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General: El mayor legado de Fidel
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Respuesta  Mensaje 1 de 4 en el tema 
De: Ruben1919  (Mensaje original) Enviado: 30/11/2016 13:20

El mayor legado de Fidel

Publicado: 27 nov 2016 20:12 GMT
3K153

Durante los últimos días pudimos leer un sinfin de crónicas y notas de opinión en relación al sensible fallecimiento de Fidel Castro Ruz. El personaje en cuestión, enorme por su accionar y sus ideas, cambió el rumbo de América Latina. Y eso amerita que existan diversos balances, en su gran mayoría -hay que decirlo con claridad- favorables a su legado, a su obrar político: popular, transformador, hereje, subalterno, plebeyo. 

A la pregunta "¿Qué era Cuba sin Fidel Castro?" se la puede responder solo leyendo las crónicas de las administraciones previas a la Revolución Cubana, allí donde el gobierno norteamericano fungía como gendarme eterno de un suelo que le era ajeno. La Cuba de Fidel es la Cuba de la salud y la educación pública para grandes y chicos, reivindicada por UNESCO y UNICEF en reiteradas ocasiones. La Cuba de Fidel es la que consiguió, con la diplomacia de los pueblos, torcer el voto de importantes países en la Organización de Naciones Unidas para denunciar el criminal bloqueo norteamericano -incluso, este año, hasta el propio EEUU tuvo que votar abstención para evitar una nueva derrota contundente-. La Cuba de Fidel es la que permitió cubrir todas las necesidades de los niños de su país, en un mundo donde estos son arrojados al vacío permanentemente. Fidel puso a Cuba en el mapa mundial, le guste a quien le guste, y le pese a quien le pese. Fue un destacado "global player": dotó a una isla pequeña de una entidad superlativa en el escenario global. 

Y no sólo marco a fuego el Siglo XX: también lo hizo durante los primeros años del siglo que transitamos: ideó la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América durante 2004 y cofundó la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad al año siguiente. Pero lo más importante: tuvo destacada participación -aún sin estar presente fisicamente- en el "No al ALCA" de Mar del Plata 2005, cuando desde La Habana monitoreó paso a paso la Cumbre de las Américas y la contracumbre que se desarrollaba con movimientos sociales en el estadio Mundialista. El propio Hugo Chávez, en aquel recordado discurso del "Alca, al carajo" dejó en claro que el nacido en Birán había estado detrás de todos los detalles del evento. 

Durante sus últimos se reunió con Francisco, Putin, Xi Jinping, Cristina Fernández de Kirchner, Mujica, Maduro, Correa y Evo Morales, entre otros. Escribió sobre la progresiva irrupción de un mundo multipolar y sobre el importante rol de China y Rusia en esa nueva configuración, donde América Latina y el Caribe deben ser uno de los polos de ese mundo emergente, distinto al unipolar verificado tras la caída de la URSS. Fue un estratega de la geopolítica, analizando todas las variables del plano internacional, a la par que seguía el día a día del plano domestico -el que determina la cotidianeidad de los cubanos, su humor social-. 

En síntesis: el mayor legado de Fidel es la reivindicación de la política como herramienta de transformación de la vida de las mayorías. Ni más ni menos. Fidel, lejos de ser un voluntarista utópico, siempre tuvo claro que la política podía transformar, modificar lo establecido. Que se podía torcer el "destino manifiesto" que decía que Cuba tenía que ser una isla satélite de la principal potencia mundial, ubicada a escasas 90 millas de la isla. Que se podía hacer de América Latina y el Caribe un lugar más justo, menos desigual. Que se podía hacer la Revolución en un lugar donde los manuales desaconsejaban aquel accionar. 

Fidel murió. Sus ideas, tal como el lo hizo saber en el último congreso del Partido Comunista de Cuba -que fungió casi como una despedida pública- quedarán vivas en millones de personas que hoy lo lloran, pero que tomarán su legado para hacer de este mundo un lugar un poco más justo.

