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Respuesta  Mensaje 1 de 71 en el tema 
De: Ruben1919  (Mensaje original) Enviado: 30/11/2013 18:29


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Respuesta  Mensaje 57 de 71 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 25/02/2016 23:11
Todo gusano lleva en si a un " ANEXIONISTA " ....   y si por algo peliaron y murieron los mambises bajo el mando de Maceo fué  por la independencia de Cuba .... por su soberanía ...contra el imperio español ..o contra cualquier imperio que quisiera anexar a su Patria .-

Respuesta  Mensaje 58 de 71 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 25/02/2016 23:27
Fidel nunca ha sido cobarde ... y si alguien tiene dudas  sobre sus ideas  debe leer al menos con cuidado la siguiente reflexión , ya que no se le puede exigir a un gusano respeto para el más grande que ha nacido en América :

Artículo de Fidel: Nuestro derecho a ser Marxistas-Leninistas

8 mayo 2015 | 94 |

Pasado mañana, 9 de mayo, se conmemorará el 70 aniversario de la Victoria del pueblo soviético en la Gran Guerra Patria. Dada la diferencia de hora, cuando elaboro estas líneas, los soldados y oficiales del Ejército de la Federación de Rusia llenos de orgullo, estarán ejercitando en la Plaza Roja de Moscú con los rápidos y marciales pasos que los caracterizan.

Lenin fue un genial estratega revolucionario que no vaciló en asumir las ideas de Marx y llevarlas a cabo en un país inmenso y solo en parte industrializado, cuyo partido proletario se convirtió en el más radical y audaz del planeta tras la mayor matanza que el capitalismo había promovido en el mundo, donde por primera vez los tanques, las armas automáticas, la aviación y los gases asfixiantes hicieron su aparición en las guerras, y hasta un famoso cañón capaz de lanzar un pesado proyectil a más de cien kilómetros hizo constar su participación en la sangrienta contienda.

De aquella matanza surgió la Liga de las Naciones, una institución que debía preservar la paz y no logró siquiera impedir el avance acelerado del colonialismo en África, gran parte de Asia, Oceanía, el Caribe, Canadá, y un grosero neocolonialismo en América Latina.

Apenas 20 años después, otra espantosa guerra mundial se desató en Europa, cuyo preámbulo fue la Guerra Civil en España, iniciada en 1936. Tras la aplastante derrota nazi, las naciones cifraron sus esperanzas en la Organización de las Naciones Unidas, que se esfuerza por crear la cooperación que ponga fin a las agresiones y las guerras, donde los países puedan preservar la paz, el desarrollo y la cooperación pacífica de los Estados grandes y pequeños, ricos o pobres del planeta.

Millones de científicos podrían, entre otras tareas, incrementar las posibilidades de supervivencia de la especie humana, ya amenazada con la escasez de agua y alimentos para miles de millones de personas en un breve lapso de tiempo.

Somos ya 7 300 millones los habitantes en el planeta. En el año 1800 solo había 978 millones; esta cifra se elevó a 6 070 millones en el año 2000; y en el 2050, según cálculos conservadores, habrá 10 mil millones.

Desde luego, apenas se menciona que a Europa Occidental arriban embarcaciones repletas de emigrantes que se transportan en cualquier objeto que flote, un río de emigrantes africanos, del continente colonizado por los europeos durante cientos de años.

Hace 23 años, en una Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo expresé: “Una importante especie biológica está en riesgo de desaparecer por la rápida y progresiva liquidación de sus condiciones naturales de vida: el hombre.” No sabía entonces sin embargo cuán cerca estábamos de ello.

Al conmemorarse el 70 aniversario de la Victoria en la Gran Guerra Patria, deseo hacer constar nuestra profunda admiración por el heroico pueblo soviético que prestó a la humanidad un colosal servicio.

Hoy es posible la sólida alianza entre los pueblos de la Federación Rusa y el Estado de más rápido avance económico del mundo: la República Popular China; ambos países con su estrecha cooperación, su avanzada ciencia y sus poderosos ejércitos y valientes soldados constituyen un escudo poderoso de la paz y la seguridad mundial, a fin de que la vida de nuestra especie pueda preservarse.

La salud física y mental, y el espíritu de solidaridad son normas que deben prevalecer, o el destino del ser humano, este que conocemos, se perderá para siempre.

Los 27 millones de soviéticos que murieron en la Gran Guerra Patria, lo hicieron también por la humanidad y por el derecho a pensar y a ser socialistas, ser marxistas-leninistas, ser comunistas, y a salir de la prehistoria.

Firma-Fidel-8-mayo2015

Fidel Castro Ruz
Mayo 7 de 2015
10 y 14 p.m.


Respuesta  Mensaje 59 de 71 en el tema 
De: mambi Enviado: 26/02/2016 16:03
Es evidente que no sabes de lo que escribes, solo pegas escritos que posiblemente no entiendas.
Acusas por el simple hecho de intentar ofender pero no pones ni un solo argumento de tu propia creacion para defender tus ideas. Eres como las cotorras y los loros: reproduces sonidos que imitan palabras sin conocer su significado.

Felicidades, que te aproveche tu "comunismo" y que lo disfrutes aunque solo sea en sueños y en tus fantasias porque ese sistema jamas volveras a verlo a no ser en Museos como recuerdo de un experimento fracasado.

Respuesta  Mensaje 60 de 71 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 26/02/2016 16:19
Ya irá viendo toda la gusanera como se desinfla el globo del paraiso yanky cuando empiecen a cerrar empresas y a aumentar el número de desempleados .... y de prostitutas ...y de ladrones ...y asesinos  y de estafadores  y de suicidios ......cuando ya usa no pueda competir en los mercados con la producción china  y la población estadinense no tenga plata para comprar lo que abunda   y necesita pero q permanecerá almacenado  por la concentración de la riqueza en unas pocas manos ...es lo que se llama crisis por sobreproducción ( quien lo creyera ) y al mismo tiempo por subconsumo del pueblo que sin empleo o con ingresos miserables no tiene con que comprar ni lo necesario .- Disfrute ahora usurpador del nombre de mambí  que queda poco tiempo para que el hambre y la desesperación lleguen a yankilandia  y de pronto llega un hampón como Trompa jajajaja ,  que no se para en pelos para despotricar contra los inmigrantes ....

Respuesta  Mensaje 61 de 71 en el tema 
De: mambi Enviado: 26/02/2016 18:19
jajaajjajaja ahora si acabastes conmigo!!!!¿De donde sacastes esa sarta de idioteces?
 
¿crisis de superproduccion? - ¿onde vives no conocen a Toyota? ¿sabes lo que es inventario instantaneo? Lee este articulo para que te actualices  esta en uso en Japon desde los 60s y desde los 80s en el resto del mundo jajajaja!!!
 
Segun datos del 2014 la economia americana tiene un GDP casi igual al de todos los paises europeos en conjunto, ahi te dejo el link con los datos para que te actualices y le saca casi el doble a China.
 
No veo muy cercana tu profesia del apocalipsis, recuerda que cuando la economia de USA estornuda la del resto del mundo ya tiene gripe.
 

Respuesta  Mensaje 62 de 71 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 26/02/2016 19:14
Ya me tiene mamao jajajaj si no traigo un documento ...escrito ...o copia de alguna página entonces no se me cree   ...porque lo que digo es tontería y si traigo algún escrito inclusive sacado de un medio reaccionario proclive a los yankys , entonces es que estoy como un loro jajajajjajajja  Vea esto y hable : 

China sustituye a EEUU como primera potencia económica

El gigante asiático constituye 16,5% del poder de compra a nivel mundial

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En términos reales, China produce $17,6 billones en 2014 AFP
EL UNIVERSAL
martes 9 de diciembre de 2014  12:00 AM
China sustituye a Estados Unidos como la primera potencia económica mundial desde octubre pasado, reseñó el sitio web MarketWatch. 

Es la primera vez desde 1872, bajo la presidencia de Ulysses S. Grant, que Estados Unidos desciende del primero al segundo lugar entre las economías del mundo.

Lo que más asombra a MarketWatch no es el ascenso chino, sino el hecho de que nadie se haya percatado hasta ahora del cambio de liderazgo, calculado en base en cifras de octubre pasado del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Según el FMI, "en términos económicos reales, China producirá este año 17,6 billones de dólares comparados con 17,4 billones de dólares de Estados Unidos". Hasta 2000, EEUU producía tres veces más que China, según el FMI.

"China ahora significa 16,5% de la economía mundial en términos de poder de compra, comparada con 16,3% de Estados Unidos", destaca MarketWatch.

En 2013 China sobrepasó a Estados Unidos por primera vez en términos de comercio global, según MarketWatch.

Según el índice PPP (paridad de poder de compra) "un Frapuccino en la cadena Starbucks cuesta lo mismo en Pekín que en Minneapolis", explica Brett Arends en su artículo de MarketWatch.

"El PPP es la forma real de comparar economías. Lo usan el FMI y los consultores de McKinsey & Co. desde 1990", explica Arends.

"Cuando miras los índices de intercambio internacional, la economía estadounidense sigue siendo mayor que la china por hasta 70%. Pero esos cálculos, aunque muy seguidos, no tienen sentido" agrega Arends en su artículo.

"Esto es un terremoto geopolítico. A través de la Historia, el poder político y militar ha dependido siempre del poder económico. Gran Bretaña fue el motor del mundo hasta que su poder económico colapsó. Los previos poderes hegemónicos del mundo, como Francia o España, corrieron la misma suerte", dice.

Arends recuerda que el mundo ha sido controlado económicamente los últimos 200 años primero por Gran Bretaña (a partir de la batalla de Waterloo en 1815) por Estados Unidos (desde el último tercio del siglo XIX). "Con todos sus defectos, Reino Unido y Estados Unidos han llevado la vanguardia mundial en libertades civiles, procesos democráticos y derechos constitucionales", comenta.

