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General: JOSÉ MARÍA VARGAS VILA .. el mejor escritor colombiano ..
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Respuesta  Mensaje 1 de 6 en el tema 
De: Ruben1919  (Mensaje original) Enviado: 13/01/2011 23:41
    José María Vargas Vila

       (Colombia, 1860-1933)
Vargas
  Escritor colombiano. Nació en Bogotá en 1860. Autodidacta. A los dieciséis años entró a formar parte de las tropas del general Santos Acosta; fue maestro en poblaciones cercanas a Bogotá. Después de la revolución de 1885 debió refugiarse en Los Llanos. Desde allí escribió un panfleto que expresaba su oposición al gobierno. Esto lo obligó a dejar el país y marcharse a Venezuela, donde terminó sus primeras novelas. En 1891, visitó Nueva York, escribió Las Providenciales, libro que expresaba su repudio hacia todos los caudillos sudamericanos. Trabó amistad con José Martí y fundó la revista literaria Némesis. Continuó viajando por Madrid, Venezuela, París, Sudamérica y La Habana. Falleció en 1933 en Barcelona. Entre sus innumerables obras destacan: Aura o las violetas, Flor de Fango, Ibis, Lirio Rojo, sobre temas de gran aceptación popular, como el incesto, la misoginia, el suicidio, la pasión desbordada. Entre los ensayos de tipo panfletario hay que mencionar: Los Parias, Los divinos y los humanos, Los Césares de la decadencia, y Ante los bárbaros, entre otros. Toda la obra del autor generó prohibiciones por su desconocimiento de la moral tradicional, persecución por su pensamiento liberal radical y crítica por la falta de cuidado y de sólida cultura humanística. Es y ha sido un autor muy popular en América Latina.  © eMe

Textos:


Ante los Bárbaros (fragmento)
La muerte del cóndor (fragmento)


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Respuesta  Mensaje 2 de 6 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 13/01/2011 23:53
El Diario Secreto de Vargas Vila PDF Imprimir E-mail
Cultura
Lunes, 06 de Agosto de 2007 12:00

Luis Hernández Serrano.- Juventud Rebelde.- Estos apuntes del polémico escritor colombiano, antiimperialista, amigo de la libertad y de Martí, estuvieron en Cuba antes de ser donados a Colombia

El Diario Secreto del controvertido escritor colombiano José María Vargas Vila, con interesantes revelaciones personales, filosóficas y políticas, estuvo en varias casas habaneras, la última de estas en Guanabacoa, y después en la Fragua Martiana, antes de ser donado por Cuba a Colombia.

La revelación la hace a nuestro periódico Regino Sánchez Landrián, especialista de ese museo de la Universidad de La Habana.

«El poco conocido Diario Secreto del célebre escritor colombiano (nacido en Bogotá, el 23 de julio de 1860 y fallecido en Barcelona el 23 de julio de 1933), ya no es tan secreto como fue durante mucho tiempo.

«Por lo menos hace algunos años se dio a conocer en un libro de la escritora colombiana exiliada en España, Consuelo Triviño Anzola, bajo el título José María Vargas Vila, Diario Secreto, impreso por Arango Editores-El Áncora Editores, en Bogotá, Colombia, en 1989.

«Aquí está la copia. Es un libro con la selección, introducción y notas de la misma Consuelo Triviño. Pero en nuestro país —dice Regino— la historia de ese Diario no se ha divulgado nunca, ni tampoco su contenido, y es sencillamente apasionante, en particular lo que refiere sobre nuestro Apóstol José Martí y algunos conceptos que contiene, sin duda escritos para ser publicados algún día, según el propio autor confesó en su dedicatoria».

Vargas Vila lo comenzó a escribir en París, a los 39 años, en marzo de 1899, y lo concluyó en 1932.

 

Cómo Llegó a la Fragua
Ese revelador documento llegó a la Fragua en 1984, de manos de un vecino de Guanabacoa que lo conservaba. «Fue Raúl Salazar Pazos, quien un día se acercó a una alumna del antiguo Seminario Martiano para donarlo, en unión de otros documentos del intelectual colombiano, y que no se perdieran, puesto que él viajaría fuera del país. Era todo el archivo personal de Vargas Vila; no solo el Diario, sino también un grupo de cartas, documentos y algunos manuscritos.

«Luego Cuba donó ese valioso material a Colombia, aunque en la Fragua quedaron algunos documentos dispersos, entre estos varias cartas intercambiadas entre Martí y él, que más tarde aparecieron. Esta historia, aunque desconocida, es muy linda realmente. Ramón Palacio Viso, quien había nacido en Venezuela en 1880, ayudante personal de Vargas Vila durante 35 años, falleció en La Habana, en el asilo de Santovenia, en el Cerro.

«El archivo en cuestión fue traído a la Fragua en junio de 1984 y lo recibió oficialmente Gonzalo de Quesada Michelsen, hijo de Gonzalo de Quesada y Miranda, y nieto de Gonzalo de Quesada y Aróstegui, que fuera secretario personal de Martí. Nuestra institución quedó como depositaria transitoria de toda la preciosa papelería, hasta fines de esa década en que fue enviada a otra no menos prestigiosa institución cubana. Aquí tenemos la carta que oficializó el trámite de entrega y recepción.

«Está suscrita también por el doctor Julio Le Riverand, hace años fallecido, entonces director de la Biblioteca Nacional José Martí. Dentro de esa documentación estaba el Diario Secreto.

«Tal archivo comprendía documentos de 1899 a 1933: un grupo de novelas como La cosecha del sembrador, El Maestro y El Oasis; y una colección de revistas Némesis, fundada por él, constituida por 144 cuadernos. Además, La sonrisa del balneario, El trágico olivar, Albas inquietas y otros manuscritos de libros, incluido el epistolario de su único hijo a algunos políticos, y las cartas vinculadas con José Martí».

