Home  |  Contact  

Email:

Password:

Sign Up Now!

Forgot your password?

LA CUBA DEL GRAN PAPIYO
Happy Birthday Yayi CR !                                                                                           Happy Birthday Flavius Versadus !
 
What’s New
  Join Now
  Message Board 
  Image Gallery 
 Files and Documents 
 Polls and Test 
  Member List
 Conociendo Cuba 
 CANCION L..A 
 FIDEL CASTRO.. 
 Fotos de FIDEL 
 Los participantes más activos 
 PROCLAMA AL PUEBLO DE CUBA 
 
 
  Tools
 
General: Colombia: el último día de la guerra
Choose another message board
Previous subject  Next subject
Reply  Message 1 of 5 on the subject 
From: Ruben1919  (Original message) Sent: 24/06/2016 01:49

Colombia: el último día de la guerra

Publicado: 22 jun 2016 14:11 GMT | Última actualización: 22 jun 2016 14:30 GMT
AddThis Sharing Buttons
1.9K77

En medio de nuevas y profundas convulsiones políticas y económicas en la región, el acuerdo de cese al fuego bilateral entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC-EP es una noticia de trascendental importancia para América Latina y el Caribe. Se trata, ni más ni menos, que el fin de un conflicto social y político que durante más de cinco décadas modificó el día a día de millones de colombianos. Con la firma del punto relativo al fin del conflicto armado no sólo gana Colombia, sino toda la región, que decidió declararse “zona de paz” durante la cumbre CELAC de 2014.

El gran perdedor tiene nombre y apellido: Álvaro Uribe Vélez. El ex presidente colombiano intentó boicotear una y otra vez la mesa de negociaciones en La Habana. Incluso saboreó el inicio del fin del proceso de paz cuando su delfín, Zuluaga, llegó a la segunda vuelta presidencial aventajando a Santos, en 2014. Pero Uribe, bajo otro nombre, perdió aquel ballotage. Aquella fue su primera derrota contundente. La segunda, ésta que tiene lugar ahora, mientras buena parte de su círculo íntimo -incluído su hermano- está preso por presunta vinculación con el narcotráfico. 

Entre los triunfadores están el gobierno de Juan Manuel Santos y las propias FARC, por el esfuerzo conjunto desplegado en La Habana ante algunas presiones internacionales que, con perfil más bajo que Uribe, intentaban jaquear el proceso de paz. Pero en lo interno, sobre todo, gana el pueblo colombiano, quien aún sigue intentando poder hacer política sin el temor de perecer en el intento.

 Gana el pueblo colombiano, quien aún sigue intentando poder hacer política sin el temor de perecer en el intento

Los más de 120 asesinatos en los últimos 4 años a integrantes del espacio político Marcha Patriótica, que patrocina la defensora de DDHH Piedad Córdoba, grafican las complejidades que hasta hoy existen en Colombia en relación a un derecho tan simple -y elemental- como el “hacer política”. El “último día de la guerra” deberá precisamente aportar los elementos jurídicos y políticos para garantizar, de aquí en más, la libre participación ciudadana en la configuración política del país. 

Por último, hay que destacar el rol de Cuba y Venezuela en este desenlace. En febrero de este año, durante su encuentro con el Patriarca ruso Kirill en La Habana, el Papa Francisco lanzó una sugestiva frase destinada a Raúl Castro: “si se continúa con esta disponibilidad activa, Cuba podría ser la capital de la unidad”. La fuerte predisposición de La Habana para ser sede de los diálogos también muestra su rol activo en la política regional, hecho que obligó a EEUU a darse otra política en relación a la isla. Por otra parte, tres años después de su fallecimiento, se puede ver que la política de Hugo Chávez en relación a Colombia también da sus frutos, visto y considerando que fue el primer Jefe de Estado de la región preocupado por el tema en la última década. En momentos donde Venezuela aparece asediado desde diversos ángulos -diplomático, periodístico y con un bloqueo financiero en curso que le impide tomar líneas de crédito- hay que cuantificar el esfuerzo del país caribeño en lograr una solución en relación a su país vecino.

Colombia tiene un motivo para celebrar. América Latina también

El último día de guerra en Colombia es, en definitiva, una noticia “bálsamo” en medio de un escenario general de dificultades para la región. El desafío será avanzar ahora en la desmovilización efectiva de sectores del paramilitarismo, garantizando además que la otra mesa de negociación en curso -ELN/Santos- también se encamine a un resultado similar. Y además lograr que el cese al fuego bilateral también encamine a una verdadera apertura política, garantizando la libre participación de los diferentes sectores de la sociedad colombiana en la política cotidiana del país.

