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General: Hace 120 años nacía Perón,líder del nacionalismo burgués argentino
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De: Matilda (Mensaje original) |
Enviado: 09/10/2015 15:51 |
Hace 120 años nacía Perón, líder del nacionalismo burgués argentino
Un día como hoy nacía quien marcara a fuego la historia argentina en la segunda mitad del Siglo XX. Desde Trabajo y Previsión hasta la creación de la Triple A.
Hoy se cumplen 120 años del nacimiento de Juan D. Perón, ocurrido -según la versión más extendida- el 8 de octubre de 1895 en la ciudad bonaerense de Lobos. Versiones más recientes, como la que postula el historiador Norberto Galasso, sostienen que nació el 7 de octubre de 1893, en Roque Pérez, siendo registrado dos años después con el apellido paterno.
Con 15 años de edad, Perón ingresó al Colegio Militar de la Nación, donde se graduó como Teniente de Infantería. A partir de allí comenzó una veloz carrera en ascenso hasta convertirse en Teniente Coronel en 1936. Bajo el gobierno de Yrigoyen, participó en distintas intervenciones militares; entre ellas, las del Regimiento 12 de Infantería contra la huelga de los trabajadores de la Forestal, en Santa Fe, y en la Semana Trágica de enero de 1919. Años más tarde participó del primer golpe militar producido en el país, en septiembre de 1930.
A lo largo de la década del ’30, se desempeñó como docente en la Escuela Superior de Guerra y se dedicó al estudio de la historia y la estrategia militar. Durante los primeros años de la Segunda Guerra Mundial (1939-1941) viajó a España e Italia como agregado militar de Argentina, donde tomó contacto con las ideas fascistas y corporativistas que moldearon su pensamiento y su incipiente carrera política.
Sus primeras intervenciones en la escena política nacional se dieron de la mano de la logia anticomunista “Grupo de Oficiales Unidos” (GOU) que llevó a cabo la llamada Revolución de 1943 contra el gobierno del conservador Ramón Castillo. Bajo el gobierno de facto ocupó la vicepresidencia, el ministerio de Guerra y la Secretaria de Trabajo y Previsión, desde la cual se relacionó con los sindicatos e impulsó leyes que le permitieron ganar el apoyo de los trabajadores.Entre las medidas más importantes se destacaron la reducción de la jornada laboral, la ley de despidos, el establecimiento del seguro social y jubilación, y el Estatuto del peón. En octubre de 1945, sectores de la burguesía y el imperialismo buscó destituirlo, objetivo que fue impedido por una masiva movilización obrera que obligó a restablecerlo en el gobierno. A partir de entonces, Perón se convirtió en el máximo líder del movimiento nacionalista burgués que gobernará la Argentina entre 1946 y 1955, hasta el golpe de la "Revolución Fusiladora" promovido por el imperialismo norteamericano y sectores de la burguesía criolla.
Este movimiento tuvo como norte la conciliación entre capital y trabajo; suprimir el creciente enfrentamiento con el objetivo de mantener el sistema capitalista. Sobre este aspecto, Perón fue claro desde el principio:“...Señores capitalistas, no se asusten de mi sindicalismo, nunca mejor que ahora estará seguro el capitalismo, ya que yo también lo soy, porque tengo estancia y en ella operarios. Lo que quiero es organizar estatalmente a los trabajadores, para que el Estado los dirija y les marque rumbos...” (Discurso pronunciado por Juan Domingo Perón en la Bolsa de Comercio, el 25 de agosto de 1944).
En los años ’70 estos objetivos convirtieron a Perón en uno de los principales impulsores del Pacto Social y de las bandas armadas de la Triple A con las cuales el gobierno peronista persiguió a la izquierda y los sectores más combativos de la clase obrera.
La capitulación de Perón ante la revolución fusiladora
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El 17 de octubre y la lucha de clases |
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Los planes quinquenales de Perón y la revolución nacional
El objetivo era llevar adelante una fenomenal transformación económico-político-social hasta entonces desconocida.
Publicado el 1 febrero 2015
El peronismo fue la más importante experiencia frentista que hubo en el país, con un proyecto nacional y popular claramente determinado y con las herramientas políticas y económicas necesarias para cumplir con su rol histórico.
Este proyecto fue institucionalizado en los primeros diez años de gobierno peronista, a través de los Planes Quinquenales, el primero de 1947-1951 y el segundo iniciado en el año 1953, interrumpido por la contrarrevolución del año 1955.
Una vez en el poder, Perón se dispuso a llevar adelante una transformación radical del país. Consciente de la dependencia a la que estaba atada la Nación, a través de una intricada red económico-jurídica-administrativa, se comprendía la necesidad de transformar esa estructura a los fines de que sirvieran para el bien del país y del pueblo, y no para el bienestar de una pequeña clase de terratenientes y burgueses intermediarios al servicio del imperialismo.
Esa estructura existente, manejada por el imperialismo ya sea directamente a través de los transportes, el comercio exterior y la banca o indirectamente a través de la organización de la Nación mediante una estructura política-judicial que respondía a sus intereses, impedía que los argentinos se desenvolvieran libremente en beneficio propio.
Por ello, desde el principio, el movimiento nacional peronista se percató de la necesidad de acabar con esas estructuras de la dependencia y reorganizar al país en su conjunto según las propias necesidades.
Para ello, el gobierno de Juan Domingo Perón dio forma a su gobierno a través de los planes quinquenales. Con ellos se daban los lineamientos generales de la acción de gobierno que se llevaría a cabo durante los sucesivos años, con proyectos de ley presentados al Congreso a los efectos de poder llevar a delante su plan de realizaciones e inversiones.
De esta manera, con los planes quinquenales se pretendía, a partir de una serie de proyectos de ley a ser sancionados por el Congreso, reorganizar los ministerios, conceder derechos electorales a las mujeres, organizar la sanidad pública, reformar la educación para que sirviera a los fines de la nueva Argentina en construcción; fomentar, descentralizar y diversificar la industria formando nuevas zonas productivas; fortalecer el mercado interno a través del reconocimiento constitucional de los derechos del trabajador; reorganizar el comercio exterior; desarrollar un programa mínimo de inversiones y obras necesario para asegurar un suministro adecuado de materias primas, combustibles, equipos mecánicos y movimiento interno de mercancías; desarrollar racional y armónicamente la industria y la agricultura.
Sin lugar a dudas, el peronismo en el poder pretendía llevar adelante una fenomenal revolución económico-político-social de envergadura desconocida hasta entonces, sacudiéndose el yugo imperial y construyendo una nueva Argentina, más próspera e igualitaria, en libertad, con soberanía y justicia social.
Así, durante esos años surgió el Instituto Argentino de Promoción del Intercambio (Iapi), se nacionalizaron los servicios públicos, los elevadores de granos y usinas eléctricas; se creó la flota mercante y se realizaron infinitas obras portuarias, se reorganizó el transporte, se sancionaron los derechos de los trabajadores dándoles rango constitucional, se reformuló la educación en todos sus niveles (Argentina fue el primer país en tener educación pública preescolar) construyéndose edificios para los colegios Nacionales, Normales, Industriales, Comerciales y complejos universitarios; y se creó la Universidad Obrera (hoy UTN). Se construyeron viviendas, hospitales, obras fluviales, usinas eléctricas, térmicas e hidroeléctricas, caminos, puentes y acueductos. Se relazaron obras de provisión de agua potable y desagües cloacales en todo el territorio nacional, como así también obras de riego, saneamiento rural y adjudicación de tierras agrícolas y pastoriles. Se amplió la explotación petrolera y minera…
Refiriéndose a esta monumental obra de liberación nacional y justicia social, Perón dijo: “Para aumentar otras conquistas sociales, necesitamos aumentar la riqueza y aumentar el trabajo. Nuestro plan considera, en esta segunda etapa, multiplicar la riqueza y repartirla convenientemente; y con ello las nuevas conquistas sociales han de salir fecundamente de nuestro propio trabajo, sin perjudicar a nadie. Sin bases económicas no puede haber bienestar social es necesario crear esas bases económicas”.
Sin lugar a dudas que en la actualidad necesitamos reconstruir aquel frente antiimperialista que representó el peronismo. Y ser sabedores de que, para cumplir cabalmente con la tarea histórica que nos corresponde, es necesario dotar a ese frente nacional de un verdadero proyecto de liberación nacional y justicia social que dé respuestas a todas las necesidades nacionales, reconociendo aquel antecedente histórico y partiendo desde él para que esta vez sí recorramos el camino de la segunda y definitiva independencia.
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De: Matilda |
Enviado: 09/10/2015 16:20 |
Y un día Macri se hizo peronista
“Todos unidos triunfaremos”, dijo el líder del PRO pensando en los votos que le faltan para llegar al ballotage, buscando su pata peronista. Ayer inauguró un monumento a Perón en un acto junto a Hugo Moyano, Eduardo Duhalde y Gerónimo Venegas, entre otros.
Foto: Eric Boslok / Prensa Quattromano
Cuando todavía sigue abierta la polémica que suscitó el “pase” de Mónica López desde el espacio de Massa al kirchnerismo, seguida después por la “Tigresa” Acuña, que demuestra el oportunismo que avivan los negocios del poder, ayer Mauricio Macri mostró que él también puede adoptar los más diversos disfraces para pelear los votos que le faltan para llegar al ballotage.
El consejo de su asesor ecuatoriano Durán Barba, meses atrás, fue mantener la “pureza” PRO. Pero la realidad indica que a tan solo 16 días de la elección presidencial, el jefe de Gobierno porteño está peleando con dificultades voto a voto para tratar de meterse en el ballotage, y para eso necesita la famosa “pata peronista” que amplíe el espectro de sus votantes.
Así es como no pocos se sorprendieron ayer al escuchar frases no muy comunes para el hombre de los globos amarillos: "Perón y Evita vinieron a hacer algo histórico a la Argentina para los trabajadores. Hoy es imposible imaginar un trabajador sin aguinaldo y derechos para la familia. En ese momento la Argentina no entendía lo que tenía que aceptar. Pero Perón lo hizo", clamó Macri.
La ocasión para este discurso fue la inauguración de un monumento a Juan Domingo Perón, en un nuevo aniversario de su nacimiento. Macri estuvo acompañado en el evento por Eduardo Duhalde, por el titular de la CGT opositora Hugo Moyano y por el referente del Partido FE, Gerónimo Venegas, entre otros.
El riesgo de la jugada es que a su histórica base electoral le caigan mal las fotos con Duhalde y con Moyano (aunque no son las primeras), y que, al mismo tiempo, en las filas peronistas, sea visto como un gesto oportunista, poco creíble. Pero tan cerca del 25 de octubre, en un escenario complicado para el PRO, todo vale. No es la primera vez. Recordemos que, tras el ajustado triunfo de Rodríguez Larreta en la Ciudad de Buenos Aires, Macri ya había ensayado un fuerte giro discursivo. Por esos días se hablaba de un "Macri kirchnerista".
Ayer, en un marco de liturgia neoperonista tecnicolor, entre bombos, redoblantes y globos amarillos y rojos, Macri encabezó el evento, que se realizó en la plaza situada frente al edificio de la Aduana, ubicada en la avenida Paseo Colón y avenida Belgrano de la Ciudad de Buenos Aires.
En su discurso, el candidato presidencial de Cambiemos convocó al peronismo para el tramo final de su campaña, asegurando que “todos unidos triunfaremos” y que “el peronismo no es narcotráfico, no es prepotencia y soberbia, es la búsqueda de la igualdad de oportunidades. A eso quiero invitar a los peronistas, para que todos juntos trabajemos por esa Argentina que soñamos”.
Después del escándalo con su candidato Fernando Niembro, y de resultados menores a los esperados en las elecciones anticipadas, Macri llegó sin la fuerza pretendida a la contienda decisiva de octubre. Al igual que Massa o Scioli, acomoda el discurso según la ocasión, por pura especulación electoral, pero todos preparan más ajuste e impunidad. Vamos con el Frente de Izquierda.
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LA DOCTRINA PERONISTA
El peronismo se presenta como una nueva propuesta política, centrada en el bien común que reconstruiría un país lastimado por la exclusión social, la pobreza y la falta de trabajo y de inequidad social. Nos parece importante, para comprender con mayor exactitud la política peronista, incorporar al inicio de nuestro trabajo los veinte principios fundamentales expresados por Perón sobre los cuales se asienta su política, destacamos entre ellos la idea de justicia social y de bienestar común:
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Defiende un solo interés: el del pueblo.