Vargas Vila estuvo en tres ocasiones en Cuba, primero en 1923, después en 1924 y luego en 1926, época en que se enfermó, pero logró mejorarse con ayuda médica. Acerca de la segunda visita a nuestra Patria, escribió en el Diario, el 24 de julio de 1924: «Suprimo la narración de mi primera estancia en La Habana, de paso para México, porque todo eso pertenece a mi libro de viajes, y se halla en un volumen especial bajo el título de En la esmeralda fúlgida. Estuve en la República Argentina, Uruguay, Brasil, costas de Colombia, Venezuela y México. Y heme aquí, llegado de nuevo a las playas oro y azul de esta isla maravillosa, donde la sombra doliente de José Martí parece extender sus brazos para recibirme. Recobro el imperio de mí mismo. ¡Bendita sea!».

En la capital cubana se tomó numerosas fotos con amigos. Luego de sus recorridos por La Habana Vieja, Marianao, Arroyo Naranjo y el reparto Las Cañas, en Calabazar de La Habana, donde residió un tiempo, el escritor redactó sus memorias El canto de las sirenas en los mares de la historia y El pórtico de oro de la gloria. Al respecto dejó dicho en el Diario que lo hizo «por haber dado albergue transitorio a mi ancianidad y amparado doblemente mi soledad».

En septiembre de ese año, calificó de «paisajes maravillosos» los del Arroyo Naranjo de aquella etapa, y el primero de enero de 1926, al aludir de nuevo a La Habana, mencionó haber visitado «Marianao y los repartos circunvecinos».

 

Sobre Martí
Regino Sánchez pone énfasis en la relación amistosa con nuestro Apóstol: «Una cálida amistad lo unió a José Martí. Juntos participaron en actos, reuniones literarias, foros y encuentros con trabajadores, políticos y poetas.

«En 1891 Vargas Vila viajó a Estados Unidos y se ubicó en Nueva York. El Apóstol, al recordar una reunión con obreros, escribió: “El vehemente entusiasmo con que, sacados de sus asientos por ímpetu de amor, saludaron aquellos esclavos de América la peroración cadenciosa, inspirada, valentísima del colombiano José María Vargas Vila, que cuenta sus días ya gloriosos por las batallas afamadas de su palabra y de su pluma en pro de la libertad”.

«Están documentados sus frecuentes encuentros con el Maestro —dice Regino— y una carta del Apóstol, escrita a fines de 1894, muestra que Vargas Vila fue informado por su amigo cubano sobre sus planes de retorno a la Isla para integrarse a la guerra de independencia.

«Sin embargo, en su Diario el colombiano no mencionó nada de esos planes que nuestro Héroe le confió. En una página correspondiente a noviembre de 1926, expuso Vargas Vila: “Escribir sobre José Martí en Cuba se ha hecho, no una profesión, sino un negocio, el más prolijo de todos los negocios; hay gentes que deben la fortuna a la osadía de haber enlodado con su prosa la sombra del Maestro. ¡Ese espectáculo es desolador!”.

«Y puntualizó: “Yo vi aquella feria de la audiencia sin talento, profanar las cenizas del precursor (...) actuaron como vendedores de su gloria (...) Hace más de 30 años (1893) en mi revista Hispanoamérica de Nueva York, publiqué sobre José Martí, entonces vivo, un estudio que a muchos pareció definitorio, y que él mismo me agradeció con gran favor. Ello me exime de largos comentarios sobre la vida de ese Libertador, el cual solo en su calidad de tribuno evoco aquí”».

 

Apuntes íntimos
Fragmentos del Diario Secreto

•1899, marzo, París (...) He aquí mi alma desnuda (...) un monólogo en mi Soledad, o mejor, un diálogo conmigo mismo, eso será este diario (...) Confesarse es revelarse (...) Voces del alma dichas a los oídos de los otros. Esos son los libros, pero un diario es una confesión. Es en París en este mes que me ha venido en mente la fantasía de escribir este diario, y lo inicio en el hotel en que habito: Rue Leo Delibes, número 5.

•El amor no fue pasión mía. Mi ambición fue tan alta que desde los primeros vuelos se perdió en el espacio, y no volvió a descender jamás.

•Las mujeres que fatigaron mi sexo, no entraron jamás en mi corazón. Cuando entré en la soledad, no tuve que expulsarlas de ella. Fui solo por todas partes.

•Mi soledad no se puebla sino de grandes vidas de mi espíritu, y cuando no escribo el rumor de esas olas, me parece que estoy muerto.

•¡Yo he soñado tanto! (...) ¡Son los hombres del porvenir los que nos seducen!

•Ser artificial es todo lo contrario de ser artístico. Y los aspirantes al bohemismo intelectual creen que con llevar una vida artificial llevan una vida artística.

•La Sinceridad es una de las formas del valor, y acaso la más rara.

•El Silencio no es un sudario, el olvido, sí. Nada hay tan delicado, sensible, sonoro, como esa entraña desnuda que es el corazón de un solitario. ¿Es la Soledad la que hace tan sensible nuestro corazón?

•La fe muere de un solo golpe, y no resucita nunca. ¡Ay, cuánto diera yo por una hora de fe! Tal vez daría todas las horas que me quedan por vivir. Vivir sin creer es algo bien triste, pero vivir sin creer en nada, es la suma de todas las tristezas.

•Yo no fumo, no bebo licores, no me he acercado nunca a ninguna mesa de juego, y, sin embargo, se habla de mis orgías.

•La vida es una fuente inagotable de decepciones, tal vez porque es una fuente inagotable de esperanzas.

•Mi viaje a América fue un naufragio. No hice un viaje de negocios, no alquilé mi palabra, ni mi pluma: viví de mí, para mí, y a los tres años de ausencia regresé a Europa, más pobre, más viejo, más triste, con mi hijo ciego, llevándolo como un cadáver sobre mis hombros.