España, otra antigua potencia hegemónica mundial, pasa del lugar 12 al lugar 17 en el ranking por paridad de poder de compra. En la clasificación por dólares corrientes se ubica en el lugar 14.

Respuesta  Mensaje 63 de 71 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 26/02/2016 19:21
Estudie ...lea ....manténgase informado ..... me hace dar hasta pena ...Creo que la tos yanky de la que me habla es una manifestación de que está a un paso de la tuberculosis ......  jajajajaj Mire : 

China es ya la primera potencia económica del mundo

En este artículo: ChinaEconomíaEstados UnidosFMI
20 octubre 2014 | 20
informaticos-china

Informáticos en China. Foto: Archivo.

En las últimas cuatro semanas dos hechos de gran trascendencia han salido a la luz. De un lado, China se ha convertido en la primera potencia económica mundial, adelantando oficialmente a los Estados Unidos, con un peso económico oficial (cifras del FMI) de 17,61 billones de dólares (contra 17,4 de los Estados Unidos). Si los medios de comunicación principales no han mostrado el menor interés, nuestro equipo, por el contrario, lo considera un acontecimiento histórico: los Estados Unidos han dejado de ser la primera potencia económica mundial y este hecho lo cambia todo [1].

Sobre todo porque, además de cruzar este umbral, los Estados Unidos, después de tratar de impresionar al mundo con un militarismo desbordante durante la crisis de Ucrania, revela una debilidad estratégica importante en su «gestión» de la crisis de Irak. El músculo político, que parecía obligar al mundo a permanecer bajo la tutela US de manera indefinida, se manifiesta como insuficiente.

Estos dos indicadores nos permiten ver un punto de inflexión de primera magnitud dentro del desarrollo de la crisis sistémica global: el paso de un mundo americano a un mundo chino…

Europa, Rusia – Estableciendo un Plan Marshall al estilo Chino
La aparición evidente de este «jugador» chino se ha precipitado por la crisis de Ucrania. Mientras que China tenía interés en ir desarrollando su crecimiento de manera casi inadvertida, mientras que los rusos mantenían distancia ante el miedo de una inevitable invasión China, mientras que los europeos también mantenían las condiciones para una aparición suave de este mega-jugador, la crisis de Ucrania aceleró el cambio y provocó que el resto de jugadores perdiera protagonismo.

Ya hemos señalado que la crisis de Ucrania y la política de sanciones empujaron a los rusos a firmar el famoso acuerdo de gas Ruso-Chino en condiciones menos ventajosas que las que habían esperado. Ucrania perdió frente a los rusos por sus negociaciones con China sobre este acuerdo.

Actualmente, el primer ministro chino realiza una visita oficial a Europa y Rusia [2]. Sus bolsillos están llenos de contratos, proyectos de inversión y perspectivas de negocio [3], un plan Marshall para la reconstrucción real de las economías europeas y rusas parcialmente destruida por la guerra de Ucrania [4]… un plan irresistible por supuesto. Pero ¿se han reunido las condiciones para que seamos lo suficientemente cautelosos para preservar nuestra independencia con respecto a este nuevo poder ? Recuerde que el plan Marshall ayudó a unir a la Europa de la posguerra a los EE.UU.

La City [de Londres] ya se ha salvado de la bancarrota gracias a China, convirtiéndose en el principal centro financiero fuera de China en emisión de bonos de yuanes [5]. Como consecuencia, el Reino Unido se ha convertido en un fuerte defensor de agregar el yuan al DEG (Derechos Especiales de Giro) del FMI. El BCE está incluso empezando a considerar agregar el Yuan a sus reservas internacionales [6]. Y Europa se encuentra en el papel que le corresponde como facilitador de la transición sistémica entre el mundo de antes y el mundo después de la crisis ; pero para jugar en su verdadero interés, hubiera sido mejor haberse dejado guiar por una visión [7] más que por la codicia o por un instinto de supervivencia.

Toda esta actividad entre Europa, Rusia y China culminará con la Cumbre ASEM en Milán del 16 y 17 de octubre de 2014.

Este evento tiene todas las posibilidades de dejar su huella en los libros de historia, ya que conectará a Europa y Asia y proporcionará la plataforma para resolver la crisis del Euro, la crisis de Ucrania, la crisis Euro-Rusa, la crisis sistémica global…, permitiendo así la transición al mundo de después de la crisis. Hubiera sido más «multi-polarización» si el acto de fundación del mundo de después, hubiera sido sellado en una cumbre Euro-BRICS [8]; pero esto es urgente y, después de todo, tres de los cinco países BRICS estarán presentes (Rusia, India y China)… y lo más importante, la cumbre ASEM tendrá características comunes con la idea de una cumbre Euro-BRICS que representa las nuevas realidades globales (peso económico, comercial, demográfico)… y sin contar con EE.UU., que hasta nuevo aviso, no proyecta más que su sombra sobre cualquier intento de adaptar el sistema mundial a las nuevas realidades.

El éxito de esta reunión dejará claro a todo el mundo el contraste entre las perspectivas que ofrece la alianza con EE.UU. (que se reduce a una cuestión de guerra) y las ofrecidas por un acercamiento estratégico con Asia (donde principalmente se trata de una cuestión de recuperación económica) [9]. Nuestro equipo anticipa que las esperanzas puestas en esta cumbre tendrá como efecto principal ser el golpe de gracia para el Tratado Transatlántico, el controvertido TTIP [10].

Nuestros lectores saben que nuestro equipo no tiene miedo al irresistible ascenso de China al poder. Pero no podemos producir anticipaciones sin hacer hipótesis sobre futuros cambios de régimen, las posiciones específicas de las derivas propias de posiciones de poder dominante, el empeoramiento coyuntural de las condiciones… Por lo tanto, ante un nuevo jefe en la escena internacional, Europa (y el mundo entero) debe ser capaz de dar la bienvenida a la nueva realidad y de tener la precaución de analizar con cuidado las condiciones que preserven su independencia.

Aquí, nuestro equipo se permite plantear otro aspecto positivo. La primera generación de estudiantes formados en Europa (gracias al programa Erasmus y las dinámicas trans-europeas en el ámbito de la educación superior) ahora tiene entre 45 y 50 años, la edad en que uno empieza a influir, ya sea en el circuito político o económico. Su capacidad para integrarse en un mundo multipolar es infinitamente superior a la de las élites de las generaciones anteriores, formados a nivel nacional o en los EE.UU. que, en el mejor de los casos, sólo hablan en Inglés. Gracias a Erasmus, Europa tiene todos los activos en la mano para ser tenida en cuenta a escala mundial a pesar de su tamaño relativamente pequeño: el multilingüismo, el natural multiculturalismo que facilita la apertura al mundo y la comprensión de las complejidades, etc.

En conclusión, la aparición de un mundo multipolar retoma su curso siguiendo las anticipaciones de LEAP… sólo habrá sido más doloroso y un poco más chino de lo que una transición organizada habría permitido.

Notas:

[1] Menos espectacular, pero igualmente emblemático de un cambio de paradigma, es que China anunció un nuevo método de cálculo del PIB, incluyendo otros parámetros que el crecimiento. Una decisión, cuya relevancia objetiva y por la base de aplicación (China) puede relegar el viejo PIB a una herramienta de la prehistoria económica. La «niebla estadística» tenderá a caer y el paisaje que aparezca no tendrá nada que ver con lo que conocemos. Fuente: Europe Solidaire, 09/10/2014

[2] Fuente: China Daily, 08/10/2014

[3] Fuente: Business Insider, 14/10/2014; China Daily, 09/10/2014

[4] La crisis Euro-Rusa y la política de sanciones mutuas es claramente la principal causa de una considerable desaceleración económica en el continente en los últimos meses. Esta realidad, que no es objeto de ningún comentario en la prensa, ha sido demostrada recientemente, sin embargo, por los desastrosos números de la economía alemana… casualmente en estos últimos seis meses. Fuentes: The Telegraph, 06/10/2014; International Business Times, 09/10/2014

[5] Fuente: Wall Street Journal, 09/10/2014

[6] Fuente: Malay Mail, 11/10/2014

[7] Al promover activamente la aparición de un mundo multipolar, gracias a un acercamiento Euro-BRICS como defendieron desde 2009 Franck Biancheri y LEAP.

[8] Tal y como hemos promovido activamente desde 2009. Ver el proyecto Euro-BRICS de LEAP.

[9] Como lo demuestra el GlobalEurometro estos últimos meses, muchas personas en Europa son conscientes del hecho de que la dinámica del futuro está más en el lado de los BRICS que en el de EE.UU.

[10] TTIP que siempre anticipamos que nunca vería la luz del día, al menos no de otra forma que no sea totalmente diluido (para mantener el tipo en Bruselas y Washington), pero el desplazamiento ideológico «occidentalista» de estos últimos meses, que ha desconectado a Europa de la realidad y aniquilado su natural capacidad de reacción ante los acontecimientos, ha aumentado el riesgo de firmar de manera forzada el acuerdo.



Respuesta  Mensaje 64 de 71 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 26/02/2016 19:27
Y para que no se le olvide nunca , gusano, el año 2014 ...lea y métase en la cabeza este mensaje .....

El siglo americano llega a su fin con China como mayor economía del mundo

Publicado: 10 dic 2014 21:39 GMT

Este 2014 quedará marcado en la historia como el año en el que EE.UU. dejó de ser la primera potencia económica del mundo. La economía de China ya se ha alzado con el liderazgo mundial.

