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General: Declaración del Gobierno Revolucionario de la República de Cuba ... contra usa
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De: Ruben1919 (Mensaje original) |
Enviado: 10/03/2015 11:18 |
Declaración del Gobierno Revolucionario de la República de Cuba
Cuba se pronuncia acerca de la agresiva Orden Ejecutiva emitida por el Presidente de los Estados Unidos contra el Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela, donde califica a este país como una amenaza para la seguridad nacional estadounidense
El Gobierno Revolucionario de la República de Cuba ha conocido la arbitraria y agresiva Orden Ejecutiva emitida por el Presidente de los Estados Unidos contra el Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela, que califica a este país como una amenaza a su seguridad nacional, en represalia por las medidas adoptadas en defensa de su soberanía frente a los actos injerencistas de autoridades gubernamentales y del Congreso estadounidense.
¿Cómo amenaza Venezuela a Estados Unidos? A miles de kilómetros de distancia, sin armas estratégicas y sin emplear recursos ni funcionarios para conspirar contra el orden constitucional estadounidense, la declaración suena poco creíble y desnuda los fines de quienes la hacen.
Sin embargo, semejante pronunciamiento en un año en que se realizarán elecciones legislativas en Venezuela reafirma, una vez más, el carácter injerencista de la política exterior estadounidense.
La gravedad de esta acción ejecutiva ha puesto en alerta a los gobiernos de América Latina y el Caribe que en enero de 2014, en la Segunda Cumbre de la CELAC en La Habana, declararon a la región como Zona de Paz y repudiaron cualquier acto que atente contra ello, pues acumulan suficientes experiencias de intervencionismo imperial en su historia.
El Gobierno Revolucionario de la República de Cuba reitera nuevamente su incondicional apoyo y el de nuestro pueblo a la Revolución bolivariana, al gobierno legítimo del Presidente Nicolás Maduro Moros y al heroico pueblo hermano de Venezuela.
Nadie tiene derecho a intervenir en los asuntos internos de un Estado soberano ni a declararlo, sin fundamento, alguno como amenaza a su seguridad nacional.
Así como Cuba nunca estuvo sola, Venezuela tampoco lo estará.
La Habana, 9 de marzo de 2015
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Rechazo mundial a medidas contra Venezuela: En twitter #ObamaYankeeGoHome
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Desenmascarando al imperialismo |
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La diputada Nacional del Frente por la Victoria por la Provincia de Entre Ríos, Ana Carolina Gaillard denunció ante Jóvenes de distintas organizaciones políticas y movimientos sociales en solidaridad con la Revolución Bolivariana, las acciones injerencista y desestabilizadoras de Estados Unidos no solo en Venezuela, sino en toda la región, con el apoyo de la oposición antidemocrática continental y de las grandes corporaciones mediáticas.
Gaillard aseguró que el imperialismo no cesa en su intención de dominar a los pueblos del mundo y ha dado muestras claras de que le duele que en Latinoamérica hayan emergido líderes como Hugo Chávez, Néstor Kirchner, Evo Morales, Lula Da Silva, con proyectos nacionalistas, pero que conscientes de la historia común de América Latina y el Caribe, retomaron unidos la gesta independentista que quedó inconclusa hace 200 años.
La diputada argentina destacó que en ese despertar de los pueblos, el imperialismo y sus lacayos nacionales perdieron privilegios, por lo que no descansan en sus esfuerzos para volver a someternos. “En la medida en que nosotros como países emergentes, resurgimos y construimos pilares y una nueva estatalidad a favor de las mayorías, ellos salen perjudicados. No les interesan regulaciones que cuiden los intereses del pueblo., puntualizó.
Por este motivo, Gallardo advirtió que el ataque no es solo contra Venezuela, sino contra toda la región y resaltó que “está orientado a desestabilizar nuestros países, a desgastar y erosionar a nuestros líderes políticos y también a restarle legitimidad a los procesos de cambio que se están gestando en nuestras naciones.”