•El porvenir tiene siempre el rostro de una esfinge, impenetrable. El Secreto de nuestra Vida es un pájaro prisionero entre sus labios de piedra.

•Con los míos (referencia a su hijo) se cerrarán los únicos ojos que le quedan en su ceguera. Cuando el dolor no tiene nombre, ¿a qué nombrarlo?

Esa fue una de sus últimas expresiones. No sería el escritor perfecto, pero José María Vargas Vila fue antiimperialista, amigo de la libertad y de Martí.


Respuesta  Mensaje 3 de 6 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 14/01/2011 00:01

José María Vargas Vila

De Wikipedia, la enciclopedia libre
 
José María Vargas Vila
Vargas Vila.jpg
Nacimiento 23 de Julio de 1860
Piedras , Tolima Bandera de Colombia Colombia
Defunción 23 de Mayo de 1933
Barcelona Bandera de España España
Ocupación escritor, diplomático y activista político
Nacionalidad Colombiano Bandera de Colombia
Movimientos Los Nuevos

José María de la Concepción Apolinar Vargas Vila Bonilla (Piedras , Tolima, 23 de Julio de 1860 - Barcelona, 25 de Mayo de 1933), conocido como José María Vargas Vila, fue un escritor colombiano.

Contenido

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[editar] Biografía

Es uno de los personajes más polémicos de principios del siglo XX en América, José María Vargas Vila se caracterizó por sus ideales liberales radicales y la consecuente crítica contra el clero, las ideas conservadoras y la política imperialista de Estados Unidos. Muchas de sus ideas son próximas al existencialismo y se fueron afirmando como libertarias, muy próximas al anarquismo, a tal punto que él mismo se declarara anarquista. Sin embargo se caracterizó por defender toda causa y personaje que favoreciera la libertad y la justicia de los pueblos, especialmente los latinoamericanos; sin fijarse tanto en si compartían exactamente su misma forma de pensar a pesar de ser consciente de ello: mi pasión por la libertad ha devorado mi vida, escribió.

En su juventud alternó el oficio de maestro en Ibagué, Guasca, Anolaima y Bogotá, con su participación en las guerras civiles como soldado de las tropas liberales radicales de Santos Acosta y Daniel Hernández. Tras la derrota liberal en 1885, se refugió en Los Llanos y luego marchó al exilio a Venezuela. Por su actitud crítica, el Presidente de Colombia en esa época, Rafael Núñez, puso precio a su cabeza. En 1887, en Caracas, fundó y dirigió la revista Eco Andino y en 1888, con Diógenes Arrieta y Juan de Dios Uribe, fundó la revista Los Refractarios.

Conminado por el gobierno del presidente venezolano Raimundo Andueza Palacio a dejar Venezuela, viajó a Nueva York en 1891 y trabajó en la redacción del periódico El Progreso. En esta ciudad, trabó amistad con el escritor e independentista cubano José Martí. Luego fundó la Revista Ilustrada Hispanoamérica, en la que publicó varios cuentos. En 1898 fue nombrado por el Presidente de Ecuador Eloy Alfaro, como ministro plenipotenciario de Ecuador en Roma y es recordada su negativa de arrodillarse ante el papa León XIII, al afirmar: "no doblo la rodilla ante ningún mortal". A causa de la publicación de su novela Ibis en el año 1900, fue excomulgado por el Vaticano y recibió la noticia con regocijo.

En 1902 fundó en Nueva York la revista Némesis, desde la cual se criticaba al gobierno colombiano de Rafael Reyes y a otras dictaduras latinoamericanas, así como a las imposiciones del gobierno estadounidense, como la usurpación del canal de Panamá y la Enmienda Platt. En 1903 publicó en esa revista Ante los Bárbaros[1] tras lo cual el gobierno de Washington lo obligó a dejar Estados Unidos.

En 1904, el presidente nicaragüense José Santos Zelaya designó a Vargas Vila como representante diplomático en España, junto con el también poeta Rubén Darío. Los dos fueron integrantes de la Comisión de Límites con Honduras ante el rey de España, quien era entonces mediador en el contencioso. Pero esta labor duró poco tiempo pues el colombiano pronto regresó a la edición de sus libros y luego de breves estancias en París y Madrid se asentó en Barcelona, donde inició, por acuerdo con la Editorial Sopena, la publicación de sus obras completas. Rubén Darío le dedicó un par de poemas: "Cleopompo y Heliodemo" y "Propósito primaveral". Durante su estancia en España, donde vivió hasta su fallecimiento, realizó varias giras por varios países de América Latina, donde alcanzó gran popularidad.

[editar] Obra

Vargas Vila a finales del siglo XIX.

Vargas Vila fue un modernista. El adjetivo "vargasvilesco" designa aquel estilo literario que como el de Vargas Vila tiende a ser hiperbólico y ampuloso. Es considerado junto con el escritor ecuatoriano nacido en Ambato, Juan Montalvo, como el mayor insultador (crítica y sátira culta e ilustrada) de latinoamérica. La obra de Vargas Vila es muy extensa y alcanza alrededor de unos cien trabajos. En algunos casos no es fácil definir con exactitud la fecha de publicación ya que hay ediciones dobles e incluso varios títulos para la misma obra. La siguiente es una lista tentativa de la mayoría de sus escritos. Se escribe el título de la obra y a continuación el año en el cual fue publicada. Un signo de interrogación indica una fecha dudosa.


Respuesta  Mensaje 4 de 6 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 14/01/2011 00:04
ESCRITOS DE JOSÉ MARÍA VARGAS VILA ...
 
 Se escribe el título de la obra y a continuación el año en el cual fue publicada. Un signo de interrogación indica una fecha dudosa.


