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Respuesta  Mensaje 1 de 30 en el tema 
De: alí-babá  (Mensaje original) Enviado: 17/09/2015 23:11

LA HORA DE LOS PUEBLOS:

Juan Domingo PERÓN

( 1968)

 

 

 

Durante casi todo el siglo XIX y la primera mitad del siglo XX en que el

sistema capitalista impuso su ley y se ha ufanado en destacar sus

conquistas técnicas y científicas, se ha guardado muy bien de confesar que,

aparte del empeño de los técnicos y hombres de ciencia, todo el esfuerzo

material ha gravitado sobre las nobles espaldas de los trabajadores y de

los pueblos sometidos, a los que jamás les han llegado, en proporción a sus

sacrificios, los beneficios de tales conquistas que, en muchos casos, más

bien han servido para la destrucción y la muerte.

El despertar de una nueva conciencia social en marcha hace pensar que si

en la etapa industrial fue posible la explotación del hombre y de los

pueblos sometidos al colonialismo imperialista, en la etapa posindustrial,

que ya se anuncia, no será posible seguir con semejantes métodos y

sistemas. En este 1968 ya soplan vientos de fronda para los contumaces

reaccionarios de otros tiempos: comienza ya“la hora de los pueblos”,

caracterizada por la liberación de las naciones del yugo opresor de los

imperialismos como por la supresión de la injusticia social. Tal vez

algunas personas que puedan leer este libro lleguen a pensar que se trata

de un enemigo de Estados Unidos: nada más lejos de la verdad. Yo no

ataco, critico, y esa critica no es al país ni al pueblo, ni siquiera a la

nacionalidad, sino a los hombres, a quienes la casualidad ha puesto en

situación de decidir, que en la política internacional han equivocado el

camino de la grandeza, que en otros aspectos han acertado. Hace pocos

días, Arnold J. Toynbee, en un articulo del A.B.C. de Madrid intitulado

"Estados Unidos en Crisis", decía textualmente: "Los Estados Unidos han

tenido durante muchos años una falsa sensación de seguridad, una falsa

euforia, que ahora ha quedado destrozada y no creo que Toynbee sea un

enemigo de EE. UU.

Para nosotros, los latinoamericanos, nada sería más placentero que unos

Estados Unidos evolucionados, fuertes y ricos, encabezando al Nuevo

Continente por derecho propio, siempre que ello se realizara sin

detrimento de los demás, sin métodos imperialistas de dominio y

explotación, sin insidiosos procedimientos y sin la prepotencia del

avasallamiento. En tales condiciones, la defensa solidaria, del Continente

sería un hecho y hasta se justificaría en cierta medida la Doctrina de

Monroe. Pero nadie podrá imaginar semejante conducta en países

sojuzgados y menos aún para "atacar a Cuba", "ocupar la Republica

Dominicana" o cooperar en el genocidio de Vietnam del Norte.

Esta misma opinión es compartida por numerosos norteamericanos. No

hace mucho, un general estadounidense, manifestaba que "Al Capone"

murió en la cárcel por aplicar sus métodos en cuatro distritos de Chicago

 

 

 

y, a renglón seguido se preguntaba ¿que merecerían los EE. UU. si los

aplicara en el mundo? En el senado de la Unión se oyen todos los días

juicios y críticas parecidos. Yo sé que no tengo derecho a meterme en los

asuntos internos de ese país, pero tampoco ignoro que me asiste el más

legítimo derecho de enjuiciarle cuando sus hombres se inmiscuyen en los

de nuestros países o cuando sus maniobras provocan los graves perjuicios

que señalo.

El senador Fulbrigth ha manifestado en un debate sobre la guerra del

Vietnam, que Estados Unidos esta siguiendo el mismo camino que los

imperialismos griegos y romanos. A lo largo del texto de este libro el lector

encontrara varias veces una afirmación semejante, pues los imperialismos

tienen un destino al que, por determinismo histórico, no pueden escapar

como lo viene confirmando la historia a lo largo de todos los tiempos. No

valen ni la riqueza ni la fuerza para sostenerlos: ni Cartago sobrevivió a

Escipion El Africano, ni Roma, el imperio más fuerte que ha producido la

humanidad, pudo hacerlo ante su propia decadencia: es que a los

imperialismos nadie los tumba de afuera, se pudren por dentro.

Si Roma, en la época de la carreta, tardó más de un siglo en derrumbarse y

desaparecer, los imperialismos modernos, en los tiempos del cohete, están

ante un proceso más peligrosamente rápido. Roma acentúa su caída con el

asesinato de Julio Cesar. Marco Aurelio la detiene merced a su sabiduría y

su prudencia; durante los años de su gobierno consigue apuntalarlo,

reuniendo en Roma a los hombres más importantes de las diversas

provincias romanas que, al final de las ceremonias reciben con tal

beneplácito sus paternales palabras que regresan a sus lares al grito de

"Viva Roma". Su hijo que, si heredó el imperio no heredó su talento,

disconforme con la presunta "debilidad" de su padre, opto por los métodos

violentos y cuando los naturales de las distintas regiones pretendieron

discutir sus arbitrarias decisiones, no titubeo en mandar una Legión para

que le trajera la cabeza del culpable.

También al actual imperialismo podríamos escribirle los "Idus de Marzo".

Su decadencia puede haber comenzado con el asesinato de Kennedy. Hoy

las "Legiones" se llaman "Marines" pero el espectáculo no ha variado.

Cuando señalamos un peligro no es porque nos sintamos enemigos. He

deseado más que nada ser veraz y sincero en cuanto trato de enjuiciar. No

me ha interesado tanto la dialéctica ni la retórica como la verdad y, la

verdad, como dicen los árabes, "habla sin artificios". La política suele

tener sus características originales; una de ellas es la necesidad de llamar

a las cosas por su nombre. Como José Hernández, en su inmortal "Martín

Fierro", anhelo decir con propiedad :

 

 

Más naides se crea ofendido,

pues a ninguno incomodo:

y si canto de este modo

por encontrarlo oportuno,

NO ES PARA MAL DE NINGUNO

SINO PARA BIEN DE TODOS.

Madrid, agosto de 1968

( sigue)


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Respuesta  Mensaje 2 de 30 en el tema 
De: alí-babá Enviado: 17/09/2015 23:13

A mucha gente le llama la atención ese estado permanente de

perturbación del orden y a menudo de la paz en los países iberoamericanos.

Este hecho aparentemente inexplicable para los que no conocen a nuestros

países, aparece como hasta natural para los que sabemos cómo se desarrolla

la vida real de esos pueblos explotados por el imperialismo, con la

complicidad de las oligarquías nativas que medran con ello, amparadas en

sus guardias pretorianas, que no titubean en convertir en fuerzas de

ocupación cuando peligra "la colonia" o los intereses creados.

Este estado de cosas tiene su origen en los mismos comienzos del siglo

XIX y simultáneamente con nuestra independencia, cuando sobre los

despojos del Imperio Español, se comienza a montar su reemplazante: El

Imperio Inglés que, con una gran inteligencia, no utiliza la fuerza para

dominar, sino los medios económicos convenientemente empleados,

gravitando sobre los intereses de la incipiente clase dirigente de esta

naciente comunidad. Es así como nacen nuestras "Repúblicas", con una

aparente independencia política, pero en realidad de verdad sometidas por

otros medios en los que, si no entra la fuerza de la armas, se emplea la

habilidad que suele ser infinitamente superior.

Cuando en España desaparece Fernando VII para dar lugar a las Cortes de

Cádiz que enfrentan a la dominación napoleónica, en el Virreynato del Río

de la Plata desaparece también el poder virreynal, reemplazado por la

"Primera Junta". Es desde allí que parten ya dos líneas históricas que han

de acompañarnos en toda nuestra existencia: la primera hispánica y

nacional, la segunda antinacional y anglosajona. Esas dos líneas,

perfectamente definidas a veces y en otras ocasiones desvirtuadas

consciente o inconscientemente, se prolongan a través de la anarquía que

precede a la organización nacional, influenciada siempre por las

condiciones geopolíticas de su conformación virreynal desde 1776, que

caracteriza luego un enfrentamiento dentro de la Confederación Argentina,

entre Buenos Aires (la absorbente ciudad Puerto) con el interior, celoso

defensor de las autonomías de las provincias confederadas. En las luchas

por la organización nacional está el germen de lo que habría de ser con el

tiempo la verdadera "guerra nacional": de un lado, el poder absorbente y

centralizado de la oligarquía bonaerense, del otro el pueblo representado

por las fuerzas "montoneras" de los caudillos provinciales del interior.

Tales líneas, con pocas variantes, han subsistido a través de esas luchas

políticas y del tiempo como Federales, unitarios, radicales, conservadores,

justicialismo, Unión Democrática, "Gorilas", etc. De éstos, los que han

pertenecido a la línea nacional, han tenido lógicamente el apoyo popular:

6

en cambio, los que pertenecieron a la línea antinacional tuvieron el favor

imperialista y su apoyo.

La personificación de estas líneas en los mandatarios argentinos no hacen

sino reflejarlas: los nacionales recibieron invariablemente el espaldarazo

popular; los antinacionales, desde los primeros Directores Supremos

surgidos por orden del imperio de las decisiones de la Logia Lautaro de

Buenos Aires (Posadas y Alvear) recibieron, en cambio, la “bendición” de

los agentes del Rito Celeste, en Alta Mar de manos de un príncipe consorte,

como Rojas en 1956 o con la visita y partido de polo con el mencionado

príncipe, el año 1966.