En este sentido, la parlamentaria argentina explicó que “lo que busca Estados Unidos es volver al el status quo y que nada se modifique. Cuando la oposición nos reclama, tanto en Brasil, como en Venezuela, como en Bolivia y como acá en Argentina, que vamos contra las instituciones, en realidad no es que vamos en contra de las instituciones, lo que queremos son nuevas instituciones que vayan acorde con el nuevo paradigma de democracia, para la democracia popular, para la democracia de los gobiernos del pueblo. Ellos quieren imponernos un modelo de democracia y nos quieren encerrar en un modelo donde gobiernan los poderosos y nosotros vamos justamente en contra de eso, nosotros trabajamos para empoderar a nuestro pueblo.”
Además, Gallardo hizo un llamado a la juventud para que se mantenga activa, militando y denunciando la doble moral de los gringos, quienes “se comportan como juez de los países del mundo, condenan el accionar de otras naciones en materia de Derechos Humanos, cuando ellos no han suscrito ningún tratado internacional en materia de Derechos Humanos. “Ellos no suscribieron el Protocolo de Kioto cuando son los mayores emisores de gases invernadero. Eso hay que denunciarlo. Hay que denunciar que Estados Unidos mira siempre para el otro lado cuando Israel mata diariamente a palestinos, hay que denunciar que en Israel está legalizada la tortura, que hay encarcelados niños de seis (06) años por tratar de impedir que demolieran sus casas en Jerusalén. Esas cosas hay que denunciarlas. Muchas veces tememos hablar de esto para que no nos califiquen de antisemita, pero la verdad es que la tabla para decir si uno respeta o no los derechos humanos debe ser la misma para todo el mundo.”
“Hoy tenemos que ver cómo Estados Unidos avanzan con una ley que sanciona los funcionarios venezolanos por supuestas violaciones a los derechos humanos. Es una ley penal en blanco, es la misma teoría de la guerra preventiva, es decir, como violan derechos humanos entonces no son democráticos entonces tenemos que intervenir. Son claras maniobras intervencionistas”, puntualizó la parlamentaria argentina.
Con relación a la reciente detención de Antonio Ledezma, Gallardo señaló que “El poder del imperialismo tiene socios en nuestro países, lamentablemente. Traidores a la patria, como es Ledezma en Venezuela. Si Ledezma hubiese hecho lo que hizo contra el gobierno de Maduro en Estados Unidos, ya tendría pena de muerte. ¿Y Estados Unidos viene a decirnos a nosotros, cómo nos debemos comportar?”
La parlamentaria argentina aseguró que hoy los dirigentes políticos de oposición son simples mandaderos “siguen las directrices del norte, de las grandes corporaciones de medios y de sectores con gran poder económico. Llevan y traen. La oposición acá en Argentina, al igual que en Venezuela, no tiene un programa político, lo único que quieren es sacar al gobierno para volver a la restauración conservadora, quien volver a las instituciones de antes donde ellos antes tenían manejo, porque eran una elite gobernante y quieren retomar los privilegios que perdieron.”
Para finalizar Gallardo explicó a los presentes que “a Estados Unidos no le convienen la alianzas de Argentina, Venezuela, Rusia y China, no le convienen las nuevas alianzas que se establecen con él al margen, como es el caso de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), por eso sus desespero, por eso está nueva arremetida violenta y desestabilizadora en la región. Ante esto nos toca trabajar más duro, militar con más fuerza y continuar desenmascarando cada una de las acciones de este imperialismo en plena decadencia.”
Vale destacar que la diputada argentina hizo estos pronunciamientos se hicieron el pasado martes 03 de febrero en la sede de la Federación Nacional de Docentes Universitarios, enmarcados en el conversatorio denominado “Agresión imperialista y el golpe continuado”.
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una revolucionaria mal vestida,usa se acaba de limpiar el fondillo con lo que dijo cuba.
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www.escambray.cu/.../maduro-pueblo-venezolano-sabra-defender-su-so...
hace 16 horas - El mandatario precisó que la verdadera amenaza es el gobierno de Estados Unidos ... “para garantizar que la bota yanqui no toque esta tierra nunca más. ... en alusión a un fallido intento golpista con apoyo de Washington, frustrado ... Repercute en Venezuela respaldo de Unasur ante injerencia de EE
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LINEAMIENTOS PARA ENFRENTAR UNA EVENTUAL AGRESIÓN MILITAR IMPERIAL
Carlos Lanz Rodríguez
Obama ha firmado hoy 9 de Marzo de 2015 una ORDEN EJECUTIVA, que profundiza la amenaza de agresión contra Venezuela, dejando constancia de una injerencia abierta en los asuntos internos, violando nuestra soberanía nacional.