- La verdadera democracia es aquella donde el gobierno hace lo que el pueblo quiere y
Tanto, no peronista.
- El peronismo es esencialmente popular. Todo círculo político es antipopular y, por lo
Caudillo, lo es sólo de nombre.
- El peronista trabaja para el Movimiento. El que en su nombre sirve a un círculo o a un
- No existe para el peronismo más que una sola clase de hombres: los que trabajan.
Uno produzca por lo menos lo que consume.
- En la Nueva Argentina el trabajo es un derecho y es un deber, porque es justo que cada
- Para un peronista no puede haber nada mejor que otro peronista.
Un peronista comienza a sentirse más de lo que es, empieza a convertirse en oligarca.
- Ningún peronista debe sentirse más de lo que es, ni menos de lo que debe ser. Cuando
Patria, después el Movimiento y luego los hombres.
- En la acción política la escala de valores de todo peronista es la siguiente: primero la
Es la felicidad de sus hijos y la grandeza nacional.
- La política no es para nosotros un fin, sino sólo el medio para el bien de la Patria, que
- Los dos brazos del peronismo son la Justicia Social y la Ayuda Social. Con ellos damos
Al pueblo un abrazo de justicia y amor. 11. El peronismo anhela la unidad nacional y no la lucha. Desea héroes pero no mártires. 12. En la Nueva Argentina los únicos privilegiados son los niños. 13. Un gobierno sin doctrina es un cuerpo sin alma. Por eso el peronismo tiene una doctrina política, económica y social: el Justicialismo. 14. El Justicialismo es una nueva filosofía de la vida, simple, práctica, popular, profundamente cristiana y profundamente humanista.
15. Como doctrina política, el Justicialismo realiza el equilibrio del derecho del individuo con el de la comunidad. 16. Como doctrina económica, el Justicialismo realiza la economía social, poniendo el capital al servicio de la economía y ésta al servicio del bienestar social.
17. Como doctrina social el Justicialismo realiza la Justicia Social, que da a cada persona su derecho en función social. 18. Queremos una Argentina socialmente Justa, económicamente Libre y políticamente Soberana. 19. Constituimos un gobierno centralizado, un estado organizado y un pueblo libre. 20. En esta tierra lo mejor que tenemos es el pueblo.
LA INSUFICIENCIA DE LAS VIEJAS RESPUESTAS
Durante la década de 1930, la sociedad argentina se volvió cada vez más compleja como producto del desarrollo industrial; de las migraciones internas y externas, de la conformación de demandas de sectores recientemente constituídos o asociaciones sindicales, profesionales, académicas, estudiantiles; de la gestación de nuevos campos técnico – profesionales. Ni el sistema educativo estatal vigente, ni la capacitación en fábricas o la educación laboral realizada por parroquias, alcanzaban a responder a la demanda social de una educación que fuera moderna y que superara las clásicas deficiencias del sistema, es decir, la deserción, la repitencia y la exclusión de los sectores más pobres de la población. Las insuficiencias en el desarrollo de la sociedad civil para hacerse cargo de mediante formas privadas de educación de los problemas planteados, se hicieron evidentes durante los últimos años de la década de 1930.
La sociedad civil desarrolló desde fines del siglo XIX múltiples modalidades dirigidas a responder al conjunto de necesidades educativas de las que el Estado conservador no se hacía cargo. Si bien, durante el yrigoyenismo se ampliaron los márgenes de los servicios educativos estatales, no se realizaron modificaciones sustanciales al sistema consolidado desde 1884 hasta 1916. En la década de 1930 tanto aquel sistema, como las sociedades populares de educación comenzaron a resultar insuficientes para atender a una población que había crecido considerablemente al ritmo de la modernización. La demanda de capacitación para obreros, empleados, adultos y mujeres crecía y era más compleja. La industriaaceleraba su desarrollo, las capas humildes de campesinos que llegaban a las ciudades, especialmente a Buenos Aires, aspiraban a lograr una capacitación que los hiciera aptos para ingresar a una fábrica y ascender socialmente.
Por todos estos factores, es que las miradas se dirigieron hacia el Estado, exigiendo acciones centralizadoras. La comunidad educativa consideraba necesario la verticalización de la conducción educativa en el Estado Nacional. Reclamaba que este último extendiera su capacidad de contención de la población que demandaba algún tipo de educación y de la modernización del sistema escolar, en especial su función de capacitador para el trabajo industrial.
LOS GOBIERNOS PERONISTAS (1946 – 1955)
Cultura en los sectores populares: a partir de 1945 hubo cambios muy importantes en la cultura Argentina bajo un panorama manifestado de la siguiente manera: por un lado una elite junto a una clase media que buscaba ascender con rasgos de minoría culta y por el otro una cultura popular distinta y totalmente opuesta. Esta última adquirió carácter Nacional. Elproceso de nacionalización se intensificó gracias a la decreciente inmigración y a la falta de productos extranjeros (a causa de la Segunda Guerra mundial). La característica más relevante de esta situación fue el enfrentamiento entablado entre "la cultura nacional y popular" y "la cultura oligárquica" donde ambas defendieron su acción, sus códigos y actitudes.
El teatro, las universidades, los museos, las bibliotecas, y la literatura siguieron siendo ámbitos predominantes de la elite y la clase media. El símbolo del conflicto social cultural del peronismo se traduce a la frase del sector popular "alpargatas sí, libros no". Para los trabajadores aislados de la cultura elitista, ser culto era ser rebelde con la oligarquía, ya que esto dignificaba su identidad como pueblo.
Sobre todo este conflicto se expresó en la educación, para ser más precisos en las instituciones educativas, con un crecimiento de matrículas en los tres niveles de enseñanza, lo que significó una incorporación masiva de los sectores trabajadores a nuevos ámbitos culturales.
La candidatura de Perón fue apoyada por un frente heterogéneo de partidos articulados en torno a dos núcleos. Uno de los núcleos era el Partido Laborista, una institución política creada por la CGT, cuyo primer afiliado era el propio Perón. El otro era un desprendimiento de la UCR denominado UCR – Junta Renovadora, liderado por Hortensio Quijano, el candidato a vicepresidente. También, en varias provincias, algunos caudillos conservadores respaldaron a Perón, al igual que el Ejército. Finalmente, la posición oficial de la Iglesia también favorecía indirectamente a la fórmula Perón – Quijano. Como en las elecciones de 1931 y 1937, la Iglesia manifestó que prohibía a los católicos votar por partidos que sostuvieran la separación del Estado con la Iglesia, el laicismo escolar y el divorcio legal. En la medida en que Perón reafirmaba su orientación católica, proponía "la enseñanza obligatoria, gratuita y laica de 6 a 14 años", la opción por Perón se manifestaba con claridad.
En 1946, Juan Domingo Perón asumió la Presidencia. Perón inauguró su gobierno con un mensaje de conciliación con la oposición opositora. Sin embargo, varias decisiones políticas que tomó durante los dos primeros años de su mandato desmintieron estas intenciones. Uno de los objetivos prioritarios de Perón era organizar y disciplinar a sus seguidores. El proceso de reunificación de los distintos sectores bajo el liderazgo exclusivo de Perón se completó en 1947 con la creación del Partido Peronista y en 1949 con la creación del Partido Peronista Femenino. Estas entidades se encuadraban junto con la CGT en el Movimiento Peronista.
En los discursos y proclamas de Perón como presidente, se podía observar que el gobierno no consideraba al Movimiento Peronista como una agrupación política más, sino que tendía a identificarlo con toda la nación. Esta concepción tornaba ilegítima cualquier oposición: el desacuerdo con la doctrina peronista era, para el gobierno, un enfrentamiento con lanación misma.
De esta manera, Perón llevó adelante una política de marginación de las expresiones políticas y sociales opositoras. Durante todo el mandato de Perón los medios de comunicación independientes fueron sometidos a fuertes presiones, como así también los políticos opositores sufrieron la persecución del gobierno.
La doctrina peronista incorporaba algunas ideas generales entre las que se destacaba la de la justicia social. Por cierto, la justicia social tenía antecedentes en la historia argentina, pues distintos partidos y organizaciones sociales, habían planteado en las décadas anteriores concepciones semejantes a las de Perón. Pero ninguna de ellas había hecho de esta idea el eje de su política. La noción de justicia social suponía el reconocimiento de las desigualdades sociales generadas por el funcionamiento de una economía capitalista, pero excluía la alternativa de un cambio revolucionario hacia un sistema socialista. La alternativa propuesta residía en una intervención estatal, que arbitrara en el conflicto entre el capital y el trabajo y socorriera a los sectores más desprotegidos de la sociedad argentina.
Otras de las ideas centrales del pensamiento de Perón era la "Tercera Oposición". Esta concepción presentaba al justicialismo como una alternativa ante los dos grandes sistemas políticos e ideológicos existentes durante la Guerra Fría. Esta postura era considerada como la superación de la oposición entre el individualismo capitalista y el colectivismo marxista.
La aplicación de esta orientación a la política exterior se expresaba en que el gobierno peronista se manifestaba independiente frente al conflicto entre el bloque occidental y el comunista.
Durante la segunda posguerra, se afianzó en los países capitalistas la tendencia hacia una mayor intervención estatal en la vida económica y social. En los países industriales de Europa occidental y de América del Norte se desarrolló un nuevo tipo de Estado denominado "Estado de Bienestar". La transformación consistió en que los estados de bienestar, aseguraban al conjunto de la población una amplia cobertura de servicios sociales. Así, durante los 30 años posteriores al fin de la Segunda Guerra Mundial, el panorama social de los países industriales estuvo marcado por la extensión de los servicios de salud y de educación, por el desarrollo de programas de seguridad social y de vivienda y por la implementación de seguros de desempleo.
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Estas tendencias también se manifestaron en la Argentina, con algunos rasgos diferenciales: la expansión de los servicios sociales fue muy rápida y, además los cambios en la legislación social y el súbito crecimiento de los asalariados en el ingreso nacional se realizaron en un marco de baja conflictividad social. Esto se debió principalmente a las ventajosas condiciones económicas del país a comienzos de la segunda posguerra.
La buena situación económica permitió sostener un importante aumento del gasto público, el Estado aumentó la inversión en vivienda, salud, seguridad y educación.
Un componente importante de la política social del gobierno fue la ayuda directa a los sectores más necesitados de la población, ejecutada a través de un organismo paraestatal, la Fundación Eva Perón.
Eva Perón mantuvo una estrecha relación con aquellos sectores débilmente cubiertos por otras formas de protección estatal o sindical. La orientación distribucionista del gobierno en un contexto económico propicio favoreció tanto el pleno empleo como la ampliación del mercado interno. La acción estatal con respecto a la ampliación de servicios de salud, educación, construcción de viviendas, y en general, de los sistemas de seguridad social, tuvieron un fuerte impacto positivo sobre el bienestar de los sectores populares.
LAS REFORMAS DEL SISTEMA EDUCATIVO
Las reformas al sistema realizadas durante el primer gobierno peronista, se fundamentaron en los principios del Primer Plan Quinquenal (1947). El Plan destaca la búsqueda de una filosofía educacional que equilibre materialismo e idealismo y que haga compatible el principio de democratización de la enseñanza, con la creación de una modalidad de compensación para quienes no han tenido las oportunidades de educación que otros poseen. Entre las primeras observaciones que surgen frente a esta primera reforma del sistema hecha por el peronismo, se destacan:
- No se incluye la gratuidad en el nivel secundario, a diferencia de lo que ocurre en el
Nivel primario y la universidad. Al respecto, surgen varias hipótesis, tales como que se consideraba que el nivel medio debía ser selectivo y que a la Universidad sólo debían acceder los alumnos mejor capacitados. También, es posible que se diera especial importancia al aporte empresarial para sostener el nivel medio técnico, que serviría a la capacitación derecursos humanos, inmediato interés de ese sector. Finalmente, es posible que la gratuidad de la Universidad haya sido una medida tomada con el objetivo de calmar las tensiones provocadas ante la decisión de quitarle la autonomía.
