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De: albi (Mensaje original) |
Enviado: 24/04/2014 11:56 |
"Si Massot puede ir preso, nosotros también": Los responsables civiles de la dictadura temen por el avance del juicio contra Vicente Massot -director de La Nueva Provincia- por delitos de Lesa Humanidad
Vicente Massot está acusado ante la Justicia de mandar a asesinar a trabajadores del diario La Nueva Provincia, que él dirige. Es apólogo del terrorismo de estado y la tortura, tiene que rendir cuentas ante la justicia. Puede ser condenado por delitos de Lesa Humanidad. Adepa, Kovadloff y todo el establishment salen a bancarlo por miedo a que la justicia termine con la impunidad de los responsables civiles de la dictadura.
La unidad fiscal que investiga delitos de lesa humanidad en Bahía Blanca acusa a Massot de participar en el plan criminal de la última dictadura. La responsabilidad de los Massot ya había sido señalada por el Tribunal Oral que condujo en 2012 el primer juicio a represores de la ciudad de Bahía Blanca. “No estamos hablando de periodismo ni de simpatía por una posición política, sino de la concreción de una etapa del plan criminal, específicamente diseñada, que La Nueva Provincia ejecutó a la perfección, sin fisuras y con un compromiso mayor incluso que muchos de los condenados”, dijeron los fiscales José Nebbia y Miguel Palazzani.
Diario La Nación
Viernes 11 de abril de 2014
Advirtió que la medida judicial compromete la libertad de expresión y que se corre el riesgo de instaurar el "delito de opinión"
La Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA) expresó su "preocupación" por el allanamiento realizado el último martes en la sede del diario La Nueva Provincia (hoy La Nueva), de Bahía Blanca, al que consideró que, por sus características, podría generar "el riesgo de que se pretenda instaurar el delito de opinión ".
La entidad que nuclea a los editores de diarios señaló en un comunicado que la situación, tal como se la llevó a cabo, "compromete las garantías constitucionales referidas a la libertad de prensa y genera el riesgo de que se pretenda instaurar el delito de opinión".
Al respecto, puntualizó que "las condiciones en que se cumplió la actuación judicial parecen constituir un nuevo eslabón de una larga cadena de ataques contra medios de prensa independientes, en tanto y en cuanto expresan visiones críticas sobre la realidad nacional".
El procedimiento, que fue ordenado en una causa iniciada contra directivos del matutino que investiga delitos de lesa humanidad cometidos por la dictadura militar, fue encabezado por los fiscales ad hoc José Nebbia y Miguel Ángel Palazzani.
Según La Nueva Provincia, la medida ordenada por el Juzgado Federal N° 1 de esa ciudad, hoy a cargo del juez subrogante Álvaro Coleffi, tuvo una clara "intencionalidad mediática".
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De: albi |
Enviado: 24/04/2014 12:16 |
EL PAIS › LAS RAZONES POR LAS CUALES ACUSAN Y PIDEN LA DETENCION DEL DIRECTOR DEL DIARIO LA NUEVA PROVINCIA Hechos que muestran complicidad con la dictadura
El Ministerio Público sostiene que el diario “participó en todas las etapas de la masacre”. Entre las pruebas presentadas contra Vicente Massot, sobresalen los crímenes de los delegados gremiales Enrique Heinrich y Miguel Angel Loyola.
Por Diego Martínez
“La Nueva Provincia participó en todas etapas de la masacre”, destacó el Ministerio Público al imputar a los directivos del diario de Bahía Blanca. El detalle de operaciones psicológicas al servicio del plan criminal de las Fuerzas Armadas comienza a fines de 1975. La última etapa de la masacre, el negacionismo, continúa hasta hoy. De la enumeración de hechos y pruebas presentados por la Unidad Fiscal sobresalen dos crímenes en particular: los de Enrique Heinrich y Miguel Angel Loyola, los delegados gremiales que desde principios de los ’70 organizaron a los trabajadores y que osaron enfrentar a la patronal, cuyas caras visibles eran Diana Julio de Massot y sus hijos. Los fiscales José Nebbia y Miguel Palazzani acusan a Vicente Massot, actual director, de partícipe como “coautor por reparto de roles en el homicidio de los obreros gráficos Heinrich y Loyola, instigándolo, determinándolo, prestando aportes indispensables para su concreción material y encubriendo a sus autores inmediatos”.
El escrito de 137 fojas de la Unidad Fiscal es la primera sistematización por parte de un estamento estatal del rol de LNP antes, durante y después del terrorismo de Estado. “LNP actuaba en todo el espectro de la vida social y política, manipulando a su antojo la opinión pública con la clara conciencia de lo que estaba ocurriendo y la firme intención de llevarlo a cabo. Tenían más claro que las propias Fuerzas Armadas que la ficción de una ‘guerra’ era la única coartada que podía justificar sus crímenes”, explican. “La sola lectura de los editoriales permite ver con claridad (y hoy en perspectiva) el esfuerzo permanente por instalar la ficción de una ‘guerra’ permanente”, destacan. Cuatro meses antes del golpe, LNP aconsejaba “declarar la existencia de un estado de guerra” para “descubrir lo más pronto a nuestros adversarios”. El consejo surgía de La guerra moderna, del coronel francés Roger Trinquier, el mismo que teorizaba sobre la tortura como arma moralmente neutra luego de aplicarla en Argelia. “Esa ficción era fundamental para el plan criminal, necesitaban esa legitimación discursiva para perpetrar el exterminio; sin esa legitimación eran –son– vulgares criminales”, destacan los fiscales.
La acusación repasa el rol de cuatro personas, de los cuales dos murieron: la directora y su hijo Federico. Los otros, cuya situación procesal está en manos del juez Santiago Martínez, son el actual dueño y director, Vicente Massot, y quien fuera secretario de redacción en los ’70, Mario Gabrielli, el “corresponsal naval” que solía aparecer en fotos departiendo con Emilio Massera y que en pleno terrorismo de Estado viajaba por el mundo en la fragata Libertad. El documento incluye un detalle minucioso de editoriales y notas, pero también datos históricos y testimonios para entender el rol de los Massot: las reuniones de la directora con el vicealmirante Luis María Mendía; las de Federico con el capitán Adolfo Scilingo, que se asombraba cuando tildaban a los militares de “cagones” por no animarse a fusilar; las visitas de Vicente al director de la ESMA, Rubén Chamorro; las visitas de despedida por la dirección del diario del general Adel Vilas, que en 1987 definió a LNP como un “valioso auxiliar de la conducción” militar, o de los jefes de Prefectura que ordenaron “ralear” de “un MEDIO DE DIFUSION FUNDAMENTAL”, con mayúsculas, a los delegados que luego secuestraron y fusilaron.
Los primeros casos en que se imputa participación “efectuando aportes esenciales” en secuestros, torturas y homicidios son los de Daniel Bombara, María Salto y Laura Manzo a fines de 1975. LNP difundió el “operativo de simulación”, según el cual Bombara murió al arrojarse de un patrullero y su cadáver fue robado por “subversivos”, y omitió todo dato sobre las torturas que provocaron su muerte y que padecían las mujeres, por entonces desaparecidas. Cuando los torturadores les dieron los nombres apuntaron que familiares de las “sediciosas” las estaban buscando. “Tal era el alcance del aparato de inteligencia al cual se encontraba integrado el órgano periodístico” en enero de 1976, recuerdan los fiscales.