Si Uribe y los apologistas del conflicto armado están disconformes, hablamos de una noticia que es de relevancia notoria para toda la región. Colombia tiene un motivo para celebrar. América Latina también. 

Etiquetas:

Artículos anteriores de experto



First  Previous  2 to 5 of 5  Next   Last  
Reply  Message 2 of 5 on the subject 
From: Ruben1919 Sent: 24/06/2016 23:32
Correa: Paz de Colombia, una de las mejores noticias de la década PDF Print E-mail
  

Imagen activaQuito, 24 jun (PL) El presidente de Ecuador, Rafael Correa, consideró hoy el acuerdo suscrito entre el Gobierno de Colombia y las FARC-EP a favor de la paz como una de las mejores noticias en la última década.

 

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) y el Gobierno de Colombia firmaron la víspera en Cuba un acuerdo para el cese al fuego y de hostilidades bilateral y definitivo, considerado fundamental para avanzar hacia el fin del conflicto armado más antiguo en Latinoamérica.

Es de las mejores noticias en la última década, felicitaciones al presidente Juan Manuel Santos, ha hecho un trabajo histórico, felicitaciones a Colombia, toda Latinoamérica acompaña a Colombia, comentó el mandatario minutos antes de entrar a una reunión con su Gabinete en esta capital.

Correa aseguró que Ecuador está preparado para la situación que pueda darse en la frontera colombo-ecuatoriana tras la firma del acuerdo del cese al fuego definitivo pues tanto las Fuerzas Armadas como la Policía Nacional de aquí han trabajado en esta área.

Hemos puesto todos los recursos en la planificación para minimizar los problemas, pero el saldo, el balance final de esa noticia, es positiva, enfatizó en declaraciones a los medios de prensa.

El estadista dijo también que espera ahora se desarrollen las negociaciones con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), y la llegada a una paz definitiva e integral en el país vecino.

lma/msm

Reply  Message 3 of 5 on the subject 
From: Ruben1919 Sent: 25/07/2016 01:24

Palabras de Timoleón Jiménez en la firma de los Acuerdos de La Habana

23 junio 2016 | 4
Timoleón Jiménez, jefe del Estado Mayor Central de las FARC-EP, en la Ceremonia de Firma de Acuerdos sobre Cese al Fuego y de Hostilidades Bilateral y Definitivo, Dejación de las Armas y Garantías de Seguridad entre el Gobierno de Colombia y las FARC-EP. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate

Timoleón Jiménez, jefe del Estado Mayor Central de las FARC-EP, en la Ceremonia de Firma de Acuerdos sobre Cese al Fuego y de Hostilidades Bilateral y Definitivo, Dejación de las Armas y Garantías de Seguridad entre el Gobierno de Colombia y las FARC-EP. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate

Discurso del Comandante Timoleón Jiménez, jefe del Estado Mayor Central de las FARC-EP, en la Ceremonia de Firma de Acuerdos sobre Cese al Fuego y de Hostilidades Bilateral y Definitivo, Dejación de las Armas y Garantías de Seguridad entre el Gobierno de Colombia y las FARC-EP , La Habana, 23 de junio de 2016, “Año 58 de la Revolución”. (Versiones Taquigráficas – Consejo de Estado)

Que este sea el último día de la guerra.

Señor General de Ejército Raúl Castro Ruz, presidente de la República de Cuba;

Señor presidente de la República de Colombia, Juan Manuel Santos;

Señor secretario general de la Organización de Naciones Unidas, Ban Ki-moon;

Señor canciller del reino de Noruega, Borge Brende;

Señor presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro;

Señora presidenta de la República de Chile, Michelle Bachelet;

Señor presidente de la República Dominicana y de la CELAC, Danilo Medina;

Señor presidente de la República de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén;

Señor presidente de la República de México, Enrique Peña Nieto;

Señor presidente de la Asamblea General de Naciones Unidas, Mogens Lykketoft;

Señor presidente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, François Delattre;

Señor Bernard Aronson, enviado especial del gobierno de los Estados Unidos;

Señor Eamon Gilmore, enviado especial de la Unión Europea;

Señora representante de la CEPAL, Alicia Bárcena:

Quisiera pedirles, con el mayor respeto, disculpas, para aprovechar este instante con el propósito de rememorar a un gran ausente, el Comandante eterno Hugo Rafael Chávez Frías (Aplausos), un guerrero por la paz de la América Latina y el Caribe, sin cuya valiosa iniciativa y gestión hubiera sido imposible arribar a este histórico acto.