La muerte del cóndor es un relato histórico sobre la vida y, especialmente, la muerte del Presidente ecuatoriano Eloy Alfaro. Publicado en 1924, Vargas Vila erige a Alfaro como uno de los grandes hombres latinoamericanos, un ejemplo de líder y de guerrero, a la usanza de José Martí. El autor se despacha contra Leónidas Plaza y demás líderes que traicionaron a Alfaro y lo condenaron a una muerte horrible.

La República Romana es una obra de Vargas Vila en la que a través de una crítica dirigida a la sociedad Romana antigua, su interés de dominación y los males que conlleva como la tiranía, en realidad está haciendo una crítica a la sociedad contemporánea y a los imperios conformados en el siglo XIX especialmente el norteamericano por el cual Vargas Vila siente gran resquemor. Esto es posible gracias a la sincronía temática de los diferentes momentos históricos que le dan la opción al autor de hacer una crítica contra las acciones de los poderosos de todas las épocas ya que para él “los excesos de los últimos déspotas romanos son paralelos a los crímenes de los políticos latinoamericanos que prefirieron mantener su poder económico y político antes que preservar los ideales de la democracia” como se señala en su propio libro.

Entre los aspectos que se mencionan en “La república Romana”, Vargas Vila hace gran énfasis en la esclavitud, que junto a la Aristocracia y el militarismo, fueron los males que acabaron con la República; ya que la esclavitud degrada la naturaleza humana, siendo más fácil encadenar a un hombre libre, que liberar el alma de un esclavo, y con el paso del tiempo se legitima el despotismo, siendo legitimada también la esclavitud. Vargas Vila también retoma la pobreza causada por el desempleo, la acumulación de riquezas en unos cuantos y el abaratamiento de los salarios que contribuyó a la esclavización de los hombres libres.

Otro aspecto notable de la sociedad romana que Tiberio Graco, político popular romano del siglo II a. C., notó que requería una reforma, era la cuestión agraria (que en la historia colombiana también ha tenido diversas dificultades), que se ha visto entorpecida por el acaparamiento de las riquezas y por la guerra entre los grandes capitalistas dificultando la justa repartición de las tierras, siendo ésta cuestión donde radica la injusticia. Con su libro, José María Vargas Vila pretende dar herramientas especialmente a los lectores jóvenes para realizar una lectura alterna de su propia realidad, ya que él en su exilio estuvo con la esperanza de que había un camino de regreso a su patria.

[editar] Referencias

[editar] Bibliografía

  • Cobo Borda, Juan Gustavo 1980 DISIDENTE semana.com.doc "El divino iracundo"; Semana 1112, 12 de noviembre de 1980.
  • Sánchez, Ricardo 1981 "El Anti-imperialismo de Vargas Vila", Prólogo de Ante los bárbaros, Bogotá: Editorial La Oveja Negra. Existe una copia de la obra en formato PDF Ante los Bárbaros, pero no incluye el prólogo de Ricardo Sánchez sino fragmentos de un texto de Carlos Vidales (ver más abajo).
  • Vargas Arango, María Isabel 1993 "José María Vargas Vila"; Gran Enciclopedia de Colombia del Círculo de Lectores, tomo de biografías.
  • Vidales, Carlos 1997 "Vargas Vila, panfletario y libertario"; La Rana Dorada
 
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Respuesta  Mensaje 5 de 6 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 14/01/2011 00:22
Carlos Vidales ©

 

Vargas Vila,
panfletario y libertario

 


José María de la Concepción Apolinar Vargas Vila Bonilla nació en Bogotá, en una familia de ideas radicales, el 23 de julio de 1860. Murió en Barcelona el 23 de mayo de 1933. Fueron sus padres el general José María Vargas Vila y Elvira Bonilla. Hizo sus estudios primarios y secundarios en Bogotá.

 

 

Desde muy temprano participó en luchas políticas como periodista, agitador y orador. Tenía dieciséis años apenas cuando se enroló en las fuerzas liberales del general Santos Acosta. A la edad de 24 años, en 1884, actuó como secretario del general radical Daniel Hernández, durante el alzamiento que éste dirigió contra el presidente Rafael Núñez, líder del partido "nacionalista" y caudillo de la "Regeneración Nacional". Colombia era entonces una República Federal constituida por "Estados Soberanos" y con frecuencia sacudida por pronunciamientos y guerras civiles regionales. El levantamiento del general Daniel Hernández se inició en el Estado Soberano de Santander (al nororiente del país) y muy pronto se irradió a toda la nación. En 1885 los sublevados vencieron a las tropas del gobierno en la batalla de La Humareda, pero sus pérdidas fueron tan grandes que les resultó imposible continuar las operaciones. El propio jefe de la rebelión murió en esa terrible carnicería. Su secretario, Vargas Vila, huyó a los Llanos del Casanare donde el general Gabriel Vargas Santos le ofreció hospitalidad y refugio. Allí escribió su obra "Pinceladas sobre la última revolución de Colombia; siluetas bélicas".

Con este libro nació el Vargas Vila demoledor, iconoclasta, panfletario. En él trazó retratos crueles, grotescos, de los grandes jefes políticos de la "Regeneración", acentuando hasta la caricatura su confesionalismo católico, descalificando con adjetivos lapidarios, quemantes, todas las supuestas virtudes cívicas de esos líderes y presentándolos como monstruos ávidos de poder y cargados con todas clase de lacras morales. La respuesta gubernamental fue inmediata: se ofreció recompensa por la captura de Vargas Vila, vivo o muerto.

El panfletario huyó a Venezuela y se estableció en Rubio, donde fundó el periódico "La Federación". El gobierno de Colombia, mediante presiones y protestas, logró que esta publicación fuera clausurada por las autoridades de Venezuela. Vargas Vila se trasladó a Maracaibo y allí inició la producción de sus primeras novelas, que publicaba y vendía en forma de folletos, por entregas.