Consumado el golpe, LNP no se limitó a publicar los partes militares para ocultar el genocidio. El 27 de mayo de 1976 publicaron fotos tomadas en cautiverio de dirigentes que habían estado secuestrados en la base de Puerto Belgrano a quienes se trasladaba a la cárcel. En septiembre, cuando el Ejército asesinó a Cristina Coussement luego de meses en La Escuelita, agregó al comunicado datos de un documento de inteligencia producido durante la primera etapa de cautiverio de la mujer en Mar del Plata. En noviembre, tras el asesinato de Daniel Hidalgo y Olga Souto Castillo, en el edificio donde vivían, LNP publicó que “el imprevisto ataque de los subversivos impidió desalojar los departamentos vecinos”. “El ataque fue previsto y fue de las fuerzas militares hacia las víctimas civiles”, corrige la Unidad Fiscal. El aval a la falacia oficial fue más allá: “periodistas invitados por autoridades militares pudieron comprobar que el ingresar al departamento las fuerzas legales estalló una bomba cazabobos”. De haber existido la visita, los periodistas eran de LNP y sus “comprobaciones” no resisten el menor análisis, explican los fiscales.
En el caso de los gráficos, los fiscales repasan la “persecución” que sufrían, la inteligencia sobre ambos, el lockout en agosto de 1975 y la suspensión entonces de doscientos trabajadores. “LNP se encuentra en guerra”, anunció el diario en agosto. El 1º de septiembre se presentaron como víctimas de “la infiltración más radicalizada”, el 8 denunciaron a “los ‘soviets’ enquistados entre delegados” y el 28 la directora encomendó a Vicente “todo trato con el personal”, según acta rubricado por escribano. Los nombres que no publicaban en editoriales aparecen en las actas del Ministerio de Trabajo, donde “subsumían el conflicto sindical en el escenario de la lucha contra la subversión” e individualizaban a Heinrich y Loyola como “líderes del movimiento disociador”.
El final es conocido: el 22 de marzo, en su informe sobre “guerrilla sindical”, Prefectura ubicó a los delegados a la cabeza de una lista de “personal a ser raleado”. “A esta altura de la requisitoria, podemos afirmar sin titubeos que los directivos de LNP proporcionaron los nombres y toda la información para que los dos obreros gráficos fueran ultimados”, sostienen los fiscales. “El destino final de Heinrich y Loyola conllevó un mensaje de terror para dentro del frente gremial y, en lo externo, para la población en general.” La participación de los Massot en “la decisión conjunta de ultimar es consecuencia necesaria del carácter de la vinculación de la empresa con las máximas autoridades militares”. “La empresa, en su relación obrero-patronal, resuelve extirpar lo que consideraba ‘elementos disociadores’ y disciplinar al conjunto de sus empleados”, destacan. La cobertura fue breve: veinte líneas bajo el título “Son investigados dos homicidios”. En julio se cumplirán 37 años de los crímenes. Los lectores de La Nueva Provincia todavía esperan los resultados de la investigación.
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De: albi |
Enviado: 24/04/2014 12:21 |
La nueva provincia tenía archivos paralelos ( los archivos negros) del año 74 75 y 76, con fotos individualizadas de todos los estudiantes universitarios que participaban en las movilizaciones pre remus tetu , eso fueron a buscar y no encontraron nada, los hicieron desaparecer.
Sucios y mugrosos mercenarios de massera, todos sabíamos que los tenían... |
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De: albi |
Enviado: 24/04/2014 12:24 |
Massot deberá sentarse en el banquillo
La Cámara Federal de Bahía Blanca revocó un fallo de primera instancia que había descartado la citación. Pidieron que se lo llame como testigo, pero aclararon que si el juez lo creía conveniente podía convertirlo en una indagatoria.
El empresario Vicente Massot, director del diario La Nueva Provincia, de Bahía Blanca, y socio de la empresa desde principios de los ’70, deberá declarar ante la Justicia sobre la participación criminal en el genocidio que le imputa el Ministerio Público Fiscal y sobre los asesinatos en 1976 de los obreros gráficos y delegados Enrique Heinrich y Miguel Angel Loyola. La Cámara Federal de Bahía Blanca revocó el fallo del juez federal subrogante Santiago Martínez, que de un plumazo había rechazado el pedido de indagatoria al considerar que las pruebas no eran suficientes, por lo que deberá ser otro magistrado –que no se haya pronunciado sobre la acusación– quien le tome declaración. Sobre la base de una presentación realizada por Massot para acceder al expediente cuando todavía no había sido imputado, los camaristas Pablo Candisano Mera y Angel Argañaraz dejaron una puerta abierta para que se lo citara como testigo, aunque destacaron que esa alternativa “no es óbice para que el juez, si considera necesario interrogar al imputado, le asigne forma de indagatoria”.
El tribunal que condenó al primer grupo de represores bahienses en 2012 ordenó en su sentencia que se investigue el rol de los directivos de LNP en el terrorismo de Estado. Los jueces Jorge Ferro, Martín Bava y José Triputti destacaron la “campaña de desinformación y propaganda negra” del diario no sólo para “imponer la versión de los victimarios”, sino para “crear un estado tal de anomia legal en la sociedad que permitió el ejercicio brutal de la violencia irracional”. Recordaron que el general Acdel Vilas, segundo comandante del Cuerpo V, aludió a LNP como un “valioso auxiliar de la conducción” y señalaron que la actuación de los Massot “no se halla alejada de toda la ilegalidad que existía en la época”.
Cuando los fundamentos de la sentencia llegaron al juzgado de primera instancia, Massot, sin estar técnicamente acusado, presentó un escrito invocando un artículo del Código Procesal Penal que permite al potencial imputado declarar, aunque se limitó a pedir ser parte en la causa para poder acceder al expediente, pedido que el juez rechazó. En abril, los fiscales José Nebbia y Miguel Palazzani pidieron la detención e indagatoria de Massot y del ex secretario de redacción Mario Gabrielli, que murió en julio. La Procuración señaló la “participación criminal concreta y específica” disfrazada “bajo el ropaje de la actividad periodística” y desmenuzó “el ejercicio de funciones de acción psicológica” diagramadas en el Destacamento de Inteligencia 181.
Si bien las caras visibles del diario eran su directora, Diana Julio, y su hijo Federico Massot, ambos fallecidos, los fiscales destacaron que Vicente Massot tenía un rol “múltiple”, que al menos desde 1974 era socio de la empresa y que en septiembre de 1975, según consta en un acta, su mamá le encomendó “todo trato con el personal”. La fecha es significativa porque, por entonces, Prefectura elaboraba el informe de inteligencia que concluiría en la necesidad de “ralear” de “un MEDIO DE DIFUSION FUNDAMENTAL”, con mayúsculas, a los delegados que meses después serían secuestrados, torturados y asesinados. “Son investigados dos homicidios”, publicó LNP en 20 líneas cuando aparecieron los cadáveres y nunca más informó de los crímenes por los que en 2014 serán juzgados prefectos y marinos.
El juez Martínez, que había delegado la investigación en los fiscales, rechazó sin mayores fundamentos el pedido de indagatoria. Seis meses después, la Cámara revocó el fallo y volvió a poner en manos de un magistrado de primera instancia la decisión de detener a Massot, a quien defiende su cuñado Rubén Diskin, el abogado que en los ’80 defendió a Acdel Vilas.
