LA HABANA, Cuba, noviembre, www.cubanet.org -En Cuba, los cigarrillos Criollos, que son los baratos, se convirtieron en los más “codiciados” entre los fumadores de cigarros fuertes. Junto a los de la marca Titanic, son los únicos pitillos de tabaco negro que se venden en moneda nacional, a 7 pesos la cajetilla. Las otras marcas: H. Upman, Vega, Monterrey, Popular con filtro… se venden en CUC (equivalente al dólar), a un precio mucho más alto, impagable para la mayoría de fumadores.
Pero desde hace algunos meses, los Criollos, producidos por la empresa Tabacuba, en las provincias de Holguín y Villa Clara, vienen decepcionando . Hay quejas del cambio drástico de su sabor y consistencia, sin que nadie explique la causa.
Cubanet se acercó a varios centros de gastronomía y comercio de la capital, para indagar sobre el asunto. Ni administradores, ni jefes de turnos, ni dependientes que despachan este producto conocen las razones del cambio brusco de su calidad, aunque confiesan el enorme rosario de quejas que ha provocado.
El jefe de turno de la cafetería La Cocinita, de la avenida Paseo, en El Vedado, dijo: “Muchos consumidores nos acusan de que estamos vendiendo cigarros hechos en fábricas clandestinas, pero eso no es cierto, aquí tenemos un control muy estricto sobre todos los productos. El problema viene de la fabrica”. Y un bodeguero del mercado de la calle 27, conjeturó: “Dicen que fue un lote de picadura de tabaco rubio que por equivocación ligaron con la de Criollos”.
También establecimos contacto, vía telefónica, con la fábrica Lázaro Peña, ubicada en la avenida Jesús Menéndez, No 26, en la oriental provincia de Holguín, donde se producen estos cigarrillos. Y luego de una tenaz insistencia, logramos que el jefe de Control de la Calidad admitiera conocer las quejas y preocupaciones de los fumadores y que además nos explicase que esta baja en la calidad se ha presentado desde que empezaron a usar materia prima importada de Indonesia, Filipinas, y República Dominicana. La materia prima en cuestión también se está usando en la fábrica Romarico Lavandero, de Santa Clara, debido a la insuficiente producción tabacalera del país, en el pasado año.
La manipulación y la estafa resultan entonces hechos consumados. Y vea usted, con este engaño, el monopolio Tabacuba parece haber conseguido que muchos fumadores dupliquen sus consumos, toda vez que no sacian las ganas mediante los Criollos, que de criollos tienen poco o nada.