En 1891 viajó a los Estados Unidos y se radicó en Nueva York, donde muy pronto entabló relaciones con muchos exiliados latinoamericanos, intelectuales y conspiradores. Una cálida amistad lo unió al admirable José Martí y juntos participaron en actos, reuniones literarias, foros y encuentros de trabajadores, políticos y poetas. Martí nos ha dejado el testimonio de una reunión con obreros en la cual fue apasionado "el vehemente entusiasmo con que, sacados de sus asientos por ímpetu de amor, saludaron aquellos esclavos de América la peroración cadenciosa, inspirada, valentísima del colombiano José M. Vargas Vila, que cuenta sus días ya gloriosos por las batallas afamadas de su palabra y de su pluma en pro de la libertad".

En Nueva York, Vargas Vila fundó y redactó la revista "Hispanoamérica" y el diario "El Progreso". Allí se publicó también su libro "Los Providenciales", feroz diatriba contra los arrogantes caudillos y dictadores latinoamericanos.

En 1893 viajó a Venezuela donde el presidente Crespo lo nombró su secretario particular. Pero esto duró poco, pues Crespo fue derrocado y Vargas Vila debió regresar a su exilio en Nueva York. Están documentados sus frecuentes encuentros con José Martí y una carta de éste último, escrita a fines de 1894, muestra que Vargas Vila fue informado por su amigo cubano sobre los planes de retorno a la isla para integrarse a la guerra de independencia. Pocos meses más tarde, el 19 de mayo de 1895, caía Martí herido de muerte en el suelo de la patria que había amado por sobre todas las cosas de la vida.

Vargas Vila se fue a vivir a París, donde se habían refugiado tantos brillantes escritores latinoamericanos (Rufino Blanco Fombona, Enrique Gómez Carrillo y muchos otros). Con ellos estableció relaciones de amistad personal e intelectual, al mismo tiempo que continuaba publicando artículos, ensayos, novelas, narraciones y panfletos políticos. En Nueva York, a donde regresó en 1902, fundó la revista "Némesis", que pronto se hizo muy famosa. Él la escribía y editaba íntegramente y en sus páginas pueden hallarse las más finas y las más terribles de sus frases de combate. Es notable que Vargas Vila escogiera trasladarse a Nueva York para escribir allí, y no en otro lugar, su violento libro "Ante los bárbaros", implacable requisitoria contra el expansionismo norteamericano, con sus flamantes cañoneras y su "Política del Garrote".

Nuevamente establecido en París, continuó allí la publicación de "Némesis". Pero su vida personal había llegado a un punto crítico. Era intelectualmente admirado y temido, pero también profundamente odiado por gobiernos, academias e intelectuales tradicionalistas. Era un solitario, como un toro furioso combatiendo en medio del ruedo, sin vida afectiva íntima, sin un amor profundo, sin una compañía duradera. La neurosis comenzó a manifestarse en forma de actitudes agresivas e intolerantes, incluso hacia los propios amigos que lo estimaban y admiraban. Su médico le indicó que debía cambiar de aires. Se fue a vivir a Venecia.

Aunque el paréntesis veneciano fue breve (regresó a París en 1904), sus extravagancias decadentes contribuyeron allí a alimentar la Leyenda Negra de Vargas Vila que ya había comenzado a crecer como una hidra. En París, en Bogotá, en Caracas, en Nueva York, se decía que el panfletario era inmensamente rico. Que vivía como un príncipe. Que odiaba a las mujeres, a los curas y a las monjas. Que su misantropía y su odio a la iglesia nacían del hecho de ser hijo de un cura párroco y una monja depravada. Que era anarquista y que ayudaba con su dinero a los seguidores de Malatesta, financiando asesinatos y bombazos contra duques y marqueses. Que era homosexual. Que presidía sesiones de satanismo con sus amigos y cómplices. Que era impotente y que esta era la razón de su odio a todo lo viviente. Que era hermafrodita.

La sola enumeración de las perversiones y sicopatologías que se adjudicaron a Vargas Vila podría servir para hacer el catálogo de las perversiones y sicopatologías de sus calumniadores: la beatería tradicionalista de su país, los viejos círculos clericales hinchados de privilegios, cargados de rencores y de odios, incapaces de sentir amor cristiano, inválidos para la reconciliación y la bondad. Los intelectuales al servicio de estas alimañas no mencionaban siquiera el nombre de Vargas Vila. Hablaban del "expatriado", el "satánico", el "bastardo", el "lenguaraz despreciable", el "desnaturalizado", "el blasfemo", "el luciferino mendaz", el "enemigo de la paz, el orden y la autoridad", "el decadente pernicioso", el "disolvente", el "degenerado". Nunca hicieron un crítica literaria de sus obras, un análisis de sus ideas, un cuestionamiento razonado de su pensamiento, su estilo o su lenguaje. No tuvieron valor, ni grandeza moral ni capacidad intelectual suficientes para ello. Fueron, en toda la línea, inferiores y pigmeos. Lo único que pudieron oponer a Vargas Vila fue un sartal de calumnias infames.

Por supuesto, el panfletario no era de ninguna manera perfecto. Sus opiniones eran tajantes, categóricas, no dejaban lugar a la discrepancia. Carecía de modestia intelectual, era arrogante y vanidoso. Estaba convencido de que su genio era incomparable. Se elogiaba con frecuencia a sí mismo de una manera irritante. Su egolatría era monumental. Esto daba material abundante a sus enemigos.

Pero la causa fundamental de la inquina contra Vargas Vila fue su irreductible anticlericalismo, su apasionada defensa del libre pensamiento. En la oración fúnebre para su amigo el poeta Diógenes Arrieta (1897), en París, pronunció esta frase sobre Colombia, que jamás se le ha perdonado:

 

-- ¡Duerme en paz, amigo, lejos del imperio monacal que nos deshonra!