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De: albi |
Enviado: 24/04/2014 12:32 |
Massot, Clarin, La Nacion y caceroleros PRO
El director del diario La Nueva Provincia de Bahía Blanca, Vicente Massot, será investigado por la Justicia por su actuación durante el terrorismo de Estado. El fallo ordena investigar a los directivos de dicho organo de prensa que, hasta su muerte en 2009, condujo Diana Julio de Massot. Su hijoVicente, que en plena dictadura visitaba la ESMA e integraba junto con su hermano Federicoel núcleo duro del diario (ver fuente) Ademas quedan expuestos los firmes vinculos que existen entre ADEPA, Clarin y La Nacion con los Massot y su particular vision de la libertad de prensa. Mas alla que los medios hegemonicos se empeñaron en definir como "espontaneas" y "a-politicas" a las marchas del odio contra CFK, queda expuesto que detras existen sectores de la Iglesia, la Sociedad Rural y del PRO (de Macri) como Luciano Bugallo y Martin Urdaniz que desde la ONG "Pensar Argentina" suelen tener como panelista central al dueño del diario La Nueva Provincia, Vicente Massot, defensor de la dictadura militar ( ver fuente) Aquí, el informe sobre la manera en que actuaba el diario La Nueva Provincia de Bahia Blanca que pertenece a la familia Massot y su complicidad con la represion ilegal durante la dictadura civico-militar ( ver fuente) No nos debe sorpender por que, el propio Vicente Massot, en su libro "Matar y morir" reivindica el accionar de la dictadura y lo reafirma en un articulo que La Nacion publica de Enero de este año y dice: " Massot critica "los errores y los horrores" cometidos por las Fuerzas Armadas, pero tiene una mirada comprensiva del golpe del 24 de marzo de 1976 y el hecho de que el Estado "termine adoptando métodos clandestinos" para entablar "una guerra contra el terrorismo" ( ver fuente) Los vinculos de la familia Massot no solo se limitan a su manifiesta complicidad con la represion ilegal. En democracia, los medios hegemonicos Clarin y La Nacion y entidades como ADEPA (que permanentemente fustigan al gobierno nacional con la intención de arrinconarlo y asi condicionarlo) instalaron un Premio que, "tan sinica como hipocritamente" se entragan asi mismos. Veamos: ADEPA (entidad que reune a dueños de medios) premia la "libertad de prensa". Clarin auspicia el premio "ADEPA 2008 a la libertad de prensa" que recibe La Nacion ( ver fuente La Nacion) y que en sus origenes organizó uno de los hermanos Massot.
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De: albi |
Enviado: 24/04/2014 12:33 |
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De: albi |
Enviado: 24/04/2014 12:35 |
Queda asi demostrado, al menos, la complicidad, parcialidad y confluencia de intereses entre Clarin, La Nacion, ADEPA y los Massot con la dictadura civio militar. Ademas se desprende que la tan mentana espontaneidad y el caracter a-politico de las marchas del odio, son falsas ! ya que sectores reaccionarios (vinculados a la Iglesia, la Sociedad Rural, el PRO y los Massot) fogonean las protestas con animos destituyentes.
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De: albi |
Enviado: 24/04/2014 12:37 |
El domingo fijó Página/12 las “Preguntas incómodas para Vicente Massot”. De esa manera agendó que las preguntas de Ana Belén Zapata “hicieron sudar” al director del diario bahiense La Nueva Provincia.
La historiadora de la Universidad Nacional del Sur “dedicó su tesis doctoral al conflicto de los gráficos con la patronal de LNP”, sostuvo el diario.
Su trabajo se tituló “Páginas manchadas”, destacó; y agregó que “incluye testimonios de trabajadores sobre el rol de los Massot y sus hombres de confianza en los meses previos a los crímenes” de los delegados Enrique Heinrich y Miguel Ángel Loyola ocurridos en junio de 1976.
Por las preguntas Massot “se puso nervioso, alegó olvidos y hasta se enojó por hablar del tema”, detalló.
Según apuntó al comienzo de la entrevista el empresario se mostró “relajado” pero en la segunda parte “cuando la historiadora comienza a indagar sobre puntos sensibles que forman parte de la acusación fiscal, las respuestas comienzan a acotarse”.
A continuación, transcribió partes del diálogo:
“–Llama la atención lo puntilloso del análisis sobre Montoneros –advierte Zapata y muestra notas de 1976 tituladas 'Radiografía de la subversión en Bahía Blanca'–. Me llamó la atención la coincidencia entre este análisis y lo que después se va a publicar como 'Diario de Adel Vilas'. ¿Cómo era la relación de ustedes con el Cuerpo V y con la base (naval de Puerto Belgrano) para tener información tan precisa?
–No puedo decirle que esa información tiene origen en la base o el V Cuerpo porque estaba haciendo el servicio militar. La relación del diario con la base y el Cuerpo V era buena, sin ninguna duda, y no era una relación desconocida, venía de lejos: con la marina por razones históricas en función del papel de la Armada en la devolución del diario, y con el Ejército no tan fluida pero de todas maneras también (era buena).
–Vayamos a la relación con los dirigentes sindicales que tenían adentro de la empresa. ¿Cómo puede contar los conflictos en LNP en 1974 y 75?
–Le repito, estaba en Buenos Aires...
–Me dijo que había viajado bastante en esos años.
–No, viajé alguna vez en el ’75 porque mi mamá y mi hermano vivían ahí, pero no específicamente para tareas del diario (...) Hubo problemas sin duda graves, estuvo el diario sin salir un mes y medio y en algún momento fue un diario testimonial que sacó la familia solamente: trabajaron desde tías que tenían 65 años hasta primos que teníamos 18 o 23, ninguno de los cuales figuraban ni trabajaban pero todos colaboramos en algo. Ahora en el meollo de la cosa estaban mi madre y mi hermano, eran los dos responsables.
–¿Qué le contaba su madre, de sus ánimos en ese momento?
–Que era una situación muy seria, problemas muy serios en talleres y con cantidad de gremios y cosas, que tenían distintas motivaciones...
–Hay un editorial del 1º de septiembre en que ustedes hablan de 'un soviet infiltrado en LNP'.
–Si mal no recuerdo es de septiembre de 1975 –recuerda bien–. Ese tipo de editoriales seguramente lo ha escrito mi madre –toma distancia pese a que ese mismo mes la madre le había encomendado 'todo trato con el personal'.
–¿Pero ustedes consideraban eso?
–Mi madre debe haber considerado eso, ¿qué sé yo? Visto retrospectivamente... han pasado 30 y pico de años, es una forma de decir, qué sé yo si era soviet o no, mamá debe haber creído eso, no lo sé.
–¿A Enrique Heinrich y Miguel Angel Loyola los conoció?
–Los debo haber visto alguna vez, de paso, pero son los ellos (sic) y tantos otros estaban todos en los talleres de Bahía (...) En alguna oportunidad obviamente los he visto, sin duda, pero no tenía trato con ellos, el trato era básicamente de mi madre y mi hermano.
-¿Cómo era ese trato?
–El trato siempre fue correcto aunque el escalamiento de la crisis hizo que la relación después tuviese altibajos y hubiese un enfrentamiento importante producto de que el diario no salía. Y no salía por distintas razones, en general de orden gremial, por lo menos inicialmente lo que recuerdo.