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EE.UU. ha sido durante 140 años la mayor economía del mundo, pero ya ha entregado este título al gigante asiático, señala el portal de la cadena Euronews

El Fondo Monetario Internacional estima que el PIB  de EE.UU. en términos de paridad del poder adquisitivo alcanzará este año los 17,4 billones de dólares, mientras que el del gigante asiático se situará en torno a los 17,6 billones. Además, a pesar de la desaceleración de su crecimiento económico, el PIB de China ha logrado crecer un 20% en desde comienzos de 2012 hasta finales de 2013. 

La tasa de crecimiento ha sido realmente sorprendente y ninguna de las naciones que forman parte de la lista de las 10 potencias económicas del mundo es capaz de igualar este récord, concluye Euronews.  




Respuesta  Mensaje 65 de 71 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 26/02/2016 19:32
Y esto no es por joder ...es para que abra bien los ojos  y no me olvide .....

Nobel de Economía: "EE.UU. se verá obligado a cooperar con China aunque no le guste"

Publicado: 14 dic 2014 06:35 GMT

Es poco probable que China, como líder potencial de la economía global, se adapte al orden mundial establecido por Occidente, por lo que EE.UU., al perder su liderazgo, tendrá que seguir los dictados de China para conseguir la estabilidad del planeta, cree el nobel de economía Joseph Stiglitz.

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China entrará en el 2015 como el líder mundial en la economía de acuerdo con la metodología basada en la paridad de poder adquisitivo, que da una base muy fiable para comparar el ingreso per cápita en distintos países. Estos datos sorprendieron a muchos en EE.UU. y resultaron ser reveladores en el contexto de las diferencias entre China y EE.UU., opina el economista estadounidense Joseph Stiglitz en su artículo para la revista 'Vanity Fair'.

El ascenso de China atrae la atención de otros países hacia el modelo social chino, exponiendo desfavorablemente el modelo norteamericano, cree el nobel de economía. Actualmente, el nivel de vida de una familia estadounidense media es peor que hace 25 años, y el número de pobres en EE.UU. está creciendo.

Mientras tanto, la mayoría de los chinos han visto mejorar significativamente su nivel de vida en el contexto de un rápido crecimiento económico: China ha sacado de la línea de pobreza a más de 500 millones de personas, mientras que la clase media estadounidense está entrando en un período de estancamiento, indica Stiglitz. "Un modelo económico que no sirve a los intereses de la mayoría de los ciudadanos no puede ser un modelo a seguir para todos los demás", aseguró el economista.

En un momento en que China se está convirtiendo enla primera economía del mundo, escribe Joseph Stiglitz, se está formando una nueva arquitectura de la cooperación internacional, la estabilidad de la cual en muchos aspectos depende de la reacción de Washington a la pérdida de su liderazgo global. Washington podría aplicar una "política de contención" con el objetivo de limitar la influencia de China en el mundo, lo que Stiglitz considera superficial y contraproducente. "EE.UU. tendrá que cooperar con China, le guste o no", resume el nobel de economía.


Respuesta  Mensaje 66 de 71 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 26/02/2016 19:48


Lo que se está viendo en Dubai y Abu Dhabi  es lo que veremos dentro de poco en el paraiso terrenal de la gusanera de Miami jajajajaja 


Dubai y Abu Dhabi: miles de coches de lujo abandonados por la fuga de sus dueños

EcoMotor.es8:40 - 13/09/2012 ACTUALIZADO: 13:26 - 13/09/1240 comentarios

El abandono de coches de superlujo en los aeropuertos de Emiratos Árabes Unidos se ha convertido en costumbre en los últimos años. Pero, ¿qué hay detrás del voluntario olvido de varios miles de vehículos en los adinerados Dubai o Abu Dabi?

La causa reside en la dura persecución de los imapagos de deuda que impone la ley en este país. La Sharia no contempla normas ante una eventual bancarrota y tipifica el impago como un delito criminal. De esta forma, son muchos los ciudadanos -sobre todo extranjeros, pero también cada vez más locales- que han decidido acometer una huida exprés para evitar ser apresados por el simple hecho de no haber realizado un pago de la tarjeta de crédito o de haber entregado un cheque sin fondos, según refleja un artículo de la edición online del Daily Telegraph.

Más de 3.000 vehículos fueron abandonados el año pasado en los principales aeropuertos del país, sobre todo en los de Abu Dabi y Dubai, por este motivo. "Muchos pidieron préstamos para financiar grandes y llamativos coches con que poder ponerse a la altura entre sus iguales. Pero desde que la economía se desacelerara, han tenido que luchar para hacer frente a sus pagos han caído en la deuda", relata un ciudadano británico huido de EAU.

Esta situación está provocando un conflicto en los aeropuertos de estas grandes ciudades árabes, pues los miles de vehículos abandonados ocupan espacios muy necesarios en sus abarrotados aparcamientos. Por ello, muchos de esos coches son subastados por la policía a precios de ganga. Antes, se notifica al propietario del automóvil en cuestión la intención de su retirada a un depósito policial, acción que se culminará si aquél no responde a la advertencia en un plazo de 15 días... Pero para entonces, el dueño del coche está ya muy lejos de ese aeropuerto y de ese país.

A continuación, se muestran imágenes de un Ferrari Enzo abandonado en Dubai publicadas por Top Gear:



Respuesta  Mensaje 67 de 71 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 26/02/2016 20:08
Con tantas ínfulas que se da el bambi  yo pensaba que algo sabía de la crisis del año 1928 ...pero me da pesar de su ignorancia   jajajajajaj estudie .....

Sobreproducción


Sobreproducción o superproducción (también sobreofertaexceso de oferta y exceso de producción) se refiere a la situación económica en la que se produce un exceso de oferta de productos o bienes sobre la demanda del mercado.

En principio puede deberse a un aumento neto de la producción para la que no hay demanda, a una reducción de la demanda, es decir, unsubconsumo o al círculo vicioso: sobreproducción, desempleosubconsumo, sobreproducción.


Definición

La sobreproducción es la acumulación de inventarios invendibles en manos de las empresas. La sobreproducción es una medida relativa, refiriéndose al exceso de producción sobre el consumo. La tendencia a la sobreproducción de productos básicos que puede conducir a un colapso económico de la economía capitalista.

Cualquier reducción en la producción implica una reducción en el empleo; una reducción en el empleo, a su vez, reduce el consumo; como la sobreproducción es el exceso de producción por encima del consumo, esta reducción en el consumo empeora el problema. Esto crea un círculo vicioso, según el cual el exceso de inventarios obliga a las empresas a reducir la producción, reduciendo así el empleo, que a su vez reduce la demanda de los inventarios en exceso. La reducción general del nivel de precios -deflación- causada por la ley de la oferta y la demanda también obliga a las empresas a reducir la producción a medida que disminuyen los beneficios. La reducción de beneficios hace que ciertas áreas productivas no sean rentables

Para la teoría del subconsumo (véase John A. Hobson), en el sistema capitalista existen ciclos económicos que producen de manera crónica una insuficiencia de la demanda, en principio ocasionada por un aumento de la producción, acumulaciones de stocks y el consiguiente aumento del número de parados. La capacidad productiva del sistema aumenta al tiempo que el poder de compra o capacidad adquisitiva de la población disminuye. La crisis económica de 1929 fue el resultado de una crisis de sobreproducción que comenzó hacia 1924.

Contexto de la sobreproducción

Si la sobreproducción es general en todo el mercado y se extiende en el tiempo la economía del país, la región o incluso la economía mundial entra en crisis. Habitualmente las empresas reducen su producción prescindiendo de parte de los trabajadores, provocando un aumento del desempleo; a veces cierran (quiebra) incrementando la profundidad de la crisis económica.

En la economía clásica una sobreproducción implicaría una bajada de precios derivada del exceso de bienes o productos sin vender o de una reducción de la demanda -por pérdida de poder adquistivo de los compradores, aumento del desempleo-. En este sentido el equivalente a la sobreproducción es el subconsumo o demanda insuficiente.

Crisis de sobreproducción[editar]

Uno de los ejemplos de crisis de sobreproducción característico fue el sufrido por Estados Unidos después de la Primera Guerra Mundial. Su entrada en la guerra en 1917 abrió un período de fuerte crecimiento económico. La economía estadounidense siguió creciendo durante la posguerra alcanzado su esplendor en 1924. La economía se encontraba adaptada fundamentalmente a producir, para el propio país y los países aliados, y de manera eficiente, alimentos, pertrechos para los militares y armamentos. Por una parte se encontró con una variación importante en la demanda, por otra una reducción de la demanda en los países aliados en Europa ya que estaban reconstruyendo su economía. La sobreproducción afectó a todos los sectores, a la agricultura por los procesos de mecanización y la caída de la demanda, al sector industrial por la necesidad de reorientar su oferta y la mejora en los procesos de producción y al sector servicios por la dependencia presupuestaria que el propio Estado tenía ante la reducción e ingresos.1

Según Jeremy Rifkin la sobreproducción se extendió durante la década de 1920 en Estados Unidos y fue motivada por un aumento de la productividad y una bajada de la demanda (economía) por la existencia de un alto número de desempleados.2 3

Inevitabilidad o imposibilidad de la sobreproducción


Ley de Say es un principio atribuido a Jean-Baptiste Say que indica que no puede haber demanda sin oferta. La prosperidad (y la demanda) debe ser aumentada estimulando la producción, no el consumo. Según la ley de Say el simple hecho de la formación de un producto abre, desde ese preciso instante, un mercado a otros productos.6 )

Keynes resume este principio conocido como "ley de Say" en la afirmación de que "la oferta crea su propia demanda". A raíz de la ley de Say, la sobreproducción no podría producirse. La Crisis de sobreproducción de la década de los años veinte, el posterior crack del 1929 y la posterior Gran Depresión así como las crisis económicas y Burbujas económicas de finales del siglo XX y principios del XXI (Burbuja financiera e inmobiliaria en JapónCrisis financiera asiáticaBurbuja.comCrisis económica de 2008) demostrarían lo contrario.7

Soluciones a la superproducción[editar]

La corrección de la sobreproducción se puede hacer:

  • 1 - Reduciendo la producción, lo que podría aumentar el desempleo y por tanto no resolvería el problema de la superproducción.
  • 2 - Estimulando la demanda bajando los precios ya sea mediante bajadas reales o subvenciones a la compra (ayudas directas o fiscales del Estado), lo que reduciría beneficios privados y aumentaría el déficit público. También promoviendo la demanda mediante técnicas de publicidad y marketing, lo que aumentaría el endeudamiento de las familias.
  • 3 - Distribuyendo las rentas mediante la amplicación y distribución de rentas a quienes no las tienen o tienen rentas bajas (mediante ayudas a parados y miembros no activos de la sociedad; reparto del trabajo y reducción de la jornada laboral para aumentar el empleo (keynesianismo).
  • 4 - Intervención de la economía, intervención del Estado en la economía para aumentar la actividad.

