12 de diciembre de 2013, 15:45Buenos Aires, 12 dic (PL) Luciano Benjamín Menéndez, uno de los jefes militares durante la última dictadura cívico-militar (1976-1983) en Argentina fue condenado hoy a 12 años de prisión por delitos de lesa humanidad.
El Tribunal Oral Federal encontró culpable y emitió sentencia contra quien fuera el comandante del III Cuerpo del Ejército en Tucumán, al considerarlo penalmente responsable de los delitos de privación ilegítima de la libertad en dos oportunidades en perjuicio de Jorge Ricardo Ygel y Julia Rita Ariza.
Esta condena se suma a otras ya dictadas contra Menéndez, quien se encuentra preso por otras causas de crímenes de lesa humanidad durante el terrorismo de Estado en Argentina.
También se hizo lugar parcialmente a la acción civil de daños y perjuicios interpuesta por María Elena Toledo, viuda de Ricardo Ygel y condenó al gobierno nacional al pago de 18 millones 698 mil 130 pesos, más de dos millones 990 mil dólares, detalló la agencia de noticias Télam.
Esa suma -precisa la fuente- incluye el valor del inmueble que le fue quitado, daño emergente, lucro cesante y daño moral, y se agregarán los intereses conforme a la tasa pasiva del Banco de la Nación Argentina desde el momento del hecho hasta el pago efectivo.
En cambio, la resolución de la corte no hizo lugar a la acción civil iniciada por la actora contra el estado provincial tucumano.
Télam narró que la familia Toledo Ygel fue amenazada de muerte en 1977 para donar tierras en la norteña localidad de Yacuchina. Sobre esos terrenos se levantó Capitán Cáceres, uno de los cuatro pueblos fundados en el sur tucumano durante la dictadura cívico-militar.
Bajo órdenes de Menéndez, un grupo de militares arrestó al esposo de María Toledo, viuda de Ygel, pues pensaban que era el dueño de las tierras de Yacuchima, distante a unos 70 kilómetros de la capital provincial, San Miguel de Tucumán.
Pero los terrenos pertenecían a su madre. Una semana después la mujer, dueña de las tierras, fue trasladada a Casa de Gobierno y la sentaron en una oficina donde se encontraba sobre el escritorio unos papeles y una pistola.
La mujer fue conminada forzosamente a firmar la venta de los terrenos bajo la amenaza de que si no lo hacía matarían a todos los integrantes de la familia, según la descripción de Télam.
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