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General: ESPAÑA EN MANOS DE SINVERGÜENZAS Y LADRONES
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De: cele19331 (Mensaje original) |
Enviado: 08/09/2014 21:51 |
España en manos de sinvergüenzas y ladrones
Juan Torres López
Ahora que el escándalo de Jordi Pujol y familia está en pleno apogeo conviene tener en cuenta que no nos encontramos ante un caso aislado sino ante una nueva expresión de auténtica corrupción sistémica.
Hace un par de años se publicó un libro titulado Oligarquía financiera y poder político en España (Arresta 2012) escrito por Manuel Puerto Ducet. A pesar de lo que pueda parecer por ese título, el autor no es un izquierdista ni un radical dirigente de Podemos empeñado en hundir la economía española a base de pedir justicia fiscal y democracia económica. Es un economista que trabajó como directivo en el banco que gestionaba inversiones vinculadas a fortunas tan singulares, según declara en el libro (p. 97), como las del rey Juan Carlos o las del teniente general golpista Miláns del Bosch.
El libro tiene lagunas, como seguramente sea lógico tratándose de una exposición más bien autobiográfica, y comete evidentes errores de apreciación (posiblemente por dejarse llevar por sus preferencias ideológicas a la hora de juzgar a las personas) como los que le llevan a considerar que Jordi Puyol es un ejemplo de honestidad. Pero, con independencia de ello, es un testimonio extraordinariamente útil para comprobar que el problema principal de la economía española es el enorme poder de un puñado de familias que la dominan condicionando a su favor todo tipo de decisiones económicas y políticas, y también para corroborar que ese poder se fraguó en la dictadura franquista. Prácticamente todos los apellidos que hoy día dominan los consejos de administración de las grandes empresas españolas son los que hicieron fortunas de la mano sangrienta del dictador, alguno de cuyos ex ministros (como Sánchez Bella, según el testimonio presencial de Puerto Ducet) “traficaba con oro, diamantes y piedras preciosas, con una impunidad alarmante y con una cartera de ilustres clientes que hacían cola en la antesala de su despacho” mientras que “a ningún comisario de policía se le hubiera ocurrido meter la mano allí” (p. 110). O cuando los constructores que todavía siguen llenando de cemento nuestro territorio, o sus padres y abuelos, vendían a 175.000 pesetas viviendas que costaban 30.000 y que tenían una subvención del gobierno de 60.000 (p. 37).
El libro es un testimonio de primera mano de cómo actúa el “Sanedrín financiero”, según la expresión del autor del libro, que maneja la economía española imponiendo siempre su voluntad al gobierno o al Banco de España, bajo la batuta todopoderosa de Emilio Botín, presidente del Banco de Santander y, según el autor de este libro, “de profesión impune” (p. 17). Un banquero de algunas de cuyas andanzas para dominar el sector financiero se da cuenta en el libro y que ha sido varias veces imputado por causas como estafas, enriquecimiento ilícito, negligencia o mala praxis profesional (p. 126). Y el libro tiene un especial interés precisamente porque su autor fue directivo de Banif, el banco de inversión vinculado al de Botín que protagonizó un auténtico corralito abusando de la confianza de sus clientes y produciéndoles grandes perjuicios económicos. Una estafa y un corralito posterior que, por cierto, nunca preocupó demasiado a quienes ahora se empeñan en asegurar que si un partido como Podemos sigue recolectando votos producirá el hundimiento del sistema financiero.
Y en el libro se muestra además que las estafas y engaños de todo tipo que viene realizando esta oligarquía financiera se llevan a cabo no solo con la ayuda permanente y más visible de una gran parte de la clase política sino también con la de intelectuales que dicen realizar análisis independientes y, sobre todo, con la de numerosos jueces y fiscales. Dice el autor, con razón, que “los departamentos de estudios y análisis de la mayoría de bancos y sociedades no solo se han transformado en coladeros de basura financiera, sino que actúan como departamentos de cosmética al servicio de estos subproductos” (p. 67). Y cuenta el libro cómo en España puede ocurrir que Luis de Usera -que llegó a ser director general del Banco Hispano Americano- y su colega Antonio Morenés “se asociaran en la Agencia de Valores Usera & Morenés, falsificando centenares de firmas y utilizando sin su conocimiento los documentos de identidad de jornaleros gaditanos para hacerse con un paquete de acciones de Repsol (…) dos fedatarios públicos, como quien no quiere la cosa, montaron una estafa y sustrajeron la posibilidad de rentabilizar sus ahorros a medio millar de pequeños accionistas de la petrolera (…) con el paso del tiempo y cuando la alarma social se había diluido, un juicio de vergüenza y una condena de compromiso dieron carpetazo al asunto” (p. 128). No en vano, como señala el propio autor de este libro, en España “las sentencias en firme falladas en contra de bancos y cajas no superan el 8% del total de querellas” (p. 194). Y, como es bien sabido, si acaso no hay más remedio que condenar a algún que otro delincuente financiero y de cuello banco, el indulto vuelve las aguas de la corrupción a su cauce habitual.