Como revolucionarios comprometidos con la defensa del proceso de transición al socialismo, hacemos causa común con quienes han asumido como tarea ineludible la confrontación con el imperio.
En estos momentos a los yankys hay que mandarles señales de lo que les espera en sus pretensiones de subyugar a nuestro pueblo. Más que retórica amenazante, estamos obligados a dar respuestas tanto de carácter coyuntural como estratégica, HACIENDO QUE CUALQUIER INTERVENCION SE EMPANTANE CON UN ALTO COSTO POLÍTICO-MILITAR y no será un juego de guerra ni un paseo. Todos los intereses norteamericanos,sus instalaciones y voceros, se convierten en objetivos militares.
De allí los escenarios de lucha que en la nueva doctrina militar bolivariana se caracteriza como “guerra de resistencia”, “guerra asimétrica”, “guerra popular”.
Frente a una eventual agresión del imperio, es necesario desarrollar la línea militar de masas o guerra de resistencia enmarcada en la unidad cívico-militar, donde se ponen en juego todas las enseñanzas acumuladas, desde las lecciones del Vietnam heroico, hasta la experiencia reciente de la insurgencia afgana o palestina.
En esa perspectiva, vamos a reiterar los criterios que hemos esbozamos en otros momentos para el curso de acción en lo militar-territorial, donde se combinan las anteriores enseñanzas con nuestra propia experiencia armada en la década del 60, acervos estos sistematizados en un corto ensayo titulado “LA LINEA MILITAR REVOLUCIONARIA” (Reproducido por la Edit.Primera Línea.Caracas.1990)
1.- Principios de guerra de guerrilla, guerra asimétrica o de resistencia
Las fuerzas extranjeras pueden desplegarse y ocupar territorio, pero en el largo plazo no pueden sostenerse. Por ello, las fuerzas revolucionarias no pueden ser cortoplacista, ni se confrontan en términos de guerra de posiciones, tampoco se emplean a fondo en la fase en que las fuerzas de ocupación están a la ofensiva.
Los componentes tradicionales de nuestra FFAA se articulan con el conjunto de los sectores populares, migrando hacia formas de GUERRA NO CONVENCIONAL, configurando escenarios donde se activan una multiplicidad de fuerzas en un amplio teatro de operaciones
Todo lo anterior implica:
-- Organización en pequeños grupos o unidades, difíciles de localizar e identificar porque están mimetizadas en el terreno y en el seno del pueblo, desarrollando de mil maneras el principio de dispersión y concentración de las fuerzas.
-- El manejo táctico del terreno: montañas, cuevas, túneles, piedras, senderos escarpados, permite mantener la iniciativa y compensar la escasez de recursos logísticos, atacar sorpresivamente y preservar las fuerzas. Control territorial y manejo de corredores estratégicos, construcción de bases de apoyo.
-- El empleo generalizado de las redes de inteligencia social es otra dimensión de esta guerra asimétrica, lo cual garantiza la información oportuna, conociendo con antelación planes enemigos, sus movimientos y desplazamientos.
-- Desarrollo de una Estrategia Comunicativa Integral, basada en el conocimiento del enemigo, el despliegue de nuestra propia agenda, el empleo de toda nuestra capacidad comunicativa, la diversificación de vocería y el marcaje de actores oponentes.
-- Seguridad en el sistema de comunicación y enlace, acudiendo a la creatividad y la improvisación para neutralizar la inteligencia tecnológica que emplea el imperio, particularmente la vigilancia electrónica. En tal dirección, es clave la compartimentación rigurosa en los organismos de dirección y la adopción de un sistema de contactos impersonales en los enlaces (uso de buzones y escondrijos), medidas de contrainteligencia en el empleo de teléfonos, transmisiones radiales y la utilización de la web.
