La presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, recibió los elogios de las empresas más grandes de China que quieren invertir en la Argentina. A una de ellas, Cofco, socia mayoritaria de la compañía agroexportadora Nidera, le prometió la autorización para operar un puerto en el que invirtió 40 millones de dólares y cuya habilitación está demorada.
“Quédese tranquilo, la habilitación del puerto la va a tener”, le dijo la jefa del Estado, ante sus ministros y el resto de los ejecutivos chinos reunidos en un salón del primer piso del hotel Saint Regis, donde se aloja, y al que llegó recuperada de su fractura de tobillo izquierdo.
La mandataria dio un nuevo paso con el gigante asiático. “La alianza con China es estratégica y también integral”, escaló. “Esto significa que es una alianza integral y geopolítica: política y económica”, agregó. “La política prevalece sobre la economía” y “es una política de Estado no de un partido”, subrayó y en forma reiterada.
Presentó por ello a la Argentina como “una fuente inagotable de inversiones”, de la que pidió a sus visitantes que participen. Dijo que el país “puede producir alimentos para 500 millones de personas”. Y les ofreció explotar el yacimiento de potasio “más importante del mundo” que dejó “vacante” la brasileña Vale por supuesta “falta de condiciones para invertir”.
“Está sobre la mesa”, les propuso, como vendedora ambulante. Y les abrió las puertas para desarrollar el yacimiento “más grande del mundo” de litio en Jujuy para fabricar baterías de autos.
Al destacar con inusual énfasis, en varios pasajes del discurso de 43 minutos, su “alianza geopolítica e integral”, Cristina Kirchner dio muestras, sin decirlo, de que ya eligió a China como el mayor aliado del país fuera de América latina, en detrimento de la relación con los Estados Unidos y de la Unión Europea.
Incluso, en un acto fallido, bautizó esa alianza “Argen-China” cuando dijo: “Bueno. Argen.China es hoy el país más grande del mundo, la economía más grande y más poblada”.
La mandataria cerrará hoy al mediodía chino el Foro Emprearial de ambos países y luego se trasladará a la Casa Del Pueblo para visitar al presidente Xi Jinping. A las 21 (10 en Argentina) encabezará una videoconferencia con Santa Cruz para formalizar el inicio de obra de las represas Jorge Cepernic y Néstor Kirchner. Ayer le agradeció a Gezhouba Group, socia de Electroingeniería en esa obra, y a Sinosure, la agencia de seguros china que autorizó el crédito de 4700 millones de dólares y el primer tramo de 287 millones y el dinero fresco para el Belgrano Cargas pese a haber convalidado el default argentino el año pasado.
Cuando se presentaron, los empresarios chinos elogiaron a la Presidenta y manifestaron su intención de invertir, pero también dejaron reclamos. El Banco de Desarrollo Chino pidió una lista de proyectos en los que pudiera financiar inversiones. La Presidenta le mostró luego un libro con iniciativas firmadas con Xi por 19.000 millones de dólares “sólo en infraestructura”.
Entre los 30 CEOS sobresalieron, además, los bancos de China, de Desarrollo, de Industria y Comercio, de Exportaciones e Importaciones, Zte, Huawei, Power Construction, Bceg, Citic, Sinopec, China Nuclear y TCL, entre otras.
La acompañaban los ministros de Economía, Axel Kicillof, de Planificación, Julio De Vido; de Turismo, Enrique Meyer, y de Agricultura, Carlos Casamiquela, el canciller Héctor Timerman, el gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri, y los secretarios de Comunicación, Alfredo Scoccimarro; de Obras Públicas, José López, y de Comunicaciones, Norberto Berner, además del embajador argentino en China, Gustavo Martino.
La Presidenta subrayó el acuerdo entre YPF y la petrolera estatal china Sinopec para petróleo y gas y la importancia de seguir avanzando en energía nuclear, tema sobre lo cual De Vido firmó ayer un acuerdo con el gabinete de ese país.
(Tomado de La Nación)