- Este plan consideraba problema de Estado la promoción y el enriquecimiento de la
Cultura nacional. Proveía dos vías principales para la acción cultural: por la enseñanza y por la tradición. La primera se desarrollará a través de las escuelas, los colegios las universidades, los conservatorios, los centros científicos y los centros de perfeccionamiento técnico. La segunda mediante el folklore, la danza, la religión, la poesía popular, la familia, la historia y los idiomas.
En 1949, con Oscar Ivanissevich a la cabeza, se retrocedió respecto de las propuestas del Primer Plan Quinquenal, quedó consagrada la subsidiariedad del Estado en materia de educación y se limitó la autonomía de las universidades.
Perón, una vez afirmado el control del Movimiento Peronista y limitadas las posibilidades de acción de la oposición política y social, decidió reformar la Constitución Nacional.
El objetivo de esta medida era adecuar el ordenamiento constitucional del país a los cambios que había producido el peronismo. La nueva Constitución fue sancionada en 1949 e incluyó algunos principios del justicialismo, además de la reelección presidencial. Entre los principios fundamentales, se incluyen en el artículo 37, los derechos de la educación y la cultura, que establecen: la educación y la instrucción corresponden a la familia y a los establecimientos particulares y oficiales que colaboren con ella, conforme a lo que establezcan las leyes. Para ese fin, el Estado creará escuelas de primera enseñanza, secundaria, técnico – profesionales, universidades y academias.
1. La enseñanza tenderá al desarrollo del vigor físico de los jóvenes, al perfeccionamiento de sus facultades intelectuales y de sus potencias sociales, a su capacitación profesional, así como a la formación del carácter y el cultivo integral de todas las virtudes personales, familiares y cívicas.
2. La enseñanza primaria elemental es obligatoria y será gratuita en las escuelas del Estado.
La enseñanza primaria en las escuelas rurales tenderá a inculcar en el niño el amor a la vida del campo, a orientarlo hacia la capacitación profesional en las faenas rurales y a formar la mujer para las tareas domésticas campesinas. El Estado creará, con ese fin, los institutos necesarios para preparar un magisterio especializado.
3. La orientación profesional de los jóvenes, concebida como un complemento de la acción de instruir y educar, es una función social que el Estado ampara y fomenta mediante instituciones que guíen a los jóvenes hacia las actividades para las que posean naturales aptitudes y capacidad, con el fin de que la adecuada elección profesional redunde en beneficio suyo y de la sociedad.
4. El Estado encomienda a las universidades la enseñanza en el grado superior, que prepare a la juventud para el cultivo de las ciencias al servicio de los fines espirituales y del engrandecimiento de la Nación y para el ejercicio de las profesiones y de las artes técnicas en función del bien de la colectividad. Las universidades tienen el derecho de gobernarse con autonomía, dentro de los límites establecidos por una ley especial que reglamentará su organización y funcionamiento.
Una ley dividirá el territorio nacional en regiones universitarias, dentro de cada una de las cuales ejercerá sus funciones la respectiva universidad. Cada una de las universidades, además de organizar los conocimientos universales cuya enseñanza le incumbe, tenderá a profundizar el estudio de la literatura, historia y folklore de su zona de influencia cultural, así como a promover las artes técnicas y las ciencias aplicadas con vistas a la explotación de las riquezas y al incremento de las actividades económicas regionales.
Las universidades establecerán cursos obligatorios y comunes destinados a los estudiantes de todas las facultades para su formación política, con el propósito de que cada alumno conozca la esencia de lo argentino, la realidad espiritual, económica, social y política de su país, la evolución y la misión histórica de la República Argentina, y para que adquieraconciencia de la responsabilidad que debe asumir en la empresa de lograr y afianzar los fines reconocidos y fijados en esta Constitución.
5. El Estado protege y fomenta el desarrollo de las ciencias y de las bellas artes, cuyo ejercicio es libre; aunque ello no excluye los deberes sociales de los artistas y hombres de ciencia. Corresponde a las academias la docencia de la cultura y de las investigaciones Científicas postuniversitarias, para cuya función tienen el derecho de darse un ordenamiento autónomo dentro de los límites establecidos por una ley especial que las reglamente.
6. Los alumnos capaces y meritorios tienen el derecho de alcanzar los más altos grados de instrucción. El Estado asegura el ejercicio de este derecho mediante becas, asignaciones a la familia y otras providencias que se conferirán por concurso entre los alumnos de todas las escuelas.
7. Las riquezas artísticas e históricas, así como el paisaje natural cualquiera que sea su propietario, forman parte del patrimonio cultural de la Nación y estarán bajo la tutela del Estado, que puede decretar las expropiaciones necesarias para su defensa y prohibir la exportación o enajenación de los tesoros artísticos. El Estado organizará un registro de la riqueza artística e histórica que asegure su custodia y atienda a su conservación.
Las diferencias ideológicas entre el Plan y la reforma constitucional de 1949, difieren también en las metas que se proponen. Frente al perfil nacionalista y vinculado a la práctica y al trabajo propuesto por Arizaga, el nuevo texto constitucional ubica como prioridad el desarrollo físico de los jóvenes. En segundo lugar quiere el perfeccionamiento de sus facultades intelectuales y luego su capacitación profesional.
Detrás de la reforma de la educación peronista estaba la valorización de la educación laboral como parte de la planificación del desarrollo nacional, por esto se crean numerosos establecimientos de educación técnica, destinadas a la formación de mano de obra calificada al interior del país.
Los siguientes datos nos sirven para comprobar nuestra hipótesis, en la cual afirmamos que se producen importantes progresos en la educación estatal durante el peronismo, ya que la enseñanza media normal pasó de 48.794 alumnos en 1943 a 55.238 en 1948 y 97.306 en 1955, es decir que duplicó su población durante este período. En 1943, eran estatales el 61.87% de los establecimientos de enseñanza media normal y privados el 38.13%; en 1948 los porcentajes respectivos eran de 64.18% y 35.82%; en 1995, 69.35% y 30. 65%. El sistema educativo privado había decrecido al término del segundo gobierno peronista. Pero la Ley 13.047 de 1947 había establecido el subsidio oficial a las escuelas privadas. Perón, favorecía por un lado al liberalismo católico que quería desarrollar un sistema escolar propio y ratificaba la enseñanza religiosa en las escuelas y, por otro lado, incorporaba formas de control sobre la educación eclesiástica.
Nos parece importante agregar que en el campo de la enseñanza primaria se trabajaba para ampliar la educación en todas las actividades atenientes a la Nación (industria, producción, técnica y artesanal, entre otras), utilizando la implementación de métodos pedagógicos exclusivamente argentinos. Siguiendo con estas necesidades, se crearon 2.000 escuelas primarias, las cuales eran características propias de la construcción de la época, que utilizaba la grandeza en todos sus edificios. En este periodo se realizaron más escuelas, que en ningún otro, aproximadamente tres escuelas por día; (y unas 8.000 en total). Se estipulaba de esta forma que el índice de analfabetismo que era de un 15%, se redujo para el año 1955, a tan sólo un 3%.
Además se crearon escuelas fábricas cuyo objetivo era la inclusión total de los argentinos a La educación.
Con la sanción de la ley 12.921, quedó constituida la Comisión Nacional de Aprendizaje y Orientación Profesional, que fue uno de los pilares sustanciales en los que se basó la enseñanza técnica y la industria nacional. Por consecuencia de esta disposición se crearon establecimientos de escuelas en dónde se buscaba orientar a la juventud argentina, para perfeccionarse en las técnicas industriales.
Otras de las funciones que se le atañen a éstos establecimientos son las de funcionar, como centros docentes de diversos oficios artesanales. Además, de funcionar como centros asistencialistas, ya que en ambos gobiernos de Perón, los alumnos de dichas "escuelas", recibían sin costo alguno: desayuno, almuerzo, herramientas, elementos de estudio, libros, e incluso la vestimenta de trabajo.
Dicha, ley tiene a su cargo el funcionamiento del aprendizaje y de orientación profesional, que comprende tres ciclos: el básico, técnico y la universidad obrera.
- Ciclo Básico: duración de 3 años. Comprendía a su vez:
a) Los cursos de aprendizaje que estaban diseñados para menores de 14 a 18 años de edad, con la condición de haber terminado el nivel primario satisfactoriamente. Las actividades se realizaban dentro del funcionamiento normal de las escuelas fábricas, bajo un régimen mixto de enseñanza con producción; los cursos eran de 8 horas diarias con instrucción técnica, distribuida en dos turnos de 4 horas cada uno.
b) Los cursos de medio turno, estaban destinados a menores de edad, ocupados en las industrias Nacionales. Su desempeño se realizaba, también en las escuelas fábricas.
c) La universidad obrera se detalla, más adelante, con relación a la participación universitaria que se manifestó, en la segunda presidencia de Perón.
A la finalización del curso básico, se les entregaba un título correspondiente a la orientación, que habían elegido, y de este modo se aseguraban un trabajo seguro y remunerado.
- Ciclo Técnico: con una duración de 4 años; cuyo objeto era la formación del personal técnico que dirigía los establecimientos industriales referidos a la producción. Los ingresantes debían tener aprobado cualquier curso del ciclo básico y era una condición indispensable que el alumno trabajara en la especialización ya abordada y aprobada. Con esteprocedimiento se buscaba el enriquecimiento del oficio escogido (artesanal o técnico).
- Ciclo Universitario: duración de 6 años. Los requisitos para los ingresantes eran, haber aprobado el ciclo técnico en la especialidad correspondiente, y estar ocupado en actividades industriales, vinculadas a la misma.
Otra de las bases principales de la Comisión de Aprendizaje y Orientación, fue el instituto de Psicotécnica y Orientación profesional, que tenían por objetivo: la revisión de menores desde el punto de vista psicofísico y psicotécnico, como complementario de la revisión médica. Realizar estudios acerca de las condiciones físicas y psicofísicas que se necesitan para el desarrollo de todos los oficios; realizar también, estadísticas sobre el aprendizaje en las escuelas o cursos profesionales o técnicos que existían en esa época en el país. Organizar una biblioteca y asuntos referidos al aprendizaje, los cursos técnicos, la legislación de la educación y del trabajo de menores, entre otros.
Entre 1947 y 1951 se crearon 78 escuela fábricas, 103 escuelas para aprendizaje, 106 escuelas de medio turno, 304 escuelas de capacitación obrera para adultos y 78 escuelas de capacitación profesional para mujeres. También existían institutos de enseñanza técnica del sistema educativo general, dependientes del Ministerio de Educación, que se les formaba con prácticas intensas y aún más relacionadas a la industria.
EL CONFLICTO CON LA IGLESIA CATÓLICA
Afines de 1943, los militares imponen como obligatoria y optativa la enseñanza religiosa católica, en las escuelas primarias y secundarias. Era optativa porque cada padre podía abstener a sus hijos de tal educación con solo solicitarlo a comienzos del año de inicio; pero la educación religiosa debía de estar en todos los planes de estudio. Esta disposición se modificó en 1944. Pero recién en 1947 al producirse el conflicto de Perón con la Iglesia, el Ministerio de Educación suspendió la enseñanza de religión y moral.
La política de política social de la Fundación Eva Perón estuvo vinculada a la incorporación de la mujer a la vida política y puso en serio peligro el poder que la Iglesia Católica sostenía mediante la beneficencia y las obras de caridad.
El peronismo y la Iglesia mantenían muy estrechos vínculos desde los comienzos del gobierno. Además, el gobierno había promovido la ratificación legislativa del decreto 18.411/43, que establecía la enseñanza de la religión católica en las escuelas públicas, y había duplicado los aportes estatales para sostener el culto, medidas que facilitaron la expansión de la presencia institucional de la Iglesia.
Sin embargo, esta alianza se fue deteriorando progresivamente, a causa del énfasis creciente del peronismo en la afirmación de una doctrina que competía con la Iglesia, además ya en 1945, el gobierno decidió sacar del control eclesiástico la enseñanza religiosa de las escuelas públicas. El conflicto se agudizó cuando en 1954, el gobierno decidió suprimir la enseñanza religiosa en las escuelas y en 1955 cuando expulsó a algunos sacerdotes que lo habían criticado por establecer el divorcio y legalizar la prostitución. Pero el impacto más importante del conflicto entre Perón y la Iglesia se produjo en las Fuerzas Armadas. Los militares antiperonistas vieron fortalecidas sus posiciones, en la medida en que la mayoría de los oficiales, hasta entonces neutrales o peronistas, sufrieron la tensión entre su condición de católicos y su lealtad al gobierno o a sus funciones profesionales.