La dispersión y pérdida de poder colonial del Imperio Inglés ante el avance

del Imperio Yanqui, no se hace sentir mayormente; han cambiado los amos

y, con ellos, las formas y el trato de "guante blanco" los primeros, insidioso

y violento el segundo, pero las grandes líneas han subsistido tanto en lo

profundo como en lo superficial en lo que respecta al elemento nativo. Hoy

como ayer y como siempre la puja es entre los libertadores y los

colonialistas, los nacionales o los antinacionales, los que resisten la

penetración y los que la favorecen.

Trasládese este trasfondo político a la situación del mundo actual, tan

profundamente convulsionado por ideologías encontradas y tan

permanentemente influenciado por la evolución y se comprenderán muchas

de las cosas aparentemente incomprensibles de los graves problemas que

agitan a Iberoamérica y especialmente a la Argentina de nuestros días en

que se han enfrentado allí, además de las tendencias históricas

tradicionales, las actuales ideologías, la evolución, el reaccionarismo

contumaz, el sectarismo, etc., todo influenciado por la acción de los

imperialismos en permanente disputa por influencia o predominio, como

también sucede en los demás países del mundo de nuestros días.

No ha sido nunca, ni es ahora, mi intención incursionar en terrenos ajenos,

aunque los problemas no disten mucho de ser los mismos en los demás

países hermanos del Continente, azotados por los mismos males: EL

IMPERIALISMO Y LAS OLIGARQUÍAS. Trataré de exponer en cambio

nuestras ideas justicialistas, que muchos han pretendido por todos los

medios deformar insidiosamente, sin percatarse que la falsedad “tiene las

piernas cortas" y que, el hombre, podrá decir un millón de mentiras, pero

no puede en cambio hacer verdad a una sola de ellas.

En nuestra Argentina actual, como sucede en muchas otras partes, los que

intentan resolver la situación a que han llevado al país, carecen de la

sensibilidad y de la imaginación necesarias, cuando no de los

conocimientos y de la capacidad indispensables. Creen que se trata de un

problema intrínsicamente argentino, como muchos de los que produjeron

en el pasado y pretenden resolverlo con sus viejas recetas muy acordes con

su mentalidad, cuando no con sus intereses. Piensan que se trata de un

7

nuevo pleito político entre las tendencias y los partidos tradicionales y que

todo ha de arreglarse con "poner orden", reestructurar las fuerzas políticas,

anular la influencia social de las organizaciones sindicales y volver la

economía nacional a los cauces indicados por el imperialismo capitalista,

volviendo así a las concepciones decimonónicas como si el tiempo hubiera

transcurrido en vano. En cambio, la evolución nos lleva, queramos o no,

hacia estructuras y formas más acordes con las necesidades del mundo y

del hombre de hoy. Para inspirar esos cambios estructurales y esas formas

de ejecución existen, por lo menos por ahora, sólo dos tendencias: un

socialismo nacional cristiano o un socialismo internacional dogmático.

Todos los países se dirigen perceptible o imperceptiblemente a ellos,

porque el demoliberalismo no puede ofrecer ya más que esquemas

ampliamente superados por el tiempo y la evolución. Por eso existen hoy

monarquías con gobiernos socialistas en Europa, estados socialistas

nacionales como en el Medio Oriente y África, estados intermedios como

Francia, Alemania, Italia, etc., el resto, al Este de la Cortina de Hierro son

marxistas, atemperados como Yugoslavia o Albania, dogmáticos como los

de la Europa Oriental o liberados como la China Popular, etc.

Pero, aun dentro del curioso esquema anterior, los grupos de naciones

pertenecen a otros tres sistemas: los satélites del imperialismo yanqui, los

satélites del imperio soviético y los del "Tercer Mundo". Los primeros,

apoyados por las oligarquías y el cipayismo nativo y, en muchos casos, por

guardias pretorianas al servicio imperialista; los segundos manejados por

las fuerzas marxistas reclutadas en los propios países; los terceros, que

tratan de integrarse en un "Tercer Mundo" con países libres o que se van

liberando y que se colocan tan distante de uno como de otro de los

mencionados imperialismos.

De cuanto venimos hablando se infiere que el problema argentino es un

poco el problema del mundo, como lo es el de Brasil, Venezuela,

Colombia, etc., y que consiste en la LIBERACIÓN EN LO

INTERNACIONAL y en las REFORMAS ESTRUCTURALES EN LO

INTERNO. Sin esas reformas indispensables no habrá paz interior estable y

duradera como impone una convivencia creadora, y sin LIBERACIÓN no

habrá ni justicia social, ni independencia económica, ni soberanía nacional,

factores indispensables de la grandeza nacional, y no saldremos nunca de

nuestra triste condición de "subdesarrollados", en tanto seamos tributarios

de la explotación imperialista.


Respuesta  Mensaje 3 de 30 en el tema 
De: alí-babá Enviado: 17/09/2015 23:16

CAPÍTULO I

EL CONCEPTO JUSTICIALISTA

1. — Las Nuevas Estructuras.

 Cuando los usurpadores del poder popular en la Argentina hablan de

democracia, sólo logran evidenciar su ignorancia o su mala fe, pero cuando

su insidiosa suficiencia resulta más irritante es al pretender erigirse en

jueces que han de determinar lo que es o no democrático. Si la verdadera

democracia no fuera tan difícil de desentrañar en medio de las

circunstancias actuales y la maraña de simulaciones y falsedades,

llegaríamos pronto a la conclusión de que el mundo moderno es mucho

más democrático de lo que nosotros imaginamos.

Afirma el sociólogo don Jesús Suevos que "uno de los más perniciosos

equívocos de nuestro tiempo radica en la identificación de los vocablos

"democracia" y "liberalismo". Hay, sin duda, una democracia liberal, pero

hubo democracias en el pasado y se postulan otras en el presente tan

legítimas e importantes como ella. El comunismo soviético, los fascismos,

el nacionalsindicalismo español, los nacionalcomunismos que se esbozan

tras el telón de acero y los socialismos árabes son propuestas muy

diferentes entres sí pero todas coincidentes en el deseo de conseguir una

democracia a la medida de los hombres del siglo XX. Si por un momento

nos liberamos de los yugos propagandísticos que uncen la serviz del

llamado “mundo libre”, comprobaremos que casi tres cuartas partes de la

población mundial buscan su constitución democrática fuera de los cotos

cerrados del liberalismo.

"Es que el reaccionarísmo liberal, producto del gobierno de la burguesía

que dominó al mundo durante más de un siglo, imagina haber alcanzado

fórmulas invariables que sirvan a la convivencia humana en todos los

lugares y para todos los tiempos. Según ellos, lo que fue bueno para el siglo

XIX debe serlo también para el actual y para los venideros. Para ellos no

son fórmulas temporales sometidas a las circunstancias, sino principios

invariables y permanentes. No desean comprender que el desarrollo

demográfico e industrial de los últimos cien años ha cambiado

radicalmente la situación y que la presencia del "hombre-masa" ha

producido una serie de problemas que presionan de tal modo la forma de

vida que ya no es posible el individualismo de otros tiempos, reemplazado

ahora por una conciencia y una acción mancomunada. El hombre ya no

puede ser considerado como un ente aislado sino como un elemento

integrante del conjunto. Esto explica lo que parece sorprender a muchos: la

decadencia de los partidos políticos y su reemplazo por otras

organizaciones mayores y más naturales tendientes hacía las democracias

9

también más naturales, en las que el hombre opina y vive lo que conoce y

no lo que conocen y viven unos cuantos intermediarios”.

Por otra parte, la democracia de nuestro tiempo no puede ser estática,

desarrollada en grupos cerrados de dominadores por herencia o por

fortuna, sino dinámica y en expansión para dar cabida y sentido a las

crecientes multitudes que van igualando sus condiciones y posibilidades a

las de los grupos privilegiados. Esas masas ascendentes reclaman una

democracia directa y expeditiva que las viejas formas ya no pueden

ofrecerles.

Todo esto, tan evidente cuando se habla de buena fe, se vuelve

incomprensible cuando intervienen la mala intención y el engaño. Para

imaginarnos lo que pasa es preciso conjugar simultáneamente la

incomprensión propia de la ignorancia, la soberbia del reaccionarismo

contumaz y la falsedad de los grupos que sirven intereses inconfesables.

Por eso, cuando los "gobiernos" o sus agentes hablan de imponer la

democracia, nadie puede creerles, porque todos imaginan sistemáticamente

la aviesa intención de engañar, porque la democracia que anhelan los

pueblos está muy distante de ser la que pretenden imponer desde los

centros demoliberales de las oligarquías manejadas desde el "State

Departament" o desde el "Pentágono". Todos luchamos por una

democracia, pero esa democracia no ha de ser impuesta ni por la Casa

Blanca, ni por el Kremlin, sino por el pueblo y para que ello suceda debe

dejárselo actuar libremente y no manejado por los agentes cipayos de uno u

otro de los imperialismos dominantes.