 

Vargas Vila empleó siempre toda su potencia de fuego, su feroz estilo virulento y mordaz, contra los desmedidos privilegios del clero y de la Iglesia, contra el dogmatismo y la intolerancia. Usaba frases y metáforas que abrían heridas incurables y luego ponía en esas heridas la sal o el ácido quemante de renovadas imprecaciones. Fue un virtuoso del vituperio y de la diatriba, puestos al servicio del pensamiento laico.

Su estilo era profético: usaba palabras grandilocuentes, verbos y adjetivos tremendistas. Presentaba los conceptos abstractos como entes mitológicos, con nombres en mayúsculas: la Ambición, el Odio, la Hipocresía, la Grandeza. Sus sentencias eran lapidarias. Sus conclusiones, proverbiales. Usaba la paradoja como una maza para aplastar a sus adversarios. Su fraseo era entrecortado, con hiatos arbitrarios que evocaban el estilo desmelenado de don Simón Rodríguez; pero a diferencia de éste, nunca era campechano ni familiar. Se ha dicho a veces que era demasiado efectista, artificioso, con un cierto gusto decadente por las decoraciones recargadas, a lo D'Annunzio; pero ninguno de sus adversarios salió ileso ni sonriente después de una descarga de tales florilegios.

Sería tonto sostener que toda la obra de Vargas Vila merece admiración. En sus escritos hay mucha hojarasca, muchas extravagancias de poco mérito, muchas frases ruidosas y estridentes sin mayor substancia. Pero en aquellas líneas donde su talento fulgura, logra formular ideas propias y conceptos admirables. Es entonces cuando enseña, impresiona y apasiona.

Su estadía en París (1904) fue muy breve. El gobierno de Nicaragua lo llamó a cumplir funciones consulares en España. Allí, con Rubén Darío, integró la Comisión de Límites con Honduras ante el rey de España, quien era entonces mediador en el contencioso. Pero Vargas Vila no era hombre de cargos diplomáticos; pronto regresó a su trabajo creador. Se puso al frente de la edición de sus libros y luego de breves estancias en París y Madrid se asentó en Barcelona. Fue allí donde se inició, por acuerdo con la Editorial Sopena, la publicación de sus obras completas.

Este fue uno de los grandes éxitos editoriales de esos años. Vargas Vila llegó a gozar de ingresos muy considerables gracias a esta edición. Su popularidad como escritor era inmensa. Su nombre no se mencionaba (ni se menciona hoy) en las antologías, en las historias de la literatura o en los artículos de crítica literaria. Pero sus libros circulaban en las tabernas, en los corredores de las universidades, en las herrerías, en las oficinas de comercio, en los talleres de sastrería, entre los empleados de los servicios públicos, en la clientela de las peluquerías y de las carnicerías. Vargas Vila ha sido por eso, como pocos, forjador y maestro de la cultura popular en Nuestra América. Yo he encontrado libros suyos en bebederos de aguardiente de Risaralda (Colombia), entre bultos de papa; en un cafetín de Buenos Aires, en la zona del puerto, alimentando la conversación de los parroquianos a la hora de la siesta; en la cartera de una empleada de correos de Montevideo, para ser llevado del trabajo al café Sorocabana de la Plaza Libertad, donde un grupo de amigos esperaba para el debate intelectual del anochecer; en una pescadería de Valparaíso, cuyo propietario interrumpía la atención a los clientes para leerme párrafos enteros de "Los Césares de la decadencia" con entusiasmo sincero; en una "fazenda" brasilera, donde el mulato más letrado tenía el encargo de leer a los trabajadores reunidos algún texto "bueno para el alma"; en una peluquería del Cuzco (Perú), entreverado con revistas de moda y de deportes, para que los clientes que pagaban por la trasquilada ("sentado, 10 soles; parado, 5 soles") pudieran ilustrarse; y naturalmente, en mi propio pupitre de escolar, en Santiago de Chile, cuando fundé un club de adolescentes conspiradores y traficantes de libros prohibidos y blasfemos.

Vargas Vila hizo una gira por América Latina en 1923. Visitó Buenos Aires, Montevideo, Río de Janeiro, México, La Habana y otras ciudades importantes. Dictó conferencias, muy agitadas y concurridas. Libró polémicas a través de los periódicos. Los periodistas le hicieron entrevistas escandalosas. Causó revuelo y estrépito. Los curas sermoneaban desde los púlpitos ofreciendo las llamas eternas del infierno al apóstata que leyera los libros de este monstruo. Esto hizo aumentar explosivamente las ventas de sus obras.

Fue al final de esta gira, en La Habana, donde Vargas Vila contrajo una enfermedad extraña que afectó su vista y que terminaría por dejarlo completamente ciego. Regresó a Barcelona, donde transcurrió los últimos años de su vida en completa soledad, sin dar ni pedir cuartel a sus rencorosos enemigos. Murió en 1933, cuando ya comenzaba a gestarse el terrible drama de la guerra civil española. Los círculos de obreros anarquistas y socialistas lo leían con avidez y entusiasmo, lo respetaban y lo reconocían como a un maestro. Y en efecto, por encima de todo, Vargas Vila fue siempre un apóstol de las ideas libertarias. Esto fue lo mejor de su ideología, porque en ocasiones se perdió en los laberintos de las doctrinas nihilistas o en la búsqueda del "superhombre" de Nietzsche. Causa emoción constatar que ninguno de sus grandes defectos le hizo perder su aliento humanista.

Escribió narraciones, novelas, relatos de viaje, obras de teatro, notas de historia y de estética, conferencias, artículos de crítica y ensayos políticos. En todos ellos campea el amor por la libertad y la pasión por la justicia social.