Por Juan Manuel Karg

Politólogo UBA / Analista Internacional



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Respuesta  Mensaje 2 de 4 en el tema 
De: cubanet201 Enviado: 30/11/2016 22:09


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De: Ruben1919 Enviado: 02/12/2016 18:21

Los sueños truncos de Fidel


Respuesta  Mensaje 4 de 4 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 03/12/2016 11:20
Preparativos en la Plaza de la Revolución Mayor General Antonio Maceo para el acto de homenaje póstumo del Comandante en Jefe. Foto: Roberto Cabrera Catasus

SANTIAGO DE CUBA.—De visita en los Estados Unidos para acompañar a su hijo y joven pintor, Alejandro, en la apertura de su exposición personal de denuncia al bloqueo titulada Vuelo directo, en el Centro de Estudios de Cuba, en Nueva York; así como para participar en la muestra colectiva de una galería de Miami dedicada a exponer el arte de la Isla, un mensaje paralizó a Alberto Lezcay Merencio.

Había fallecido el Comandante en Jefe, y de inmediato vinieron los cambios de planes para el destacado pintor y escultor. Mientras se gestionaba el regreso a Cuba lo antes posible, sacó tiempo para hacer mediante un periodista amigo una firme declaración sobre ese símbolo para nuestro país llamado Fidel, así como para pintar un cuadro que tituló: Se va, pero no se va.

«Realmente —señala—, quería estar en la Patria, y en especial en mi Santiago de Cuba en estos duros días para todos los cubanos, porque estuve junto a él en muchos momentos que me llenan de amor y de orgullo, porque también siento como muchos una profunda deuda con su especial sensibilidad, y el apoyo que supo brindarle al arte y la cultura en general».

Por ello, ahora en que se ha conocido que las cenizas del Comandante en Jefe Fidel Cas­tro Ruz tendrán su última vigilia en la Plaza de la Revolución Mayor General An­tonio Maceo, Lezcay ha accedido, como uno de los autores fundamentales del recinto, a revelar la especial prioridad que el líder de la Revolución le concediera al emblemático proyecto santiaguero.

«Fueron muchas las ocasiones—refiere—, en que durante los nueve años de ejecución Fidel visitó esta obra colectiva, para conocer cada detalle y su marcha constructiva, porque sin dudas era un objetivo supremo para la dirección del país, ya que igualmente especial atención le concedieron el General de Ejército Raúl Castro, el Comandante de la Revolución Juan Almeida, y otros compañeros.

Alberto Lezcay, artista de la plástica santiaguero. Foto:del autor

«Pero hay un momento —añade—, que por aleccionador quisiera compartir, pues fue en circunstancias muy tensas y muy difíciles para mí. Resulta que un día se nos señaló que la fecha de un evento tan significativo como el 4to. Congreso del Partido ya estaba decidida, y la plaza de acuerdo con el cronograma de ejecución estaba un poquito atrasada por múltiples razones.

«Seguimos trabajando, pero en esos días aprovecho que viene por acá y le digo “Co­man­dante tengo una queja”, y me pregunta “cuál es la queja”. Yo le respondo que me están apurando por la fecha y que estoy muy preocupado, pues ha habido muchos problemas que pueden conspirar contra el proyecto, sobre todo en la calidad de la plaza.

«Recuerdo que lo acompañaban varios dirigentes de aquí y nacionales de La Habana, y rápidamente se viró y les dijo, “señores, el Congreso se hará cuando esté la plaza An­to­nio Maceo”. Imagínese, qué lección para todos nosotros, porque tomó esa decisión automáticamente, pero con una precisa valoración de que sin la calidad máxima no podía inaugurarse la plaza.

«Yo creo que esas palabras dieron un mayor realce al trabajo que estábamos haciendo, no era una obra solo para el Congreso, era un monumento para la historia, que es en lo que se ha convertido, y lo será mucho más de ahora en adelante. Pero además, expresaba el respeto por los artistas, proyectistas y ejecutores, pues de nada valdría forzar una obra cuyos autores no estuviesen satisfechos con ella.

«Pongo este ejemplo —precisa Lezcay Me­rencio—, porque en nuestro proceso de hacer cosas, y de tantas cosas que tenemos que hacer, muchas veces el apuro nos hace cometer chapucerías, y creo que es bueno que todos conozcan esa lección, porque la mejor forma de ser fieles al legado de Fidel es socializándolo y llevándolo a la práctica.

«Así —enfatiza—, como hemos asumido todos estos días luctuosos pero de reflexión, se impone un proceso de interiorización de la muerte física de Fidel, porque siento que su muerte nos está uniendo más, siento eso que una vez él dijo, “que en Cuba no se trata de una entrega de antorcha de una generación a otra”, sino de estar todos unidos en función de seguir adelante con nuestra Revolución».



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