La historia del demoliberalismo burgués es simple y casi reciente. Cuando

hace veinte años el Justicialismo anunciaba desde la Argentina la "Hora de

los Pueblos" y su doctrina, el mundo demoliberal y el soviético, apoyados

por el imperialismo capitalista, lanzaban ya su ofensiva contra nosotros con

la acusación de "antiliberalismo", "demagogia", "nazifascismo", etc. Sin

embargo, ha pasado el tiempo y la evolución paulatina e irremediable ha

ido alejándonos cada día más de los supuestos liberales que ya en la

segunda mitad del siglo XIX comenzaron su fracaso, que se acentuó

decisivamente con el desarrollo económico del siglo XX y se hizo efectivo

e irreversible en la situación emergente de la Segunda Guerra Mundial.

En cierta medida es una evolución similar a la producida en la Edad Media,

si bien con características distintas como diferentes eran las condiciones de

vida y circunstancias. Entre los factores que gravitaron más decisivamente

en ella se encuentran las Corporaciones que nacen inicialmente como

necesidad orgánica de defensa del pueblo contra las extralimitaciones y

abusos del feudalismo; luego se intensifican cuando el Estado Feudal entra

en lucha con sus vecinos y se ve obligado a organizar su defensa y, en

consecuencia, no tiene más remedio que ceder autoridad a algunos de sus

habitantes. Así adquiere poder gremial y político. La aparición de los

10

"condottieri" que alquilaban sus ejércitos mercenarios obligó a recurrir a la

"leva en masa" con lo que las Corporaciones se fortalecieron

extraordinariamente. Son estas Corporaciones las que impulsan a la

Revolución Francesa y son ellas las que promueven la insurrección de la

“gleba de la Tierra" que eran los trabajadores de esos tiempos

eminentemente agrarios.

Producida la Revolución Francesa, se habían cumplido las dos primeras

etapas: la doctrinaria (obra especialmente de los enciclopedistas) y el golpe

de estado producido en París. Restaban todavía dos etapas más de las que

se realizan irremediablemente en toda revolución trascendente: la

dogmática y la institucional. Producido el catorce de Brumario, Bonaparte

encarna la etapa dogmática y luego, como Emperador de los Franceses,

realiza también la institucionalización del sistema.

Napoleón no era revolucionario a la usanza de los enciclopedistas o las

Corporaciones. El era monárquico y más que nada bonapartista, en

consecuencia, si bien los monárquicos son sus enemigos porque lo

consideran revolucionario, el pueblo llano lo ve como a un monárquico que

ha sabido aprovechar las circunstancias para hacerse de poder. Así su

situación puede volverse naturalmente difícil, lo que lo impulsa a recurrir a

la burguesía que en la revolución no ha tenido parte activa y ha quedado

casi intacta.

En tales condiciones, Napoleón recurre al arbitrio de ganarse a esa

burguesía y lo realiza por el camino más corto: tocar su víscera más

sensible, el bolsillo. Pone en venta las posesiones vacantes por exilio o

muerte de sus dueños y las vende baratas. En esas condiciones las adquiere

la burguesía pero no ignoran ellos que la consolidación de sus posesiones

está condicionada a la continuidad del régimen surgido el catorce de

brumario y del imperio que le sucederá.

Así surge en Francia el Gobierno de la burguesía que organiza el "estado

nuevo" bajo las formas burguesas que llegan hasta nuestros días. En esa

organización, las corporaciones fueron despojadas de su poder político que

pasó a ser resorte de los partidos políticos, creación auténticamente

burguesa, restando para las primeras una función puramente gremial, tal

como la sostienen hoy los políticos demoliberales. Nacen así los sindicatos

de trabajadores como herederos de las Corporaciones pero despojados de

todo poder efectivo, desde que se les deja el derecho de discutir por unos

centavos más de salario, en tanto la burguesía por medio de los partidos

políticos orquestan las leyes que se encargan de establecer formas de

ejecución que impiden todo progreso. Es en esta ficción, cada día más

irritante, que se desenvuelve el gobierno de la burguesía en la explotación

de las masas urbanas y rurales durante casi todo el siglo XIX.

En el último tercio de ese siglo el gobierno de la burguesía comienza a ser

objeto de la lucha antiburguesa y un movimiento generalizado invade al

11

mundo capitalista minando sus cimientos y amenazándolo gravemente con

la evolución o la revolución, como siempre ha sucedido en este orden de

cosas, pero lo que se puede afirmar es que el gobierno de la burguesía,

surgido de la revolución bonapartista, está ya amenazado de muerte. Sin

embargo, la tranquilidad pacífica del último tercio del siglo XIX no ofreció

condiciones favorables para la ejecución de cuanto se planea en contra del

mencionado sistema. Ha sido indispensable el advenimiento del siglo XX,

con sus grandes convulsiones, para que esa revolución pudiera hacerse

presente y fructificar.

Si bien el "microbio de la rebelión" estaba latente en todos los pueblos

explotados en la iniciación del siglo XX, los estados burgueses eran

demasiado fuertes aún para ser derribados por esta "infección

revolucionaria". Los primeros que lo intentan son los rusos mediante la

primera revolución comunista en 1907 que considera suficientemente

debilitado al estado zarista con la pérdida de la guerra ruso-japonesa de

1905, lo que en realidad no había ocurrido y el fracaso de esa revolución,

con la violenta represión que le sucedió, aseguró a Rusia otros diez años de

gobierno burgués.

Sin embargo, el siglo XX se inicia con el signo de las grandes luchas y

como tal impulsa el desarrollo frenético de la ciencia y la evolución, por

eso la primera mitad de este siglo con sus dos grandes guerras mundiales y

las revoluciones del comunismo, del fascismo y del nacionalsocialismo,

han iniciado tanto la era atómica como han impulsado hacia "la hora de los

pueblos".

En el orden de la evolución interna, cada pueblo tiene sus características

originales y por eso cada uno de ellos trata de destruir al demoliberalismo

capitalista mediante distintas formas de ejecución. El comunismo ruso, el

fascismo italiano, el nacionalsocialismo alemán, como la evolución

británica y aun estadounidense, son formas distintas de la revolución pero

su fin es uno solo: destruir el demoliberalismo para instaurar en su

reemplazo nuevas formas más acordes con las necesidades de las

comunidades modernas o más convenientes a los intereses que dominan.

Así como la monarquía terminó con el feudalismo, la república está

terminando con la monarquía y la democracia popular terminará con la

“democracia” liberal burguesa y sus distintas simulaciones democráticas de

que hacen uso las plutocracias actuales.

Tanto los comunistas como los nacionalsocialistas realizan su revolución

más o menos violenta y la primera medida es la supresión de los partidos

políticos que, en realidad de verdad, constituyen el andamiaje demoliberal.

El fascismo va más allá: restituye el poder de las corporaciones y marcha

hacia el "estado sindicalista". Los ingleses, que no son ciegos, enfrentan a

la evolución conformando su "democracia liberal" por evolución dirigida,

porque ellos no son partidarios de la revolución violenta ni profunda. La

12

solución la han buscado mediante la formación de dos grandes partidos,

uno de izquierda y otro de derecha, ambos manejados desde la central

masónica; en otras palabras, un solo partido dividido en dos alas, pero

manteniendo las formas básicas del demoliberalismo, pero sólo para la

exportación. Los norteamericanos dignos hijos de la Gran Bretaña, han ido

mucho más allá: han organizado dos partidos de derecha que les permite

mantener su sistema plutocrático y sostener teóricamente una simulación

democrática para engañar a los tontos que tanto abundan en la política o

estimular a los sinvergüenzas, que también abundan.

En resumen, tanto en uno como en otro caso, las revoluciones comunistas,

fascistas y nacionalsocialista, como las evoluciones británica y

norteamericana, toman el mismo camino: la supresión de los partidos

políticos. La vieja Europa, con sus miles de años de cultura y tradición, ha

seguido esa evolución y cuando habla de democracia quiere decir una cosa

absolutamente distinta de lo que hace medio siglo significaba. Solamente

nosotros, con un siglo de atraso, seguimos a la zaga de los simuladores de

una virtud que no practican y tenemos multitud de parodias de formaciones

políticas en las que todavía creemos; nos levantamos todos los días con el

demoliberalismo en la boca y sostenemos la “democracia capitalista y

burguesa” como de palpitante actualidad, cuando ha pasado a ser un

artículo de museo en todos los países medianamente civilizados. Es la

consecuencia del Gobierno en manos de unos cuantos intelectuales o

tecnócratas ignorantes o que sirven otros intereses que no son los del país

ni del Pueblo, a veces apoyados incomprensiblemente por una fuerza que

ha olvidado sus deberes esenciales.

Sin embargo, la evolución nos llevará imperceptiblemente hacia la

revolución y no habrá fuerza capaz de detenerla. Por el camino del

Justicialismo o por el camino del comunismo (a pesar de su absoluta

diferencia) se ha de realizar el fatalismo evolutivo.

Ha terminado en el mundo el reinado de la burguesía. Comienza el

gobierno de los pueblos. Con ello el demoliberalismo y su consecuencia el

capitalismo han cerrado su ciclo, el futuro es de los pueblos. Queda el

problema de establecer cuál es la democracia posible para el hombre de

hoy, que concilie la planificación colectiva que exigen los tiempos con la

garantía de libertad individual que el hombre debe disfrutar

inalienablemente. Los justicialistas hemos dicho nuestra palabra y hemos

ofrecido la experiencia de diez años de gobierno que han sido reafirmados

con otros diez años de desastres provocados por los cambios y reversiones

que introdujeron los usurpadores del poder popular.