 


C.V. (Estocolmo, 1997).

 

 

Bibliografía de José María Vargas Vila

 

 

La obra de Vargas Vila abarca unos cien volúmenes. Existen dos ediciones diferentes de sus Obras Completas: Bouret (París-México, abreviado aquí como PM) y Ramón Sopena (Barcelona, abreviado aquí como RS). Esta última se considera la definitiva. Las "Obras Completas" publicadas en Buenos Aires en 1946 (2 volúmenes), son apenas una selección de sus producciones más vendidas. No es fácil determinar exactamente la fecha de publicación de algunas de sus obras (hay ediciones dobles, con diferentes títulos para la misma obra, etc.). La que sigue es una lista tentativa. Un signo "?" al lado del año, indica que la fecha es dudosa.

 

1887 Aura o las violetas, Maracaibo; 1892, Bogotá; 1920, París; s.f., RS.

1887 Pasionarias, álbum para mi madre muerta, San Cristóbal.

1888 Emma, Maracaibo, (en una publicación literaria).

1889 Aura o las violetas; Emma; Lo irreparable, Maracaibo; 1898, 1918, 1920 y 1930, PM, Biblioteca de los Novelistas; 1934, RS, t6.

1889 Lo irreparable, Maracaibo (en el periódico Ecos de Zulia).

1892 Los Providenciales, New York.

1895 Flor de fango, París; 1918, PM, Biblioteca de los Novelistas; 1918, RS, t 14.

1900 Ibis, Roma; 1911, RS, t 2; 1917, París.

1900? A la hora del crepúsculo, París.

1901 Alba roja, París; 1919 y 1930, RS, t 4.

1901 Las rosas de la tarde, PM (Biblioteca de los Novelistas); 1933, edición definitiva, RS, t 13.

1902 Ante los bárbaros: el Yanki. He ahí el enemigo, Nueva York. 1902, París; 1923 y 1930, RS, t 55.

1902 Copos de espuma, París; 1918 y 1923, PM, Biblioteca de los novelistas; 1930, RS, t 38.

1904 Los divinos y los humanos, París; 1917, ibid.; 1920 y 1930, RS, t 29.

1906 La simiente, París; s.f., edición definitiva, RS, t 1.

1906 Laureles rojos, París; 1921, ibid.; 1921, RS, t 44.

1906? El canto de las sirenas en los mares de la historia, RS.

1907 Los Césares de la decadencia, París; 1913; 1936, RS, t 34.

1909 El camino del triunfo, La Habana; RS, t 10.

1909 La república romana, París; s.f., RS, t 36.

1910 La conquista de Bizancio, RS, t 11.

1910 La voz de las horas, Barcelona; 1920, edición definitiva, RS, t 18.

1910? Hombres y crímenes del Capitolio, RS.

1911 El ritmo de la vida: motivos para pensar, PM; s.f., edición definitiva, RS, t 33.

1911 Huerto agnóstico; cuadernos de un solitario, RS; 1912, PM y RS, t 43.

1911 Rosa mística; mes nouvelles, Barcelona.

1911? Ibis, novela, edición completa, México.

1912 Políticas e históricas (páginas escogidas), PM.

1912? El imperio romano, obra inédita, Barcelona; 1936, RS, t 54.

1913 Archipiélago sonoro, poemas sinfónicos, PM; 1930, RS, t 19.

1913 Ars-verba, PM; 1921, RS, t 42.

1913 En las zarzas del Horeb, PM; 1930, RS, t 41.

1914 El alma de los lirios, PM.

1914 El rosal Pensante, París; 1923, RS, t 40.

1914 La muerte del cóndor; del Poema de la tragedia y de la historia, Barcelona 1914; 1935, edición definitiva, RS, t 37.

1914 Los parias, París; 1926, ibid. (Biblioteca de los Novelistas); s.f., RS, t 16.

1914 Verbo de admonición y de combate, PM; 1921, edición definitiva, RS, t 39.

1915 Pretéritas, Prólogo de R. Palacio Viso, PM; 1921 y 1930, RS, t 46.

1915? Clepsidra roja, Barcelona; 1916, 3a. ed., Barcelona; 1921 y 1930, RS, t 47.

1915? En las cimas, Barcelona; 1916, ibid.

1916 La demencia de Job: novela, Madrid; 1930, RS, t 15.

1916 Prosas selectas, Barcelona; RS, t 51.

1916? María Magdalena (novela), México.

1917 Ante los bárbaros (los Estados Unidos y la Guerra) el yanki: he ahí el enemigo, RS; 1918, corregida y aumentada, RS.

1917 El cisne blanco (novela psicológica), Barcelona.

1917 Eleonora (novela de la vida artística), Barcelona.

1917 Los discípulos de Emaüs (novela de la vida intelectual), Barcelona; 1923, RS, t 7.

1917 María Magdalena; novela lírica, RS, t 5.

1917 Rubén Darío, Madrid; 1922, edición definitiva, RS, t 35.

1917? El huerto del silencio, Barcelona.

1917? Horario reflexivo, Barcelona; 1923, RS, t 26.

1918 Los estetas de Teópolis, novela, Madrid; 1922, RS, t 8.

1918 Páginas escogidas; literatura, PM.

1918? La ubre de la loba, Barcelona; 1920, edición definitiva, RS, t 28.