John Maynard Keynes formuló una teoría de la sobreproducción, lo que le llevó a proponer la intervención del gobierno para garantizar la demanda efectiva (véase keynesianismo y New Deal). El objetivo debe ser alcanzar la demanda efectiva, esto es, la demanda de consumo que se corresponde con el nivel de producción. Si demanda efectiva se logra, entonces no hay sobreproducción.

Referencias


Respuesta  Mensaje 68 de 71 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 10/03/2016 12:58
9.3.2016

Hola! Comparto la ponencia presentada en el día de hoy al Seminario Marx Vive, en la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá.

__________________________________________


Problemas de la paz y la guerra en el capitalismo actual
Por Atilio A. Boron
         Se me ha pedido que comparta con ustedes algunas observaciones sobre el tema de la paz y la guerra en el capitalismo actual. Es, sin duda, un asunto de la mayor importancia porque el capitalismo estuvo desde su nacimiento asociado a la guerra y al arte militar. Diversos escritos de Marx y Engels así lo confirman, tanto como sus cuidadosos seguimientos de las guerras en curso dentro y fuera del continente europeo. En su Introducción General a la Crítica de la Economía Política, de 1857, Karl Marx nos dice que “la guerra se ha desarrollado antes que la paz: mostrar la manera en que ciertas relaciones económicas tales como el trabajo asalariado, el maquinismo, etcétera, han sido desarrollados por la guerra  y en los ejércitos antes que en el interior de la sociedad burguesa.”[1] De los dos jóvenes amigos fue Friedrich Engels quien se especializó en el estudio sistemático de la problemática militar. Este, a quien por su pasión por las cuestiones de la guerra Marx lo había apodado como “el general”, dejó innumerables escritos dispersos a lo largo de su obra que son una fuente fundamental de reflexión sobre el tema que nos ocupa.[2]
Va de suyo que no será el objetivo de esta presentación indagar en las reflexiones de Marx y Engels sobre la materia. Tampoco haré un examen del corpus de teorizaciones en torno a la guerra surgido al calor de la Primera Guerra Mundial, en donde Lenin, Trotksy, Rosa Luxemburg, Kautsky y, más tarde, Gramsci, se refieren  extensamente al tema. El propósito de esta intervención está fuertemente signado por las exigencias que impone la coyuntura y, por consiguiente, me limitaré a invitar a los lectores y a quienes están aquí presentes a incursionar en esos escritos militares de los padres fundadores y de las principales figuras del marxismo clásico. En todo caso será suficiente señalar aquí que en la medida en que la tradición marxista coloca en el centro de la dinámica histórica el enfrentamiento social era tan sólo lógico que sus análisis sociológicos y económicos terminaran refiriéndose, de una u otra manera, a la guerra social, desarrollada abierta o encubierta. Por eso en el célebre Manifiesto del Partido Comunista Marx y Engels hablan de “la guerra civil más o menos encubierta” que se desarrolla en las sociedades burguesas y de ahí también la permanente referencia a los escritos sobre la guerra de Carl von Clausewitz, el más importante teórico de la guerra en aquellos tiempos.[3]
Dicho lo anterior vayamos al grano.
I. Caracterización de la fase actual del capitalismo: la tercera ola de la expansión imperial.
         La expansión/mundialización del modo de producción capitalista es un rasgo estructural de este sistema económico. Adquiere un impulso especial luego de la Segunda Revolución Industrial que, a mediados del siglo diecinueve, modificó radicalmente el panorama de los transportes y los medios de comunicación. La revolución en la navegación y el ferrocarril, y la telegrafía sin hilos dieron un nuevo impulso al comercio mundial y a la expansión territorial del capitalismo. Poco más de un siglo después, en la época actual, las telecomunicaciones, la Internet y los avances en los transportes aéreo, marítimo y terrestre producirían idénticos resultados pero en una escala incomparablemente mayor.
  Hoy estamos inmersos en lo que apropiadamente podría llamarse “la tercera ola” de la expansión imperialista. La primera tuvo su origen como colofón de la Segunda Revolución Industrial y logró que las principales potencias coloniales europeas se repartiesen el mundo, pillaje consagrado y legalizado en la Conferencia de Berlín de 1884-85 que si bien tuvo como eje de las discusiones el desmembramiento de África también tuvo implicaciones para el resto de los países que luego serían denominados como el Tercer Mundo. Las consecuencias de esta división criminal e irresponsable la sufren muchos pueblos hasta el día de hoy. La tragedia que enluta a muchos países africanos y al Medio Oriente tiene en esa conferencia una de sus causas más significativas. Esta primera ola de expansión imperialista culmina con la carnicería de la Primera Guerra Mundial, el derrumbe de cuatro imperios: el Zarista, el Alemán y el Austro-Húngaro y, en cámara lenta, el Otomano; y nada menos que con el triunfo de la Revolución Rusa, abriendo una nueva etapa en la historia universal. 
Lo que sigue no es la paz sino un armisticio. Para algunos autores, como Immanuel Wallerstein en varios de sus escritos, en realidad no hubo dos guerras mundiales sino una, con una tregua de dos décadas hasta que, realineadas las fuerzas y las alianzas, se produjo la batalla definitiva en lo que normalmente se reconoce como la Segunda Guerra Mundial. Si en la anterior cayeron cuatro imperios, en esta se derrumbaron los dos que quedaban en pie: el imperio británico y el francés, sobreviviendo en extrema precariedad aventuras imperiales marginales como la de los belgas y los holandeses. La Segunda Guerra Mundial, además, observó el imprevisible y hasta increíble fortalecimiento de la Revolución Rusa, que no sólo había sobrevivido a los horrores de la guerra civil y la invasión por una veintena de ejércitos de las “democracias occidentales” dispuestas a hacer lo que fuere necesario para acabar con la peste soviética sino que su protagonismo fue decisivo para derrotar al Nazismo. No sólo eso: con la derrota de las potencias del Eje se hundió también la vieja y compleja estructura del sistema internacional cuya potencia integradora era el Reino Unido para dar lugar a una más simplificada, de carácter bipolar y que enfrentaba en la cúspide a dos potencias y sus aliados y vasallos: Estados Unidos y la Unión Soviética.
La redistribución del poder económico, político y militar internacional unida a la fenomenal destrucción de vidas humanas, territorios y fuerzas productivas provocada por la conflagración no podía sino dejar profundas huellas en la conciencia de la época, especialmente si se tiene en cuenta que fue en ese marco cuando se realizaron los dos mayores atentados terroristas de la historia universal: el bombardeo atómico sobre las indefensas ciudades de Hiroshima y Nagasaki. Suele decirse que la segunda posguerra abriría el capítulo más esplendoroso de la historia del capitalismo, el famoso “cuarto de siglo de oro” transcurrido entre 1948 y 1973. Fue en ese breve lapso que, según la recientemente fallecida teórica marxista Ellen Meiksins Wood, el capitalismo dio lo mejor que podía ofrecer: expansión de la ciudadanía, de los derechos sociales y laborales, construcción de regímenes democráticos, fortalecimiento de las organizaciones populares, de los sindicatos, de los partidos comunistas. Ese período llegó a su abrupto fin a mediados de los setentas con el auge del neoconservadurismo en los países desarrollados y la implantación de sangrientas dictaduras militares en casi toda América Latina y, tal como lo asegurara Meiksins Wood, ya no volvería a repetirse. Con la desintegración de la Unión Soviética el capitalismo retornó a su normalidad y las antiguas conquistas fueron o bien suprimidas de plano o severamente recortadas, al paso que las democracias burguesas fueron sufriendo una perversa metamorfosis que las convirtió en vergonzantes plutocracias. La soberanía popular europea descansa en los tentáculos de la Troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) que saca y pone gobiernos a su antojo, como lo demuestran varios casos, siendo Grecia el más resonante de todos, aunque lejos de ser el único. En otras palabras, si la dominación del capital admitió aquellos avances en materia de derechos ciudadanos y organización democrática fue debido a la presencia amenazante de la Unión Soviética y el peligro de un “contagio” con el “virus ruso” que diera por tierra los regímenes burgueses imperantes en la época.
Pero como lo recuerda en su notable obra el historiador catalán Josep Fontana entre el fin de la Segunda Guerra y el inicio del “cuarto de siglo de oro” hubo tres años terribles. La URSS perdió 27 millones de vidas, especialmente de varones jóvenes. La ocupación alemana arrasó 1.710 ciudades y unas 70.000 aldeas. Alemania y Japón vieron destruido gran parte de sus territorios por los bombardeos. Y a esta devastación se sumó el hambre, producto de la destrucción de la agricultura, la sequía que arruinó las cosechas de 1946 y el inusualmente frío invierno de 1946-1947. “A los millones de muertos causados por la guerra” –observa Fontana- “habría que sumarles otros millones de víctimas de las grandes hambrunas de 1945 a 1947.” [4]