Las plutocracias imperialistas, que ya ni se animan a defender el sistema

burgués, hacen hincapié en la democracia liberal que fue su creadora,

porque comprenden que perimido el sistema, deben por lo menos salvar a

su inventor como garantía para que en el futuro pueda inventarle algo

13

semejante que les permita seguir colonizando a las naciones y explotando a

sus pueblos con diferentes trucos, en los que no están ausentes ni las

"alianzas para el progreso", ni las radicaciones de empresas privadas, ni las

concesiones leoninas para la explotación petrolífera, ni la ayuda técnica o

el despojo liso y llano mediante el engaño o la violencia si es preciso.

Hace ya tiempo, se reunieron en Punta del Este los representantes de las

veintiuna repúblicas americanas para tratar lo referente “a la penetración

comunista en el Continente y arbitrar las medidas para evitarlo”. Los

resultados no pudieron ser más magros, pues se limitaron a la

“recomendación” de impulsar la justicia social, dar acceso al pueblo a la

cultura, asegurar la tierra para el que la trabaje, humanizar el capital, elevar

la renta y mejorar el nivel de vida popular, cosas que, entre otras muchas,

había ya anunciado hace veinte años el Justicialismo y realizado durante su

gobierno con la oposición casi generalizada de los mismos que ahora

resultan algo así como los inventores del paraguas.

Hace menos aún, se han difundido por el mundo las encíclicas "Mater et

Magistra" y "Populorum Progressio" en las que el Vicario de Cristo, hace

llegar a la cristiandad las palabras doctrinarias de la Iglesia. Esas sabias y

prudentes encíclicas reafirman conceptos que también hace veinte años

venimos sosteniendo los justicialistas argentinos, aunque con la oposición

sistemática de algunos sectores del propio clero argentino que ahora han de

haber comprendido su error si no desean colocarse frente a la palabra y la

obra de tan extraordinarios Pontífices, empeñados en orientar a una

humanidad que todavía no ha querido transitar por los verdaderos caminos

del Evangelio de Cristo.


Respuesta  Mensaje 4 de 30 en el tema 
De: alí-babá Enviado: 17/09/2015 23:19

2. — El problema estructural en la Argentina

 Muchas personas se preguntan: ¿qué pasa en el mundo que el interior de

los países se agita violentamente y el exterior se presenta cada día más

amenazador? Es que el mundo de nuestros días se encuentra abocado a la

solución de dos grandes problemas, de lo que depende en gran medida lo

que será el mundo del futuro.

1º) Los cambios estructurales a que nos viene impulsando la evolución

acelerada desde hace más de medio siglo, frente a la resistencia suicida de

una reacción tan contumaz como irreflexiva.

2º) La decadencia imperialista que ha comenzado ya marcadamente, con

síntomas tan elocuentes como los que presenciamos cada día.

La Historia prueba que ni los cambios estructurales en los países ni la caída

de los imperialismos se pueden realizar sin pelear. Ello explica en cierta

medida el estado actual del mundo, caracterizado por una lucha en el

interior de los países y el empeñamiento guerrero que viene amenazando

14

todas las fronteras ligadas de una manera directa o indirecta a los intereses

de los imperialismos dominantes.

¿Por qué se lucha en todos los países? La respuesta es simple: la evolución

del mundo nos está llevando a cambios en lo político, en lo social, en lo

económico, en lo cultural, etc., que, en sus actuales formas, ya no resisten a

esa evolución que, invariablemente, llevan a una mejor satisfacción de las

necesidades del hombre. Precisamente, uno de los milagros del

Justicialismo, que algunos no han podido o no han querido comprender,

reside en haber realizado los cambios estructurales incruentamente a través

de una reforma racional, Y el desastre, que estos doce años han puesto en

tan terrible evidencia, ha sido producido precisamente por una reversión

inconsulta del sistema justicialista hacia formas que, ya perimidas por la

evolución, han conducido al más rotundo fracaso. Pero, lo que hay que

comprender, aun por sobre estas circunstancias, es que la lucha incruenta

de la reforma justicialista, ha sido seguida por una cruenta en la reversión

que intentaron y que es de esperar que el futuro nos ha de ofrecer también

una lucha, tal vez más cruenta aún, para reimplantar las nuevas estructuras.

La decadencia de los imperialismos se evidencia en todos sus actos. Todo

es a base de simulación e hipocresía, desde la "democracia" del "Mundo

Libre" hasta la solidaridad del comunismo soviético. Nada se hace sino por

procedimientos inconfesables, desde el asesinato de un Presidente hasta la

ocupación violenta de una pequeña república que no quiere entregar su

azúcar. LA ocupación militar de nuestros países a fuerza de golpes de

estado que llevan a “gobiernos obedientes”, el intento de creación de

fuerzas internacionales al servicio del imperialismo, la prepotencia como

medio de dominación, etc., son otros tantos síntomas de descomposición.

La historia de los pueblos, desde fenicios hasta nuestros días, ha sido la

lucha contra los imperialismos, pero el destino de esos imperialismos ha

sido siempre el mismo: sucumbir. Hoy el imperialismo capitalista en

perfecto acuerdo con el imperialismo soviético, lucha por subsistir en un

medio que ha comenzado a comprender la verdad y trata de alinearse en un

“tercer mundo” decidido a no entrar en el juego a que quieren llevarlo los

actuales imperialismos. Estas tres fuerzas en que se divide el mundo

presente, pueden muy bien representar el agrupamiento guerrero del futuro.

Todo parece confirmar que el futuro inmediato será de lucha. Lo dramático

de esta situación está en que, frente a este mundo de simulación y falsedad,

avanza otro con valores reales y decidido a tomar el mando en la historia.

Es dentro de esta situación general donde debemos apreciar la nuestra,

porque la vida de relación en el mundo moderno es de tal intensidad que

nada puede producirse ya en compartimientos estancos. Nosotros fuimos

libres y soberanos durante los diez años de Gobierno Justicialista, pero

coligadas las fuerzas internacionales y los cipayos vernáculos, terminaron

por despojar al Pueblo de su Gobierno legal y constitucional para implantar

15

en su reemplazo gobiernos títeres que sirvieron al imperialismo con la

presión violenta de verdaderas fuerzas de ocupación. Ello ha demostrado

que la liberación de un país, frente a la prepotencia imperialista y la

traición cipaya, no puede ser insular. De lo que se infiere que la liberación

no ha de ser un acto aislado sino una tarea general y coordinada. Es lo que

se está produciendo en la actualidad. En ese concepto, los que luchamos

por la liberación tenemos dos posibilidades: Una a cortó plazo, por una

acción directa, y otra a largo plazo, por la acción coordinada en el orden

internacional.

Hace veinte años el Justicialismo había ya fijado estos objetivos y

declarado ante el mundo su "Tercera Posición", pero el mundo de entonces

era aún incapaz de comprenderlo. Han sido necesarios estos veinte años de

atropellos, en los que el imperialismo ha desmontado a casi todos los

gobiernos legalmente constituidos para reemplazarlos por sirvientes, para

que los patriotas de todos nuestros países comenzaran a comprender y a

actuar. Por eso, hoy se lucha por la liberación tanto al Este como al Oeste

de la famosa cortina y todos los que se empeñan en la liberación se sienten

compañeros de lucha, poco importa la ideología que los distingue, porque

el tiempo y los sucesos van superando todas las ideologías: ¿acaso los

Estados Unidas y la URSS hicieron cuestión ideológica en 1938 cuando se

coligaron para aniquilar a Alemania y a Italia, o cuando se repartieron el

dominio y la explotación del mundo al terminar la Segunda Guerra

Mundial?

Los que ahora se declaran campeones de la lucha anticomunista no pasan

de ser unos simuladores indecentes y, a nosotros los peronistas, es difícil

que la oligarquía, los gorilas o los políticos nos hagan entrar con el cuento

de esa lucha, porque hace veinte años que los venimos viendo aliados con

ellos, desde la "Unión Democrática" de 1945 hasta la "Revolución Gorila"

de 1955. El problema que encara el peronismo es otro muy distinto que el

de empeñarse en una pelea con los molinos de viento, cuando contempla su

Patria ocupada, su Pueblo miserable y hambriento, sus riquezas entregadas

a los más oscuros intereses, sus hermanos sin trabajo y su país sumido en

una inercia suicida.

Dentro de esta dramática situación del mundo, la de la Argentina presenta

un panorama desastroso por el grado de atraso político en que se la

pretende hacer vivir. El demoliberalismo burgués con sus caudillismos y

sus partidos políticos, no podrá jamás superar al Peronismo. Para nosotros

organizar es adoctrinar, porque la doctrina es el único caudillo que resiste a

la acción destructora del tiempo, y nosotros trabajamos para el porvenir.

Los partidos demoliberales pertenecen ya al siglo XIX y han sido

superados por la evolución que con el tiempo, ha de hacerlos desaparecer

en nuestros países, como ya han desaparecido en casi todo el mundo

civilizado. La fuerza del Peronismo radica en gran parte en que constituye

16

un gran movimiento nacional y no un partido político. Lo moderno, que

obedece a las nuevas formas impuestas por la evolución y las necesidades

actuales, es una idea transformada en doctrina y flecha ideología, que luego

el Pueblo impregna de una mística con que el hombre suele rodear a todo lo

que ama. Ese es el único caudillo que puede vencer al tiempo a lo largo de

las generaciones.