En este contexto de agudización de los enfrentamientos, se produjo un levantamiento militar en Córdoba el 16 de septiembre de 1955, lo que provocó la renuncia de Perón y posteriormente su exilio.
Leer más: http://www.monografias.com/trabajos17/peron-menem-educacion/peron-menem-educacion.shtml#ixzz3o5XFT8L7 |
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De: Matilda |
Enviado: 09/10/2015 16:22 |
Los orígenes de la CGT
Fundada en 1930, la CGT cumplió hace pocos días 85 años de vida. Los comienzos de la central que logró mayor peso en la clase obrera sindicalizada.
El aniversario llega con una central fragmentada en al menos tres sectores. Hugo Moyano, encabezó un acto con motivo del nuevo aniversario desde la histórica sede diciendo que por aquellos años los dirigentes “no hacía mucho habían bajado de los barcos y no paraban de deslucir con politiquerías indescifrables el derecho de los trabajadores” y que “insistían en vanas querellas y controversias ideológicas que en nada ayudaban a mitigar la explotación en la que estaban sumidos los obreros”.
Estas “controversias ideológicas” a las que se refiere Moyano son las ideas socialistas, sindicalistas, anarquistas (y tiempo después comunistas) que confluyeron en la conformación de la CGT el 27 de septiembre de 1930, tres semanas después de haberse producido el primer golpe de estado en el país. La clase obrera argentina llegó a la década del ’30 con un importante grado de organización y de experiencia en la lucha de clases.
Las primeras centrales obreras creadas a comienzos del Siglo XX se encontraban fuertemente influenciados por los anarquistas que consideraban a los sindicatos como una herramienta de los trabajadores para enfrentar los abusos del Estado y de los empresario. Los fuertes niveles de represión de la época se vieron en “la Semana Roja”, la “Semana Trágica” y la “Patagonia Rebelde” (las dos últimas huelgas fueron reprimidas bajo el gobierno del radical H. Yrigoyen). Con el paso de los años, la corriente anarquista fue perdiendo influencia, cediéndole su lugar a los “sindicalistas” quiénes consideraban que los trabajadores sólo debían jugar un rol activo dentro del plano sindical y reivindicativo. Las condiciones económicas adversas que desencadenaron una profunda crisis económica a nivel mundial en 1929, sumado a la crisis del régimen político y a la agudización de la represión, van a producir el franco retroceso del sindicalismo, pasando de 100.000 afiliados a tan sólo 10.400 en 1927. Para este momento el movimiento obrero organizado se encontraba divido en tres centrales sindicales.
La conformación de la CGT y la estatización de los sindicatos Impulsada primero por la Federación Obrera Poligráfica Argentina (FOPA) que representaba a los imprenteros, se le sumaron la Unión Sindical Argentina (USA) – sindicalistas- y la socialista Confederación Obrera Argentina (COA). A pesar de haber sido creada para fortalecer al movimiento obrero en una coyuntura económica y social adversa, la cúpula de la CGT prefirió comenzar su historia pactando con el gobierno militar de Uriburu, antes que organizar a los trabajadores en sus lugares de trabajo. Impotente para enfrentar la coyuntura, la resistencia quedó en manos de una minoría anarquista y comunista.
La década del ’30 vio un creciente fortalecimiento de la clase obrera, incentivado por la industrialización, como quedó demostrado en la gran huelga de la construcción dirigida por el PC (de más de cien días) y los paros generales de enero de 1936. Como ocurre en la actualidad con gremios como camioneros, UOM, SMATA o la UTA, la primera CGT estaba dirigida por los gremios que tenían mayor poder de negociación. Éstos son los que pueden afectar de alguna forma el normal funcionamiento de la economía. Fueron los ferroviarios los que encabezaron la central de trabajadores a partir de 1930, representando al 65% del total de los afiliados. Tenían lo mejores sueldos y recibían una serie de beneficios impensados para ese momento como vacaciones pagas, licencia por enfermedad y caja de jubilaciones.
La influencia alcanzada por los grandes gremios llevó a que sus dirigentes se separen cada vez más de las bases acelerando el proceso de burocratización y logrando importantes beneficios para sus propios intereses sectoriales. La figura paternalista de los caudillos sindicales que deciden a espaldas de los obreros, reemplazó al histórico método de democracia directa de viejos sindicatos anarquistas. Perón, desde la Secretaría de Trabajo y Previsión (1943 a 1945) reguló las relaciones entre el capital y el trabajo y medió en los asuntos gremiales. Entendió que si quería gobernar necesitaba a los dirigentes y a sus sindicatos como aliados estratégicos para contener, cuando sea necesario, la lucha de clases. En enero del ‘45 se sumaron a la CGT nuevos gremios en expansión: metalúrgicos, construcción, vestido, madereros, vitivinícolas, panaderos, portuarios y azucareros.
El gobierno peronista, además de impulsar masivamente la sindicalización de los trabajadores, le brindó un lugar central a la burocracia sindical. Esto la llevó a pegar un salto de calidad, recibiendo importantes beneficios económicos del Estado. La CGT se subordinó plenamente al gobierno y actuó bajo su órbita. Con una serie de concesiones que permitieron mejorar las condiciones de los trabajadores, los sindicatos se convirtieron en un grupo de apoyo político directo al régimen y a Perón. Si bien la central había sufrido desde sus orígenes una serie de rupturas, con Perón, volvió a unificarse reforzando el proceso de burocratización y estatización de las organizaciones obreras. La Ley de Asociaciones Profesionales fue clave para consolidar esta relación: le permitía al Estado controlar la actividad sindical, reglamentar las huelgas y determinar qué gremios estaban autorizados a negociar con las patronales.
El “modelo sindical peronista” se convirtió en la columna vertebral del movimiento, abandonando la independencia política de los trabajadores organizados y alejando a sus direcciones de los intereses de los “representados”. Sin embargo este modelo se vio desafiado en numerosas oportunidades por el avance de los sectores clasistas y de izquierda en los cuerpos de delegados y las comisiones internas, sobre todo en las etapas de ascenso del movimiento obrero.
¿Qué sindicatos queremos?
Hoy en día existen 5 centrales sindicales. Dicen que se quieren unificar, pero el objetivo no es fortalecer al movimiento obrero para enfrentar el ajuste. Antes que nada, los burócratas se proponen como garantes de la “paz social” en las calles y en los lugares de trabajo, al mismo tiempo que buscan mantener las posiciones de privilegios, que tienen desde hace décadas, y su poder real (y material) que les dejan los sindicatos: cajas de jubilaciones, subsidios y negociados con las tercerizadas. Los marxistas revolucionarios consideramos una necesidad de primer orden recuperar los sindicatos de las manos de la burocracia traidora que, hoy en día, tiene a los mismos dirigentes atornillados en sus sillones desde hace décadas, muchos de ellos acusados de corrupción como es el caso de Antonio Caló.
Peleamos para que los sindicatos sean independientes del Estado y para que la democracia sindical sea el método que permita construir sindicatos activos, militantes que construyan una alternativa real para el conjunto de las masas explotadas apuntando a la auto-organización. El sindicato ceramista de Neuquén marcó el camino conquistando una herramienta fundamental para la lucha, organizándose en asambleas, rotando en sus cargos para volver a trabajar cobrando el mismo salario que cualquier trabajador y asegurando la posibilidad de que sean revocados mediante asambleas. |
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“Yo soy la descamisada,
a la que al fin se le escucha,
la que trabaja y que lucha
para el bien de la Nación.
(Letra: H. Helu Música: E. P. Maroni
Cantada por Nelly Omar. Creada a principios de 1945)
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Ella no significa nada para mí, y sin embargo iré tras el misterio de su muerte,
detrás de sus restos que se pudren lentamente en algún remoto cementerio.
(Rodolfo Walsh, “Esa mujer”, 1966)
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Hemos llegado a esta quinta etapa que nos plantea nuevos interrogantes en el recorrido. ¿Por qué? En cierta forma porque, tanto por razones cronológicas como espaciales, hablamos de un proyecto político-pedagógico que, en muchos aspectos, está vigente. Y, a la vez, porque las complejas implicancias del proyecto político-educativo del peronismo requieren un abordaje que supera las posibilidades de este artículo. Sin embargo, intentaremos aquí dar cuenta de alguno de los rasgos centrales que éste desarrolló, incluso de aquellos que para muchos autores no están agotados en absoluto y han sido retomados, resinificándolos, en etapas posteriores. Este análisis supone la |
consideración de la dimensión conflictiva que es propia de lo político, en el sentido que le da Chantal Mouffe. (1999: 14). A la vez, vale la pena resaltar una vez más nuestra concepción de la educación como una herramienta capaz de transformar a la sociedad y es en ese sentido que nos interesa indagar al peronismo: ¿a qué tipo de sujetos interpeló? ¿Qué impacto tuvo este pensamiento y las acciones del peronismo, en la configuración de nuevas subjetividades? Desde ya, estas interpelaciones van más allá de los límites de los programas educativos e incluso, de la dimensión histórica de los gobiernos peronistas, como veremos más adelante. |
Chantal Mouffe |
Tenemos que tratar de pensar la educación, tal como vimos en los artículos anteriores, mucho más allá del sistema escolar, para entender la dimensión político-pedagógica de estos proyectos de país. Porque el propósito de estas entregas no es tanto mirar las “pedagogías” o los hechos educativos de cada período, sino más bien identificar la dimensión educativa del pensamiento político latinoamericano; en este caso, el peronismo. Esto es, ¿qué hay de interpelador en un discurso político como el peronista? ¿Qué tipo de sujeto social y político pretende formar ese discurso? ¿Cuáles son, en general, los alcances formativos o educativos del discurso político peronista?, teniendo en cuenta que el discurso está hecho no sólo de palabras sino también de acciones, de experiencias, de hechos, de políticas concretas. |
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De modo que, en primer lugar, podemos decir que el peronismo constituyó un programa político-formativo nacional, popular y en clave latinoamericanista, que se propuso incorporar, por primera vez y de manera masiva, a los trabajadores y a los sectores populares (el pueblo) en un sistema educativo que acompañara al proyecto productivo nacional. A la vez, incorporó a la vida política y al ejercicio más pleno de la ciudadanía a las mujeres, es decir, al menos a la mitad de la población, asumiendo de |
Retrato de Juana Azurduy |
este modo las banderas de luchas que habían comenzado décadas antes, simbolizadas en figuras emblemáticas como Juana Azurduy, y más adelante en las militantes socialistas, anarquistas, radicales, que reivindicaban la necesidad de democratizar la sociedad habilitando, para ello, la participación política de las mujeres. En consecuencia, el proyecto peronista impactó de manera directa en todos los hogares y en las configuraciones familiares, el orden social y la concepción de los roles y de la infancia, como sujeto de derechos privilegiado. |
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Es en este sentido, precisamente, en el que se lo puede considerar la dimensión educativa de este discurso político, ya que no sólo interpeló como sujeto político al pueblo, sino que al interpelarlo, al mismo tiempo que lo reconoció, impulsó la configuración de su identidad política, lo cual podría decirse que es el núcleo de su tarea educadora. |
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Esta operación, que se dio tanto en el plano del discurso como en el de la acción política, constituye el centro de la trama pedagógica del peronismo y un rasgo distintivo de los movimientos populistas de América Latina (en el sentido de Laclau), que se harán cargo de la conflictividad política implicada en la distribución desigual de la renta, tanto hacia el interior de la sociedad argentina como en el orden mundial de los poderosos imperios que someten a los pueblos, apoderándose de sus recursos. A la vez, en este diálogo, en este intercambio, entre el conductor del Movimiento Justicialista y su interlocutor |
Ernesto Laclau |
Eva Duarte de Perón |
privilegiado, el pueblo argentino, Eva Perón jugó un papel fundamental, incluso desde el punto de vista del lenguaje, en la interpelación a organizarse para luchar, desde la unidad popular, por la independencia económica, la justicia social y la soberanía política. Si por un lado Juan Perón ejerce la autoridad y el poder en cuanto líder, conductor militar y “maestro”, esta tarea pedagógica, el magisterio popular, por decirlo de otro modo, está mediado por “Evita”. Ella representa al pueblo, proviene de su seno, comparte sus sentimientos y aspiraciones ya que ha sufrido en carne propia la injusticia social y, como éste, aprende mientras enseña, lucha y milita. Así lo expresa en Mi mensaje (1952: 5): |
le pedí [a Perón] que fuese mi maestro y él, en las treguas de su lucha, me enseñó un poco de todo cuanto pude aprender. Me gustaba leer a su lado. Empezamos por “Las vidas paralelas” de Plutarco y seguimos después con las “Cartas completas de Lord Chesterfield a su hijo Stanhope”. En un tiempo me enseñó un poco de los idiomas que él sabía: inglés, italiano y francés. Sin que yo lo advirtiese, fui aprendiendo también a través de sus conversaciones la historia de Napoleón, de Alejandro y de todos los grandes de la historia. Y así fue que me enseñó también a ver de una manera distinta nuestra propia historia. Con él aprendí a leer en el panorama de las cuestiones políticas internas e internacionales. Muchas veces me hablaba de sus sueños y de sus esperanzas, de sus grandes ideales. |
Juan Domingo Perón |
Además de esta formidable tarea educadora que se dio en el campo de las comunicaciones, las fábricas, en las organizaciones sindicales, en las unidades básicas, se procuró modificar el discurso, el currículum y las prácticas pedagógicas, revalorizando los saberes “socialmente productivos” y colectivos de los trabajadores (Puiggrós, A, 2004: 31), las tradiciones de pedagogías no liberales (hispanistas, de “valores”, cristianas), en paralelo al proceso de reconocimiento de derechos que este formidable movimiento instituyó en la Argentina de los años 40. |
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Como la mayoría de los proyectos latinoamericanos populares, el peronismo produjo una síntesis, no exenta de contradicciones, de varias tradiciones de las que se fue nutriendo y que estaban presentes en la configuración cultural de los sectores |
