Cuando el CNE, en medio de la locura opositora en su desconocimiento de lo ocurrido en la elección presidencial, convocó las elecciones municipales, muchos pensaron que era la oportunidad de oro para dar al traste con la Revolución Bolivariana, que había visto triunfar a Nicolás Maduro por estrecho margen, luego de la terrible noticia de la muerte del comandante Hugo Chávez.
Desde plebiscito a constituyente, la oposición pretendió dar un nuevo zarpazo a la democracia, convirtiendo estas elecciones en un revocatorio; salieron con las tablas en la cabeza ante el hecho cierto del aumento de la distancia, en la votación nacional, entre la alianza revolucionaria y la denominada MUD en 9%, hasta el punto de casi recuperar porcentualmente la distancia con la cual Chávez se impuso el 7 de octubre de 2012.
Derrota directa para la cúpula opositora que ha demostrado, incluso en los momentos de mayor dificultad para el chavismo, su incapacidad absoluta, lo cual da razones para pensar sobre las futuras estrategias que puedan llevar a cabo, no precisamente electorales.
Por otro lado, existe una buena cantidad de alcaldes que de manera independiente obtuvieron victorias en ocho alcaldías; la mayoría de estos casos son de dirigentes que se apartaron circunstancialmente de las filas de la alianza revolucionaria; necesario será en lo inmediato reflexionar y profundizar el diálogo y debate interno que permita el reencuentro con estos factores y el reimpulso del chavismo de cara al trabajo de 2014 y las elecciones parlamentarias de 2015.
En otro ámbito, y a pesar de los esfuerzos de la Revolución, la oposición mantuvo bastiones como Maracaibo, la Alcaldía Metropolitana de Caracas y el Municipio Sucre del estado Miranda, y recupera espacios como Valencia, Barquisimeto y adiciona un lanzazo en nuestro costado en la capital del estado Barinas, cosa digna de reflexión profunda.
Sin embargo, la alianza revolucionaria gana en Los Teques y Puerto Ordaz, victorias que se suman al 80% de las alcaldías obtenidas, aumentando además su ventaja en el voto nacional y recuperando espacio político en el país, en el contexto de un año sumamente difícil para las revolucionarias y los revolucionarios.
Finalmente, debemos felicitar al Consejo Nacional Electoral y a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, por su impecable trabajo y transparencia, cosa que nos engrandece como Nación y nos hace dignos hijos de Bolívar. El pueblo se expresó, y nosotros como parte de él, cumplimos nuestra palabra empeñada con el comandante Chávez. Queda a las y los alcaldes electos cumplir la suya.
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