Señoras y señores: alguien sentenció alguna vez que los únicos sueños que logran alcanzarse son aquellos que se intentan. Hoy más que nunca sentimos que esa sentencia contiene una verdad indiscutible.

En el año 1964, en medio del fragor de la desigual lucha armada, la Asamblea de los Guerrilleros de Marquetalia produjo su programa agrario, en cuya parte introductoria dejó sentada la siguiente declaración que ahora recordamos: “Nosotros somos revolucionarios que luchamos por un cambio de régimen, pero queríamos y luchábamos por ese cambio usando la vía menos dolorosa para nuestro pueblo, la vía pacífica, la vía democrática de masas; esa vía nos fue cerrada violentamente con el pretexto fascista oficial de combatir supuestas repúblicas independientes, y como somos revolucionarios que de una u otra manera jugaremos el papel histórico que nos corresponde, nos tocó buscar la otra vía, la vía revolucionaria armada para la lucha por el poder.”

Hoy, 52 años después, los guerrilleros de las FARC estamos sellando con el gobierno de Juan Manuel Santos un cese al fuego y de hostilidades bilateral y definitivo, un acuerdo sobre garantías de seguridad y combate al paramilitarismo, y otro sobre dejación de armas, que nos dejan a las puertas de concretar, en un plazo relativamente breve, el acuerdo final que nos permitirá por fin retornar al ejercicio político legal mediante la vía pacífica y democrática.

Plantearlo antes de la Operación Marquetalia resultó absurdo para los poderes y partidos dominantes en la época, que decidieron apelar a la fuerza y el exterminio, animados por la convicción de que mediante las bombas y los fusiles podían acallar los clamores populares; eran también los tiempos del apogeo de la Guerra Fría y la filosofía del enemigo interno que convertían a la fuerza pública en ejército de ocupación de su propio país y contra su propio pueblo.

Los muertos, la sangre, la devastación y el horror que se le hubieran ahorrado a Colombia si en lugar de atender las voces fanáticas que llamaban irresponsablemente a la guerra, con apelación a los más absurdos argumentos, se hubiera escuchado a aquellos que llamaban al diálogo, a la solución que proponía acuerdo de presencia económica y social del Estado, al tiempo que democratizar el escenario político en un ambiente de tolerancia y respeto por la diferencia.

Los 48 campesinos marquetalianos se convirtieron con las décadas en miles de mujeres y hombres alzados en armas que llegaron a poner en serios aprietos al Estado colombiano, pero que simultáneamente nunca dejaron de hablar de un acuerdo de paz por la vía de las conversaciones civilizadas. Fueron varios y dolorosamente frustrados los intentos por conseguirlo. Pero siguieron intentándolo una y otra vez, y hoy vemos los frutos de su persistencia.

Porque si de algo dan fe los Presidentes de los países acompañantes y garantes hoy aquí presentes, así como el conjunto de las altas personalidades internacionales, inmersas en el proceso de paz en curso y que nos acompañan aquí, lo que está a punto de sellarse no es una capitulación de la insurgencia, como querían algunos obtusos, sino el producto de un diálogo serio entre dos fuerzas que se enfrentaron por más de medio siglo sin que ninguna pudiera derrotar a la otra.

Ni las FARC ni el Estado son fuerzas vencidas y por ende lo pactado no puede interpretarse por nadie como el producto de alguna imposición de una parte a la otra. Hemos discutido largamente, llegando incluso a callejones que parecían sin salida, que solo pudieron superarse gracias a la desinteresada y eficaz intervención de los países garantes, Cuba y Noruega, y las oportunas y sabias fórmulas sugeridas por la creatividad de los voceros de ambas partes o sus acuciosos asesores.

Más allá de un pobre favor, hacen un daño inmenso a Colombia, a la vida y a la esperanza de su pueblo, quienes insisten en negar la trascendental importancia de lo acordado, que solo por su contenido identifica a las partes sentadas a la Mesa, sin haberlas fundido o entregada una a la otra.

Estamos seguros de que la nación colombiana, que ha sufrido la guerra y sus consecuencias, dará la espalda a quienes la siguen convidando al holocausto quizás con qué oscuro propósito.