–Sin embargo, en editoriales su madre hablaba de motivaciones secretas, políticas, no hacía centro en la parte laboral...
–No lo sé, los editoriales son los que están, mi madre desgraciadamente no vive, no puedo contestar respecto de lo que escribía mi madre estando yo en Buenos Aires. Además no tenía arte ni parte en el asunto. A los 23 o 24 años suponer que yo iba a manejar la línea editorial del diario sería ridículo (...) Quien podría contestar no está: mi hermano (Federico) era subdirector, vivía en Bahía Blanca y llevaba la relación con el gremio, con la redacción, era el peón de brega. Mi madre no bajaba a la redacción o al taller, el que llevaba eso era mi hermano, es muy difícil imaginar qué pensaban.
–¿Cómo repercutieron los asesinatos de esos trabajadores en su familia?
–Obviamente todos nos sorprendimos –levantas las cejas– porque una cosa es tener diferencias de tipo laboral, cualquiera hayan sido, y otra cosa es el asesinato de dos personas. Si bien es cierto que yo en ese momento no estaba, sí recuerdo la impresión que le causó a mi madre el hecho de que los hubiesen matado. Yo estaba cumpliendo el servicio militar, eso fue creo en mayo o junio del ’76.
–Sin embargo, llama mucho la atención (Zapata busca una palabra, Massot se pone nervioso) que el asombro fuera tal...
–No no no, espere, discúlpeme, no ponga en tela de juicio lo que yo digo –se molesta–. Fue mucho más que asombro. Asombroso podrían ser muchas cosas. Realmente a nadie le gusta y puede sentir ni placer ni cosa por el estilo de saber que dos empleados, por diferencias que hayan tenido... (no cierra la oración). Mamá era una persona muy de decir las cosas, con mucho valor personal, pero tenía claro lo que es una diferencia, por grande que haya sido con un empleado, respecto de poder alegrarse con... (ídem) Obviamente no, fue mucho más que asombro, fue la verdad estupor. ¿Por qué iban a matar a dos personas? Además en el año ’76... Ahora, pasó, de modo tal que decir que mi madre podía asombrarse...
–No no, pero no cerré la frase, lo que me asombra...
–Es otra cosa (murmura)
–... es la notita chiquita en la que el diario cuenta los asesinatos: son veinte líneas en un diario tamaño sábana.
–No lo sé (niega con la cabeza y alza los hombros). No le puedo decir. Le vuelvo a repetir, yo estaba haciendo la conscripción y en ese momento en especial la instrucción.
–¿Pero no lo asombra? Comparémoslo con lo de Ramos. (El comisario Héctor Ramos fue segundo jefe del Servicio de Informaciones de la Policía Bonaerense en Bahía Blanca. Montoneros lo asesinó en 1975 y lo definió como 'el más eficiente torturador que conociera nuestra ciudad'. LNP le dedicó una amplia cobertura aunque omitió decir que era jefe de seguridad de la empresa y también el comunicado de Montoneros. A fines de 1977 informó el 'total esclarecimiento' con el detalle de nombres de militantes que habían sido asesinados y antes habían estado secuestrados en centros clandestinos.)
–No me pregunte si me asombra o no me asombra (se pone nervioso Massot). Sé lo que en ese momento estaba haciendo, pasaron treinta años. ¿Qué le voy a contestar? ¿Por qué lo hicieron? ¿Por qué fue así? ¿Por qué se publicó donde se publicó? No lo sé, no lo sé.
–Hay un documento de Inteligencia de Prefectura que se llama 'Estudio realizado sobre el diario LNP. Guerrilla sindical' (Massot suspira, se muerde el labio, la mirada perdida). En una parte dice que 'el proceso de sabotaje fue ampliamente documentado por la empresa a los comandos militares y navales de la zona'. 'La función de este trabajo es consignar los datos que pudieran establecer con veracidad respecto al personal a ser raleado de un medio de difusión fundamental, tal cual lo marca la efectiva acción contrarrevolucionaria que tienda a sanear los medios preferidos por la revolución mundial para su labor de infiltración, subversión cultural y posterior victoria'. Después aparece la lista de “principales activistas” a ser raleados y los primeros son Heinrich y Loyola. ¿Cuáles eran esas informaciones que les pasaba la empresa a los comandos militares y navales para que elaboraran este tipo de informes?
–Ninguna, que yo sepa ninguna. ¿Por qué dice que...? (no cierra la pregunta) No tengo la menor idea.
–Varias cuestiones hablan incluso del informe que hace Ramos. (El informe de Prefectura, elaborado en 1975, menciona a Ramos, jefe de seguridad de LNP, como pionero en la 'labor de esclarecimiento' sobre el supuesto 'sabotaje'.)
–No lo sé, no tengo la menor idea. Sé que ese informe existe porque lo he leído en distintos medios, ahora de ahí a suponer que el diario le brindaba esa información corre por cuenta de quien... sé que Página/12 lo dice.
–No, en realidad lo dice Prefectura en su informe de Inteligencia.
–No tengo la menor idea. Que el diario le provea eso no lo sé, no me consta, pero vuelvo a repetirle: yo no estaba. Si algo de eso ocurrió no puedo decirle por sí o por no porque cuando teóricamente ocurrieron y escribió eso Prefectura yo no estaba en Bahía, estaba haciendo el servicio militar.
–A Heinrich y Loyola los secuestran hacia fines de junio del ’76. Luego aparecen asesinados con signos de tortura, cuatro días después. ¿Tiene alguna información de qué pudo haber pasado en esos cuatro días?
–No tengo la menor idea. ¿Cómo podría saberlo? Es una pregunta que no tiene ningún sentido porque si supiese lo diría, pero al mismo tiempo ¿cómo voy a saberlo estando en el servicio militar?
–Bueno, pero hay múltiples maneras, o sea el contacto con una madre...
–Perdón, perdón, creo que le di la entrevista de buena fe. ¿Qué me quiere decir con el contacto con una madre?
–Que hay cosas que se transmiten de otra manera. No necesariamente tenía que estar en Bahía Blanca para enterarse.
–Por supuesto que no, pero no tengo la menor idea y no veo por qué mi madre va a... (se queda sin palabras) si eso es lo que insinúa. La verdad es que no, no lo sé”.
Notas Relacionadas
“Vicente Massot deberá declarar por el asesinato de dos obreros gráficos en 1976”
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De: albi |
Enviado: 24/04/2014 12:40 |
Lesa: "Hasta ahora Massot había sido intocable"
Lo dijo el fiscal Miguel Palazzani, a pocas horas de que el director del diario bahiense Nueva Provincia, Vicente Massot, se presente a declarar ante la Justicia por dos asesinatos y encubrimiento, ocultamiento y complicidad con los crímenes de la dictadura.
Por: Juan Manuel Mannarino
El director del diario La Nueva Provincia, Vicente Massot, declaró hoy ante la Justicia Federal como imputado en una causa por crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico militar. Fuentes judiciales, señalaron a Télam que "Massot declaró por espacio de dos horas ante el juez federal subrogante Alvaro Coleffi, quien decretó el secreto de sumario
A pocas horas de lo que definió como un hecho sin precedentes para la Justicia bahiense, el fiscal Miguel Palazzani habló en exclusiva con Infojus Noticias sobre los posibles escenarios de la citación a Vicente Massot, el director del diario La Nueva Provincia (LNP). “No es un hecho más, es una situación excepcional. Massot representa el establishment y hasta ahora se había sentido intocable. Ahora hay un Estado democrático y es eso lo que no tolera”, dijo quien lleva la causa junto al fiscal José Nebbia, y aclaró que Massot se presentará a declarar hoy a las diez de la mañana como imputado, aunque no en un marco de indagatoria. Luego, el juez subrogante Álvaro Coleffi decidirá si dará lugar a que el fiscal lo interrogue. En la audiencia, además, estaría presente el fiscal Jorge Auat, titular de la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad.