Por eso el Peronismo ha podido resistir a la violencia gorila, como a la

insidiosa "integración" que intentó el gobierno que le sucedió y está

resistiendo con éxito a todos los esfuerzos de disociación de la actual

campaña que intenta el "Gobierno". Nuestros enemigos, que vienen del

sistema demoliberal, traen con ellos, de una época política que ha sido

superada por el tiempo, los viejos esquemas de una escuela caduca y por

eso se sienten superados por el peronismo que representa una etapa nueva:

la de los grandes movimientos nacionales que estamos viendo surgir en

todas partes donde existe progreso y evolución.

Lo que en realidad existe en el panorama político argentino es un atraso

evidente con referencia a las formas que vienen caracterizando al mundo

moderno. Estamos casi un siglo detrás de la evolución y cuando el

demoliberalismo va muriendo, nosotros lo estamos presentando como de

palpitante actualidad. El Peronismo (exceptuando al Comunismo) es lo

único evolucionado en las formas actuales de la política argentina y de allí

su éxito. Las demás formas políticas del demoliberalismo decimonónico

han sido superadas por la evolución y tienen fatalmente que morir como en

todas partes. Sus hombres declaman todavía en el lenguaje del siglo XIX y

pretenden atarnos a su atraso imponiéndonos las caducas formas en que

ellos, por ignorancia, todavía creen.

La influencia del Peronismo, que ha promovido la politización del país y

con ello elevado la cultura política argentina, obligará a nuestros enemigos

a concentrar todas sus fuerzas, reeditando la "Unión Democrática". Con

ello habremos prestado al país un nuevo servicio, haciendo desaparecer la

multitud de pequeños remedos de formaciones políticas que han sido la

rémora que ha azotado por muchos años a la ciudadanía argentina. Así

también, no habrá más que peronismo, porque unos seremos peronistas y

otros antiperonistas, lo que en cierto sentido es parte de un éxito que

alcanzamos. Volvemos, después de veinte años al punto de partida:

Peronismo versus Unión Democrática, pero esta vez con la experiencia y la

realidad de los diez años de felicidad que dimos al Pueblo Argentino, que;

luego han sido confirmados con otros diez años de miseria, arbitrariedad,

persecuciones y caos, que le han brindado nuestros sucesores.

El problema argentino es eminentemente político porque sin el concurso

del Pueblo, ningún Gobierno puede desenvolverse en la Argentina. El

desastre económico y la anarquía social son sólo consecuencias. Los que

pretenden solucionar este problema con empréstitos o arreglos económicos

17

y sociales, sin ir a las causas fundamentales del mismo, se pasarán la vida

"gastando en aspirina" en una tarea inoperante e intrascendente, como

resulta toda acción que intente solucionar las consecuencias, dejando

subsistentes las causas que las ocasionan. De los cuatro gobiernos que

sucedieron en estos diez años al Justicialismo, tres han sucumbido ya por

causas políticas y uno está fracasando políticamente y se encuentra

expuesto a seguir su misma suerte. Ninguno ha caído por causas

económicas ni sociales, a pesar de que han vivido en pleno caos en tales

aspectos. De lo que se infiere que lo que hay que arreglar es lo político,

buscando soluciones justas y ecuánimes porque nada estable se puede

fundar en la simulación ni en la injusticia.

Lo económico tendrá solución a poco que alguien se ocupe con inteligencia

y sin intereses espurios que lo presionen. Cuando en 1946 el Justicialismo

llegó al Gobierno se encontró con un país descapitalizado, endeudado y con

servicios financieros en divisas que le llevaban anualmente casi todo el

producto del trabajo del Pueblo Argentino. Era un país "subdesarrollado",

adjetivo que se aplica comúnmente a los países descapitalízados por la

acción expoliadora del imperialismo y a los que se quiere, presentar poco

menos que por incivilizados. Nuestros países, faltos de capital, no pueden

impulsar su desarrollo porque en el negocio de los países pasa lo que en

todos los demás negocios: el desarrollo se impulsa a base de inversión.

Siendo ello así, nuestra solución estaba en capitalizar al país. Un país se

capitaliza de una sola manera: trabajando, porque nadie se hace rico

pidiendo prestado o siendo objeto de la explotación ajena. Todo consistía

entonces en organizarse para trabajar, crear trabajo y poner al Pueblo

Argentino a realizarlo, porque el capital no es sino trabajo acumulado. Esto

no era difícil en un país donde todo estaba por hacerse.

A poco de andar nos percatamos que las organizaciones internacionales

imperialistas tenían organizados todos los medios para descapitalizarnos

mediante los famosos servicios financieros que ocasionaban anualmente la

deuda externa, los servicios públicos, la comercialización agraria, los

transportes marítimos y aéreos, los seguros y reaseguros, etc., y aparte de

ello, gravitaban ruinosamente las evasiones visibles e invisibles de capital.

De esta manera, de poco valía trabajar si el producto de ese trabajo iba a

parar a manos de nuestros explotadores. Era preciso recurrir a dos medidas

indispensables para evitar esa descapitalización permanente:

1º) Nacionalizar los servicios en manos extranjeras que imponían servicios

financieros en divisas.

2º) Crear una organización de control financiero que impidiera la evasión

de capitales.

La compra de los servicios públicos, la repatriación de la deuda externa, la

creación del Instituto de la Promoción del Intercambio (I.A.P.I.), la

nacionalización de los seguros y reaseguros, la creación de una flota

18

mercante y aérea, etc., etc., permitieron realizar lo primero. Lo segundo

ocasionó la reforma bancaria y la promulgación de la Ley Nacional de

Cambios. Recién entonces se pudo comenzar a cumplir el más viejo

principio fenicio de la capitalización: “peso que entra, no debe salir”.

Fue mediante la organización de la economía interior lo que nos permitió

después pasar de economía de miseria que recibimos en 1946 a una

economía de abundancia que dejamos en 1955. Los que sucedieron al

Gobierno Justicialista encontraron estas estructuras que, buenas o malas,

impedían la descapitalización del país y del Pueblo Argentino, mediante

una organización financiera y una estructura económica, los que entraron al

Gobierno en 1955, lo hicieron como un elefante en bazar: suprimieron estas

estructuras y no se ocuparon en crear las que debían reemplazarlas y

provocaron un tremendo desequilibrio, seguido de una crisis estructural

cuyos efectos se han hecho sentir catastróficamente en estos últimos diez

años.

Pocos datos estadísticos nos mostrarán en números lo anterior: En 1946,

cuando nos hicimos cargo del Gobierno, existía una deuda externa de 3.500

millones de la misma moneda, créditos 1.500 millones de la misma

moneda, pero bloqueados, con un servicio anual en divisas que se acercaba

a los 1.000 millones de dólares para el pago de los beneficios de las

empresas extranjeras que explotaban nuestros servicios públicos y otras

radicadas en el país, seguros, reaseguros, comercialización agraria, pago de

la deuda externa, fletes marítimos, aéreos, etc. Los balances de pago al

exterior eran desfavorables.

En 1955, cuando caímos: no teníamos deuda externa, disponíamos de una

reserva financiera en oro y divisas del orden de los 1.500 millones de

dólares. La balanza de pagos nos era favorable (que era otro medio de

capitalizarnos). Habíamos incorporado al patrimonio nacional los servicios

públicos y los seguros y reaseguros, etc. Los servicios financieros de

divisas para el pago de los beneficios a las empresas extranjeras radicadas

en el país, no pasaban del diez por ciento de los que existían en 1946.

En 1968, después de doce años de "Gobiernos Democráticos" el estado

actual es el siguiente: el país ha contraído en esos doce años una deuda

externa del orden de los 4.000 millones de dólares (sin contar los

documentos descontados en empresas norteamericanas con el aval de los

bancos oficiales y los servicios financieros que se adeudan a las compañías

extranjeras radicadas en el país), se carece de toda reserva financiera real

en divisas, los balances de pago vienen siendo invariablemente

desfavorables y el Estado Argentino se encuentra prácticamente en

cesación de pagos al exterior.

En el orden de la economía interna no procedieron mejor. Encontraron una

economía de abundancia, dentro de la cual la economía popular era

excelente y la economía privada estaba en franco progreso. El Pueblo tenía

19

un alto poder adquisitivo que se traducía en un gran consumo defendido

por el control de precios. Liberaron los precios y congelaron los salarios,

provocando una inflación desenfrenada a través de la cual consiguieron

arruinar a la economía popular, reduciéndose el consumo a límites

inconcebibles. Cuando arruinaron a la economía popular, comenzaron a

arruinarse también todos los que viven de esa economía (que somos

todos). La economía estatal en estos diez años ha sido ruinosa: de un

presupuesto nacional anual de 20.000 millones de pesos ha pasado a uno de

325.000 millones. Han acumulado déficit del orden de los 50.000 millones

de pesos anualmente. Sólo en el año 1964 el déficit del presupuesto

nacional fue de 120.000 millones de pesos (seis veces el total del

presupuesto peronista). Así la deuda interna que en 1955 era de 11.000

millones de pesos, totalmente consolidada en títulos del Estado, ha pasado

a convertirse en un pasivo inamortizable de tantos miles de millones que

hasta resulta difícil de calcular, la mayor parte flotante. Como para obtener

liquidez han debido emitir sin medida. El peso moneda nacional que valía

el 17 de setiembre de 1955 a razón de 16,50 pesos por dólar en el mercado

negro, ha pasado en la actualidad a 350 pesos por dólar.