Estamos muy cerca de la firma del acuerdo final que pondrá el fin al conflicto e iniciará la construcción de una paz estable y duradera.

Desde el principio sostuvimos que la firma de este acuerdo es la mejor oportunidad que tendrá nuestro país para enrumbarse hacia la justicia social y el progreso, sobre la base de que serán abiertas las compuertas de la democracia verdadera para que los movimientos sociales y políticos de oposición gocen de plenas garantías, y para que la voz de las comunidades en los escalones local, regional y nacional adquiera toda su importancia y pueda jugar un papel determinante en las decisiones públicas relacionadas con su futuro.

Estamos ciertos de que esa será una realidad que se abrirá paso, poniendo fin a la tradición de imponer desde arriba, haciendo abstracción de los intereses populares, las políticas que gobernantes elegidos con sufragios dudosos consideran más convenientes para ellos. Hay acuerdos sellados sobre esa materia, y están próximos a definirse en algunos puntos pendientes, como también en cuestión de reforma rural, integral y cultivos de uso ilícito. Sobre este último recién se puso en práctica un proyecto piloto de sustitución en Briceño, Antoquia, que necesariamente habrá que replicar en otras áreas que padecen el problema. No será todo color de rosa y seguramente habrá que luchar porque se cumpla integralmente lo firmado, porque como lo decía en el título de una de sus novelas el escritor colombiano Álvaro Salom Becerra: “Al pueblo nunca le toca.”

El acuerdo final será la llave para dar vuelta a esa cerradura, pero requerirá de la organización y movilización constante de la gente por su cumplimiento. Lo ponen de presente la insistencia oficial en las cíderes, pese a lo pactado en La Habana y al reciente Código de Policía, que choca con el acuerdo sobre participación política suscrito en la Mesa.

El Acuerdo sobre garantías de seguridad y combate al paramilitarismo tiene que ser una realidad en los hechos, so pena de conducir el resultado final del proceso al fracaso histórico.

Duele profundamente y resulta ya intolerable que a estas alturas tales estructuras sigan asesinando con plena libertad, como ocurrió entre el 11 y el 13 de este mes en Barrancabermeja con cuatro jóvenes. Que el SMAD siga triturando colombianos que salen a protestar con justicia y que el aparato judicial continúe ordenando privaciones abusivas de la libertad como la del compañero Carlos Arturo Velandia.

También se ha llegado al Acuerdo sobre dejación de armas, que pone en evidencia la suma de invenciones con las que se pretende engañar a la gente de nuestro país, cuando se asevera que tras los acuerdos, las FARC pretendemos seguir armadas y haciendo política.

El país podrá conocerlo a partir de hoy. Claro que las FARC haremos política, si esa es nuestra razón de ser, pero por medios legales y pacíficos con los mismos derechos y garantías de los demás partidos (Aplausos).

El Estado colombiano tendrá que hacer efectivo que a ningún colombiano se le perseguirá por razones de sus ideas o prácticas políticas. Que la perversa costumbre de incluir en los órdenes de batalla de las Fuerzas Armadas los nombres de los dirigentes de movimientos sociales y políticos de oposición tendrá que desaparecer definitivamente del suelo patrio. Que una vez firmado el acuerdo final desaparecerán el dispositivo militar de guerra y su anticuada doctrina de seguridad.

Las Fuerzas Armadas Colombianas, agigantadas en el transcurso de la guerra, diestras en contrainsurgencia y acciones especiales están llamadas en adelante a jugar un importante papel en aras de la paz, la reconciliación y el desarrollo del país. Fueron nuestras adversarias, pero en lo adelante tenemos que ser fuerzas aliadas por el bien de Colombia. Su infraestructura y recursos pueden ponerse al servicio de las comunidades y sus necesidades sin desmedro de sus capacidades para cumplir la función constitucional de guarnecer las fronteras.

Por otra parte, el protagonismo de las comunidades ha de representar también la oportunidad para comenzar a solucionar el grave conflicto que se vive en las ciudades: desocupación, inseguridad, falta de servicios públicos. Esclavitudes como el pagadiario y la explotación sexual, microtráfico, crímenes y bandas asociadas a la mafia y el paramilitarismo requieren atención inmediata. La paz rural debe significar una transformación participativa de las urbes.