Algunos medios dijeron que Massot se presentaría “por su propia cuenta” para explicar que empezó a ser director del diario a partir de los ´90 y que no tuvo responsabilidades en los años de la dictadura. Pero eso no es posible: la justicia sólo puede citarlo como imputado, tal como lo confirmó la Cámara Federal en reiteradas oportunidades y como la Unidad Fiscal lo había solicitado en su requerimiento. Fuentes judiciales dijeron que los artículos 73 y 279 del Código Procesal Penal, que Massot invocó para intentar acceder al expediente, refieren ambos a “personas en condición de imputados”. En su caso, a partir de una sentencia por delitos de lesa humanidad del Tribunal Oral Federal, donde se ordenó investigar a los directivos de La Nueva Provincia. “Que se lo cite en base al artículo 279, que permite al imputado y sólo al imputado ejercer su ´derecho de defensa material´, no significa que la declaración no se convierta un segundo después en indagatoria. El juez, además, puede ordenar su inmediata detención”, explicó el fiscal.
¿Sobre qué hechos está imputado? El fiscal habló de tres planos. Uno, es por el asesinato de dos obreros gráficos que trabajaron en los talleres del diario: Enrique Heinrich y Miguel Ángel Loyola. El segundo es por “conducta criminal” a través de acciones psicológicas del diario en modalidad de encubrimiento, ocultamiento y complicidad con los reglamentos castrenses. Y el tercero, se relaciona directamente con el anterior: la lista de 25 homicidios que el fiscal mostrará con sentido comparativo. Dirá cómo ocurrieron en la realidad, y cómo fueron manipulados por el diario con la falsificación de “falsos enfrentamientos”.
Liquidar a los líderes
Enrique Heinrich y Miguel Ángel Loyola fueron salvajemente asesinados por una balacera de más de treinta tiros. Ocurrió a fines de junio de 1976. Sus cuerpos aparecieron en un lugar siniestro: “La cueva de los leones”, paraje a 17 kilómetros de Bahía, un terreno donde la Triple A ocultaba sus cadáveres. Ningún directivo ni periodista de LNP fue al velorio ni se solidarizó con las familias.
A Heinrich lo secuestraron una noche, cuando un grupo de tareas irrumpió en el pequeño departamento que habitaba junto a su mujer y sus cinco hijos. Lo sacaron a las patadas de un catre ante la mirada desesperada de su familia. Heinrich pidió que no le pegaran delante de sus hijos. Le ordenaron vestirse y se lo llevaron. A Loyola lo agarraron de improviso, cuando regresaba a su casa después del trabajo. Antes, habían dormido con sedantes a su familia. Les pincharon los brazos a sus hijos y a su mujer con una jeringa. Sus últimas palabras fueron dirigidas a sus seres queridos: “¿Están todos bien? Ya regreso”. Jamás volvió.
Después del secuestro, la mujer de Loyola declaró ante la policía que la desaparición de su marido “podría haber sido por sus reclamos por mejores de condiciones en el diario La Nueva Provincia”. La única militancia que tenían ambos obreros era en el diario: eran líderes sindicales y para la empresa eran un riesgo permanente por las huelgas que paralizaban el diario. El juez de aquel momento, Francisco Bentivegna, quien ya está retirado, jamás le dio lugar y archivó la causa. Ahora, el fiscal Palazzani lo acusó por ese caso y por otros cinco más. “Quiero que la justicia lo indague por su deliberado ocultamiento de pruebas y porque rechazó varios pedidos de hábeas corpus”, dijo.
Massot se pone nervioso cuando le preguntan por los obreros gráficos asesinados. Varias veces se desvinculó de los hechos, diciendo que en esa época sólo se dedicaba a escribir artículos. Pero el fiscal pudo comprobar que Massot estaba a cargo de resolver las situaciones laborales del diario. Hay pruebas de cómo, en persona, negociaba con Heinrich para evitar los conflictos laborales. Si bien su madre, Diana Julio, manejaba el criterio editorial de la empresa, Massot ocupaba un eslabón fundamental en el grupo “decisional”. Según el fiscal, además, hay otro dato revelador: la información que la empresa entregó a los prefectos y marinos que decidieron “ralear” de la tierra a Heinrich y Loyola.
La instrucción que la fiscalía empezó el año pasado dentro de la causa “Armada” demostró que el diario predicó la construcción de un enemigo. Lo más importante es que no sólo identificó “fuerzas agresivas que amenazan a la Nación”, sino que se pronunció por algo mayor: a ese enemigo, decía el diario en sus extensas editoriales, había que aniquilarlo. Ana Belén Zapata, historiadora de la Universidad Nacional del Sur, que dedicó su tesis doctoral al conflicto de los obreros gráficos con la patronal de LNP, lo entrevistó una vez y Massot fue contundente: negó los hechos, no mostró asombro por los asesinatos y dijo que, en esa época, se la pasaba viajando a Buenos Aires y luego hizo el servicio militar. Esos dichos los mantuvo hasta la actualidad. Y es lo que la justicia intentará doblegar.
Conducta criminal
En los ´70, Massot era un joven de veintipico que había sido secretario de redacción de la revista nacionalista de ultraderecha “Cabildo”, escribiendo de puño y letra notas a favor del nazismo. “Él quiere desligarse de las atrocidades de la dictadura porque no ocupaba puestos jerárquicos, pero las notas de Cabildo demuestran una elección ideológica con un pensamiento que justificó el exterminio. Esa conducta, que la potenció con la dictadura en su rol en LNP, es un conducta criminal, no es libre expresión”, dijo Palazzani, quien confesó que la situación de Massot se agravaría porque está acumulando más pruebas en su contra.
Massot fortaleció la impronta ideológica de extrema derecha de su diario, que siguió siendo el monopolio que maneja los principales medios de Bahia Blanca. En los ’90, ya como director de LNP, debió renunciar al gabinete menemista por reivindicar la tortura. Ahora apoya al político Sergio Massa y se defiende con notas de opinión desde el Diario La Nación.
“No perdió poder en la corporación judicial bahiense, que hace malabares para protegerlo. Porque si cae Massot, caen varias figuras del establishment”, dijo Eduardo Hidalgo, de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos. Desde los organismos de Derechos Humanos creen que la estrategia de Massot es hacerse el débil, porque se victimiza diciendo que su imputación es “una cuestión política”. Si en los ´70 había reivindicado la “guerra bélica”, con orgullo por vencer al enemigo ideológico, ahora estaría perdiendo la batalla bajo una “guerra política”. Ésa sería su interpretación, que justificó como intelectual de derecha en sus libros. Hay editoriales recientes del diario que denuncian una “nueva justicia K”, en relación al actual gobierno.