Lo que cuenta este libro, como lo que estamos ahora conociendo sobre la fortuna de Pujol, no son hechos aislados, ni simples anécdotas. Este tipo de testimonios muestran que el poder oligárquico impone que los incentivos, la financiación, el orden institucional e incluso el discurrir de la vida política se dediquen por entero a alimentar sus negocios y no a la creación de riqueza y al mejor aprovechamiento de nuestros recursos o a la satisfacción de las necesidades del conjunto de la sociedad. Es la prueba palpable de que la oligarquía financiera es la responsable de la gran desigualdad que produce burbujas constantes, la debilidad de nuestra industria y la desertización de nuestro aparato productivo. Y lo que demuestra que mientras no se ponga coto a su poder, democratizando la economía y evitando que un puñado de viejas y parásitas familias decidan el porvenir y se queden con la hacienda de todos, no habrá manera de levantar de verdad nuestra economía.
Muchos economistas y comentaristas políticos dicen ahora que si fuerzas políticas como Podemos, que han nacido de la mano de la creciente y justa indignación de la gente, tuvieran votos suficientes para gobernar se produciría un caos porque “los mercados” (es decir, esa oligarquía financiera con nombres y apellidos) reaccionarían provocando paro, pobreza y deterioro del clima económico (¡como si los de ahora fueran buenos!).
Llevan razón. Hay que ser muy ingenuo para creer que estos grupos de auténticos ladrones financieros que llevan decenios enriqueciéndose a costa de engañar a los demás y de quedarse con los recursos públicos se van a quedar quietos, sin más. Pero dar por hecho que el temor a esa reacción debe llevar a la sumisión y decir que poner en cuestión el poder oligárquico es una amenaza para la economía española es como haberle dicho a los esclavos que se mantuvieran quietos porque si reclamaban la abolición provocarían una sangrienta reacción de sus amos o, a las mujeres, que permanecieran siempre calladas porque, en caso contrario, los hombres cargarían contra ellas.
A mí me parece que la cuestión que se debe plantear quien tenga un mínimo de dignidad y contemple su existencia con un elemental sentido ético es otra: sobre qué valores puede descansar una sociedad en materia económica, qué tipo de reparto es el que garantiza que los seres humanos seamos realmente iguales en derechos y posibilidades de realización y, sobre todo, a dónde vamos realmente si seguimos aceptando que una minoría, por muy poderosa que sea, imponga su voluntad y sus intereses al resto de la sociedad. Decir que hemos de claudicar ante “los mercados” es justificar lo que está pasando y darle alas a quienes provocan los males que nos afligen.
Juan Torres López es Catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Sevilla.
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Pujol: 'Es el 3%, IVA incluido'
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El ex 'president' pedía a los empresarios el pago de las comisiones incluyendo impuestos
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Pujol exigía las mordidas en persona, a veces en la sede de la Plaza de Sant Jaume
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Empresarios extorsionados relatan cómo les amenazaba con dejarles sin contratos
El ex presidente Jordi Pujol junto al portal de su domicilio en Barcelona. EFE
EDUARDO INDA
ESTEBAN URREIZTIETA Madrid
Actualizado: 09/09/2014 03:01 horas
Jordi Pujol Soley, el hombre que gobernó ininterrumpidamente la autonomía catalana durante 23 años, exigía a las víctimas de sus grandes extorsiones «el 3% de comisión» pero siempre hacía el mismo matiz: «IVA incluido». Con lo cual la mordida se incrementaba siempre alrededor de medio punto más. En la primera época, años 80 y 90, la tarifa era del 3%, porcentaje que se fue incrementando hasta el 4% que percibía la trama del Palau de constructores. Eso sí: siempre había que calcular la mordida incluyendo el IVA en vigor (ahora es el 21%).
Jordi Pujol padre no pedía las comisiones por persona interpuesta. Lo hacía él personalmente. En puntos de encuentro neutros o en la sede de la Generalitat en la barcelonesa Plaza de Sant Jaume, donde citaba habitualmente a las víctimas de sus extorsiones. De hecho, y tal como atestiguó su «empresario modelo» Javier de la Rosa, el fundador de Convergència Democrática de Catalunya (CDC) abrió sus cuentas en la banca privada suiza Lombard Odier en el mismísimo despacho oficial de la Presidencia de Cataluña.
El modus operandi era sistemáticamente el mismo, tal y como coinciden en afirmar bajo garantía expresa de anonimato media docena de empresarios que tuvieron que satisfacer el peaje. El president abría una pequeña libreta repleta de anotaciones numéricas y soltaba una cantinela que, palabra arriba, palabra abajo, no variaba demasiado: «Según mis cuentas, la cantidad que debe abonar es...». Claro que también había advertencias a los que se resistían: «Si usted no paga, me temo que tendrá que resignarse a no hacer nunca nada más en Cataluña». El mesianismo del personaje le llevó en alguna ocasión a espetar a algún contratista que se demoraba: «Le debe usted a Cataluña...».