1919 El minotauro, novela, RS, t 12.

1920 Cachorro de león (novela de almas rústicas), RS; 1930, edición revisada y corregida por el autor, RS, t 30.

1920 De los viñedos de la eternidad; obra inédita, RS, t 25.

1920 De sus lises y de sus rosas, Barcelona; 1931, RS, t 17.

1920 El final de un sueño: novela inédita, Barcelona, 1920; 1936, RS, t 27.

1920 Libre estética, RS, t 32.

1920 Salomé, novela poema, edición definitiva, RS, t 24).

1921 Belona dea orbi, Barcelona; 1936, RS, t 48.

1921 El huerto del silencio: tragedia lírica, RS, t 43.

1921 Prosas-laudes, Barcelona; 1931, RS, t 45.

1922 Gestos de vida, obra inédita, RS, t 53.

1922 Mis mejores cuentos, novelas breves, Madrid.

1922 Saudades tácitas, obra inédita, RS, t 49.

1923 Némesis, México.

1924 Antes del último sueño (páginas de un vademécum), PM, Biblioteca de los Novelistas.

1924? Mi viaje a la Argentina; odisea romántica, Buenos Aires (Biblioteca Las Grandes Obras, 21).

1926 La cuestión religiosa en México, México.

1926 Los Soviets, con Carta-prólogo de D. Oscar Pérez Solís. Barcelona.

1927 Odisea romántica; diario de viaje a la República Argentina, Madrid (Obras Inéditas).

1928 Dietario crepuscular, Madrid, 1928 (Obras Inéditas, II).

1928? La novena sinfonía, novela, Madrid (Obras Inéditas).

1930 Lirio negro. Germania, edición definitiva, RS, t 23.

1930 Lirio rojo. Eleonora, RS, t 22.

1930 Sobre las viñas muertas, edición definitiva, RS, t 3.

1930 Tardes serenas (obra inédita), Barcelona, Colección Idea, Sección de Autores Americanos.

1932 Lirio blanco. Delia, edición definitiva, RS, t 20.

1935 El maestro, La Habana (Obras póstumas).

1937 El joyel mirobolante (desfile de visiones), Guayaquil, Ecuador (Obras Póstumas).

1938 José Martí: apóstol-libertador, con prefacio de Ramón Palacio Viso, París (Obras Póstumas).

s.f. El sendero de las almas: novelas cortas, RS, t 31.

s.f. Históricas y Políticas, RS, t 50.

s.f. Poemas sinfónicos, Barcelona.

s.f. Polen lírico, conferencias, RS, t 52.

s.f. Sombras de Águilas, RS, t 9.

 


C.V. (Estocolmo, 1997).


 

 

 

Algunas lecturas sobre Vargas Vila

 

 

Andrade Coello, Alejandro: Vargas Vila; ojeada crítica de sus obras: de "Aura o las violetas" a "El ritmo de la vida". Quito, 1912.

 

Besseiro, Victorio Luis: Un hombre libre: Vargas Vila, su vida y su obra. Buenos Aires, 1924.

 

Botero, Ebel: "Un hombre en blanco y negro: Vargas Vila", en Boletín Cultural y Bibliográfico, Banco de la República, vol. VIII, no. 5, Bogotá, 1965, pp. 671-674.

 

Castañeda Aragón, Gregorio: "Cosas de Vargas Vila", en Revista del Atlántico (Barranquilla, Gobernación del Depto. del Atlántico, no. 1, diciembre de 1958), pp. 119-121.

 

Cejador, Julio: Historia de la literatura y lengua española. Madrid, 1918, vol. 9.

 

Escobar Uribe, Arturo: "¿Fue Vargas Vila un resentido?", en Boletín Cultural y Bibliográfico, Banco de la República, vol. VIII, no. 5, Bogotá, 1965, pp. 679-683.

 

Giordano, Alberto: Vargas Vila: su vida y su pensamiento. Buenos Aires, 1946; ibid., 1949.

 

Henríquez Ureña, Max: Breve historia del modernismo. México - Buenos Aires, 1954, pp. 327-328.

 

Maya, Rafael: "Crónica de Vargas Vila", en Boletín Cultural y Bibliográfico, Banco de la República, vol. VIII, no. 5, Bogotá, 1965, pp. 656-662.

 

Miramón, Alberto: "La primera producción literaria de José Ma. Vargas Vila", en Boletín Cultural y Bibliográfico, Banco de la República, vol. VIII, no. 5, Bogotá, 1965, pp. 675-678.

 

Ortega, José J.: Historia de la literatura colombiana. Bogotá, 1934.

Palacio Viso, Ramón: Vargas Vila, su vida y su obra. s.l, s.f.

 

Panesso Robledo, Antonio: "Un apunte estilístico - Vargas Vila: Forma e ideas", en Boletín Cultural y Bibliográfico, Banco de la República, vol. VIII, no. 5, Bogotá, 1965, pp. 663-665.

 

Sánchez, Luis Alberto: "Vargas Vila", en Boletín Cultural y Bibliográfico, Banco de la República, vol. VIII, no. 5, Bogotá, 1965, pp. 690-700.

 

Torres Rioseco, Arturo: "Francisco Contreras y Vargas Vila", en Hispania, Stanford University, California, vol. XVI, no. 4, nov.-dic. de 1933 pp. 399-400.

 

Ugarte, Manuel: "Estampas de Vargas Vila", en Boletín Cultural y Bibliográfico, Banco de la República, vol. VIII, no. 5, Bogotá, 1965, pp. 684-689.

 

---"José María Vargas Vila", en Escritores iberoamericanos de 1900. México, 1947, pp. 231-242.

 

---"Varios juicios sobre él", en Vargas Vila, José María, La demencia de Job; novela. Madrid, 1916, pp. 168-223 (Obras Completas, Sopena, t 1).

 

Vidales, Luis: "Iniciación al estudio crítico de José Ma.Vargas Vila", en Boletín Cultural y Bibliográfico, Banco de la República, vol. VIII, no. 5, Bogotá, 1965, pp. 666-670.


C.V. (Estocolmo, 1997).

 

 

 

 


Respuesta  Mensaje 6 de 6 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 19/01/2017 19:17

El paso de Vargas Vila por Villa de Leyva



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