Hipólito Yrigoyen |
populares: el catolicismo nacional, en oposición al proyecto liberal y positivista; nacionalistas y populares como el radicalismo de Yrigoyen, algunas expresiones del socialismo y del comunismo, e incluso del marxismo leninista en su expresiones políticas más radicalizadas. Conviene no perder de vista el contexto de los años 40: incluso los gobiernos surgidos del fraude electoral comienzan a tomar medidas de intervención estatal en la economía, si bien fueron para favorecer a los sectores dominantes y como respuesta a la crisis mundial del 30, que había afectado al modelo agro-exportador argentino en el cual descansaba la renta de la oligarquía; por otro lado, la Guerra Mundial, que al modificar la geopolítica y habilitar el surgimiento de un nuevo orden mundial, con Estados Unidos y la URSS a la |
cabeza de los dos grandes bloques, obligaba a América Latina y a nuestro país en particular, a tomar una posición diferente de la tradicional alianza que la oligarquía nacional, mediante los sucesivos gobiernos, mantenía con el Imperio Británico. Los Aliados, con los británicos a la cabeza, a su vez presionaban para que se abandonara la política de neutralidad de nuestro país, de tradición pacifista. |
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Por su parte, la incorporación masiva de inmigrantes de la Europa empobrecida y en conflicto, había contribuido a la emergencia de nuevos actores a la vida social y política nacional, modificando los rasgos de las configuraciones urbanas y rurales; el incipiente surgimiento de una industria que generaba nuevas demandas, y nuevos saberes en la formación y capacitación de los trabajadores, las organizaciones de sindicatos que pugnaban por mejorar sus condiciones de vida y un sistema educativo cuyo modelo positivista y enciclopedista liberal, no daba respuesta a los nuevos desafíos de la época y la necesidad de incluir a cada vez más argentinos. Pensemos, por dar sólo un ejemplo, en la altísima tasa de deserción escolar en el nivel primario de 1943: |
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773.117 ingresantes a primer grado en 1937, quedaban 107.565 que lo hicieron en 1943 a 6to. grado, es decir que desertaron 66.552, el 86 %, pese al elevado número de escuelas, 13.000, y de maestros, 67.000, diseminados por el territorio nacional. […] Se trataba, pues, de “vitalizar” la escuela, dándole activa participación en la vida social cuyo factor más eficiente era el trabajo. (Puiggrós y Bernetti, 2006: 236) |
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Tenemos, entonces, nuevos actores sociales: obreros y técnicos que deben ser capacitados para los nuevos desarrollos industriales; transformaciones socio-demográficas, al cambiar la distribución territorial y la organización de la población; mujeres que se incorporan masivamente al mundo del trabajo; impulso de un modelo de desarrollo con valor agregado a la producción nacional, para efectuar intercambios comerciales con un mundo que estaba mutando hacia un nuevo orden. Y un rol central del Estado en la planificación e implementación de estas políticas. Por su propia experiencia educativa, (su doble condición de militar y de docente de la Escuela Superior de Guerra) Perón entendía las ventajas de la promoción social por medio de la educación, así como la dinámica de la construcción y la comunicación políticas como una verdadera pedagogía. También la necesidad de la formación continúa para habilitar la participación popular y la democratización de la sociedad, ya fuera mediante la educación formal como de los espacios de formación profesional no formales, en organizaciones sindicales, fábricas, bibliotecas populares. Es decir, el peronismo entiende la necesidad de utilizar los dispositivos tecnológicos de la comunicación (en sentido amplio), no de manera instrumental sino con sentido pedagógico, en diálogo con los nuevos sujetos que incorpora e interpela, fuera y dentro de los límites de la educación formal. Transformar el espacio público, los edificios públicos, nacionalizar el transporte (trenes) o las comunicaciones, son medidas de un impacto educativo cultural difícil de evaluar para quienes hemos naturalizado esas condiciones. |
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Dispositivos de orden arquitectónico: los Hogares Escuela, la construcción de nuevas escuelas, los Hospitales, el País de los Niños –hoy llamada “República de los Niños”; el acceso a la vivienda por medio del crédito; los hoteles sindicales, que modifican la geografía, el paisaje y las condiciones de vida de los ciudadanos hasta entonces excluidos: habrá pues un sistema de salud pública de alta calidad accesible a todos; una concepción de apropiación de los espacios públicos por medio de la participación |
el País de los Niños |
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popular (la Plaza de Mayo será considerada la Plaza del Pueblo luego del 17 de octubre del 1945, así como será el escenario de la primera represión hacia civiles, incluyendo cientos de niños, precisamente por eso, en 1955); estrategias en la comunicación pública de las acciones de Gobierno (noticieros como “Sucesos Argentinos”,
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gráfica y afiches de los Planes Quinquenales, discursos públicos y clases), irán configurando una pedagogía social y política. La construcción discursiva expresada en símbolos como las máquinas de coser entregadas a las jefas de hogar o los juguetes para el Día del Niño; el lenguaje corporal y verbal de los discursos de Evita, en su diálogo directo con el pueblo en la plaza o por la radio (“mis descamisados”); las políticas estatales de promoción de las industrias culturales nacionales (cine, música, teatro, bibliotecas, escritura,
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simultánea a la organización de los autores, artistas populares y trabajadores de la cultura para proteger sus derechos) entre otros, configuran conjuntos textuales frecuentemente no organizados como “curriculum”, programa, espacio formativo, propios del peronismo. |
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Hemos insistido a lo largo de estos artículos de la educación transformadora en lo social y en las subjetividades, en aquello que provoca un impacto psíquico en los sujetos, liberador. Que repercute en las sensaciones, el modo de percibir el mundo, sentirlo, interpretarlo y representarlo por medio de diversos lenguajes. No es posible dimensionar acá, pero sí al menos señalar, el impacto democratizador, formador, en la dimensión pedagógico-espacial que tuvo este proyecto para las masas populares. |
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“Cuando la gente vive hacinada, cualquier acción que alguien emprenda tiene repercusiones sobre los demás […] El espacio de las opciones es también limitado.” (Berger, John, 2011:93) |
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Al mismo tiempo, este movimiento que integró tradiciones nacionalistas con rasgos progresistas (en el sentido de la ampliación de derechos), entenderá la necesidad de conformar un modelo político latinoamericano, una invención original, en el sentido que ya vimos con Simón Rodríguez, de desarrollo e integración para los pueblos. Este modelo persigue la independencia económica, y como tal es antiimperialista e integracionista, pues al recuperar el corpus de ideas de San Martín, Monteagudo, Rosas, Yrigoyen y otros, reconoce la necesidad de conformar un bloque de naciones iberoamericanas para poder producir los recursos y negociar en condiciones de igualdad con los grandes imperios mundiales. ¿Saben de dónde proviene la categoría de “tercera posición”? Justamente alude a eso, a no importar los modelos (ni en el campo de las ideas ni en el campo de la praxis política) ni alinearse con uno de los dos grades bloques de poder mundial: ya se tratara del capitalismo o del socialismo. Es así que surgirá el nombre, algo degradado en la actualidad, de justicialismo: un movimiento político fundado en la idea de la justicia social y la distribución de la riqueza. En la educación, esta posición será expresada por el Ministro José Pedro Arizaga al proponer un programa (1947-1951) que presente un equilibrio entre materialismo e idealismo. |
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Es de destacar que la necesidad de superar el límite de una construcción hispanoamericana, integrando a Brasil, y comenzar a hablar de Iberoamérica, ya está presente en las ideas que Perón expresaba en la década del 50, tal como se refleja en el Discurso que pronunciara en la Escuela Nacional de Guerra del 11/9/53, cuando anticipa que, en función de las necesidades del desarrollo de la industria de energía y alimentos, las características de escasa población de América Latina, entre otras, las posibilidades de crecimiento para esta región se fundan en la unidad y la integración económica: “pienso yo que el año 2000 nos va a sorprender unidos o dominados” (Oporto, 2011: 401). Seguramente han escuchado esa frase más de una vez. |
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Para entender cómo se construye la identidad peronista, hay que considerar que en ese contexto, y por décadas, el trabajo fue el gran organizador social ya que |
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hacia mediados del siglo, en el proceso de industrialización y sustitución de importaciones, la cultura política generada por el peronismo colocó al trabajo en un nuevo lugar, articulándolo al plano de la ética, la justicia y la política. El trabajo se consolidó como un espacio central de construcción de identidad. Surgen el ser “ypefiano” en la Patagonia o el ser “ferroviario”, de la “familia ferroviaria” (Puiggrós, A. y Rodríguez, L. 2009:17) |
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Probablemente alguno de ustedes provenga de o conozca a alguna familia “ferroviaria”, ¿verdad? En los años 40, la inserción en el mundo del trabajo estaba casi asegurada para los jóvenes y la aspiración para ingresar a la Educación Media se iría convirtiendo en un horizonte posible para los sectores medios que irán surgiendo al calor de las políticas de industrialización y distribución de la riqueza del peronismo. De modo que la figura centralizadora, tanto en el orden simbólico como en el material, es el trabajador. |
Esta nueva identidad (e identificación) para los sectores medios y bajos está tan presente que forma parte de la Marcha Peronista; es el título con el cual se autodenomina el propio líder y la figura casi excluyente de los libros de texto escolares, la gráfica de propaganda política de los planes de gobierno, entre otros. |
Marcha peronista |
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¿Pero cuál será entonces la propuesta pedagógica que acompañe, fortalezca y de sustento a este proyecto fundado en tres pilares que terminaron por configurar las consignas centrales: soberanía política, independencia económica y justicia social? |
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Sandra Carli |
En cuanto al campo pedagógico, especialistas como Sandra Carli enfatizan las tensiones que, en los años 40, lo atravesaban: por un lado, entre quienes sostenían posturas en defensa de la “educación social” como los socialistas de Palacios, y, por otro, quienes reivindicaban (los comunistas de Rodolfo Ghioldi), los derechos y la autonomía del niño. La hegemonía de la educación pública habilita que estas tensiones y debates se den hacia el interior del propio sistema, entre el escolanovismo y el denominado nacionalismo católico, principalmente. Al mismo tiempo, la “cuestión nacional” (en la doctrina peronista la Nación es una organización que incluye al pueblo) agudizaba la tensión entre quienes adscribían a la hegemonía liberal (y habían |
Alfredo Palacios |
apoyado electoralmente a la Unión Democrática) y quienes proponían un proyecto vinculado a un nuevo modelo de desarrollo nacional que, al basarse en la industrialización –y no en el modelo agro-exportador- requería la incorporación masiva de trabajadores al sistema educativo, la formación para el trabajo y la adquisición de nuevos saberes científico-tecnológicos. A su vez, integrará a sectores del nacionalismo católico, con su rechazo hacia la tradición laica del normalismo |
Rodolfo Ghioldi |
argentino, a la vez que una promoción de mayor autoridad por parte de los docentes. |
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En ¿Qué pasó en la educación argentina?, Adriana Puiggrós observa que el triunfo electoral del peronismo hizo que “toda la gente que había votado por la Unión Democrática temió por la educación aunque por motivos diversos. ¿Temió? Sí. ¿Pero por qué temor? La oligarquía y la clase alta tenían miedo que los “cabecitas negras” (cual los desarrapados de los que hablaba Simón Rodríguez) invadieran las limpias aulas de las escuelas, como antes habían temblado ante los inmigrantes y los anarquistas de principios de siglo.” Fíjense la terminología que emplea la autora: “las limpias aulas de las escuelas”. ¿A qué “limpieza” aludirá? |
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Sólo en el campo educativo sino en el conjunto de sus políticas, el peronismo impulsó la promoción de la infancia como pilar de la dignificación social y la construcción de ciudadanía, en la consideración del niño como sujeto de derechos, y para ello sostuvo la impronta de los valores morales, que darían unidad en la acción y que se sintetizaron en la difundida consigna de “los únicos privilegiados son los niños”, tomada probablemente de un discurso que pronunciara Eva Perón al inaugurar los Torneos. |
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La reforma de Arizaga |
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La revolución de 1943 que precedió al triunfo del peronismo en las urnas no sólo puso fin a décadas de fraude y gobiernos conservadores ilegítimos, sino que tuvo un sesgo nacionalista contrario a la hegemonía liberal dominante. Aunque no exento de contradicciones, por su propia configuración como un movimiento de masas en el que se aglutinaron sectores con ideologías diversas, el proyecto educativo del peronismo, plasmado en la reforma que encabezó Jorge Pedro Arizaga en 1947 para acompañar el primer Plan Quinquenal (1946-52), se fundó en principios como: |
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- nacionalizar el currículum;
- vitalizar la escuela (tomando algunos lineamientos de la Escuela Nueva);
- promover aptitudes y habilidades vinculadas al medio, el dominio material, las ciencias y la aplicación de técnicas;
- reemplazar el uso del término “oficios” por el de manualidades;
- lograr el dominio del medio material requiere la adquisición de conocimientos técnicos y científicos desde la educación primaria hasta la Superior.