Necesitamos que en nuestro país se produzca efectivamente una definitiva reconciliación. Basta ya de la violencia y los delirios por ella. Ella requiere una paciente e intensa labor de difusión, educación y concientización de lo pactado en La Habana, para que la gente de Colombia quede clara de su valioso y positivo contenido, y para que sepa qué puede y debe reclamar del Estado, para que se una y organice por conseguirlo y solo así haremos una nueva Colombia.

Las FARC EP completamos el pasado 27 de mayo 52 años de resistencia guerrillera, y hoy vemos el sueño de la paz mucho más cerca que nunca. Pensamos trabajar por la unidad del movimiento democrático y popular en nuestro país, sin sectarismos ni posiciones hegemónicas, en procura de la confluencia de toda la inconformidad con el modelo actual de las cosas a objeto de generar profundos cambios en la vida colombiana, pensando siempre en el interés de las mayorías.

La guerra ha costado cientos de miles de millones de dólares a nuestro país. De hecho la exagerada partida del presupuesto militar ha tenido como justificación permanente la existencia del conflicto armado. Un país en paz ya no requerirá de tales argumentos y podrá destinar una buena parte de esos recursos a menesteres más sanos y productivos. No es cierto que no exista dinero para la paz ni que todo tenga que ser ayuda internacional, basta con cambiar prioridades.

Sabemos que nada se conseguirá fácilmente o rápidamente. Entendemos que los principales beneficiarios de nuestro esfuerzo serán las generaciones futuras, por eso extendemos nuestra mano a la juventud, es la llamada a construir el nuevo país y por tanto la más llamada a defender a la defensa de la paz y la reconciliación, a la promoción de un nuevo tipo de actividad política, a la consolidación de la civilidad y la más amplia democracia.

Las FARC siempre hemos sido optimistas, aun en los momentos más difíciles siempre creíamos que la paz era posible y decidimos intentarlo cuantas veces fuera necesario, y tuvimos la razón.

El Acuerdo de cese al fuego y de hostilidades, bilateral y definitivo, es leído por todo el mundo como el fin de la confrontación armada en Colombia. Así sea.

Confiamos en celebrar en un plazo prudencial otro acto solemne: la firma del acuerdo final. ¡Que este sea el último día de la guerra!

Muchas gracias (Aplausos).


Reply  Message 4 of 5 on the subject 
From: Ruben1919 Sent: 25/08/2016 17:57

Cuba, otra vez capital de la paz regional


Reply  Message 5 of 5 on the subject 
From: Ruben1919 Sent: 17/09/2016 10:46

EL MUNDO › EXCARCELAN TEMPORALMENTE A AL MENOS 24 GUERRILLEROS EN COLOMBIA

Liberan a miembros de las Farc

Así podrán participar en la X Conferencia Guerrillera desde hoy y hasta el próximo viernes en los Llanos del Yarí, una zona remota del sur de Colombia, para aprobar o no el acuerdo de paz alcanzado con el gobierno de Santos.

Al menos 24 integrantes de las FARC serán excarcelados temporalmente para que participen en la X Conferencia Guerrillera. Se celebrará desde hoy y hasta el próximo viernes en los Llanos del Yarí, una zona remota del sur de Colombia, para aprobar o no el acuerdo de paz alcanzado con el gobierno de Juan Manuel Santos, quien alertó que si no se aprueba el plebiscito los insurgentes deberán volver a la selva.

“Se van a trasladar alrededor de 24 guerrilleros de las FARC para asistir a la gran convocatoria que ellos harán estos días’’, dijo el ministro de Justicia, Jorge Eduardo Londoño, a periodistas. La presidencia de Colombia solicitó esa medida para guerrilleros que cumplen condenas en las cárceles de La Picota, de hombres, y el Buen Pastor, de mujeres, por delitos relacionados con terrorismo, extorsión y secuestro, entre otros.

Según el diario El Espectador, los guerrilleros excarcelados contarán con medidas especiales desde el 17 hasta el 26 de septiembre, fecha en la que tendrán que regresar a los penales. Los guerrilleros serán acompañados hasta los Llanos del Yari por miembros del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec). “Con seguridad que regresarán, nadie que está ad portas de ser beneficiario de la jurisdicción especial para la paz, de solucionar sus problemas, que está comprometido con un proceso de paz, se va a escapar, eso no tiene sentido’’, afirmó Londoño.

El jefe de las FARC, Rodrigo Londoño Echeverri, alias Timochenko, llegó el martes pasado a Colombia para participar en la décima conferencia de ese grupo armado en la que aprobarán el acuerdo de paz alcanzado con el gobierno. La conferencia pretende que sus bases aprueben su disolución como grupo armado para convertirse en un movimiento político legal.