«Había que sacar la billetera porque, si no, te podías olvidar de volver a contratar en Cataluña. Los tentáculos llegaban incluso al sector privado. Si no le dabas lo que quería, tenías muchos boletos para olvidarte de trabajar en todo tipo de negocios en la región porque te perseguían al más puro estilo de Cosa Nostra. Su control de lo público y lo privado era total», recuerda un empresario con intereses en todo el territorio nacional con una facturación anual de varios miles de millones de euros.
Este mismo pagador apunta otro detalle que ilustra la manera de hacer las cosas del clan Pujol. «Jordi padre era el que negociaba personalmente las grandes comisiones, pero no el que las cobraba. Ese rol lo jugaba su hijo mayor el que venía a Madrid a por el dinero», ilustra este hombre, que asegura haber vivido «un infierno» en sus relaciones comerciales en Cataluña. Lo cierto es que en la trama de cobradores había personajes cuyas identidades pueden aparecer en próximas semanas.
Eso sí, daban todo tipo de facilidades. «Te ponían encima de la mesa tres variantes: 'Nos lo puede abonar en A, es decir con factura a través de una sociedad instrumental; en B (dinero negro que inmediatamente era evacuado a Andorra, o en una cuenta que le facilitaremos en Suiza'. Era un comportamiento mafioso pero, o cedías, o tenías que borrar Cataluña del mapa», relata otro extorsionado. La tarifa oficial era del 3%, tal y como reveló en 2005 Pasqual Maragall. Este porcentaje subió al 4% tras la creación de la trama del Palau, ya con Pujol fuera del Ejecutivo. De ese 4%, el 2,5% era para CDC y el 1,5%, para sus dirigentes, según figura en el borrador de la UDEF que publicó EL MUNDO en noviembre de 2012.
Éstas eran las coimas de los grandes contratos de la Generalitat. Cuando se trataba de adjudicaciones de menor entidad, podían ascender incluso al 20%. El constructor Juan Antonio Salguero contó en el programa Espejo Público de Antena 3 que se vio obligado a desembolsar esa «salvajada» de comisión por la construcción de unas viviendas oficiales porque, si no, sus trabajadores «no llevaban dinero a casa para comer». La persona que, según Salguero, hizo de intermediario fue José María Penín, pariente de Jordi Puig, a la sazón conseller de Obras Públicas.
La Fundación del ex president se disuelve
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La Fundación que creó Jordi Pujol tras su etapa en la Generalitat para difundir los «valores» asociados al ex 'president' no ha podido sobrevivir, como era de esperar, a la confesión de su impulsor de que mantuvo ocultos varios millones de euros en el extranjero durante 34 años.
El Centre d'Estudis Jordi Pujol anunció ayer que inicia los trámites para su disolución, tras casi 10 años de existencia, en virtud de un acuerdo adoptado por unanimidad entre los miembros del patronato.
La fundación constató, en un comunicado, que en la situación actual será «muy difícil» desarrollar sus tareas, obtener mecenazgo privado o firmar convenios con otras entidades e instituciones para impulsar proyectos, y aseguró que sus cuentas han estado «puntualmente presentadas a las instituciones competentes sin incidencias».
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Sánchez discrepa de Felipe González y recalca que Pujol ha incurrido en 'corrupción'
EUROPA PRESS Madrid
Actualizado: 09/09/2014 10:19 horas
El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha discrepado este martes del expresidente del Gobierno y ex líder de su partido Felipe González y ha recalcado que el exjefe del Ejecutivo catalán Jordi Pujol ha incurrido en "corrupción".
Así lo ha subrayado durante su intervención en un desayuno informativo organizado por el Forum Europa, en el que ha presentado al primer secretario del PSC, Miquel Iceta, ante gran parte de su Ejecutiva y de diputados y senadores socialistas.
Sánchez se ha referido al caso Pujol para "dejar una cosa clara", después de que recientemente el expresidente del Gobierno socialista dijera que Pujol es "inocente". "Respeto mucho la opinión del ex presidente González, pero discrepo", ha señalado el nuevo líder de los socialistas.
Sánchez ha subrayado que la actitud de un ciudadano, "y más uno que se hacía llamar 'molt honorable'", que ha reconocido "haber defraudado" cantidades de dinero como las que ha reconocido el expresidente de la Generalitat "se puede denominar como se quiera" pero para él es "corrupción".
En un reciente desayuno informativo organizado por Europa Press, el ex presidente del Gobierno explicó que nunca ha pensado que Jordi Pujol sea "un corrupto" sino que está en "una operación de cobertura hacia los que tiene debajo", en referencia a sus hijos. Durante su intervención, el nuevo líder del PSOE ha criticado también el "individualismo extremo" y el "culto al dinero rápido" que, a su juicio, han conducido a la crisis social, territorial y política y que siguen "dañando" a la sociedad. Así, se ha preguntado si antes de esta triple crisis de la que ha hablado "no hubo una crisis de valores" que hizo imperar la máxima del "sálvese quien pueda".
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