-- Combates de decisión rápida que evitan ser fijado en el terreno y de esta manera neutralizar la movilización (fundamentalmente aerotransportadas) y el poder de fuego enemigo.
-- Contundencia operativa con el empleo masivo de explosivos populares que puedan garantizar la cobertura de fuego con minas y metrallas de todo tipo, los cuales tienen efectos devastadores en tropas de a pies o en vehículos.
-- Articulación orgánica del armamento popular con los recursos bélicos como el AK, RPG, Minas. Nos toca a nosotros, los revolucionarios y revolucionarias en todo el continente, prepararnos al calor de estas premisas, no por afanes guerreristas, sino por una simple enseñanza de la historia: el imperio hoy no respeta frontera, no tiene controles ni límites.
2.-Concreción de las anteriores líneas táctico-estratégicas en el control territorial:
n Alerta temprana y acuartelamiento
n Movilización con arreglo al plan de contingencia.
n Despliegue en áreas asignadas: puntos de control, observadores adelantados, posiciones de contención en el marco de la guerra de movimiento o combates de decisión rápida.
n Movimientos y desplazamientos en correspondencia con la situación: avances y retrocesos escalonados, retirada estratégica.
n Principios de concentración y dispersión de las fuerzas: ser fuerte en un punto estratégico, tal como se indica en la gráfica:
n Ubicación de vías de acceso y de retiradas: puntos de control o barricadas, bloqueo o apertura de las principales arterias viales.
n Anillos de seguridad combinando diversas formas de lucha, armamento popular y convencional, sujetos sociales diversos: trabajadores, campesinos, estudiantes, pobladores, mov de mujeres, cultores populares, etc.
3.- Elaboración del plan de acción.
-- Concretar en los diversos territorios la unidad cívico-militar, estableciendo enlaces y sistema de comunicación
-- Llevar al terreno la concentración y dispersión de las fuerzas, estableciendo los corredores y puntos de referencias según las particularidades de cada zona.
-- Sistema de alertas tempranas y directivas de acuartelamiento o concentración, tanto a nivel de masas como de la vanguardia colectiva.
-- Criterios de movilización y despliegue rápido a partir de las capacidades de cada colectivo o equipo.
-- Resolver los diversos problemas logísticos: transporte, comunicaciones, alimentación
-- Asignación de responsabilidades por equipos o colectivos.
9 de Marzo de 2015
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Mencionó los asesinatos de afroamericanos más recientes
“La única amenaza que hay contra EE.UU. está en Washington y son los lobbys de la guerra, son los políticos y politiqueros que no les importa la salud, la vivienda, la educación, la vida en su pueblo”, afirmó el Jefe de Estado
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"El Gobierno Revolucionario de la República de Cuba reitera nuevamente su incondicional apoyo y el de nuestro pueblo a la Revolución bolivariana, al gobierno legítimo del Presidente Nicolás Maduro Moros y al heroico pueblo hermano de Venezuela.
Nadie tiene derecho a intervenir en los asuntos internos de un Estado soberano ni a declararlo, sin fundamento, alguno como amenaza a su seguridad nacional.
Así como Cuba nunca estuvo sola, Venezuela tampoco lo estará." |
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ESTADOS UNIDOS FRENTE A CUBA
Una pelea de siglos
Mucho antes del triunfo revolucionario de 1959, desde los inicios del siglo XIX, hubo agudas contradicciones entre estas dos naciones
Por PEDRO ANTONIO GARCÍA (cultura@bohemia.co.cu) Fotos: Archivo de BOHEMIA
3 de marzo de 2015
Céspedes denunció en su célebre carta al senador Charles Sumner que Estados Unidos “seguía prestando apoyo indirecto moral y material al opresor contra el oprimido. (Foto: Autor sin identificar)
Febrero de 1960 se inicio en medio de la agudización de la violencia contrarrevolucionaria, entrenada y subvencionada por el Gobierno de los Estados Unidos. El día 1º, aviones procedentes de Norteamérica incendiaron más de 200 mil arrobas de caña en Matanzas. Diecisiete días después otro aeroplano del mismo punto de origen, que se disponía a atacar el central España, en el municipio matancero de Perico, estalló en el aire cuando, por razones desconocidas, una bomba de alto poder explosivo detonó dentro de la nave. Los dos tripulantes murieron. El piloto, según documentos hallados en los restos del aparato, se nombraba Robert Ellis Frost.