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En síntesis, esta reforma llegaba para incorporar la gran demanda de educación básica y laboral de la sociedad de los años 40 y, por otro lado, lo hacía creando un ámbito separado del “tronco clásico mitrista (bachillerato-universidad)” (Puiggrós, Bernetti 2006: 241). En cuanto a la educación universitaria, está dependería de la sección universitaria del Ministerio de Justicia e Instrucción Pública. Más adelante se producirán otras reformas, tendientes a fortalecer la educación industrial y técnica en una relación positiva entre educación y trabajo que no fue ajena, por supuesto, a los debates y transformaciones que atravesaban al campo político-pedagógico. Cabe destacar la creación de instituciones como: |
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- Escuelas-fábricas: que funcionaban dentro de las fábricas y brindaban dos tipos de niveles y de títulos, el nivel básico -post primario- otorgaba el título de “experto” en una especialización técnica, y el nivel medio que daba el título de “técnico de fábrica”.
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- Misiones: Misiones Mono técnicas y de Extensión Cultural (para varones) y Misiones de Cultura Rural y Doméstica (para mujeres). En el ámbito rural, eran centros educativos transitorios que se desplazaban cada dos años. Se enseñaba un oficio rural, además de cultura general y legislación laboral. El objetivo era favorecer el arraigo en el campo, en sintonía con la Constitución del 49 y el Plan Quinquenal.
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- Universidad Obrera Nacional: creada por ley del año 1948 el objetivo era satisfacer las necesidades de la industria nacional. Los estudios duraban cinco años y el título era “Ingeniero de fábrica” en una determinada especialidad. Es el antecedente de la que sería la Universidad Tecnológica Nacional.
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Para finalizar: Cuesta analizar el alcance de la pedagogía peronista sino somos capaces de hacer un poco a un lado nuestros prejuicios, y observar el más allá de los límites del campo escolar y su sistema de gestión, administración y producción de contenidos curriculares y textos. Como en todos los casos, el modelo impulsado (de escuela, de familia, de democracia, de sociedad), debe ser puesto en el contexto histórico correspondiente e ir más allá del propio Perón y sus gobiernos. “El sentido del peronismo se vincula […] con la transformación económica, social, cultural [que incluye la dimensión educativa] y política que las grandes mayorías argentinas experimentaron en aquellos años. (Grimson, 2012, 179) |
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El derrocamiento de Perón en el 55, los bombardeos a civiles, la persecución política, los fusilamientos del 56 y la proscripción del movimiento que impidió la construcción, incluso en los breves espacios de tiempo de gobiernos civiles, de una verdadera sociedad democrática, no logró erradicar la vigencia de muchas de estas transformaciones. |
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Fuente: |
Instituto Nacional |
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Se cumplen 63 años de la Gratuidad Universitaria
El 22 de noviembre de 2012 se conmemora el 63° Aniversario del Decreto N° 29.337 de Supresión de Aranceles Universitarios, que firmó el presidente Juan Domingo Perón el 22/11/1949.
El rector de la UNLu, Dr. Carlos Cansanello, escribió este texto sobre la gratuidad de la enseñanza en el peronismo, que compartimos con ustedes:
EL PERONISMO Y LA GRATUIDAD DE LA ENSEÑANZA
Un 22 de noviembre de 1949, Juan Domingo Perón, firmó el decreto 29.337, por el que suspendió el cobro de aranceles en las universidades.
Expresaba el entonces presidente de la Nación Argentina: “Desde hoy quedan suprimidos los actuales aranceles universitarios en forma tal que la enseñanza sea gratuita y esté al alcance de todos los jóvenes argentinos que anhelan instruirse para el bien del país”.
¿Era una medida aislada la que tomaba Perón; una medida, acaso, que tenía una finalidad extraña a la enunciada?
En el contexto de los vigorosos cambios que produjo el peronismo, para la fecha en que se promulgó el decreto 29.337, la matrícula universitaria había crecido de manera significativa. Tanto había crecido, que durante los dos primeros gobiernos de Perón (entre 1946 y 1955), la matrícula en las universidades públicas llegó a triplicarse.
Se verá, entonces, que la voluntad expresada en el texto del decreto no era casual, no era inaugural para el plan general de gobierno.
El primero de los fuertes impulsos hacia la integración social estuvo en la masiva expansión del empleo. Luego, el protagonismo de los trabajadores organizados en las sucesivas conquistas políticas y sociales de esa primera época del peronismo, sirvieron de estímulo e inspiración para la transformación del sistema educativo en su conjunto.
La gratuidad de la enseñanza universitaria a través del, hasta hace pocos años ignorado decreto 29.337, inició una forma de entender la educación superior desde los derechos de los ciudadanos.
No resulta posible fragmentar el conjunto de logros alcanzados por el peronismo en los procesos de integración de la sociedad, los recursos que desplegó desde la educación pública tienen que ser apreciados en dicho conjunto.
El llamado Estado Liberal, en las postrimerías del sXIX, había podido organizar con éxito un régimen de educación primaria estatal gratuita y obligatoria; un proyecto de integración y de orden que se mantuvo en crecimiento pero sin cambios relevantes hasta el arribo de Perón al Gobierno en 1946.
Desde ese momento, la pujanza con la que se impulsó la educación primaria, la creación de escuelas y las políticas de inclusión y protección a las familias produjeron, en conjunto, un distinguible fenómeno de igualdad popular que desbordó los antiguos vallados de contención impuestos por el modelo liberal.
El peronismo cambió de raíz el sistema liberal heredado (basado en la igualdad formal y constitucional, por cierto) por otro, que se sostuvo en los principios de la justicia social y la igualdad popular. La inclusión de los trabajadores a través del sistema educativo le dio una extraordinaria sustancia revolucionaria a las políticas del peronismo.
La República Argentina ha mantenido una trayectoria reconocida en educación universitaria que, no sin razones de peso, suele ser destacada en todos los ámbitos culturales atlánticos, al norte y al sur.
La solidez que ostenta hoy el sistema universitario nacional, extendido en todo el territorio nacional, tiene deudas de reconocimiento: en la tradición de sus instituciones más antiguas (UNC 1613, UBA 1821, UNLP 1905) y en la Reforma de 1918, iniciada en Córdoba, proyectada hacia Buenos, La Plata y Tucumán, para progresar como movimiento universitario latinoamericano.
Todos los antecedentes hacen a la tradición en investigaciones, a la autonomía, a la administración de los recursos, la libertad de cátedra y el gobierno (o cogobierno con intervención de los claustros).
Aquí es donde el impacto del decreto que Perón firma y promulga en 1949 resultó trascendente, porque todo lo anterior ha sido resignificado a través de la política de fortalecimiento y expansión del sistema universitario en estos últimos diez años.
En 1984 estaban abiertas 26 universidades nacionales, en 2001 eran 38 y en 2012, hay casi medio centenar de instituciones universitarias nacionales.
Para toda la educación universitaria de grado la gratuidad está garantizada, porque es una importante herramienta de inclusión, una formidable llave de integración social.
En consecuencia, celebremos el 22 de noviembre “la gratuidad de la enseñanza universitaria”.
Dr. Oreste Carlos Cansanello. Rector de la Universidad Nacional de Luján.
Gracias.
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“Yo soy la descamisada,
a la que al fin se le escucha,
la que trabaja y que lucha
para el bien de la Nación.
(Letra: H. Helu Música: E. P. Maroni
Cantada por Nelly Omar. Creada a principios de 1945)
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De: Matilda |
Enviado: 09/10/2015 16:28 |
La capitulación de Perón ante la revolución fusiladora
El 16 de septiembre de 1955 un golpe encabezado por los Generales Eduardo Lonardi y Pedro Eugenio Aramburu y el Contraalmirante Isaac Rojas, derrocó de la presidencia a Juan Domingo Perón. El movimiento recibió el nombre de Revolución Libertadora y fue rebautizado, tras el asesinato en 1956 del General Juan José Valle y más de 27 militantes peronistas, como la “revolución fusiladora”.
A partir de 1954 la fortaleza del gobierno peronista es puesta en cuestión por una crisis económica latente y un resurgir de la lucha de clases de los trabajadores cuyo máximo símbolo sera la gran huelga metalúrgica de abril-junio de 1954. Las dificultades crecientes de la economía argentina empujaran a Perón a habilitar una ofensiva patronal que en el Congreso de la Productividad en marzo de 1955 planteará la linea de aumentar la explotación sobre los trabajadores.
Con estas palabras defendía el General Perón su apoyo a las patronales: "En nuestro país la palabra producir es una palabra sagrada, porque en esa palabra está el bienestar general. Yo no digo que esto sea cierto donde el Estado y el patrón explotan, ahí no es cierto; ahí es mentira. Pero donde no hay explotación patronal ni estatal, ahí es verdad... Nadie ha combatido más que yo a los patrones abusivos y explotadores. Yo veo, sin embargo, que ellos están en tren de colaboración. No están ya en tren de explotadores. Es decir, que ellos están en el mismo orden social y justiciero que nosotros. ¿Entonces, por qué los vamos a seguir combatiendo? " (La Prensa, 17/3/55). A la vez el gobierno se ve obligado a pactar acuerdos petroleros con el imperialismo yanqui, la Compañía California Argentina.
El golpe antiperonista se inscribe dentro de una ofensiva neo colonizadora en latinoamérica de un imperialismo norteamericano que emergía como super potencia luego de la victoria Aliada en la Segunda Guerra Mundial. El peronismo se había consolidado como un "bonapartismo sui generis" que contaba con el apoyo masivo de la clase obrera y mientras regimentaba los sindicatos, negociaba el status semicolonial de la Argentina aprovechando una debilidad relativa del imperialismo.