Un tendal que sumando las gentes que murieron no sólo en el escenario europeo sino también en el asiático, sobre todo a causa de los horrores de la ocupación japonesa, se llega fácilmente a unos 100 millones de personas sacrificadas en el altar de la tasa de ganancia del capital. Este fue el necesario preámbulo de aquellos años “gloriosos” de 1948-1973, que coincidieron con la veloz expansión del imperialismo norteamericano a escala planetaria, cuyos orígenes se remontan a su expansión en la región centroamericana y caribeña en las postrimerías del siglo diecinueve y, sobre todo, a su secuestro de la victoria cubana sobre el colonialismo español en 1898. Después de la SGM con el Reino Unido y Francia desbaratados, sus colonias en franca rebeldía y sin rivales a la vista, la expansión imperial norteamericana parecía que no conocería límites. Esta fue la segunda ola imperialista, que coincide en términos generales con los “años gloriosos”. Sólo que con la recuperación europea y japonesa, visible desde los años sesentas, el paisaje del imperialismo comienza a reconocer múltiples banderas y no sólo la de las estrellas y barras de Estados Unidos. Las transnacionales norteamericanas poco a poco comenzaron a verse desafiadas por la rápida aparición de grandes conglomerados corporativos de origen europeo y japonés primero, y luego de otros países, principalmente Corea del Sur.
La segunda ola imperialista culminó con el abandono del keynesianismo, el retorno de la ortodoxia (al decir de Raúl Prebisch), el auge de la globalización neoliberal impulsada por los enormes avances tecnológicos en el campo de la informática, las telecomunicaciones y el transporte. Todo esto en un clima conservador orquestado por un formidable tridente reaccionario compuesto por Ronald Reagan, Margaret Thatcher y el Papa Juan Pablo II. Al finalizar la década de los ochentas se derrumba el Muro de Berlín y, poco después, se desintegraría la Unión Soviética. Parecía entonces que la victoria de Occidente estaba asegurada y así algunos intelectuales y académicos estadounidenses, de pensamiento rápido que se mueve en la superficie de las cosas, concluyeron que había llegado la hora del “nuevo siglo (norte)americano” y que de ahora en más la estructura del sistema internacional sería “unipolar”. Ni lerdos ni perezosos las corporaciones y las agencias del gobierno federal comenzaron a alimentar financieramente a una fundación creada con el objeto de elaborar la hoja de ruta de ese nuevo siglo que aparecía como tan propicio para Estados Unidos. Centenares de académicos, expertos e intelectuales se dieron a la tarea de diseñar los contornos de tan promisoria jornada. Bill Clinton, en compañía de sus mayordomos británicos hizo lo suyo: desmontó las últimas piezas que quedaban en pie de las regulaciones financieras y creó el mundo soñado por Wall Street y la City londinense. Parecía, efectivamente, que todo estaba bajo control. El ALCA no era sino la manifestación hemisférica de este proceso de reorganización global de un imperio sin rivales.
Pero, como lo dice Rubén Blades, “la vida te da sorpresas” y vaya si las tuvo Washington. Primero que nada, en medio de estos himnos y cantos de alegría por el nuevo siglo americano se producen los atentados del 11 de Septiembre, el primer ataque en territorio norteamericano en casi dos siglos. Recuérdese que Estados Unidos había participado en las dos guerras mundiales sin que un tiro se disparase en su territorio. Súbitamente el país cayó en la cuenta de su terrible vulnerabilidad, y que el enorme presupuesto militar no garantizaba su inviolabilidad. Si militarmente Estados Unidos dejaba de ser inexpugnable, el vertiginoso ascenso de China –no inesperado pero sí prematuro, según los analistas del imperio, que lo estimaban para el año 2030 aproximadamente- junto con el inquietante retorno de Rusia a los primeros planos de la política mundial, la impetuosa entrada de la India en los asuntos internacionales y la consolidación de una serie de potencias regionales como Brasil, Sudáfrica, Indonesia, Corea del Sur y Turquía configuraron un escenario global muchísimo más desafiante que el de la era bipolar. Porque ahora, con la desintegración de la Unión Soviética y los avances de la informática la no proliferación nuclear se convertía en una quimera, y la “seguridad nacional” de los Estados Unidos demostraba ser más incierta que antaño.
Es en este escenario que la liberalización financiera y comercial, junto con la violenta aplicación de las políticas neoliberales en casi todo el mundo dio lugar al tercer ciclo de expansión imperialista, que precisamente cobra impulso en la década de los noventas y que continúa hasta nuestros días, incorporando profundamente como cotos de caza del capital imperialista a regiones y países otrora vedados a sus ambiciones: Rusia, los países del Este europeo, China, Vietnam, todo lo cual permite hablar de un imperialismo recargado y estimulado por nuevos horizontes en los cuales desarrollar sus proyectos. Varios son los signos distintivos de este tiempo, pero quisiera llamar la atención sobre dos. En primer lugar, el acelerado ritmo de concentración de la riqueza en todos los países desde China a Estados Unidos, sin ninguna relevante excepción. Esto ha sido denunciado recientemente por Oxfam en su reporte ante el Foro Económico Mundial de Davos al señalar que según estimaciones oficiales al momento actual el 1 por ciento más rico de la población mundial detenta el control del 51 por ciento de la riqueza del planeta, es decir, más que lo que posee el 99 por ciento de la población mundial.[5] En línea con lo anterior, un estudio realizado bajo los auspicios de la Universidad de Zurich ha demostrado que 147 mega corporaciones controlan el 40 por ciento de la riqueza del planeta.[6] La segunda seña de identidad de la fase actual ha sido la intensificación de la carrera armamentista, el surgimiento de varias zonas de extrema tensión bélica y el aumento en el número de guerras y de sus víctimas. Hay en la actualidad tres puntos calientes en el sistema internacional: el polvorín del Medio Oriente, infame consecuencia de la rapacidad de Estados Unidos y sus compinches europeos que no han hesitado un minuto en destruir países enteros (Líbano, Siria, Irak, Libia, entre los más recientes) con tal de apropiarse de su petróleo, que es lo único que les interesa. Han desencadenado una serie de dramas humanitarios como el mundo no había visto desde fines de la SGM. Segundo punto caliente: Ucrania y su extensión en Europa del Este, en donde el afán de la Casa Blanca y la Unión Europea de contener al “oso ruso” (¡que no soviético!) ha llevado a promover un golpe de estado en aquel país, con el activo protagonismo del Departamento de Estado en la persona de su Subsecretaria, Victoria Nuland, y desplazar las tropas de la OTAN hacia la propia frontera ruso-ucraniana. Esto pese a que cuando se derrumbó la URSS los líderes de las “democracias” occidentales juraron solemnemente que la OTAN “no se movería ni una pulgada en dirección al Este.” Se movieron varios centenares de kilómetros. El tercer punto caliente se localiza en el Mar del Sur de la China, rico en petróleo, y que es un territorio en disputa entre varios países: China, Japón y Vietnam, entre los más directamente involucrados. Esta es una situación que puede fácilmente salirse de control, al igual que las ya señaladas y de una gravedad especial: Washington puede reaccionar tibiamente ante una invasión de Rusia a Ucrania, o una retaliación de Moscú a Turquía por el derribo del avión ruso. Pero no puede sino reaccionar con toda su fuerza si China, el segundo presupuesto militar del planeta, decidiera atacar a Japón.
En resumen, esta fase, tercera en la historia de la expansión imperialista, presenta como todas las demás la guerra como su necesaria contrapartida. Esta lacerante realidad demuestra, por enésima vez, los errores de la teoría del super-imperialismo, o ultraimperialismo, desarrollada en primer lugar por Karl Kautsky y continuada por muchos de sus seguidores contemporáneos que insisten en rechazar la tesis de que el imperialismo podría hoy, no necesariamente en el pasado pero sí hoy, desembocar en una guerra entre potencias capitalistas. Pese a su glorioso pasado soviético Rusia lo es, y con sus peculiaridades, también lo es China. Y para los más recientes documentos del Pentágono y el Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos Rusia es, explícitamente, el enemigo a derrotar. Aparte de ello hay que tener en cuenta que aún durante los años del bipolarismo Estados Unidos-Unión Soviética, las guerras proliferaron sin cesar en la periferia del sistema, y en la actualidad el panorama lejos de haber mejorado no hizo sino agravarse.