El 21 de febrero un bimotor proveniente de los Estados Unidos sobrevoló el poblado de Cojímar. Ante el fuego de las defensas cubanas, huyó rumbo norte, no sin antes descargar sus bombas en la franja costera. Pero lo peor estaba por verse: el 4 de marzo siguiente, en la rada capitalina, se produjeron dos explosiones en el vapor francés La Cobre, el cual transportaba armas adquiridas para la defensa del país. Hubo alrededor de cien muertos y otros tantos heridos, principalmente estibadores del puerto y marinos del buque. Al siguiente día, en el sepelio de las víctimas, Fidel reiteró la profunda convicción del pueblo y del Gobierno cubanos de que se trataba de un sabotaje perpetrado por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de los Estados Unidos. (Ver ampliación del tema en la Sección de Historia de esta edición).
Poco menos de dos semanas después, el 17 de marzo, el presidente D. E. Eisenhower encomendaba a Allen Dulles, entonces director de la CIA, la preparación de una fuerza armada para invadir la Isla y derrocar la Revolución.
Años más tarde, al comentar estos hechos para la televisión miamense, un periodista de origen cubano afirmó que eran el resultado lógico del diferendo entre las dos naciones, originado “en el sentimiento antinorteamericano con que Castro y sus barbudos inundaron a Cuba”. Se equivocaba. El llamado diferendo es mucho más antiguo, muy anterior a la promulgación de la Ley de Reforma Agraria y a la solicitud de retirada, por parte del Gobierno Revolucionario, de la misión militar norteña en el país. Data de cuando Cuba aún no era una nación y Estados Unidos recién disfrutaba de su independencia. Es una pelea de siglos.
En un principio, la fruta madura
Aunque Benjamín Franklin ya proclamaba en la segunda mitad del siglo XVIII la necesidad para las entonces aún 13 colonias inglesas en Norteamérica de apoderarse de las llamadas “Islas del azúcar” (Cuba, Santo Domingo, Puerto Rico), corresponde a Thomas Jefferson el dudoso honor de ser “el precursor de la anexión de nuestro país a los Estados Unidos, […] el paladín constante de la incorporación de Cuba a la Unión”, como subrayaron los historiadores de la Isla en el congreso de su disciplina en 1947.
Por orientaciones de Jefferson agentes estadounidenses radicados en la mayor de las Antillas estuvieron atentos, en fecha tan temprana como 1805, a descubrir cualquier interés de los criollos en formar parte de la nación norteña. Muchos le oyeron hablar por aquellos días, cuando era presidente de su país, de la posibilidad de una guerra con España, ya que Cuba podía ser capturada sin mucha dificultad.
La invasión napoleónica a la península ibérica (1808) desató el apetito expansionista de Jefferson. Envió a La Habana un emisario para convencer al capitán general Someruelos de la conveniencia de traspasar la Isla a la jurisdicción norteamericana. Tal misión fracasó. Su sucesor en la presidencia, James Madison, más realista, trazó la estrategia de mantener a Cuba como colonia de una España débil y no permitir que ningún país fuerte la ocupara. Como estimara el historiador Emilio Roig de Leuchsenring, “desde entonces, la política yanqui con respecto a Cuba fue apoyar la soberanía española mientras no pueda ser norteamericana”.
La invasión francesa de 1823 a España, con el objetivo de erradicar de la península todo vestigio de liberalismo y constitucionalismo, llenó de inquietud a Washington. El presidente Adams envió a un emisario a La Habana a sondear la situación política de la Isla; al nuevo embajador en España, Hugo Nelson, dictó instrucciones de “emplear todos los medios a su alcance” para impedir cualquier intento de traspasar Cuba a Inglaterra o Francia. Consideraba el mandatario que la mayor de las Antillas y Puerto Rico “por su posición local son apéndices naturales del continente norteamericano y una de ellas, casi a la vista de nuestras costas, ha venido a ser por una multitud de razones de trascendental importancia para los intereses políticos y comerciales de nuestra Unión”.