Podríamos hablar días enteros sobre este tema pero, “para muestra basta un

botón”. Hoy muchos argentinos se preguntan: ¿qué hay que hacer? La

respuesta es muy simple: corregir de alguna manera tamaños desatinos y

volver nuevamente a empezar, imponiendo nuevas estructuras financieras y

económicas, a fin de evitar que este proceso de descapitalización se siga

pronunciando, levantar la economía popular y crear confianza mediante un

procedimiento serio y efectivo que vuelva a organizar y defender a la

economía argentina.

Para detener la anarquía social que han provocado, se necesita también

volver a la confianza perdida, porque si en el orden económico la confianza

es indispensable, no lo es menos en el orden social. Gobernar en nuestros

países es ante todo crear trabajo, porque todo está por hacerse. En este

sentido, la paralización del Segundo Plan Quinquenal en 1955, no pudo ser

más desastroso. Un millón y medio de desocupados y la falta de más de un

millón de viviendas son sólo dos de sus más inmediatas consecuencias. Las

fuerzas del trabajo organizadas son conscientes de cuanto hay que hacer,

sólo que no lo harán hasta tanto la situación institucional y política del país

no se regularice, porque entienden que mientras subsista este estado de

cosas, no trabajan para ellos ni para el país sino para los explotadores

foráneos y los especuladores vernáculos, y tienen razón. Para que ello se

produzca será antes que nada necesario una pacificación, que no es tarea

fácil de alcanzar en tanto medie la permanente provocación de algunos

sectores interesados.

Sin embargo, no creo que el problema argentino sea siquiera difícil de

solucionar si se encaran las cosas con la grandeza que la cuestión impone.

20

Pero el tiempo comienza a trabajar en contra porque ningún problema

termina donde comienza. Este no es problema de fuerza como algunos

piensan, sino de razón y habilidad. ¿Hay en el país quienes puedan

solucionar los problemas que en síntesis brevísima hemos mencionado? Si

hay, ¿por qué no los arreglan? Y si no hay, ¿por qué no dejan a los que

pueden hacerlo? Funcionan más de veinte comisiones de estudio y

organismos técnicos compuestos por sociólogos, economistas, industriales,

dirigentes obreros, etc. La idea es teóricamente buena pero falla por la base,

desde que el problema argentino más fundamental no es ni sociológico, ni

económico, ni industrial, ni social, sino político y a todos esos organismos

les está faltando la cabeza.

En esta clase de actividades la verdadera obra de arte no está en la

concepción sino en la ejecución. Para ello se necesita más que nada

experiencia (que es la parte más efectiva de la sabiduría). Sólo la

experiencia permite penetrar profundamente los problemas para llegar a la

"última síntesis", descartando la multitud de pequeños problemas que

suelen ser al fracaso lo que las causas son a las consecuencias. Hay que

estar en claro en las grandes cosas y dirigirse directa y decididamente a

ellas para resolverlas. De otra manera, a menudo, el árbol no nos dejará ver

el bosque.

Hay que tener en cuenta que el estadista tiene que realizar un "gobierno

administrativo" y un "gobierno humano" que deben marchar

coordinadamente de acuerdo, porque el primero sin el segundo no se puede

realizar. El gobierno administrativo es simple y se realiza fácilmente con

buenos equipos y una dirección experimentada, pero el gobierno humano es

más que nada de conducción. El arte de gobernar, como todas las artes,

tiene una teoría y utiliza una técnica, pero ambas cosas sólo conforman la

parte inerte del arte; la parte vital requiere un artista. Muchos, con una gran

técnica y un conocimiento profundo de la teoría, han pintado y han

esculpido, pero nadie sino Leonardo ha sido capaz de crear una "Cena" y

ninguno, sino Miguel Ángel, ha logrado una "Piedad".

La tecnocracia sirve en los sectores de su conocimiento, según sea la

calidad de los tecnócratas que la forman, pero no hacen gobierno porque

carecen del humanismo indispensable para gobernar lo fundamental: el

hombre. Por eso, en este sentido, las comisiones de técnicos no llegan

nunca a nada. Napoleón decía que conducir es un arte sencillo y todo de

ejecución. Hay que persuadirse de una vez por todas que para gobernar se

necesitan hombres de gobierno con la sensibilidad y la imaginación

indispensables para conducir a los pueblos


Respuesta  Mensaje 5 de 30 en el tema 
De: alí-babá Enviado: 17/09/2015 23:29
( continuará) fuente: http://www.pjbonaerense.org.ar/archivos/LaHoradeLosPueblos-Peron1968.pdf
 
MAURICIO MACRI junto al poder judicial  y el frente cambiemos están embarcados en los más claros atropellos de nuestra  historia  donde arremeten contra la libertad de prensa con la clausura del canal C5N.
Intento de silenciar la VOLUNTAD POPULAR ( único medio de expresión que tenemos los ciudadanos en esta parodia de democracia que nos "proponen").en su arremetida contra la elección tucumana y sus constantes ataques  a la intención de votos  futuros.LOS PUEBLOS  NO TENEMOS MIEDO SINO HARTAZGO POR SUS CONSTANTES ATROPELLOS A LA LIBERTAD DE OPINIÓN. LA HISTORIA LOS JUZGARÁ.

 

Respuesta  Mensaje 6 de 30 en el tema 
De: alí-babá Enviado: 17/09/2015 23:33
http://www.leopoldomoreau.com.ar/pdf/Contradiccion_Fundamental.pdf

Respuesta  Mensaje 7 de 30 en el tema 
De: alí-babá Enviado: 17/09/2015 23:34
MEDIDA DEL GOBIERNO DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES

LA CIUDAD ACTUÓ DE MODO ILEGAL Y SIN ORDEN JUDICIAL EN LA CLAUSURA A C5N

 
 
 
 
 

Dos inspectores de la Ciudad se presentaron en el galpón de C5N con el ofrecimiento de "correr" las fajas de seguridad, aunque sin mostrar un acta idónea y sin revelar a quién correspondió la orden para esa medida. 

"Hay un sector clausurado, pero no los móviles", explicó uno de los inspectores. Ofreció levantar la clausura momentáneamente para que se puedan sacar los móviles del canal y que luego van a volver a poner las fajas. 

"Yo le que puedo hacer es correr la faja para que muevan los móviles", repitió una y otra vez uno de los inspectores sin aclarar la irregularidad de la clausura y sentenció que el lugar "va a seguir clausurado". 

Como toda explicación, los funcionarios porteños sostuvieron que la clausura se debió a "fallas de seguridad y falta de habilitación", aunque ese galpón funciona hace más de 8 años en las actuales condiciones. Con poco tino, una inspectora comparó el lugar con un restaurant y que ellos buscaban permitir sacar los elementos necesarios.

En el artículo 20 de la Ley de Medios de la Ciudad, firmada por Macri, se explica que sólo puede haber una clausura de la instalación de un medio de comunicación mediante vía judicial.

"Las instalaciones de medios de comunicación ubicadas en el territorio de la Ciudad, necesarias para la difusión de información, opiniones o ideas, mediante cualquier soporte o modalidad de información, no podrán ser clausuradas ni sus equipos decomisados por la administración pública salvo mediante orden judicial que se encuentre firme", indica dicho artículo, no respetado por el gobierno porteño.

• Clausura

El Gobierno de la ciudad de Buenos Aires clausuró hoy el galpón de móviles del canal C5N en un nuevo intento por silenciar la señal de noticias.
 Este avasallamiento ocurre a dos meses de que la administración de Mauricio Macri cortó toda la pauta publicitaria al canal con la clara intención de asfixiarla económicamente y cercenar la libertad de expresión.

Llamativamente, esta clausura del garaje del canal ocurre en momentos en que la señal de noticias viene reflejando en sus distintos programas el grave caso de corrupción que involucra al ahora renunciante candidato Fernando Niembro y al Gobierno porteño.

Tal como lo viene informando el canal, el hasta ayer candidato a diputado del PRO recibió contratos directos de la Ciudad por más de 20 millones de pesos en su productora La Usina. El hecho de corrupción resultó tan evidente que en la víspera Mauricio Macri decidió bajarlo a Niembro para que no afecte sus aspiraciones presidenciales.

La clausura del galpón de móviles adoptada por el Gobierno de Macri resulta muy grave para el canal ya quela cobertura de 24 horas de noticias requiere de forma indispensable los camiones de exteriores para poder transmitir la información desde el lugar de los hechos.

A continuación el comunicado emitido por el canal:

Quieren sacar del aire a C5N 

Primero fue la mordaza económica, desde hace dos meses el Gobierno de la Ciudad de cortó toda la pauta publicitaria al canal en un claro mensaje de censura económica atentado contra la libertad a informar de nuestros periodistas. Ahora la mordaza es la clausura, después de la investigación e informes periodísticos que son de conocimiento público y que salieron en este canal donde quedó en descubierto un entramado de corrupción que involucra al Gobierno de la Ciudad (Caso Niembro). 

Ha comenzado una persecución contra C5N clausurando parte de sus instalaciones. La libertad de expresión es una garantía constitucional y el gobierno de la Ciudad quiere avasallarla clausurando al canal. Seguiremos informando las 24 horas a pesar de estas "mordazas" que buscan silenciar el mayor patrimonio que tiene un medio de comunicación: la libertad de poder informar a la gente.           