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De: Ruben1919 Enviado: 10/03/2016 12:59
II. Factores explicativos  
¿Cómo entender esta delicada situación actual? Sucintamente hablando, y a riesgo de simplificar demasiado esta presentación, digamos que hay tres rasgos del sistema internacional que pueden ofrecer algunas claves interpretativas para comprender esta escalada guerrerista.
En primer lugar, la inestabilidad del equilibrio geopolítico mundial es un elemento de decisiva importancia. Uno tras otro los diversos documentos elaborados por los organismos militares y de inteligencia de Estados Unidos insisten en señalar que el nuevo escenario mundial está erizado de amenazas a la seguridad nacional y que, en consecuencia, el país debe prepararse para varias décadas de guerras. La paz es algo que ni se menciona en estos documentos; el supuesto básico es la continuación indefinida de la guerra, sea de carácter “preventivo”, como lo planteara George W.Bush; sea de tipo “retaliatorio” ante un ataque a los Estados Unidos, a sus aliados o a sus ciudadanos. El multipolarismo actual es un formato del sistema internacional relativamente novedoso. Hubo en el pasado algo que se llamó “Concierto de Naciones” pero era un sistema exclusivamente europeo: ni Estados Unidos, ni Japón y menos aún la China tenían parte en esos acuerdos que perduraron desde la paz de Westfalia (1648) hasta su estrepitoso derrumbe con la Primera Guerra Mundial. Durante esos casi tres siglos ningún país extra-europeo tenía algo que decir en las mesas de negociaciones. Hoy es muy diferente, porque las potencias extra-europeas han empequeñecido a la declinante y decadente Europa y los consensos difíciles del pasado, entre naciones que compartían básicamente una misma cultura, son muchísimo más difíciles de lograr en la actualidad cuando quienes toman parte de la discusión son naciones y gobiernos portadores de cosmovisiones muy diferentes y, en cierto sentido, incompatibles. Y, por supuesto, intereses muy diferentes y claramente incompatibles. Bajo estas condiciones, la paz se convierte en una empresa que debe sortear enormes dificultades para su concreción y marca también la excepcionalidad de América Latina que, de lejos, es la macroregión más pacífica del planeta. Los principales líderes de la izquierda y el progresismo latinoamericano no han dejado de marcar esta singularidad, ratificada además formalmente por la aprobación, en Enero de 2014, en el marco de la Segunda Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) que tuvo lugar en La Habana, de América Latina y el Caribe como una zona de paz.
Segundo, un factor que alienta y promueve las guerras y la violencia es la creciente gravitación del complejo militar-industrial-financiero en el proceso decisorio del gobierno norteamericano  y, en poca menor medida, de sus aliados europeos. Esa infernal maquinaria vive de la guerra y para la guerra. Para ellos la paz significa su ruina, la bancarrota, y la única estrategia razonable para estas megacorporaciones es estimular los conflictos y las rivalidades por todos los medios posibles. Su tasa de ganancia está directamente asociada con la guerra y es inversamente proporcional a la paz. Su poderío es inmenso: fue denunciado nada menos que por el presidente Dwight Eisenhower en su discurso de despedida del 17 de Enero de 1961 y lo describió como la más seria amenaza para la libertad y la democracia de Estados Unidos. A lo largo de más de medio siglo ese inmenso poder no hizo otra cosa que acrecentarse, hasta asumir proporciones monstruosas. Si en aquella época era una amenaza hoy es quien realmente manda en Estados Unidos, acelerando el tránsito de una república democrática a un régimen plutocrático.[7] Es decir una forma política que, parafraseando a Lincoln, es el gobierno del dinero, por el dinero y para el dinero. Y dado que el gasto militar de Estados Unidos es el principal motor de la economía, aglutinando en su seno a sectores industriales, financieros y petroleros, es en interés de los gobiernos otorgar toda clase de garantías a las empresas de ese sector. Y estas, a su vez, disponiendo de fenomenales recursos, se convirtieron en las principales e indispensables financiadoras de las carreras políticas de representantes, senadores, gobernadores y presidentes, prostituyendo definitivamente el funcionamiento de la democracia en Estados Unidos y abriendo las puertas para la constitución de la plutocracia que hoy gobierna a ese país. No es de extrañar, en consecuencia, que desde la Guerra de Corea en adelante Estados Unidos no haya conocido un solo año sin estar en guerra. Tampoco lo es que, pese a los optimistas anuncios, el gasto militar haya aumentado aún luego de la desaparición de quien durante los largos años de la Guerra Fría fuera su enemigo fundamental: la Unión Soviética. En este sentido, la operación propagandística del imperio en el sentido de exaltar los “dividendos de la paz” como fuente de una renovada ayuda al desarrollo quedó rápidamente al desnudo. Ni se mejoró la asignación de recursos para facilitar el progreso económico y social de los países de la periferia ni se redujo la escalada del gasto militar. Según los cálculos más rigurosos el gasto militar total de Estados Unidos superó el umbral considerado hasta no hace mucho como absolutamente insuperable de un billón de dólares, es decir, un millón de millones de dólares, lo que equivale aproximadamente a la mitad del gasto militar mundial.[8] Con perfiles menos acusados que en Estados Unidos el complejo militar-industrial-financiero también opera en los países europeos, Japón y Corea del Sur. En otras palabras, la acumulación capitalista siempre estuvo signada por la violencia (si no, cómo explicar la “Conquista de América”, o el masivo despojo del campesinado en los países del capitalismo metropolitano) y en tiempos recientes esta violencia se ha institucionalizado y profundizado pari passu con el fenomenal crecimiento del aparato militar, lo que impulsa las guerras a la vez que socava los fundamentos de la democracia tanto en el mundo desarrollado como en la periferia del sistema.
Un tercer elemento que impulsa las guerras es lo que un autor como Michael Klare ha denominado “la cacería de los recursos naturales”.[9] En un mundo cada vez más amenazado por el agotamiento de ciertos bienes comunes de carácter estratégico, comenzando por el agua y siguiendo por el petróleo, la biodiversidad, los minerales estratégicos y los alimentos, y frente a un imparable aumento de la población mundial que, hacia mediados de este siglo, cruzaría la barrera de los 10.000 millones de habitantes, las principales potencias se han lanzado con toda su fuerza en una campaña mundial para asegurarse los insumos básicos requeridos por un patrón de consumo capitalista caracterizado por la utilización irracional y el derroche de los recursos naturales. Para nadie es un misterio que la vigorosa expansión de China en los países del Tercer Mundo tiene como objetivo fundamental asegurarse el suministro de ciertos recursos naturales imprescindibles para su economía, fenómeno este que se manifiesta sobre todo en África pero también, aunque en menor medida, en América Latina. No es necesario ser un pesimista radical para reconocer que muy a menudo lo que comenzó como una guerra comercial termina siendo una guerra en el sentido más integral del término. 



