilizadas por su filial Texaco entre 1964 y 1992.
La empresa incluso emitió un informe que impidió cumplir con una diligencia judicial de inspeccionar uno de los pozos donde operó la petrolera, apuntó Glas, quien señaló que la Contraloría está investigando graves indicios de irregularidades.
La semana pasada, la ministra de Defensa, María Fernanda Espinosa, afirmó que el contrato ya había sido cancelado.
Chevron, que fue condenada en 2011 por una corte ecuatoriana a pagar una indemnización de nueve mil 500 millones de dólares a los damnificados, demandó a su vez al Estado ante el Tribunal Internacional de Arbitraje de La Haya.
La transnacional, que se niega a acatar el fallo de la Justicia local, culpa a la estatal Petroecuador por la contaminación, alega que la Justicia ecuatoriana es corrupta, y acusa a los demandantes de tratar de extorsionarla.
Para contrarrestar la arremetida de la petrolera, el gobierno de Ecuador inició en septiembre pasado la campaña La mano sucia de Chevron, que incluye visitas de personalidades internacionales a la Amazonía, para constatar el grave daño ambiental que provocó Texaco.
Las autoridades ecuatorianas aseguran que entre 1964 y 1992, la compañía derramó 16,8 millones de galones de petróleo en el ecosistema, vertió otros 18,5 mil millones de galones de aguas tóxicas en los suelos y ríos, y quemó 235 mil millones de pies cúbicos de gas.
El presidente Correa asegura que la contaminación provocada por Chevron es 85 veces superior a la del derrame de la British Petroleum en el golfo de México en 2010.
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