Respuesta  Mensaje 8 de 30 en el tema 
De: alí-babá Enviado: 17/09/2015 23:36
MEDIDA DEL GOBIERNO DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES

LA CIUDAD ACTUÓ DE MODO ILEGAL Y SIN ORDEN JUDICIAL EN LA CLAUSURA A C5N

 
 
 
 
 

Dos inspectores de la Ciudad se presentaron en el galpón de C5N con el ofrecimiento de "correr" las fajas de seguridad, aunque sin mostrar un acta idónea y sin revelar a quién correspondió la orden para esa medida. 

"Hay un sector clausurado, pero no los móviles", explicó uno de los inspectores. Ofreció levantar la clausura momentáneamente para que se puedan sacar los móviles del canal y que luego van a volver a poner las fajas. 

"Yo le que puedo hacer es correr la faja para que muevan los móviles", repitió una y otra vez uno de los inspectores sin aclarar la irregularidad de la clausura y sentenció que el lugar "va a seguir clausurado". 

Como toda explicación, los funcionarios porteños sostuvieron que la clausura se debió a "fallas de seguridad y falta de habilitación", aunque ese galpón funciona hace más de 8 años en las actuales condiciones. Con poco tino, una inspectora comparó el lugar con un restaurant y que ellos buscaban permitir sacar los elementos necesarios.

En el artículo 20 de la Ley de Medios de la Ciudad, firmada por Macri, se explica que sólo puede haber una clausura de la instalación de un medio de comunicación mediante vía judicial.

"Las instalaciones de medios de comunicación ubicadas en el territorio de la Ciudad, necesarias para la difusión de información, opiniones o ideas, mediante cualquier soporte o modalidad de información, no podrán ser clausuradas ni sus equipos decomisados por la administración pública salvo mediante orden judicial que se encuentre firme", indica dicho artículo, no respetado por el gobierno porteño.

• Clausura

El Gobierno de la ciudad de Buenos Aires clausuró hoy el galpón de móviles del canal C5N en un nuevo intento por silenciar la señal de noticias.
 Este avasallamiento ocurre a dos meses de que la administración de Mauricio Macri cortó toda la pauta publicitaria al canal con la clara intención de asfixiarla económicamente y cercenar la libertad de expresión.

Llamativamente, esta clausura del garaje del canal ocurre en momentos en que la señal de noticias viene reflejando en sus distintos programas el grave caso de corrupción que involucra al ahora renunciante candidato Fernando Niembro y al Gobierno porteño.

Tal como lo viene informando el canal, el hasta ayer candidato a diputado del PRO recibió contratos directos de la Ciudad por más de 20 millones de pesos en su productora La Usina. El hecho de corrupción resultó tan evidente que en la víspera Mauricio Macri decidió bajarlo a Niembro para que no afecte sus aspiraciones presidenciales.

La clausura del galpón de móviles adoptada por el Gobierno de Macri resulta muy grave para el canal ya quela cobertura de 24 horas de noticias requiere de forma indispensable los camiones de exteriores para poder transmitir la información desde el lugar de los hechos.

A continuación el comunicado emitido por el canal:

Quieren sacar del aire a C5N 

Primero fue la mordaza económica, desde hace dos meses el Gobierno de la Ciudad de cortó toda la pauta publicitaria al canal en un claro mensaje de censura económica atentado contra la libertad a informar de nuestros periodistas. Ahora la mordaza es la clausura, después de la investigación e informes periodísticos que son de conocimiento público y que salieron en este canal donde quedó en descubierto un entramado de corrupción que involucra al Gobierno de la Ciudad (Caso Niembro). 

Ha comenzado una persecución contra C5N clausurando parte de sus instalaciones. La libertad de expresión es una garantía constitucional y el gobierno de la Ciudad quiere avasallarla clausurando al canal. Seguiremos informando las 24 horas a pesar de estas "mordazas" que buscan silenciar el mayor patrimonio que tiene un medio de comunicación: la libertad de poder informar a la gente.    


Respuesta  Mensaje 9 de 30 en el tema 
De: alí-babá Enviado: 17/09/2015 23:38

Respuesta  Mensaje 10 de 30 en el tema 
De: alí-babá Enviado: 17/09/2015 23:45

Respuesta  Mensaje 11 de 30 en el tema 
De: Matilda Enviado: 17/09/2015 23:59
QUE EXTRAÑO RESULTA ALBI, QUE UNA MILITANTE QUE SE DICE "RADICAL" POSTEE ESTO EN LUGAR DE ESTO OTRO, QUE BUENO UN POCO DE HISTORIA!!
 
Perón, ¿golpista?
 
A 83 años del golpe del 30, la democracia aprendió varias lecciones 


El derrocamiento de Hipólito Yrigoyen inició una etapa de más de medio siglo de decadencia. 


Por Fabián Bosoer 

La búsqueda de las causas de la decadencia argentina suele remitir a la fecha que se recordó cuando se cumplieron 83 años del primer golpe de Estado de nuestra historia contemporánea , el 6 de setiembre de 1930; aquella ruptura que nos internó en más de medio siglo de inestabilidad institucional, dictaduras, antagonismos irreductibles, violencia política, represión y experiencias democráticas frustradas por la fuerza. 


Ese día, un contingente de efectivos militares encabezado por el general José Félix Uriburu derrocaba al presidente Hipólito Yrigoyen e instalaba una dictadura, con la participación de sectores políticos conservadores, nacionalistas y filofascistas y contando con la anuencia o pasividad de muchos otros. Creían estar respondiendo a la crisis de liderazgo y la corrupción que atribuían al gobierno radical, pero con esa acción reflejaban en realidad la propia crisis de las elites que habían construido la Argentina del Centenario. 
 La fotografía revela un hecho poco conocido y celosamente ocultado de nuestra historia y es que el entonces Capitán Juan d. Perón participó activamente como uno de los conspiradores y ejecutores del golpe de estado que provocó el derrocamiento del presidente constitucional Hipólito Yrigoyen y la instalación de la primera dictadura militar argentina con la asunción del Gral. Uriburu. Esto seguramente se debe a que públicamente Perón en su posterior larga carrera política siempre habló bien de Yrigoyen del cual se definió uno de sus predecesores en las políticas populares que implementó, cuando en la realidad había conspirado para deponerlo. 
 
 
 
El presidente de facto Gral. José Uriburu desde su conservadurismo debió afrontar una aguda crisis interna, con gran oposición popular, iniciándose la etapa conocida como “Década infame”. En 1932, en comicios fraudulentos, asumió la presidencia el Gral. Agustín P. Justo, quien había participado en el derrocamiento de Yrigoyen. Para sucederlo, fue elegida la fórmula Roberto Ortiz-Ramón Castillo. Ortiz trató de luchar contra el fraude electoral, pero debió delegar el mando en su vicepresidente en 1940, por razones de salud. Desatada en esta etapa la Segunda Guerra Mundial, Argentina se mantuvo neutral, a pesar del ataque a Pearl Harbor, por los japoneses, lo que motivó un distanciamiento en las relaciones con Estados Unidos, mientras la crisis interna era cada vez mayor. En el gobierno de Castillo sucedieron elecciones tildadas de fraudulentas, en Santa Fe y Mendoza. 

La Unión Cívica Radical, había perdido poder luego del deceso de Alvear y de Ortiz. Justo era el candidato que se mostraba con mayores oportunidades de ganar las próximaselecciones, pero falleció en el mes de enero de 1943. 

Castillo tenía intenciones de presentarse en las elecciones, lo que era constitucionalmente discutible. Finalmente apoyó la candidatura del conservador Robustiano Patrón Costas. Se formó una alianza partidaria entre los radicales antipersonalistas, los demócratas nacionales y los socialistas independientes, denominada “Concordancia”, para lanzar a la presidencia a Patrón Costas, ante el descontento de la ciudadanía, que presumía que era inevitable la toma del mando por ese candidato antidemocrático y oligarca, ya que se hablaba de la preparación de su ascenso a través del fraude electoral. Con este candidato oficialista en elgobierno seguramente Argentina tomaría partido por los aliados en el conflicto mundial, ya que el sector oligárquico del país era afín a la política norteamericana. 

Es en este contexto que comienza su actuación el GOU, el 10 de marzo de 1943. El significado de las siglas tuvo varias interpretaciones, siendo la más aceptada la de Grupo de Oficiales Unidos. La creación de esta logia, (este tipo de organizaciones ya se habían usado en el país, sobre todo en el ámbito militar) obedeció a la gestión de Miguel Montes y Urbano de la Vega, dos tenientes coroneles, que recibieron el apoyo de numerosos oficiales, integrándola alrededor de veinte, bajo la influencia de Juan Domingo Perón. Ejercía también gran liderazgo el Teniente Coronel, Enrique González 

Su ideario de profunda raigambre nacionalista, y religiosamente católicos conservadores, trascendía la mera organización y unidad de las fuerzas militares, para tratar de mantener la idea de neutralidad en la Guerra Mundial, oponiéndose a la presión que ejercíaEstados Unidos, y que desde el gobierno urgía una solución ante el desabastecimiento de armamentos, y principalmente, evitar el crecimiento el comunismo. La idea inicial no era apoderarse del mando político del estado, lo que finalmente se concretó. 