Obviamente, se estaba refiriendo a Cuba, para cuya anexión, opinaba, “no estamos todavía preparados […] Pero hay leyes de gravitación física y así como una fruta separada de su árbol por la fuerza del viento no pueda, aunque quiera, dejar de caer en el suelo, así Cuba, una vez separada de España y rota la conexión artificial que la liga con ella, es incapaz de sostenerse por sí sola, tiene que gravitar necesariamente hacia la Unión Norteamericana”. De tal forma Adams delineaba lo que los historiadores cubanos del siglo XX llamarían “la política de la fruta madura”.
Pronto al gobernante yanqui le asaltaría una nueva preocupación: los deseos de las recién independizadas naciones latinoamericanas de expulsar a España de Cuba y Puerto Rico. Simón Bolívar tenía entre sus planes encomendar a José Antonio Páez y Antonio José de Sucre la invasión libertadora de estas dos islas. El presidente mexicano Guadalupe Victoria también estaba dispuesto a involucrarse en la operación. Adams declaró al conocer de estos propósitos que Washington no permanecería indiferente ante la partida de expediciones hacia la Isla desde el país azteca y Sudamérica.
En una ofensiva diplomática sin precedentes hasta entonces, el presidente gringo boicoteó todo intento de organizar una operación bélica libertadora en el Caribe. Aunque sus delegados, al llegar tarde, no estuvieron presentes en el Congreso Anfictiónico de Panamá (1826), la oposición estadounidense a cualquier expedición hacia Cuba era tan evidente que obstaculizó todo intento de concretarla. En ese empeño, hay que reconocerlo, recibieron un sustancial apoyo de Inglaterra. Al recordar esos días, Páez escribió en sus memorias: “El Gobierno de los Estados Unidos, y lo digo con dolor, impidió así la independencia de Cuba”.
Ya para esta fecha, un grupo minoritario de hacendados criollos había comunicado a varios congresistas norteamericanos su deseo de “ligarse a los Estados Unidos como estado, no como colonia”. En la política de la fruta madura aparecía ahora un nuevo componente: los anexionistas cubanos.
Las expediciones ahora llegan del norte
Los expedicionarios de Narciso López, según grabado de Landaluze. La mayor parte de ellos eran mercenarios húngaros y yanquis contratados en Kentucky y Louisiana. (Ilustrador: Landaluze)
La crisis del reformismo con la exclusión de los diputados cubanos de las Cortes españolas (1834-1837), el férreo despotismo de las autoridades coloniales, los devaneos de Madrid con Inglaterra que hicieron temer a los hacendados azucareros por la posibilidad de que se limitara o se aboliera la esclavitud, y las rebeliones de esclavos en la década de 1840, crearon las condiciones para que un sector de la sacarocracia comenzara a ver con buenos ojos la anexión a Estados Unidos. Esta corriente ideológica fue fomentada por el llamado Club de La Habana, encabezado por Miguel Aldama y Cristóbal Madam. En el centro de la Isla había un gran centro afín a ella, nucleado en torno a Narciso López, mientras que en Camagüey desarrollaba una gran agitación anexionista el grupo de ricos propietarios entre los que resaltaba Gaspar Betancourt Cisneros El Lugareño.
En Norteamérica algunos sectores de poder, sobre todo del Sur esclavista, aplaudieron los preparativos del núcleo que lideraba Narciso López para una sublevación armada, e incluso pensaron apoyarla con una fuerza expedicionaria. El levantamiento nunca se produjo. Por una parte, el presidente Polk obstaculizó los planes insurreccionales de los anexionistas cubanos, mientras le proponía a España la compra de la Isla. Por otro lado, ya el Club de La Habana había perdido sus “arrestos levantiscos”, al comprobar que no existía posibilidad alguna de que Madrid accediera a abolir la esclavitud o a limitar la trata.