Según periodistas locales que no trabajan para su diario, Massot quiere distraer a la opinión pública y desviar el foco de atención. Para la investigación judicial, la NVP habría estado en la escena de los “falsos enfrentamientos de militares con guerrilleros”. No por simple ejercicio de información, sino como parte ejecutora del accionar criminal. Se habría identificado, al menos, un fotógrafo del diario que no era un fotógrafo más: era un agente de inteligencia, integrante de Prefectura Naval, que operaba al servicio de la Marina.
De acuerdo a la instrucción de fiscalía, la NVP llevó a cabo la “guerra psicológica” que prodigaba Acdel Vilas, exgeneral de Brigada, condenado por crímenes de lesa humanidad en los centros clandestinos de detención "La Escuelita" y "Base Naval Puerto Belgrano", que estaban a su cargo. Uno de los casos emblemáticos de los 25 homicidios que el fiscal presentaría como prueba del accionar cómplice del diario, es el de Mónica Morán, docente, actriz y poeta, secuestrada y asesinada por personal del Ejército. El 13 de junio de 1976 parte del grupo artístico, dos matrimonios y Mónica, se encontraban en una casa chorizo de Rondeau al 200. Estaban en un ensayo de una obra para chicos. De repente se abrió una puerta y aparecieron cinco personas armadas. Hicieron tirar a todos al suelo y preguntaron por Mónica. Ésta apareció y dijo: “Yo soy Mónica Morán”. Se la llevaron detenida hasta “La Escuelita”.
Pocos días después, los militares simularon un falso enfrentamiento en una casa antigua de la ciudad. En la vereda, tiraron el cadáver de Mónica y de otros militantes. Dijeron que los militares se sintieron sorprendidos por “un ataque terrorista” y debieron defenderse. La NVP cubrió el hecho y publicó fotos. Defendió “la gesta heroica de nuestros militares patriotas”. Y, claro está, legitimó la mentira: avaló la versión del enfrentamiento.
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De: albi |
Enviado: 24/04/2014 12:43 |
Por Diego Martínez / Bahía gris
El empresario Vicente Massot, imputado por delitos de lesa humanidad en Bahía Blanca, admitió el año pasado su actuación en lo que él denomina “guerra civil de los años ‘70” y el resto del mundo define como genocidio o terrorismo de Estado. “Yo no era un bebé de pecho. Y yo también tuve participación en esos hechos”, dijo el director del diario La Nueva Provincia, rodeado de amigos, durante la presentación de su libro El cielo por asalto. Fue el 25 de abril, dos semanas antes de que los fiscales José Nebbia y Miguel Palazzani pidieran su detención para indagarlo. Menos sonriente que aquella tarde y lejos de los tiempos en que se paseaba ostentando armas por los pasillos de la empresa de la familia, el martes último le temblaban las manos mientras guardaba el DNI con el que debió acreditar su identidad como imputado y por la ventana del juzgado se filtraban las voces de un centenar de bahienses que cantaban “Massot, fascista, vos sos el terrorista”. El juez federal subrogante Alvaro Coleffi declaró el secreto de sumario en la causa y ahora analiza el los pedidos del Ministerio Público Fiscal.
Columnista del diario La Nación y profesor titular de Historia en el doctorado en Ciencias Políticas de la Universidad Católica Argentina (UCA), Massot está imputado por el rol de LNP como auxiliar de la inteligencia militar en las operaciones de acción psicológica al servicio del genocidio y como coautor de los asesinatos de los obreros gráficos Enrique Heinrich y Miguel Angel Loyola, delegados y dirigentes del Sindicato de Artes Gráficas de Bahía Blanca. La acusación, sobre la que este cronista informó en detalle en mayo del año pasado, incluía a su mamá Diana Julio de Massot, a su hermano Federico y al ex jefe de redacción Mario Gabrielli, pero los tres murieron impunes.
“Voy a empezar diciendo lo que no quise escribir, aquello que conscientemente traté --si con éxito o sin éxito no me toca a mí juzgarlo-- de exorcizar al momento de tomar la pluma”, arrancó Massot su exposición en el Consejo Argentino de Relaciones Internacionales (CARI), secundado por sus admiradores Julio Bárbaro y Abel Posse. “Lo que no quise hacer es fulminar condenas, levantar cadalsos, cargar a uno u otro contendiente con culpas. No porque no tenga una idea acabada, pero que vale solamente para mí, de los hechos que jalonaron la vida Argentina hace 40 años”, agregó en tono solemne. “Yo no era un bebé de pecho. Y yo también tuve participación en esos hechos”, confesó ante un auditorio de militares retirados que incluyó en primera fila al ex intendente bahiense Cristian Breitenstein, actual ministro de la Producción de Daniel Scioli. Sus palabras las registró el periodista Federico Randazzo, que investiga la historia del diario.
Massot es socio de LNP desde 1974, cuando tenía 22 años y era un activo militante del nacionalismo católico. En 1970 había participado de la creación de la organización integrista Guardia de San Miguel, apuntó Luis Fernando Beraza en su libroNacionalistas. La trayectoria política de un grupo polémico. En mayo de 1973, una semana antes de la asunción del presidente Cámpora, publicó el primer número de la revista Cabildo. Antes que secretario de redacción fue su “inspirador y financista” gracias a un préstamo de LNP (léase de su madre), contó Horacio Verbitsky en su libroVigilia de armas. Cabildo, donde hizo pública su admiración al fascismo, nació “con el objetivo de aglutinar a las fuerzas nacionalistas dispersas”, explicó Beraza. Su influencia “fue fundamentalmente ideológica en muchos sectores de las Fuerzas Armadas y de la Iglesia católica, que coincidían en general en el combate contra el montonerismo y el guevarismo erpiano”, escribió. Igual que LNP, fue “un espacio donde llegaban y se publicaban informaciones de los servicios de inteligencia”.
Cuando el peronismo clausuró Cabildo sus responsables sacaron El Fortín, que también fue cerrada por “atentar contra la institucionalidad”. Entre junio del ‘75 y hasta el mes previo al golpe de Estado, Massot escribió en Restauración, también abocada a promover la toma del poder por las fuerzas armadas. Las tres revistas por las que pasó apuntaron a “legitimar la destrucción del orden democrático y su reemplazo por soluciones de corte autoritario y jerárquico”, resumió la historiadora Patricia Orbe en su ponencia Entre mitines y misas. La revista Cabildo y la red de sociabilidad nacionalista católica (1973-1976).
Entrevistado por la historiadora Belén Zapata cuando ya se sabía imputado, Massot dijo que su primer cargo en LNP fue “en marzo de 1976 como redactor editorialista”. Dos años antes, sin embargo, la revista Militancia había dejado constancia de su influencia en la línea editorial del diario. “El nacionalismo ultrafascistoide le ‘brotó’ a LNP cuando uno de los nenes (el que está en el fino humor de Cabildo) comenzó a incursionar en el ‘periodismo’”, apuntó la publicación que dirigían Eduardo Luis Duhalde y Rodolfo Ortega Peña, asesinado ese año por la Triple A. Antes, sin nombrarlo, informaron que Diana Julio tenía tres hijos, “uno de los cuales es secretario de redacción de la revista político-humorística de extrema derecha” (“La Nueva Provincia de Bahía Blanca. A veces comediante pero nunca mártir. Militancia, número 36, marzo de 1974).