Pedro Pablo Ramírez, no pertenecía al GOU, pero sabía de su accionar ya que su hijo Emilio lo conformaba, y ocupaba el Ministerio de Guerra en el gobierno de Castillo. Urbano de la Vega se incorporó en el servicio militar de inteligencia, logrando tener influencia dentro mismo del poder. 

Pedro Pablo Ramírez era tentado a la candidatura por el radicalismo, partido que pretendía realizar un golpe de estado liderados por el gral. Arturo Rawson, aunque Ramírez negó ateCastillo tales circunstancias. Un sector del radicalismo yrigoyenista, se había escindido en 1935, y formaron FORJA (Fuerza de Orientación Radical de la JovenArgentina). Su ideario era nacionalista y contrario a los imperialismos. 

El golpe de estado 

El 3 de junio de 1943, el almirante Fincati, ministro de Marina, recibió la orden presidencial, de redactar un decreto para destituir a Ramírez. Conocido el contenido del decreto, que nunca llegóa a manos del presidente para que lo refrendara, fue el motivo último que se esgrimió para efectuar el golpe de estado, que se realizó el 4 de junio. 

El GOU eligió para liderar el golpe al general Rawson, sin que este se percatara siquiera de la existencia de tal Logia. El creía poseer libertad de decisión, y luego de hacerse con el poder, en medio de la apatía popular, eligió para conformar su gabinete, gente que le fuera afín, entre los cuales había dos ministros considerados fascistas, sin tomar en consideración las pretensiones del GOU. Rawson no alcanzó a jurar su puesto presidencial. Fue destituido por otro golpe, que estalló en el seno mismo de los golpistas, y asumió la presidencia el general Ramírez. Se estaba preparando el ascenso de Perón. Hasta 1946, el GOU estaría en el poder. 

Respuesta  Mensaje 12 de 30 en el tema 
De: alí-babá Enviado: 18/09/2015 00:07

Declaración de Principios sobre Libertad de Expresión – Organización de Estados Americanos

Aprobada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en octubre de 2000.
PREÁMBULO

REAFIRMANDO la necesidad de asegurar en el hemisferio el respeto y la plena vigencia de las libertades individuales y los derechos fundamentales de los seres humanos a través de un Estado de derecho;

 

CONSCIENTES de que la consolidación y desarrollo de la democracia depende de la existencia de libertad de expresión;

PERSUADIDOS de que el derecho a la libertad de expresión es esencial para el desarrollo del conocimiento y del entendimiento entre los pueblos, que conducirá a una verdadera comprensión y cooperación entre las naciones del hemisferio;

CONVENCIDOS de que cuando se obstaculiza el libre debate de ideas y opiniones se limita la libertad de expresión y el efectivo desarrollo del proceso democrático;

CONVENCIDOS de que garantizando el derecho de acceso a la información en poder del Estado se conseguirá una mayor transparencia de los actos del gobierno afianzando las instituciones democráticas;

RECORDANDO que la libertad de expresión es un derecho fundamental reconocido en la Declaración Americana sobre los Derechos y Deberes del Hombre y la Convención Americana sobre Derechos Humanos, la Declaración Universal de Derechos Humanos, la Resolución 59(I) de la Asamblea General de las Naciones Unidas, la Resolución 104 adoptada por la Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, así como en otros instrumentos internacionales y constituciones nacionales;

RECONOCIENDO que los principios del artículo 13 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos representan el marco legal al que se encuentran sujetos los Estados Miembros de la Organización de Estados Americanos;

REAFIRMANDO el artículo 13 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos que establece que el derecho a la libertad de expresión comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas sin consideración de fronteras y por cualquier medio de transmisión;

CONSIDERANDO la importancia de la libertad de expresión para el desarrollo y protección de los derechos humanos, el papel fundamental que le asigna la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y el pleno apoyo con que contó la creación de la Relatoría para la Libertad de Expresión, como instrumento fundamental para la protección de este derecho en el hemisferio, en la Cumbre de las Américas celebrada en Santiago de Chile;

RECONOCIENDO que la libertad de prensa es esencial para la realización del pleno y efectivo ejercicio de la libertad de expresión e instrumento indispensable para el funcionamiento de la democracia representativa, mediante la cual los ciudadanos ejercen su derecho a recibir, difundir y buscar información;

REAFIRMANDO que los principios de la Declaración de Chapultepec constituyen un documento básico que contempla las garantías y la defensa de la libertad de expresión, la libertad e independencia de la prensa y el derecho a la información;

CONSIDERANDO que la libertad de expresión no es una concesión de los Estados, sino un derecho fundamental;

RECONOCIENDO la necesidad de proteger efectivamente la libertad de expresión en las Américas, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en respaldo a la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión, adopta la siguiente Declaración de Principios;

 

PRINCIPIOS

1. La libertad de expresión, en todas sus formas y manifestaciones, es un derecho fundamental e inalienable, inherente a todas las personas. Es, además, un requisito indispensable para la existencia misma de una sociedad democrática.

2. Toda persona tiene el derecho a buscar, recibir y difundir información y opiniones libremente en los términos que estipula el artículo 13 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. Todas las personas deben contar con igualdad de oportunidades para recibir, buscar e impartir información por cualquier medio de comunicación sin discriminación, por ningún motivo, inclusive los de raza, color, religión, sexo, idioma, opiniones políticas o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición social.

3. Toda persona tiene el derecho a acceder a la información sobre sí misma o sus bienes en forma expedita y no onerosa, ya esté contenida en bases de datos, registros públicos o privados y, en el caso de que fuere necesario, actualizarla, rectificarla y/o enmendarla.

4. El acceso a la información en poder del Estado es un derecho fundamental de los individuos. Los Estados están obligados a garantizar el ejercicio de este derecho. Este principio sólo admite limitaciones excepcionales que deben estar establecidas previamente por la ley para el caso que exista un peligro real e inminente que amenace la seguridad nacional en sociedades democráticas.

5. La censura previa, interferencia o presión directa o indirecta sobre cualquier expresión, opinión o información difundida a través de cualquier medio de comunicación oral, escrito, artístico, visual o electrónico, debe estar prohibida por la ley. Las restricciones en la circulación libre de ideas y opiniones, como así también la imposición arbitraria de información y la creación de obstáculos al libre flujo informativo, violan el derecho a la libertad de expresión.

6. Toda persona tiene derecho a comunicar sus opiniones por cualquier medio y forma. La colegiación obligatoria o la exigencia de títulos para el ejercicio de la actividad periodística, constituyen una restricción ilegítima a la libertad de expresión. La actividad periodística debe regirse por conductas éticas, las cuales en ningún caso pueden ser impuestas por los Estados.

7. Condicionamientos previos, tales como veracidad, oportunidad o imparcialidad por parte de los Estados son incompatibles con el derecho a la libertad de expresión reconocido en los instrumentos internacionales.

8. Todo comunicador social tiene derecho a la reserva de sus fuentes de información, apuntes y archivos personales y profesionales.

9. El asesinato, secuestro, intimidación, amenaza a los comunicadores sociales, así como la destrucción material de los medios de comunicación, viola los derechos fundamentales de las personas y coarta severamente la libertad de expresión. Es deber de los Estados prevenir e investigar estos hechos, sancionar a sus autores y asegurar a las víctimas una reparación adecuada.

10. Las leyes de privacidad no deben inhibir ni restringir la investigación y difusión de información de interés público. La protección a la reputación debe estar garantizada sólo a través de sanciones civiles, en los casos en que la persona ofendida sea un funcionario público o persona pública o particular que se haya involucrado voluntariamente en asuntos de interés público. Además, en estos casos, debe probarse que en la difusión de las noticias el comunicador tuvo intención de infligir daño o pleno conocimiento de que se estaba difundiendo noticias falsas o se condujo con manifiesta negligencia en la búsqueda de la verdad o falsedad de las mismas.

11. Los funcionarios públicos están sujetos a un mayor escrutinio por parte de la sociedad. Las leyes que penalizan la expresión ofensiva dirigida a funcionarios públicos generalmente conocidas como “leyes de desacato” atentan contra la libertad de expresión y el derecho a la información.

12. Los monopolios u oligopolios en la propiedad y control de los medios de comunicación deben estar sujetos a leyes antimonopólicas por cuanto conspiran contra la democracia al restringir la pluralidad y diversidad que asegura el pleno ejercicio del derecho a la información de los ciudadanos. En ningún caso esas leyes deben ser exclusivas para los medios de comunicación. Las asignaciones de radio y televisión deben considerar criterios democráticos que garanticen una igualdad de oportunidades para todos los individuos en el acceso a los mismos.

13. La utilización del poder del Estado y los recursos de la hacienda pública; la concesión de prebendas arancelarias; la asignación arbitraria y discriminatoria de publicidad oficial y créditos oficiales; el otorgamiento de frecuencias de radio y televisión, entre otros, con el objetivo de presionar y castigar o premiar y privilegiar a los comunicadores sociales y a los medios de comunicación en función de sus líneas informativas, atenta contra la libertad de expresión y deben estar expresamente prohibidos por la ley. Los medios de comunicación social tienen derecho a realizar su labor en forma independiente. Presiones directas o indirectas dirigidas a silenciar la labor informativa de los comunicadores sociales son incompatibles con la libertad de expresión.


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De: alí-babá Enviado: 18/09/2015 00:08
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De: alí-babá Enviado: 18/09/2015 00:09

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De: alí-babá Enviado: 18/09/2015 00:10


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