Después del encuentro guerrillero, se realizará la firma final del acuerdo de paz en un acto a celebrase en Cartagena de Indias encabezado por Santos y Timochenko e invitados especiales, entre ellos más de diez presidentes de la región. Tras la firma de la paz, los colombianos acudirán a las urnas el 2 de octubre para refrendar o rechazar en un plebiscito el acuerdo final.

Por otro lado, el gobierno pedirá a Naciones Unidas otra misión de observadores para vigilar el proceso de reintegración de los ocho mil guerrilleros de las FARC que dejarán las armas, informaron fuentes oficiales. La canciller María Ángela Holguín anunció durante un foro realizado en Bogotá que el pedido se hará en el marco de la 71 Asamblea General de la ONU en Nueva York, que abrió sus sesiones el martes y recibirá la próxima semana a los jefes de Estado y gobierno del mundo.

Durante el foro el general en retiro del Ejército Jorge Mora, quien es delegado del gobierno en los diálogos con las FARC en Cuba, aseguró que tras el acuerdo final de paz que se firmará el próximo 26 de septiembre la guerrilla va a desaparecer para siempre. “El acuerdo que se va a firmar le indica a los colombianos que las FARC, llevada por los soldados y los policías, tomaron la decisión de abandonar la lucha armada y pasar a reintegrarse a la sociedad, a hacer política como un grupo político normal en la vida nacional”, agregó. Mora reconoció sin embargo que existe la posibilidad de que haya disidencias en las FARC con respecto al acuerdo de paz, pero confió en la capacidad de la fuerza pública para defender y proteger a la sociedad y al sistema colombiano como lo hizo por más de 50 años.

Santos alertó por su parte que si los colombianos no aprueban el acuerdo de paz en el plebiscito los guerrilleros tendrán que volver a la selva. “Si no se aprueba no sucede nada en materia de cumplimiento de los acuerdos, borrón completo ¿Y qué tengo que hacer yo? Pues devolver a estos señores a la selva y volvemos a lo que teníamos hace seis años, así de sencillo, ese es el dilema”, afirmó el gobernante durante un coloquio con empresarios en la Cámara de Comercio de Bogotá (CCB). En cambio, indicó que si el plebiscito se aprueba, al otro día comienza a operar el acuerdo. El mandatario destacó: “El mundo entero está respaldando a Colombia cuando el planeta está lleno de problemas, lleno de controversias aparentemente insolubles”.

“Ese proceso de construcción de la paz no es solamente un proceso material, que hay que construir carreteras, colegios, o darles representación política a ciertas personas que no la han tenido, no, eso es una parte, lo más importante está dentro de nosotros mismos es espiritual, cultural”, afirmó el mandatario en una reunión con el Consejo Mundial de Iglesias en la Casa de Nariño. Santos agregó que espera que poco a poco los colombianos puedan encontrar un común denominador, y que cuando pase el plebiscito, que ha polarizado a la sociedad, ojalá puedan unirse todos, porque el país necesita unión y cosas comunes para salir adelante.

Por otra parte, resaltó el apoyo de las iglesias en el proceso de paz y los desafíos del país de cara al posconflicto fase en la cual advirtió que las iglesias juegan un papel fundamental porque es ahí donde tienen la mayor incidencia. A su vez dijo: “La paz no se construye de un día a otro, sino que requiere persistencia y un trabajo continuado durante mucho tiempo para cambiar muchas de nuestras actitudes”.

Por último, Santos reconoció públicamente la responsabilidad del Estado en el exterminio del izquierdista partido Unión Patriótica (UP) en las décadas del 80 y 90, y se comprometió “solemnemente” a dar garantías para que eso no se vuelva a repetir. Así admitió que el Estado fue responsable del exterminio de esa agrupación, al tiempo que ofreció garantías para el partido político que surja luego de la desmovilización de las FARC. “Me comprometo solemnemente hoy ante ustedes a tomar todas las medidas necesarias y a dar todas las garantías para que nunca más en Colombia una organización política vuelva a enfrentar lo que sufrió la Unión Patriótica”, expresó el jefe de Estado.

  

Los guerrilleros excarcelados estarán libres desde el 17 hasta el 26 de septiembre.


First  Previous  2 a 5 de 5  Next   Last  
Previous subject  Next subject
 
©2025 - Gabitos - All rights reserved