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De: Ruben1919 Enviado: 10/03/2016 12:59
III. El lugar de América Latina y el Caribe
En este escenario en donde la guerra –o la amenaza de su estallido- es el telón de fondo sobre el cual se desenvuelven las relaciones internacionales América Latina y el Caribe juegan un papel de especialísima importancia.
Por empezar, somos la región del mundo mejor dotada de recursos naturales: con 7 por ciento de la población mundial disponemos entre el 42 y el 45 por ciento del agua dulce de la Tierra. Somos, además, el pulmón del planeta, dueños de la mitad de la biodiversidad mundial, sede de enormes depósitos de petróleo, gas y minerales estratégicos y de tierras extraordinariamente bien dotadas para la producción de todo tipo de alimentos de origen vegetal o animal. Esta formidable dotación suscita los apetitos del imperio norteamericano por subordinar, a cualquier costo, a un país como Venezuela, cuyas reservas comprobadas de petróleo son las mayores del mundo, hoy superiores a las de Arabia Saudita. Un continente que cuenta con el 80 por ciento de las reservas mundiales de litio, fuente energética fundamental para toda la industria microelectrónica y sus derivados (teléfonos móviles, computadoras en sus diversas variantes, cámaras fotográficas corrientes y satelitales, filmadoras, automotores híbridos y así sucesivamente). La nanotecnología y sus increíbles aplicaciones tienen como fundamento práctico la biodiversidad, de la cual América Latina (y especialmente Sudamérica) tienen el mayor caudal del planeta. Ni hablemos del agua, crucial para un país como Estados Unidos cuyo derroche de ese líquido elemento lo ha llevado a convertir el otrora impetuoso río Colorado, capaz de cavar un profundo cañón en Arizona en un arroyo que a menudo no llega ni siquiera a desaguar en el Océano Pacífico. Tendrían que ser unos tremendos ignorantes los administradores imperiales (y no lo son) como para ser indiferentes ante una realidad tan exuberante como la que ofrece nuestra región. Por eso, desde los inicios de su vida independiente, Estados Unidos consideró a esta parte del mundo como su “patio trasero”, su zona de seguridad. Y por eso también tanto Fidel como el Che no se cansaron de decir que América Latina y el Caribe eran “la retaguardia estratégica del imperio.”
En segundo lugar, las concepciones estratégicas militares de Estados Unidos desde los años fundacionales de la república siempre adhirieron a la tesis de la “gran isla americana”, extendiéndose desde Alaska hasta Tierra del Fuego. Esta concepción militar asume que la seguridad nacional de Estados Unidos depende de la capacidad de Washington para evitar que poderes extracontinentales hagan pie firme en algún sector de la isla americana, o que existan en ella gobiernos hostiles a los designios de Estados Unidos. Esta concepción se perfeccionó desde mediados del siglo diecinueve y adquirió connotaciones claramente belicosas hacia el final de ese siglo con sucesivas invasiones a varios países de Centroamérica y el Caribe, incluyendo a México. La “Doctrina Monroe” de 1823 y el Corolario a dicha pieza doctrinaria formulada por Theodore Roosevelt en 1904 plantean abiertamente la aspiración hegemónica de Estados Unidos sobre esta dilatada geografía que yace al sur del Río Bravo. A resultas de ello  Washington puede tolerar, aunque sea a regañadientes, un gobierno socialista en algún país africano (casos de Mozambique, Zimbawe o Angola, en determinadas épocas) pero responde con fulminante brutalidad cuando una pequeña isla de 344 km2  y 90.000 habitantes como Granada comete “el error” de elegir, en 1979 un gobierno socialista radical bajo el liderazgo de Maurice Bishop. La respuesta de la Administración Reagan no se hizo esperar:  en Octubre de 1983 despachó un poderoso contingente militar compuesto por casi 8.000 hombres (poco menos que el 10 por ciento de la población invadida) y en pocos días depuso al gobierno y ejecutó al Primer Ministro Bishop y sus principales colaboradores. La justificación por este crimen: la construcción de un nuevo aeropuerto para facilitar el turismo a la isla, lo cual fue interpretado por los criminales de Washington como un perverso plan para facilitar el aterrizaje de aviones de guerra soviéticos en el Caribe. Nada siquiera remotamente semejante fue jamás hecho por Estados Unidos en ninguna otra región del planeta ante un país de las pequeñas dimensiones y casi nula gravitación de Granada, salvo en América Latina y el Caribe, díscola y turbulenta frontera de un imperio protegido por un enorme hinterland y dos grandes océanos.[10] El único peligro proviene del Sur, del mundo del subdesarrollo latinoamericano. Es a causa de ello que, si bien con algunos matices, argumentos semejantes a los expresados en el caso de Granada sobre una supuesta amenaza a la “seguridad nacional” han seguido esgrimiéndose hasta el día de hoy. Se hizo antes con la Guatemala de Arbenz en 1954, con Cuba desde el 1° de Enero de 1959, después con la revolución nicaragüense en 1979  y, apenas ayer, en Marzo del 2015, lo reiteró el presidente Barack Obama cuando emitió una orden ejecutiva estableciendo una “emergencia nacional” por la amenaza “inusual y extraordinaria” a la seguridad nacional y a la política exterior causada por la situación en Venezuela.
De todo lo anterior se desprende que Washington se opondrá a cualquier proceso genuinamente democratizador que se escenifique en nuestros países. Cualquier fuerza política que acceda al gobierno y trate de hacer verdad aquello de la soberanía popular -que se asienta sobre la soberanía económica y política en un mundo de naciones poderosas, imperialistas y colonialistas, y países débiles y sometidos- será ferozmente combatido por el imperio. Cuando Obama y sus colaboradores hablan de la “normalización” de las relaciones con Cuba y con los países del hemisferio lo que entienden por ello es regresar a la situación en que se encontraba esta parte del mundo al anochecer del 31 de Diciembre de 1958, es decir, en las vísperas de la Revolución Cubana. “Normalizar” es un eufemismo que oculta la intención de encuadrar y subordinar a los países de Nuestra América para que sirvan de apoyatura a las aventuras imperiales de Washington, tanto en esta parte del mundo como en otros continentes. Piénsese si no en la parafernalia de vínculos existentes entre los aparatos de inteligencia norteamericanos (nada menos que dieciséis según la última cuenta) y los organismos militares y policiales del imperio con sus homólogos de América Latina y el Caribe. El gobierno de Estados Unidos entrena a nuestros espías, soldados y policías; les enseña tácticas de interrogatorio; les aporta las armas, y junto con las armas, la definición doctrinaria de quienes son los amigos y quienes los enemigos a los cuales habrá que disparar; coordina con sus ejercicios conjuntos las labores de nuestros ejércitos de aire, mar y tierra; tiene escuelas especiales, como la remozada Escuela de las Américas, ahora cambiada de nombre pero que sigue cumpliendo las mismas funciones;  mantiene en vigor la Junta Interamericana de Defensa, para coordinar los estados mayores de nuestras fuerzas armadas en función de las prioridades y necesidades militares de Estados Unidos. Todo esto sigue en pie, pese a los esfuerzos de la UNASUR y sus tentativas de concebir y coordinar una estrategia sudamericana de contención de la virulencia imperial. Hay, eso sí, algunas valiosas excepciones como Cuba, naturalmente; Venezuela y, sólo parcialmente, Bolivia y Ecuador. Hablar de imperialismo, violencia y guerra es algo tan elemental que no debería exigir mayores argumentaciones.
IV. Conclusiones.
Nuestro continente es prioridad número uno para la política exterior de Estados Unidos. Es la región más importante del mundo, de lejos. Hemos planteado esto en todo detalle en un trabajo previo y no tiene sentido insistir sobre el tema en este lugar.[11] Washington puede perder Angola, Namibia, Nigeria, Cambodia, Vietnam, pero no se quedará de brazos cruzados ante la perspectiva de perder Granada, Nicaragua, Cuba, Chile, ni digamos Brasil o Venezuela. Puede esforzarse por “contener al comunismo” como lo hizo en los años de la Guerra Fría y, para ello, elaborar una serie de alianzas regionales. Siendo que el eje articulador de la revolución comunista mundial (como se decía en esos años en Washington) estaba en Europa, en Moscú para ser más precisos, ¿fue Europa la primera beneficiaria de la estrategia de contención que elaborara George Kennan para el presidente Harry S. Truman? ¡No! Fue América Latina. En un mundo amenazado por el riesgo mortal de la dominación comunista la primera región que Estados Unidos puso a salvo de esa indeseada eventualidad fue América Latina. En 1947 firma el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) con ese propósito. ¿Y Europa? Tendría que esperar dos años más, pues recién en Abril de 1949 se crearía la OTAN. Y en el apogeo del auge progresista en la región y en coincidencia con los anuncios del presidente Lula da Silva informando al mundo el descubrimiento de los grandes yacimientos petrolíferos en el litoral paulista la respuesta de la Casa Blanca fue ordenar la reactivación de la Cuarta Flota, que había sido desactivada en 1950. Como lo dice un conocido aforismo estadounidense, “first things first”, o sea,  “lo primero es lo primero”. Y lo primero es América Latina. Si Africa cae en manos del comunismo es un problema; si cae Asia es un problema mayor; si cae Europa es una tragedia; pero si cae América Latina es una catástrofe de incalculables proyecciones. Porque Asia, África y Europa están lejos, separadas por grandes océanos. Pero desde América Latina los enemigos del imperio ¡pueden llegar caminando!, como en medio de la psicosis despertada por la revolución sandinista se escuchaba en los pasillos del gobierno estadounidense en Washington. Los cambios en el paisaje sociopolítico latinoamericano desde finales del siglo veinte marcaron un importante retroceso de la influencia norteamericana en la región. El rechazo del ALCA fue una durísima derrota para el imperio, y la consolidación de una serie de gobiernos progresistas, algunos de izquierda y la heroica sobrevivencia de la Revolución Cubana marcaron a fuego todo el período abierto desde la elección presidencial de Chávez en Diciembre de 1998 hasta nuestros días. La victoria del líder bolivariano fue la chispa que incendió la pradera: su carisma y su fenomenal capacidad didáctica movilizó y excitó las ansias emancipatorias de los pueblos y naciones del área abatidos y humillados por siglos de opresión colonial y neocolonial. Chávez voltea en Venezuela la primera ficha de un dominó que luego recorrería todo el continente: la segunda caería en Brasil con Lula en el 2002 para seguir con Kirchner en Argentina, en el 2003; con Evo y Tabaré Vázquez en Bolivia y Uruguay, en el 2005; con Correa en Ecuador, en el 2006 y en ese mismo año con Ortega en Nicaragua y Zelaya en Honduras; con Cristina en el 2007; con Lugo en Paraguay en el 2008 y Funes en El Salvador, en el 2009, despejando el camino para que el ex Comandante del FMLN, Salvador Sánchez Cerén, asumiera la presidencia de ese país en el 2014. En el 2010 José “Pepe” Mujica ratificaría la hegemonía del Frente Amplio y conquistaría la presidencia del Uruguay, misma que en el 2015 volvería a recaer en las manos de Tabaré Vázquez. En una revisión actualísima Angel Guerra plantea una tesis que hacemos nuestra al decir que “califico como gobiernos que en distintos grados son independientes de Estados Unidos, se distancian de los dictados del Consenso de Washington, abogan activamente por la unidad y la integración latino-caribeña y por un mundo multipolar. Si atendemos a estos rasgos podemos decir que cumplen con ellos en alguna medida: Antigua y Barbuda, Argentina, Bolivia, Brasil, Cuba, Dominica, Ecuador, El Salvador, Granada, Nicaragua, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía,  San Vicente y las Granadinas, Surinam, Uruguay y Venezuela.”[12]  En suma: basta con recordar esta radical modificación del mapa sociopolítico latinoamericano para calibrar el imperecedero espesor político de la herencia chavista y la ansiedad de la burguesía imperial para retomar la “normalidad” en las relaciones hemisféricas. La contraofensiva estadounidense no se hizo esperar: comenzó con un golpe de estado contra Chávez en Abril del 2002 y siguió, ante su fracaso, con el paro petrolero de Diciembre 2002-Febrero del 2003. Derrotadas estas iniciativas, que tuvieron un efecto boomerang y liquidaron el ALCA en el 2005, el imperio volvió a la carga: tentativa de golpe y secesión de Bolivia en 2008; golpe “jurídico-parlamentario” contra Zelaya en 2009; golpe frustrado contra Correa en 2010; golpe exitoso, también “jurídico-parlamentario” contra Lugo en 2012 y violentas protestas (“guarimbas”) en Venezuela en Febrero de 2014.   