En los últimos años del segundo gobierno peronista la prédica de la armonía de clases y la estatización de los sindicatos resultaban insuficientes para las necesidades patronales. Ante el agotamiento de las condiciones económicas favorables y la incapacidad creciente del gobierno y la burocracia de la CGT de mantener a raya a la clase obrera, se allana el camino del golpe de Estado y se concreta una alianza política-social cuya dirección indiscutible es el imperialismo yanqui y cuya finalidad es permitir su penetración en la Argentina y la destrucción de las conquistas y organización obreras durante el primer peronismo.
El frente golpista incluía, además de a los EE. UU., a una burguesía deseosa de mantener sus ganancias a costa del sacrificio de los trabajadores, los terratenientes, la Iglesia Católica, la UCR, el Partido Socialista y el Partido Comunista, entre otros.
La vanguardia de la movilización golpista fue la Iglesia Católica, que luego de romper con Perón organiza el Partido Demócrata Cristiano y va a ser la gran protagonista de las movilizaciones del Corpus Chistri el 9 de junio del ’55. El 16 de junio la aviación Naval bombardeara con los Gloster a una Plaza de Mayo repleta de gente con el objetivo de asesinar al presidente dejando un tendal de casi 500 muertos.
Perón llamará a la calma, pondrá fin a la "revolución peronista" y hasta ofreció su renuncia para intentar calmar los ánimos, pero sus palabras conciliadoras cayeron en el vacío y la respuesta del gobierno fue invocar a que los grupos controlados de sus partidarios ejercieran la violencia política contra sus opositores: “A la violencia le hemos de contestar con una violencia mayor (...) La consigna para todo peronista, esté aislado o dentro de una organización, es contestar una acción violenta con otra más violenta. pero la decisión golpista estaba tomada. Y cuando uno de los nuestros caiga, caerán cinco de los de ellos”.
Sin embargo, la clase trabajadora permaneció desarmada por el gobierno y los dirigentes sindicales quienes confiaban que su defensa iba a estar resguardada por una supuesta mayoría leal de las FF.AA.
En el golpe del ’55 tuvo éxito porque logro plegar a su favor al sector militar del integrismo católico nacionalista que vacilaba en su apoyo al peronismo. Eduardo Lonardi era su representante en la Junta Militar golpista. El 16 de septiembre las fuerzas de la Marina serán la cabeza del movimiento sublevándose en la base de Río Santiago en Ensenada, en Bahía Blanca y en la Escuela Naval. El Ejército se sublevo en Córdoba y Entre Ríos. Pese los enfrentamientos los militares leales fueron pasándose de bando en la medida que veían que Perón no contaba con la voluntad para resistir temeroso que la movilización de los trabajadores fuera la que pusiera fin al movimiento rebelde.
La Armada encabezada por Isaac Rojas el elemento militar clave para la victoria. Frente a la persistencia de la marina, los generales leales soltaron la mano de Perón quien capituló sin lucha. El símbolo de su huida fue una cañonera paraguaya aportada por Stroessner para que el General huyera del país. Los funcionarios peronistas y los burócratas sindicales de entonces siguieron los mismos pasos. Los libertadores ejercieron su revanchismo asaltando sindicatos con los Comandos Civiles –entre los que se encontraban militantes comunistas junto a “prohombres” de la prensa como Marino Grondona- mientras las señoras “bien” de la Argentina burguesa festejaban volver a tener “sirvientas baratas”.
Ante la capitulación del peronismo, la respuesta al golpe corrió por cuenta de los trabajadores. En algunas zonas como Rosario, Berisso y Ensenada las barricadas tardaron casi dos semanas en ser liquidadas. Pero tiempo después una formidable oposición obrera –la “resistencia peronista”- enfrentará al régimen libertador impidiendo que se consolide una ofensiva coordinada de la patronal que buscaba quebrar conquistas y el imperialismo yanqui que pretendía avanzar en la penetración de sus empresas.
Perón justificó su retirada diciendo que buscó evitar un derramamiento de sangre. Pero el golpe de 1955 abrio las puertas a un derramamiento de sangre mayor. Los bombarderos al pueblo en la Plaza de Mayo el 16 de junio de 1955 con su secuela de entre 364 y 500 muertos, fueron premonitorios de que los gorilas estaban dispuestos a todo.
El balance histórico del peronismo como movimiento nacional burgués se cerró trágicamente con el golpe de 1955. |
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. Introducción
Todos los años miles y miles de personas, buscan la posibilidad de conseguir trabajo en fábricas, empresas, multinacionales, etc . Esta gente posee derechos laborales que los protegen. Los sindicatos son los encargados de que se respeten los mismos. Hay diferentes tipos de sindicatos que plantean distintas posiciones ideológicas.
El obrero no siempre tuvo la protección de los sindicatos para hacer valer sus derechos. A través del tiempo los trabajadores tuvieron que realizar grandes sacrificios y combatir ferozmente con sectores de la sociedad que siempre buscaron el beneficio personal para hacerse más ricos a costa de los que menos tenían. Esos combates comienzan en la temprana edad de los esclavos, sigue por los oficiales, aprendices y vasallos de la Edad Media, continúa con los operarios de las manufacturas y culmina con la Revolución Industrial, de los obreros que trabajan en los modernos establecimientos fabriles.
Debemos tener en cuenta que la acción de los sindicatos ha hecho que las voces de la gente más pobre y desamparada llegue a los oídos del gobierno y de gente muy poderosa. Podemos decir que más de una vez los sindicatos han hecho torcer los brazos más poderosos a favor de los que menos tienen, aunque sabemos muy bien que muchos sindicatos no siempre acatan a las peticiones del obrero, y sólo están interesados en el beneficio personal.
Los sindicatos reiteradas veces participan en la vida política de un país, influyendo en varios momentos, ya que ejercen presión para que se promulguen determinadas leyes , o apoyan a algún candidato que defienda los intereses de los trabajadores.
Antes de comenzar a presentar este trabajo escrito, creemos conveniente realizar una pequeña síntesis del significado de la palabra sindicato, para posteriormente estar ambientado de lo que vamos a desarrollar en esta monografía: podríamos definir al sindicato como una asociación formada para la defensa de intereses económicos, sociales y hasta políticos que tengan en común los trabajadores, y además para protegerlos de posibles abusos injustos que sufran de sus "patrones" ante los cuales están indefensos o con miedo de oponerse y en consecuencia perder sus empleos.
A continuación trataremos de mostrar las funciones, tipos y fines de los sindicatos en la República Argentina.
2. El Sindicalismo y su evolución
Sindicalismo: Significado ideológico:
Es una doctrina inspirada por George Sorel ( 1847 – 1922 ), que propiciaba un socialismo sindical en contraposición al socialismo de estado.
El Sindicalismo propone realizar la socialización, entregando los medios de producción a los sindicatos en lugar de nacionalizarlos.
De esta manera se organizará una Confederación de Sindicatos que tendrá a su cargo la planificación de la economía.
El Parlamento liberal, en que está reemplazada la ciudadanía en forma general, será sustituido por una representación de delegados sindicales. El Sindicalismo se opone al Estado, en nombre de la libertad humana.
Sus métodos de lucha se oponen al parlamento y a las reformas que implican mejoras salariales y de condiciones de trabajo, propiciando la acción directa y la huelga revolucionaria con el fin de lograr el control sindical de los medios de producción. Estos conceptos acercan el Sindicalismo al anarquismo.
El Sindicalismo es elitista y voluntarista en la medida en que propicia la acción directa y la huelga que desembocara en la "huelga general revolucionaria" que permitirá a los sindicatos tomar el control de los medios de producción.
3. Síntesis de los principios sindicalistas
1- La implementación de un socialismo donde los medios de producción estén controlados por los sindicatos.
2- Organización de una Confederación de Sindicatos en lugar del Estado.
3- Supresión del Parlamento liberal que debe ser reemplazado por la representación sindical.
4- Rechazo de los partidos políticos.
Significado Actual:
Hoy el término Sindicalismo está referido a los sindicatos, como organización obrera, prescindiendo de todo contenido ideológico en el sentido que tuvo el movimiento inspirado por Sorel.
Leer más: http://www.monografias.com/trabajos5/sinde/sinde.shtml#ixzz3o5ZqnSSp |
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4. Evolución histórica y antecedentes
Desde los tiempos más antiguos el hombre ha intentado agruparse de acuerdo con sus ocupaciones y en defensa de sus intereses comunes. Por ejemplo, en el Egipto de 4000 años a. C ya existían diferentes asociaciones de mercaderes, o febres embalsamadores, etc. También en el imperio romano las leyes protegían con privilegios especiales a los Colegium, uniones de trabajadores de una misma especialidad, bajo normas de conducta.
Pero cuando realmente las asociaciones laborales adquirieron tal grado de organización e importancia fue en la Edad Media europea, en donde la vida social de los pueblos giraba alrededor de las mismas.
La adhesión a los gremios medievales era tan aguda que se asimilaba a la esclavitud, esto movió a los revolucionarios franceses ( 1789 ) a decretar la abolición de toda forma de liberalismo. El resultado de esto dejó al obrero en soledad y con falta de apoyo frente a la parte patronal.
El desamparo obrero llegó a fondos críticos cuando llegó la Revolución Industrial ( siglos XVIII y XIX ) que enfrentó a la clase obrera con las nuevas máquinas de vapor. Para solucionar esta injusticia surgieron agrupamientos obreros que serían los antepasados de los sindicatos actuales. Lamentablemente éstas asociaciones no eran reconocidas legalmente y fueron perseguidas por las autoridades, acusadas de fomentar el desorden y la anarquía.
En el año 1864, Carlos Marx y Federico Engels impulsaron la creación de la Asociación Internacional de Obreros, o la Primera Internacional. Fueron prohibidos por leyes expresas de diferentes gobiernos y actuaron en la clandestinidad.
La Primera Internacional influyó en la formación de sindicatos obreros en América Latina, especialmente en Argentina.
El objetivo del movimiento obrero en las últimas décadas del S XIX tenía como fin principal la conquista del poder y su acción era guiada por el principio de la lucha de clases.
Además de Francia, los países industrializados reconocieron el derecho de los obreros a formar asociaciones en un período de tiempo que puede situarse entre 1884 y 1930.
La Iglesia Católica no estuvo ausente del movimiento obrero. En 1891, el Papa León XIII da a conocer las ancíclicas Rerum Novarum, que aprueba la organización obrera en tanto no estén en contra de la justicia y el bien del Estado.
5. Los sindicatos en la Argentina:
Entre 1857 y 1914, en particular durante los períodos prósperos de la década de 1880 y 1900, se radican en la Argentina más de 2 millones de inmigrantes.
Para 1914, eran extranjeros 3 de cada 10 individuos que vivían en Argentina, y la mitad de los que residían en Buenos Aires.
El inmigrante típico era el español o el italiano, de 15 a 64 años. Era un agricultor o un trabajador especializado o semiespecializado, ocupado en una pequeña fábrica o taller. La mayoría se concentraron en las provincias del litoral, principalmente en Buenos Aires y Rosario.
Una de las necesidades más imperiosas de los trabajadores inmigrantes, era la de formar lazos comunitarios. Sus primeras tentativas fueron las sociedades de socorro mutuo, carente de contenidos políticos y revolucionarios.
En 1857 se fundaron dos sociedades para proporcionar a los inmigrantes españoles hospitales, escuelas y seguros por accidentes, enfermad y sepelio. Luego se crearon las italianas. A fines de siglo había en la Argentina 79 Sociedades Italianas de Socorros y 57 españolas.
Algunas de estas sociedades se organizaron en torno a un oficio en particular, en lugar de la nacionalidad.
Sus actividades se ampliaron para la defensa de los intereses económicos, así como el socorro mutuo.
La primera de ellas, la Sociedad Tipográfica Bonaerense, que fue creada en 1857, luego de 21 años de limitada actividad sindical, los afiliados a esta sociedad formaron la Unión Tipográfica, para iniciar una política más vigorosa. La Unión fue a la huelga cuando no se satisfacieron por completo sus demandas de aumento de salarios y reducción de las horas de labor. El gremio perdió la huelga y la organización madre la disolvió por su ineficacia.
Otras sociedades iniciaron actividades gremiales, pero ningún grupo resultó efectivo.
