MIÉRCOLES, 9 DE MARZO DEL 2016 - 19:49 CET
Pedro Sánchez, el pasado lunes en la sede del PSOE.
Pedro Sánchez ha aceptado este miércoles la posibilidad de sellar un pacto con Podemos para conformar un Ejecutivo integrado por varios partidos como el que propone Pablo Iglesias, que reclama para sí mismo la vicepresidencia. “No me he cerrado nunca a gobiernos de coalición”, ha dicho el líder socialista en una entrevista en Cuatro.
El secretario general del PSOE nunca había rechazado explícitamente la fórmula que defiende Podemos, pero no se había abierto a ella de forma tan clara. Sánchez se había limitado a señalar que primero había que acordar el “qué” (es decir las políticas) y después el “quién” (los cargos). A finales de enero, el secretario de Organización de los socialistas, César Luena, explicó que la “preferencia” del partido pasaba por un Gobierno “en solitario”, pero no descartó la coalición. “Si llega el momento, hablaremos con todos de políticas, y cuando eso esté claro hablaremos de lo demás”, dijo Luena.
EL ACERCAMIENTO
El leve cambio de actitud que denota las palabras de Sánchez, muy medidas, puede servir para acercar al PSOE y a Podemos. Pero la otra causa del distanciamiento entre ambas fuerzas permanece. El partido morado, junto a IU y Compromís, se sigue considerando“incompatible” con Ciudadanos y critica el acuerdo firmado entre Sánchez y Albert Rivera. Los socialistas, mientras tanto, han reforzado su alianza con la organización naranja, al decidir que cualquier nueva negociación hasta el próximo 3 de mayo, día en el que si no ha habido investidura se convocarán nuevas elecciones, debe hacerse de la mano de Ciudadanos. Ese movimiento es el que ha llevado a ambos a incluir al PP en la nueva ronda de conversaciones. El PSOE insiste que solo dialogará con los populares asuntos de Estado como la reforma constitucional y la política antiterrorista, pero Rivera les reclama la abstención
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