Narciso López, exiliado en Norteamérica, continuó con su idea de capitanear una sublevación. Sus dos primeros intentos expedicionarios (1849) no fructificaron, por la acción del Gobierno estadounidense. El 13 de mayo de 1850 partió de New Orleans en el vapor Creole con una soldadesca mayoritariamente extranjera, pues solo pudo enrolar a cinco cubanos. En su segunda y última aventura (agosto de 1851) arribó a costas cubanas en el vapor Pampero, junto con 600 hombres (solo 49 cubanos) y, al igual que con el Creole, la población de la Isla no se le sumó. Apresado por los españoles, López fue ejecutado. Igual suerte corrió Joaquín de Agüero en Camagüey.
Estados Unidos continuó con su política (“Cuba española, mientras no pueda pertenecernos, pero nunca para los cubanos”) y obstaculizaba cualquier sublevación o expedición insurreccional, incluso anexionista. A la vez, no cejaba en sus propuestas de comprarle la Isla a España: al igual que Polk (1848), Pierce (1853) y Buchanan (1857) hicieron ofertas a Madrid, sin éxito.
Contra el mambisado
A Thomas Jefferson le cabe el “honor” de ser el precursor de las ideas de anexión de Cuba a los Estados Unidos. (Foto: Autor sin identificar)
El alzamiento del 10 de Octubre de 1868 en Oriente, secundado por Camagüey en Las Clavellinas (4 de noviembre) y por el centro del país en febrero de 1869, gozó de la admiración del pueblo estadounidense, no así en ciertos sectores de poder. Tanto el presidente norteño Ulysses Grant como su secretario de Estado, Hamilton Fish, se negaron insistentemente a reconocerle beligerancia a la República de Cuba en Armas constituida en Guáimaro, mientras que lo hacían países latinoamericanos como Chile, México, Brasil, Guatemala, Bolivia y El Salvador, en tanto Colombia, Perú y Venezuela enviaban ayuda a través de expediciones.
La administración Grant fue incluso más allá: en diciembre de 1869 entregó a Madrid 30 cañoneras, para reforzar la flota ibérica que bloqueaba a Cuba y trataba de impedir la llegada de expediciones independentistas a la Isla. Fish incluso buscó una alianza con el Herald de New York y en ese periódico se publicó una serie de artículos para convencer a la opinión pública de que la revolución mambisa estaba prácticamente muerta; por ende, el reconocimiento de la beligerancia era una pérdida de tiempo y energía.
El Herald en sus páginas difamaba a la Junta Cubana de New York, a la cual acusaba de malversación. En uno de sus editoriales, el rotativo proclamaba el inexorable fin de la rebelión en Cuba y que lo único por hacer era la anexión de la Isla a Estados Unidos, donde los habitantes de ella “vivirán libres, prósperos y felices”.
El estadounidense Thomás Grant, quien en el Ejército Libertador alcanzó el grado de mayor general, denunció el fariseísmo del gobierno de los Estados Unidos y de cierta prensa de esa nación: “Los españoles están peleando con armas compradas en Marden Lane, en casa de Shirley, Harley & Graham y a nosotros (los mambises) en todo un año no nos ha permitido comprar nada. […] Quisiera ver cambiada la infame ley de neutralidad (de EE.UU.), esa infame ley de ayuda a los españoles a quedarse en Cuba y que se opone a que los cubanos se defiendan”.
Carlos Manuel de Céspedes, en su carta al senador Charles Sumner (1871), denunciaría que Washington “seguía prestando apoyo indirecto moral y material al opresor contra el oprimido, a la monarquía contra la República, a la metrópoli europea contra la colonia americana, al esclavista recalcitrante contra el libertador de cientos de miles de esclavos”. Aunque en la misiva expresaba su optimismo de que los Estados Unidos cambiarían de actitud, el Héroe del 10 de Octubre recalcaba: “Llegue o no llegue ese día, la Revolución Cubana, ya vigorosa, es inmortal… Nuestro lema es y será siempre: Independencia o Muerte. Cuba no solo tiene que ser libre, sino que no puede ya volver a ser esclava”.
‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑ Fuentes consultadas Los libros Historia de Cuba y sus relaciones con los Estados Unidos, de Philip Forner, y La colonia. Evolución socioeconómica y formación nacional, del Instituto de Historia de Cuba. Memorias del general José Antonio Páez. Autobiografía. La compilación Carlos Manuel de Céspedes. Escritos, realizada por Hortensia Pichardo y Fernando Portuondo. |
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