El éxito reducido de las sociedades de socorros mutuos con orientación sindical, y de las secciones de la Primera Internacional ( dirigentes europeos de esta sociedad que migraron a la Argentina al ser reprimidos en sus países de origen ), no restó fuerza a otros intentos organizativos.
El Vorwärds, fue el primer grupo organizado importante que difundió el socialismo. Formado en 1882 por refugiados obreros de Alemania. Si bien ésta organización ponía énfasis en los objetivos políticos, también ayudó a constituir sindicatos como uno de los medios para organizar la clase obrera.
Además instó a los trabajadores para que adoptaran técnicas parlamentarias no revolucionarias para mejorar la situación económica. Comenzó una campaña para naturalizar a los inmigrantes europeos, con el fin de que los trabajadores ejercitaran el sufragio y obtuvieran el control político del Estado. Este tipo de programa no funcionó en nuestro país, debido a que apenas comenzaba la industrialización y era un país principalmente agrícola – ganadero gobernado por una oligarquía terrateniente.
En 1880 el deterioro de la situación económica del país produjo una baja de los salarios reales, la desocupación y una serie de paros y huelgas. En 1887 los zapateros ganaron una huelga a favor de una reducción de horas de trabajo. En 1888 los obreros de los talleres del Ferrocarril Sur fueron a la huelga para que sus salarios se pagasen en oro, en lugar de peso papel que sufría cada vez más los efectos de la inflación. Y en 1889, 3000 carpinteros y 6000 albañiles consiguieron un aumento de sueldos del 20%, porque había escasez de mano de obra en ambos edificios.
En 1889 el Vowärds convocó a las organizaciones obreras de Buenos Aires para constituir el Comité Internacional Obrero, que señalaba la necesidad de peticionar al congreso Nacional que aprobase una legislación laboral favorable.
En 1890 al caer el presidente Juárez Celman, el comité consiguió organizar la primera federación sindical argentina, la Federación de Trabajadores de la República Argentina ( FTRA ).1
El 1ero de Mayo en nuestro país diferentes comisiones para lograr que el obrero trabaje 8 horas diarias. Esta petición tiene antecedentes en Chicago, EE.UU., donde el 1ero de Mayo de 1886 un grupo de trabajadores fue brutalmente reprimido por la policía por presenciar una manifestación en la que pretendían lo mismo que los trabajadores argentinos. su fin era:
- Crear una reunión el primer día de Mayo
- Formar una organización de obreros
- Confeccionar un informe para proteger a la clase obrera
- Elevar este informe al Congreso de la Nación solicitando la sanción de leyes proteccionista para los obreros.
Buenos Aires fue la principal ciudad donde se realizaron concentraciones. La petición se firmó por más de 7400 trabajadores e integrantes de los sindicatos. Se presentó al Congreso Nacional el primero de Agosto de 1890, este nunca la admitió, al otro año se remitió el archivo. Los patricios de la generación del 80 no asumieron los problemas del pueblo trabajador, pensaron que la Constitución de 1853 no influía en los trabajadores considerados de segunda clase.
El FTRA si bien acogió a los socialistas y a los anarquistas, poseía una evidente orientación socialista. En su segundo congreso de 1892 los afiliados apoyaron la politización de la clase obrera, la nacionalización de las industrias y el arbitraje de los conflictos laborales. En consecuencia, la mayoría anarquista se retiró, este gesto debilitó a la FTRA, pero fueron otros los factores que la llevaron a su destrucción, tales como: no tenía respaldo financiero apropiado, y debido a la crisis económica aumentaba la desocupación y muchos de sus afiliados volvieron a Europa.2
En la misma década los socialistas hicieron otros intentos, pero no pudieron encuadrar a los trabajadores, y como su interés primordial era conseguir el control
Político de la sociedad, se dedicaron a formar un partido político.
Juan B. Justo fue el creador del partido Socialista en 1896.3
Pese a la debilidad del movimiento socialista durante la década de 1889 y 1890, los anarquistas no lograron competir con él por la dirección de la clase obrera argentina, porque se hallaban divididos.
En 1900 Pellicer Paraire publicó una serie de artículos titulados "Organización Obrera", donde señalaba la ineficiencia de las acciones individuales, decía: "La mayoría de los anarquistas se mostraban adversos a toda coordinación permanente de voluntades, pero la minoría dirigente dominaba por su organización y, para poder acabar con este gobierno de minorías, los trabajadores tendrían que organizar fuerzas superiores.4
Este autor proponía que cada grupo local de trabajadores del mismo oficio, o cada unidad de fábrica tendría que organizar una sociedad de resistencia. Estas sociedades locales deben unirse en una federación de oficios que luchase por mejorar las condiciones económicas, sociales, de libertad y existencia, transformándose así en el núcleo de la sociedad anarquista futura.
La nueva preocupación de los anarquistas por la organización y el bienestar económico, los llevó en 1901, a unirse a los socialistas en la fundación de la Federación Obrera Argentina ( FOA ).
En 1902 se divide la FOA por problemas de representación de sus delegados y al final se retira las 19 filiales socialistas.
Los socialistas por un lado crean en 1903 la Unión General de Trabajadores ( UGT ).
Los anarquistas que quedaron en la FOA, constituyeron la fracción más poderosa, utilizándola para difundir sus ideas, su nombre cambió por el de Federación Obrera Regional Argentina ( FORA ), en 1905 eliminaría a todos los que no fueren anarquistas, de la federación. 5
La huelga general revolucionaria fue el método más importante empleado por los anarquistas para derrocar al Gobierno y conquistar beneficios para los obreros. En mayo de 1904 entre 20.000 y 30.000 trabajadores de Buenos Aires fueron a la huelga para protestar contra los asesinatos policiales. La huelga terminó cuando el Gobierno accedió a muchas demandas de los obreros. 6
Otra técnica importante introducida por los anarquistas fue la propaganda de acción, creían que los actos individuales de terrorismo se justificaban cuando fracasaba la acción conjunta.
El 11 de mayo d 1905 un anarquista trató de asesinar al presidente Manuel Quintana.
El 14 de Noviembre de 1909 otro anarquista mató al Coronel Falcón y hubo muchos otros actos de violencia y terror.
Esto llevó a la policía a allanar sedes sindicales, a utilizar informantes en los gremios, a detener obreros en gran escala y a prohibir la publicación de periódicos gremiales.
La participación en una huelga lo convertía al obrero en un extranjero indeseable, en agitador profesional o en elemento subversivo, a los cuales los deportaba o los encarcelaba, aplicando la Ley de Residencia o la Ley de Defensa Social.
James Bryce, quien visitó a la Argentina para esa época, comentó lo siguiente para esta situación paradójica: "Nuestro tiempo ha presenciado demasiados incidentes raros como para sorprenderse de que se realicen actos de violencia en un país donde, si bien existe un despliegue ostentoso de riquezas, el trabajo es más abundante y los salarios son más elevados que en cualquier otro país del mundo. Tales actos no se dirigen contra la opresión, ni a las condiciones industriales, sino contra el propio Gobierno". 7
Por la misma naturaleza dual de los anarquistas, o sea una acción militante contra el Gobierno, también trataban de mejorar la situación económica del obrero, en lo social y en lo económico, pudieron dirigir por tiempo más eficaz el movimiento obrero organizado que los socialistas.
Entre 1904 y 1909 los salarios de los obreros especializados y semiespecializados aumentaron con mayor rapidez que el costo de vida, la jornada laboral promedio de dichos grupos se redujo en una o dos horas y se rebajaron los alquileres en ciertos barrios de Buenos Aires.8 En su mayoría la Oligarquía terrateniente conservadora se mantuvo en el poder desde 1880 a 1916, manifestó poca compresión o simpatía por el movimiento obrero naciente. Pocos individuos como Carlos Pelegrini, Joaquín Gonzales, Roque Saenz Peña, reconocieron la necesidad de ayudar a la clase obrera.
En 1904 el ministro del interior J. V. Gonzáles, uno de los miembros más progresistas de la oligarquía, el Congreso un proyecto de Ley Nacional del Trabajo que establecía la jornada de 8 horas, reglamentación del trabajo nocturno, el descanso dominical, el seguro por accidente, la reglamentación del trabajo femenino y la prohibición del trabajo a los menores. Al mismo tiempo el proyecto disponía de una reglamentación oficial para las actividades sindicales.9
Tanto los empresarios como los sindicatos se opusieron. Los patrones pensaron que se otorgaban concesiones inauditas e innecesarias, y los sindicatos creyeron que pondrían fin a su independencia.
Este proyecto que de haberse sancionado en ley, hubiese constituido un paso adelante en las relaciones entre el movimiento obrero y el Estado.
En 1907 el Congreso creó el Departamento de Trabajo, invitó a la FORA y a la UGT a participar de un tribunal que resolvería los conflictos entre patrones y obreros, pero ambas federaciones gremiales se negaron a apoyar al Gobierno. 10
El fracaso de estos y otros esfuerzos a cargo de los elementos más progresistas de la oligarquía por establecer canales eficaces de comunicación entre los patrones, el Gobierno y el movimiento obrero, se debía a que ninguna quería hacer concesiones y como resultado fue la supresión directa del movimiento obrero en 1910.
6. Segunda etapa del Sindicalismo en la Argentina ( 1915 – 1930 )
En 1909 para intentar la unidad del movimiento obrero, los sindicalistas y los gremios autónomos, constituyeron un nuevo organismo: la Confederación Obrera de la República Argentina ( CORA ) y en 1915 la disolvieron para plegarse a la FORA.11
En 1915 la FORA se divide en el Noveno Congreso pasando a llamarse FORA IX, el mismo repudió a los anarquistas comunistas, los cuales se concentraron en la FORA V, por que en este congreso ( 1905 ) la Federación había adoptado ésta filosofía política.
La FORA IX sindicalista y apolítica, que controló el movimiento obrero desde 1915 hasta 1922, fue la central gremial independiente de mayor eficacia en la historia del país. Mientras se recuperaba de los sucesos de 1910 y la división de 1915, creció de 51 filiales a 734 con unos 70.000 afiliados. El número anual de huelgas se quintuplicó , y el número de huelguistas pasó de 12.000 a 300.000. Pero resultó mucho más importante para el trabajador el hecho de que los salarios aumentaron como consecuencia de dicha actividad, además de la prosperidad acarreada por la 1er. Guerra Mundial.12
En esta etapa lo más importante fue el cambio de la composición de la clase obrera. La FORA contó con el apoyo de artesanos inmigrantes de Italia y España, que trabajaban en estrecho contacto con sus patrones, y sus filiales fueron de oficio: zapateros, panaderos, carpinteros y albañiles.
La década de 1920, se componía primordialmente de trabajadores del transporte, que vivían a lo largo y a lo ancho del país. Este gremio creció rápidamente debido al gran desarrollo de la industria ferroviaria y marítima, para 1920 los trabajadores del transporte representaban más de la mitad de los obreros sindicalizados del país.13
Un tercer cambio en la clase obrera fue le desarrollo de un grupo reducido llamado "cuellos blancos" y empleados públicos . Durante este período se organizaron los bancarios, los periodistas, los trabajadores del telégrafo, los empleados de correo en la Capital Federal, los maestros de Mendoza y los empleados de comercio en Rosario.14
Los dirigentes de los gremios ferroviarios y marítimos que representaban a hombres de todo el país y que trabajaban cada vez en situación más impersonal, comenzaron a entender que el Gobierno local ya no podía resolver sus problemas fundamentales. Las huelgas locales tenían cada vez menos eficacia, y el sindicato local nada podía hacer para evitarla discriminación regional de los salarios, el costo elevado de vida, la especulación y el desempleo. Estos dirigente sindicales comprendieron que sus problemas eran problemas nacionales, y se dieron cuenta gradualmente de la necesidad de adquirir influencia a nivel nacional.
También la sindicalización de algunos trabajadores de cuello blanco y empleados públicos infundió actitudes nuevas e importantes en el movimiento obrero. Los bancarios, los maestros y los empleados de correo, no eran revolucionarios, querían reformar el sistema capitalista argentino, pero no destruirlo, y por lo tanto buscaban tener influencia dentro del aparato gubernativo.
Leer más: http://www.monografias.com/trabajos5/sinde/sinde.shtml#ixzz3o5a2sE3I |
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