En su fugaz paso por Argentina, el economista best seller francés, Thomas Piketty, refirió en una de sus charlas a la necesidad de que los países piensen un mundo "post commodities". 
Se refería al negocio global de las mercancías, que padece desde hace varios meses una depresión de precios internacionales que parece no ver el fondo. 
El diagnóstico, aunque apocalíptico, parece tener algunos puntos de certeza en el sector petrolero. 
Es que, inmersos en una crisis de precios que emergió de los conflictos geopolíticos en zonas productivas estratégicas, los países productores y exportadores de hidrocarburos ya sufren los efectos del deterioro del valor del barril. Un informe del Centro de Estudios de Energía, Política y Sociedad (Ceepys) que observa el comportamiento de los mercados energéticos, especifica que las diez principales naciones exportadoras de crudo ya resignaron más de U$S600 mil millones por la caída en los precios. 
Estimando que la producción se va a mantener constante –aunque podría haber variaciones, aclara– el estudio toma como valor promedio del barril en 2014 U$S100 y de U$S50 para el 2015. Una pérdida aproximada de U$S50 por barril.
Las naciones más perjudicadas en este año serán Arabia Saudita, primer exportador del mundo con una producción de ocho millones de barriles diarios. Esa nación perderá U$S146.000 millones. Lo sigue de cerca Rusia, con una pérdida de U$S127.000 millones. Ese país ostenta una producción diaria de siete millones de barriles. El tercer lugar lo ocupan los Emiratos Árabes, con producción de 2,5 millones de barriles diarios y una resignación en dinero de U$S45.000 millones. 
En orden de volumen de negocio, continúan Kuwait, Irak, Nigeria, Qatar, Irán. Y por último Angola y Venezuela: ambos países producen lo mismo a diario, cerca de 1,7 millones de barriles. Todo este bloque sumado alcanza las pérdidas totales de U$S600.000 millones, y lo que es más preocupante aún es que más de la mitad de su economía –dependiendo del caso– depende exclusivamente de la exportación de hidrocarburos. La semana pasada, fue el propio Fondo Monetario Internacional (FMI), quien alertó sobre las pérdidas millonarias que podrían tener los países que integran el Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo (CCEAG). 
El trabajo del Ceepys, organismo que comanda el especialista Víctor Bronstein, explica que el constante retroceso en el precio del crudo tiene un dato base y abre una especie de T.E.G petrolero donde hay ganadores y perdedores. "En los últimos cuatro años, Estados Unidos aumentó su producción en cerca de cuatro millones de barriles diarios gracias a la explotación de petróleo no convencional", cita el informe como razón central de la caída en el precio. 
Esta movida tuvo un efecto colateral, los costos explotación del shale son elevados. Es decir que, con estos precios, "hay entre seis y ocho millones de barriles diarios que van a dejar de producirse en un lapso relativamente corto". 
En el mapa de perjudicados por el fenómeno, como se detalló anteriormente, sobresalen Rusia, Venezuela e Irán. En el global, Arabia Saudita también resigna terreno, pero según el trabajo tiene un costo de producción de U$S10 y 750 mil millones de reservas, lo que le otorga posibilidades de supervivencia más importantes que el resto. En el caso de Rusia, que exporta 6,5 millones diarios, este precio actual enciende las alertas de su economía. 
Lo mismo ocurre en Venezuela, cuyo presupuesto depende un 90% del petróleo. 
En la otra esquina, los ganadores son los países importadores, y aquellos que producen pero no exportan, como el propio Estados Unidos. Cifras oficiales sitúan a ese país al tope de los 10 importadores, con 7,4 millones de importaciones de barriles diarios. Lo sigue China, con 5,6 millones; Japón con 4,6 millones; India con 2,5 millones; Corea del Sur 2,25 millones; y Singapur con 1,22 millones. 
Paradójicamente, el resto del ranking son países de Europa, hoy en una especie de guerra silenciosa con Rusia por las provisiones de gas. En la lista aparecen Alemania, importando 2,2 millones de barriles diarios; Francia 1,7 millones; España con 1,3 millones e Italia, con 1,2 millones. 
En el caso de China, y pese a la baja en las perspectivas de crecimiento para este año, se han incrementado las compras de crudo por la baja de los precios. "Inclusive –cita el trabajo de Ceepys– han empezado a alquilar barcos petroleros que son utilizados como depósitos flotantes mientras en el país se construyen tanques de almacenamiento". 
El informe apunta además que en Estados Unidos, donde el precio del crudo se refleja en el precio de los combustibles, empezaron a perder las empresas petroleras y las de servicio. Y ganan los consumidores y la economía en general. 
Se estima que los usuarios se ahorrarán en combustibles unos U$S 120.000 millones, que se volcarán a la economía en otros bienes de consumo. En este contexto, el ejemplo de Argentina no es tan lineal entre si es beneficiado o perjudicado por la baja del crudo. Quizás, un poco de ambas: por un lado –y más allá de la recuperación de YPF y un proceso sostenido de suba en la producción– el país sigue importando volúmenes elevados de hidrocarburo. 
La baja en los precios le permite entonces seguir comprando pero perdiendo menos dólares. En la otra esquina, nunca es bueno para un país que intenta recuperar el autoabastecimiento en base, sobre todo, a la potencialidad del shale, que el valor internacional del crudo caiga. Los costos de la búsqueda de no convencional son bastante elevados. 
Pero en el caso de Vaca Muerta, la perspectiva, según los últimos acontecimientos, no muestra una retracción en el interés de inversores. YPF rubricó la semana pasada un convenio con la china Sinopec para el área, que se suma a lo ya acordado con Chevron y Dow. 
De todos modos, el Ceepys reconoce que, en el fondo, los países presuntamente ganadores llevan el asunto con cautela, considerando que "el precio barato del petróleo de hoy sea un petróleo aún más caro en el futuro". 
En Davos, el CEO del ENI declaró que con estos precios no sólo se está poniendo en riesgo la producción actual, sino también la producción futura.  «

 

Las dudas en torno a los valores

La caída del precio del crudo ha sido uno de los temas centrales abordados por los ejecutivos en la reunión anual de Davos. Este foro se ha convertido adicionalmente para sus 2500 participantes de este año en una plataforma de lo más recalcitrante del establishment para establecer contactos y redes. La idea dominante sobre el petróleo en la cumbre de Davos que se celebró la penúltima semana de enero es que es probable que los precios no suban significativamente a lo largo de este año y que esta situación incluso se puede mantener por los próximos dos a tres años, aunque una minoría cree que el crudo puede llegar a recuperarse y arrimarse a los U$S 80 hacia fines del año.