Esto no ha cesado y en los momentos actuales esta ofensiva restauradora se encuentra en pleno desarrollo. “Normalización” tramposa con Cuba, necesaria para despejar el descontento de los gobiernos de la región con la absurda e injusta política del bloqueo pero sin que éste se haya modificado; “guerra económica”, ofensiva diplomática y terrorismo mediático contra Venezuela; campañas sucias y difamatorias contra Evo Morales en Bolivia; agresión financiera y mediática en contra de Rafael Correa en Ecuador; intensas presiones desestabilizadoras desde la re-elección de Dilma Rousseff, obligándola a desnaturalizar por completo el programa del PT adhiriendo a una orientación claramente neoliberal; “golpe judicial por etapas” para sacar a Lula del juego y de su  posible candidatura en el 2018; acoso también judicial contra Cristina Fernández en la Argentina y, de paso, apoyo explícito de la Casa Blanca a la Alianza del Pacífico, ardid norteamericano para atenuar o neutralizar por completo la influencia de China en el hemisferio. No es un dato menor que sobre tres de los cuatro países originalmente signatarios de la Alianza: México, Colombia y Perú recaen fuertes sospechas sobre la penetración en sus aparatos estatales del narcotráfico y el paramilitarismo. Sólo Chile, por ahora, se encuentra libre de esa acusación en los propios medios norteamericanos.
Dadas estas circunstancias, o mejor dicho, habida cuenta de las condiciones estructurales que pautan la relación entre el imperio y su principal región tributaria, se comprende que América Latina y el Caribe haya sido una región en estado de permanente agitación y no por casualidad la vanguardia a nivel mundial de la resistencia a las exacciones del imperialismo desde las primeras décadas del siglo veinte. Y en este contexto hay un país que juega un papel de excepcional importancia en Nuestra América: Colombia.
En este sentido la firma, en Junio del 2013, de un acuerdo de cooperación entre Colombia y la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN) ha causado una previsible preocupación en Nuestra América. Para justificar su decisión el presidente Santos señaló que Colombia tiene derecho a "pensar en grande", y que él va a buscar que su país sea de los mejores "ya no de la región, sino del mundo entero". Continuó luego diciendo que "si logramos esa paz” –refiriéndose a las conversaciones de paz que están en curso en Cuba, con el aval de los anfitriones, Noruega y Venezuela- “nuestro Ejército está en la mejor posición para poder distinguirse también a nivel internacional. Ya lo estamos haciendo en muchos frentes", aseguró Santos. Y piensa hacerlo nada menos que asociándose a la OTAN, una organización sobre la cual pesan innumerables crímenes de guerra y masiva violaciones a los derechos humanos perpetrados en la propia Europa (recordar el bombardeo a la ex Yugoslavia y las masacres de los Balcanes) la destrucción del Líbano, Irak, Libia; su complicidad con el gobierno fascista de Israel en su continuo genocidio del pueblo palestino y ahora su colaboración con los terroristas que han tomado a Siria por asalto y sembrando de muerte y destrucción todo el Medio Oriente.[13]  Jacobo David Blinder, ensayista y periodista brasileño, fue uno de los primeros en dar la voz de alarma ante las implicaciones de la decisión del presidente colombiano. Hasta ahora el único país de América Latina “aliado extra OTAN” había sido la Argentina, que obtuvo ese deshonroso status durante los nefastos años de Carlos S. Menem, y más específicamente en 1998, luego de participar en la Primera Guerra del Golfo (1991-1992) y aceptar todas las imposiciones impuestas por Washington en muchas áreas de la política pública, como por ejemplo desmantelar el proyecto del misil Cóndor y congelar el programa nuclear que durante décadas venía desarrollándose en la Argentina. Dos gravísimos atentados que suman más de un centenar de muertos –en la Embajada de Israel y en la AMIA- fue el saldo que dejó en la Argentina la represalia por haberse sumado a las actividades de la organización terrorista noratlántica.
 El status de “aliado extra OTAN” fue creado en 1989 por el Congreso de los Estados Unidos –no por la organización sino por el Congreso estadounidense- como un mecanismo para reforzar los lazos militares con países situados fuera del área del Atlántico Norte y que podrían ser de ayuda en las numerosas guerras y procesos de desestabilización política que Estados Unidos despliega en los más apartados rincones del planeta. Australia, Egipto, Israel, Japón y Corea del Sur fueron los primeros en ingresar, y poco después lo hizo la Argentina, y ahora Colombia. El sentido de esta iniciativa del Congreso norteamericano salta a la vista: robustecer y legitimar sus incesantes aventuras militares  -inevitables durante los próximos treinta años, si leemos los documentos del Pentágono sobre futuros escenarios internacionales- con un aura de “multilateralismo” que en realidad no tienen. Esta incorporación de los aliados extra-regionales de la OTAN, que está siendo también promovida en los demás continentes,  refleja la exigencia impuesta por la transformación de las fuerzas armadas de los Estados Unidos en su tránsito desde un ejército preparado para librar guerras en territorios acotados a una legión imperial que con sus bases militares de distinto tipo (más de mil en todo el planeta), sus fuerzas regulares, sus unidades de “despliegue rápido” y el creciente ejército de “contratistas” (vulgo: mercenarios) quiere estar preparada para intervenir en pocas horas para defender los intereses estadounidenses en cualquier punto caliente del planeta. Con su incorporación como “aliado extra OTAN” Colombia se pone al servicio de tan funesto proyecto y, puertas adentro, refuerza la militarización de un país que lleva más de medio siglo de guerra civil y que clama por la paz.
     Si bien la Argentina es un lamentable precedente (que en el año 2012 afortunadamente perdió  el status de “aliada extra-OTAN”) el caso  colombiano es muy especial, porque desde hace décadas ese país recibe, sobre todo en el marco del Plan Colombia, un muy importante apoyo económico y militar de Estados Unidos –de lejos el mayor de los países del área- y sólo superado por los desembolsos realizados a favor de Israel, Egipto, Irak y Corea del Sur y algún que otro aliado estratégico de Washington. Cuando Santos declara su vocación de proyectarse sobre el “mundo entero” lo que esto significa es su voluntad para convertirse en cómplice de Washington,  para movilizar sus bien pertrechadas fuerzas más allá del territorio colombiano y para intervenir en los países que el imperio procura desestabilizar.[14] Y no es un secreto para nadie que la primera en esa lista no es otra que Venezuela. Es poco probable que su anuncio signifique que está dispuesto a enviar tropas a Afganistán, a Siria u a otros teatros de guerra. La pretensión de la derecha colombiana, en el poder desde siempre, ha sido convertirse, especialmente a partir de la presidencia de Álvaro Uribe Vélez, en la “Israel de América Latina” erigiéndose, con el respaldo de la OTAN, en el gendarme regional del área para vigilar, amenazar y eventualmente agredir a vecinos como Venezuela, Ecuador y otros -¿Bolivia, Nicaragua, Cuba?- que tengan la osadía de oponerse a los designios imperiales.
A nadie se le puede escapar que con esta decisión el gobierno del presidente Santos tensiona los Diálogos de Paz en curso en La Habana porque cómo podría la insurgencia colombiana confiar en las promesas de un gobierno que con su asociación a la OTAN acentúa una perniciosa vocación injerencista y militarista. Por otra parte, esta decisión no puede sino debilitar los procesos de integración y unificación supranacional en curso en América Latina y el Caribe. La tesis de los “caballos de Troya” del imperio, que repetidamente hemos planteado en nuestros escritos sobre el tema, asumen renovada actualidad con la decisión del mandatario colombiano. ¿Qué hará ahora la UNASUR y cómo podrá actuar el Consejo de Defensa Suramericano cuyo mandato conferido por los jefes y jefas de estado de nuestros países ha sido consolidar a nuestra región como una zona de paz, como un área libre de la presencia de armas nucleares o de destrucción masiva, como una contribución a la paz mundial para lo cual se requiere construir una política de defensa común y fortalecer la cooperación regional en ese campo? ¿Qué implicaciones tiene sobre la UNASUR y, más generalmente, sobre los diversos proyectos de integración y coordinación de políticas en América Latina, el hecho de que Colombia, al asociarse a la OTAN adhiere a la postura británica en el diferendo con la Argentina por las Islas Malvinas?
Un proyecto largamente acariciado por nuestros pueblos es lograr que América Latina sea un continente desnuclearizado. Si durante décadas pudimos estar seguros de ello ya no más. Hay evidencias que sugieren que existe armamento nuclear en las Islas Malvinas, y no sabemos que clase de armamentos hay en las 7 bases que Washington dispone en territorio colombiano, o en las 11 existentes en Perú.[15]Los acuerdos que hicieron posible la instalación de esas bases contienen cláusulas que le confieren a Estados Unidos el derecho a ingresar cargamento militar sin tener que ser sometido a control alguno de los estados anfitriones. Por algo cuando en una de las reuniones de la UNASUR Chávez solicitó a la organización que se procediera a verificar que era lo que había en cada una de las bases norteamericanas en la región tropezó con la cerrada negativa de Álvaro Uribe y Alan García, no por casualidad los dos países que abrieron de par en par sus puertas para la penetración de tropas y pertrechos militares estadounidenses en sus territorios. Es imposible que este continente conquiste la paz con las ochenta bases militares norteamericanas existentes en nuestros países. Esas bases son dispositivos para la guerra, no para la paz. Y entrarán plenamente en funciones a medida que el deterioro de la situación internacional impulse a Washington a consolidar su reaseguro en el patio trasero y a sofocar cualquier intento de autodeterminación nacional o avance democrático. Deberíamos lanzar una campaña continental para expulsar a todas las bases norteamericanas, y las pocas que existen del Reino Unido, Holanda y Francia, de la región. Ellas sólo traerán violencia y muerte, y los latinoamericanos y caribeños queremos la paz. Es una propuesta razonable, que atraviesa la gran mayoría de las fuerzas políticas y movimientos sociales de la región. Y nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos jamás nos perdonarán que no hayamos hecho todo lo que esté a nuestro alcance para acabar con esas amenazas.

Respuesta  Mensaje 71 de 71 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 04/12/2016 11:19
"Marx es normalmente citado, junto a Émile Durkheim y a Max Weber, como uno de los tres principales arquitectos de la ciencia socialmoderna,2 y ha sido descrito como una de las figuras más influyentes en la historia de la humanidad, en 1999 una encuesta de la BBC fue votado como el "mayor pensador del Milenio" por personas de todo el mundo.3 4 "

En mi humilde concepto Carlos Marx es el más grande pensador que ha tenido   la humanidad  y el que más
 ha contribuido a la liberación de las clases explotadas ...


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