La escritura no le impidió poner el cuerpo a las batallas de la familia en el pago chico. Los gráficos de LNP recuerdan al “Colorado” en reuniones ante el Ministerio de Trabajo, con armas para amedrentarlos en los pasillos de la empresa y provocándolos para que “hagan paro ahora” el día del golpe de Estado. El 28 de septiembre de 1975 la mamá le encomendó ante escribano “todo trato con el personal”. Poco antes un editorial del diario había anunciado que “LNP se encuentra en guerra” y se había presentado como víctima de “la infiltración más radicalizada”. Por esos meses la sección informaciones de Prefectura zona Atlántico Norte elaboró su informe sobre “guerrilla sindical” en LNP, que concluyó con una lista de “personal a ser raleado” (sic). La encabezaban Heinrich y Loyola e incluía las direcciones de las casas donde los secuestraron para torturarlos y matarlos.
Consumado el derrocamiento del gobierno, Massot dijo haber hecho la conscripción en Campo de Mayo, el Primer Cuerpo de Ejército y la Capellanía Mayor Castrense, datos que este cronista intentó corroborar sin suerte. Sí hay constancias de sus servicios a Ramón Camps & Miguel Etchecolatz (ver “Compañero Camps”) y de su paso por la ESMA: el ex capitán Adolfo Scilingo, amigo de su hermano Federico, lo recuerda visitando al almirante Rubén Chamorro, director de la ESMA, en la planta baja del Casino de Oficiales por el que pasaron miles de desaparecidos.
Hasta el momento Massot sólo está imputado en Bahía Blanca. Los jueces foráneos que encabezaron los dos procesos de lesa humanidad en la ciudad no dudaron en poner la lupa sobre La Nueva Provincia: destacaron su “campaña de desinformación y propaganda negra” para “imponer la versión de los victimarios” y crear “un estado de anomia legal en la sociedad que permitió el ejercicio brutal de violencia irracional” desde el Estado, y ordenaron investigar a sus directivos. La actuación de los jueces locales fue la que permitió morir impune a Gabrielli y ganar tiempo a Massot. El juez subrogante Santiago Martínez sostuvo que las pruebas no permitían ni siquiera hablar “de algún grado de complicidad” y se negó a indagarlo. La Cámara Federal se tomó un semestre para reflexionar, no se animó a tanto pero ideó una original maniobra para que Massot pudiera exponer como imputado (con derecho a mentir) antes de prestar declaración indagatoria. Ese paso se concretó seis días atrás e incluyó una absurda puesta en escena con calles cortadas, vallas, perros, prefectos, servicios y policías pertrechados para la guerra. El juez Coleffi dictó el secreto de sumario y ahora deberá pronunciarse. La dirigencia política de Bahía Blanca mantiene un estruendoso silencio.
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De: albi |
Enviado: 24/04/2014 12:46 |
Compañero Camps
Por D.M.
“En marzo de 1977 me hago cargo de la oficina del diario en Buenos Aires”, dijo Vicente Massot en la entrevista con la historiadora Belén Zapata. El dato podría ser relevante para quienes investigan delitos de lesa humanidad en La Plata. En los primeros días de abril de 1977 La Nueva Provincia publicó como primicia la relación entre Montoneros y el banquero David Graiver. El trasfondo de la información que presentaban como “investigación de la policía de la provincia de Buenos Aires” eran secuestros e interrogatorios bajo tortura en los centros clandestinos del coronel Ramón Camps. LNP “actuaba como vocero de Suárez Mason y Camps”, sintetizó Graciela Mochkofsky en su biografía de Jacobo Timerman.
El general Agustín Lanusse, que en esos días se entrevistó con el dictador Jorge Videla para indagar sobre el paradero de su ex secretario Edgardo Sajón, fue el primero en advertirlo públicamente: le escribió una carta abierta a la directora de LNP indagando por sus fuentes de información. Ante la negativa de Diana Julio de Massot, que aprovechó la oportunidad para vincular a Lanusse con la guerrilla, le respondió que no tenía interés en polemizar pero le insistió para que dijera cuáles eran las fuentes. “Estoy hablando de investigaciones y no de secuestro, no de aplicación de procedimientos ilegales, no de procedimientos ‘por izquierda’”, agregó para dejar en evidencia que los datos se los aportaban los torturadores. Las notas sobre la “investigación” de Camps & Etchecolatz no eran de agencias de noticias sino “de nuestra agencia” en Buenos Aires, a cargo de Vicente Massot.
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De: albi |
Enviado: 24/04/2014 12:50 |
“Ha sido un proceso muy largo el que llevó a que Vicente Massot se presente ante el juez para poder declarar y esto es un paso gigante porque La Nueva Provincia es un símbolo de impunidad en Bahía Blanca, es de alguna manera el vocero de lo más conservador, rancio y vinculado con la dictadura militar, con el exterminio”.
Vicente Massot, actual propietario y director del grupo de prensa “La Nueva Provincia”, es el primer periodista imputado como responsable de delitos de lesa humanidad en la historia del país en Bahía Blanca.Massot admitió su actuación en lo que él denomina “guerra civil de los años ‘70” y el resto del mundo define como genocidio o terrorismo de Estado.Columnista de La Nación y profesor en la Universidad Católica Argentina, está imputado por el rol de La Nueva Provincia (LNP) como auxiliar de la inteligencia militar en las operaciones de acción psicológica al servicio del genocidio, y como coautor de los asesinatos de los obreros gráficos Enrique Heinrich y Miguel Ángel Loyola, del Sindicato de Artes Gráficas de Bahía Blanca. La acusación incluía a su mamá, Diana Julio de Massot, a su hermano Federico y al ex jefe de redacción Mario Gabrielli, pero los tres murieron antes de ser juzgados. Nota: La Academia de Ciencias Morales"Preocupan acusaciones contra Vicente Massot"Repuesta a la defensa de Massot por parte de ADEPAEl presidente de la cooperativa de Diarios y Periódicos Regionales Argentinos (Dypra), Jorge Conalbi, criticó el comunicado que publicó la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (Adepa), en el que se quejó por el allanamiento en el diario La Nueva Provincia, realizado en la causa en la que se investiga a su director, Vicente Massot, por delitos de lesa humanidad. “Es una verdadera afrenta al periodismo que Adepa cuestione el accionar de la Justicia de la democracia, en un caso donde se investiga el rol de la prensa durante la dictadura cívico-militar. La investigación de crímenes de lesa humanidad en Bahía Blanca, en la que se involucra al director de La Nueva Provincia, debe ser apoyada por todas las entidades de empresas periodísticas que defendemos el derecho social a la información y la democracia. No se interfirió con el normal cumplimiento de las tareas de la empresa ni su circulación, por lo que mal se puede considerar este procedimiento como un ataque a la prensa. Por el contrario, debería considerarse el comunicado de Adepa una presión corporativa a la Justicia.”
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De: albi |
Enviado: 24/04/2014 12:52 |
“No se entiende quienes son los interesados en que Massot no vaya preso y golpean cotidianamente al gobierno democrático”
Roberto Caballero se refirió de este modo a los miembros de “la academia de ciencias morales” que rechaza el encarcelamiento de Vicente Massot, director de la Nueva Provincia, por su actuación durante la dictadura.
Aseguró que la historia va uniendo lo sucedido en el 55, en el 76 y lo que sucede hoy, en boca y acción de los mismos personajes o sectores.
Agregó que es indispensable asociarlo a un ejercicio de memoria constante que debemos hacer, “porque el día que se pierda el encadenamiento de la historia, ellos ganan la partida otra vez”.
