SAN SALVADOR.—El expresidente salvadoreño Francisco Flores, acusado por delitos de corrupción, falleció en la noche del sábado pasado en un hospital privado de la capital centroamericana a los 56 años de edad, según confirmaron miembros del partido Alianza Republicana Nacionalista (Arena), lo cual deja en un limbo las investigaciones sobre corrupción en las que estaba envuelto.
Sobre el exmandatario pesaban cargos de peculado (delito que se concreta cuando una persona se queda con el dinero público que debía administrar), enriquecimiento ilícito y desobediencia de particulares en perjuicio de la administración pública.
Flores, quien gobernó El Salvador desde 1999 al 2004, sufría de trombosis en su pierna derecha y su delicado estado de salud le había permitido evitar la cárcel y pasar los que terminarían siendo sus últimos meses de vida bajo arresto domiciliario.
Con 39 años y siendo el gobernante más joven de El Salvador quedó manchado por un escándalo de corrupción cuya investigación judicial aún estaba en curso en el momento de su fallecimiento.
El caso se originó tras los terremotos que golpearon al país el 13 de enero y el 13 de febrero del 2001, con un saldo de más de 1 000 muertos, 8 000 heridos, un millón y medio de damnificados y pérdidas por más de 1 500 millones de dólares.
Estaba siendo acusado por el desvío de una donación de 15 millones de dólares en donaciones taiwanesas para proyectos de reconstrucción y atención a víctimas de los terremotos.
Según la fiscalía, Flores se apropió de cinco millones de dólares y desvió otros diez millones hacia una cuenta de Arena, el partido de derecha que gobernó el país de 1989 al 2009.
El propio Flores admitió ante una comisión especial de la Asamblea Legislativa, en enero del 2014, que no ingresó los montos en cuestión a las arcas del Estado.
Pero de acuerdo con los cargos imputados, existían pruebas suficientes para adjudicarle el delito de lavado de dinero, lo cual llevaría a que otras personas estuvieran involucradas.
La comisión parlamentaria convocó posteriormente a exmiembros del gabinete y exfuncionarios del gobierno de Flores, así como a militantes de Arena para declarar. Todos dijeron desconocer esa modalidad de recibir donaciones y se desligaron del caso.
Los investigadores llegaron a presentar pruebas de que el exmandatario habría manejado de forma irregular más de 80 millones de dólares cuyo paradero aún se desconoce.