Caballero afirmó que en los nuevos derechos del siglo 21 está “el germen del futuro”, pero aclaró que “para que el futuro se de, hay que darle importancia a la historia del país”.
“Si no se hace eso, no se entiende quienes son los interesados en que Massot no vaya preso y golpean cotidianamente al gobierno democrático. Son la expresión del hoy de los que fueron ayer,. Los grupos reaccionarios que atacan cualquier decisión emanada de la voluntad popular”, aseguró.
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De: albi |
Enviado: 24/04/2014 13:02 |
Vicente Massot y su multimedio “llevaron adelante la fase de la acción psicológica en donde se prepara, ejecuta y justifica el genocidio perpetrado en Argentina”
José Nebbia, Fiscal Federal de la Unidad de Derechos Humanos de Bahia Blanca, fue entrevistado en el programa Una vuelta nacional y dio detalles sobre las acusaciones que pesan sobre el director de “La Nueva Provincia” el diario que “cumplió un papel especifico dentro de un plan criminal que consistió en desaparecer a una porción importante de personas”.
El director del diario “La Nueva Provincia” de Bahía Blanca, Vicente Massot, deberá prestar declaración indagatoria mañana ante la justicia federal, en el marco de una causa por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico-militar.
Massot deberá presentarse en la audiencia prevista para las 8.15 ante el juez `ad hoc` Alvaro Coleffi en el Juzgado Federal ubicado en Alsina 317, en pleno centro de la ciudad.
Fuentes judiciales señalaron que en la audiencia estarán presentes los fiscales José Nebbia y Miguel Angel Pallazani, como así también el abogado patrocinante de Massot, Rubén Distkin.
“El propio Coleffi hizo lugar el pasado 4 de abril a un pedido de los fiscales para que Massot preste declaración indagatoria mañana como así también ordenó que no pueda salir del país”, agregaron.
A raíz de la presentación de Massot, organismos de Derechos Humanos y agrupaciones partidarias convocaron a la comunidad para realizar una concentración en inmediaciones del Juzgado Federal local.
No se descarta que ante la nueva presentación del empresario periodístico se lleve a cabo un operativo de seguridad integrado por Prefectura Naval Argentina (PNA) y de la Policía Federal, similar al del pasado 18 de marzo.
El director de “La Nueva Provincia” se suma así a civiles como el dueño del Ingenio Ledesma, Carlos Pedro Blaquier; y el ex titular de firmas de transporte de pasajeros Marcos Levin, en la lista de empresarios que la Justicia lleva ante la justicia por sus posibles vinculaciones con delitos de lesa humanidad.
El empresario está imputado como coautor del homicidio de dos obreros gráficos, “instigándolo, determinándolo, prestando aportes indispensables para su concreción material y encubriendo a sus autores inmediatos”.
Massot está acusado de integrar “junto con los mandos militares una asociación ilícita con el objetivo criminal de eliminar un grupo nacional”, para lo cual habría contribuido desde el multimedios actuando “de acuerdo a las normativas y directivas castrenses y en cumplimiento de tales”.
El empresario fue imputado como coautor del homicidio de los obreros gráficos Enrique Heinrich y Miguel Ángel Loyola, “instigándolo, determinándolo, prestando aportes indispensables para su concreción material y encubriendo a sus autores inmediatos”.
También se le imputa haber efectuado “aportes esenciales”, que “consistieron en el ocultamiento deliberado de la verdad”, en los secuestros, torturas y homicidios de 35 personas.
Mañana será la tercera vez que Massot estará frente a un juez Federal, ya que el pasado 18 de marzo debió presentarse a una citación en cumplimiento de un fallo de la Cámara Federal local de noviembre del 2013, imputado por la Unidad Fiscal de Derechos Humanos como integrante de una “asociación criminal” con las fuerzas armadas.
Con anterioridad, Massot se había presentado espontáneamente en el juzgado, cuando se hizo pública la imputación que le formularon los fiscales Palazzani y Nebbia, pero en su momento el juez subrogante Santiago Ulpiano Martínez se negó a recibirle declaración.
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De: albi |
Enviado: 24/04/2014 13:03 |
DERECHOS HUMANOS
Confirman la condena a cadena perpetua a Alfredo Astiz y Jorge Acosta
La decisión de la Cámara Federal de Casación Penal alcanza además a ex oficiales de la marina condenados por delitos de lesa humanidad cometidos en la Escuela de Mecánica de la Armada.
La medida confirma las condenas a prisión perpetua de Antonio Pernías, Oscar Montes, Raúl Scheller, Ricardo Cavallo, Alberto González, Néstor Savio, Adolfo Donda, Julio Coronel, Ernesto Weber y Jorge Radice.
Todos ellos fueron hallados culpables por hechos que tuvieron como víctimas, entre otros, a las monjas francesas Alice Domon y Leonie Duquet y al periodista Rodolfo Walsh.
Tal como lo hizo el Tribunal Oral Federal 5, en octubre de 2011, los camaristas de casación Pedro David, Angela Ledesma y Alejandro Slokar condenaron a 25 años a Manuel García Tallada y a Juan Fotea, Carlos Capdevilla recibió 20 años y Juan Antonio Azic 18; pero revocó las absoluciones de Carlos Rolón y Pablo García Velasco.
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De: Matilda |
Enviado: 24/04/2014 18:29 |
Sí Fijate Albi, esto es para Papiyo que lo mira por TV:
Bregman: “Logramos que se revoquen las absoluciones a genocidas de la ESMA” |
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MIÉRCOLES, 23 DE ABRIL DE 2014 |
En el día de hoy en un extenso fallo de más de 500 páginas, la Sala II de la Cámara Nacional de Casación Penal dio a conocer sentencia en la causa “ESMA” que actuará como un importante precedente para el conjunto de las causas.
Miércoles, 23 de abril de 2014. La Sala II no solo ratificó las condenas dispuestas por el Tribunal Oral Federal N° 5 que llevó el juicio adelante durante los años 2009-2011, sino que tomó como válidos los planteos de las querellas encabezadas por Patricia Walsh, por el caso de su padre Rodolfo Walsh, representada por los abogados Myriam Bregman y Luis Bonomi del CeProDH, así como del Centro de Estudios Legales y Sociales –CELS. A pesar que la Fiscalía no recurrió las absoluciones dictadas, esas dos querellas resolvieron llevar el tema a Casación y que sea este Tribunal el que considere los mismos. Myriam Bregman indicó que “ la Sala II de Casación revocó las absoluciones por arbitrariedad en la valoración de la prueba y ordenó, el dictado de un nuevo pronunciamiento, esto es lo que sosteníamos los querellantes, que el Tribunal de juicio no había considerado lo que denunciábamos las querellas”. Entre los absueltos estaba Juan Carlos Rolón, uno de los represores que durante el año 1994 se encargó junto con Antonio Pernías de defender los ascensos de los genocidas en el Senado de la Nación. Bregman, abogada del PTS afirmó “esta pelea fue muy dura, pero siempre supimos el compromiso que significaba tener que representar un caso como el de Rodolfo Walsh, tomamos su ejemplo y fuimos rigurosos con la investigación y reconstrucción de los hechos para alcanzar la verdad” y aseguró “fue muy importante lograr que bajo la querella de Justicia Ya que representamos, logramos unir a la hija de Rodofo Walsh con la hija de Raimundo Villaflor”. (Portal Contacto Político)
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