La nueva actitud de Argentina hacia las Malvinas inquieta al equipo de Clinton
La Secretaría de Estado indagó sobre si había debate entre los militares sobre posibles acciones, solos o con Venezuela, en respuesta a la búsqueda británica de petróleo en las islas
SOLEDAD GALLEGO-DÍAZ- Madrid - 01/12/2010
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Estados Unidos manifestó en junio de 2009 su preocupación por el cambio de lenguaje experimentado en Argentina respecto a la Antártida y las Malvinas. En un telegrama de esa fecha se recoge la visita de despedida que hace el embajador Wayne al ministro de Exteriores, Jorge Taiana, en la que se alude a un acuerdo al respecto, elaborado en 2004, bajo la presidencia de Néstor Kirchner, con el Gobierno de Estados Unidos y "otros Gobiernos clave", y que supuestamente ha sido abandonado por el Gobierno de Buenos Aires.
EE UU se queja de la ruptura por Buenos Aires de un acuerdo de 2004 sobre la Antártida
Aunque no se cita explícitamente el contenido de ese acuerdo, se afirma que Argentina, al presentar en abril de ese mismo año una nueva reclamación sobre la Antártida ante la Comisión de Naciones Unidas que trata de las plataformas continentales, "ha abandonado el lenguaje específico acordado".
Según el relato norteamericano, Taiana reconoció que eso había ocurrido así, pero que se debía a problemas de agenda electoral interna. El embajador atribuye a Taiana, entrecomillada, la siguiente explicación: "Si ustedes leen nuestra reclamación cuidadosamente, verán que nuestro lenguaje respeta todas las provisiones del Tratado Antártico". Según Wayne, el ministro añadió que el primer tema para Argentina no era la Antártida, "por supuesto", sino proteger su reclamación de soberanía sobre las islas.
El Departamento de Estado recuerda lo ocurrido en abril de 2009 y se muestra muy interesado en averiguar si la respuesta del Gobierno argentino a la decisión británica podría perjudicar a empresas de Estados Unidos implicadas en ese proyecto, y en saber, cuanto antes, si existe algún debate entre los militares argentinos, o dentro del Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, respecto a posibles acciones, "solos o en concierto con otros aliados regionales, como Venezuela".
Los analistas de la Secretaría de Estado "monitorizan" desde hace años los trabajos de la industria del petróleo en la zona de las Malvinas, cuyas aguas están sometidas en buena parte a disputas internacionales. Y eso pese a que en un telegrama de su Embajada en Londres de febrero de este año, se recoge la opinión del presidente de ExxonMobil Internacional, Brad Corson, quien no cree que haya suficiente petróleo en la plataforma continental de las Malvinas como para que resulte rentable.
El documento de la Secretaría de Estado habla de las "islas Falkland" (mientras que los telegramas de su embajada en Buenos Aires se refieren siempre en tono neutro a "Falkland / Malvinas") y subraya su interés en poder calibrar la potencial respuesta argentina a las empresas que han llevado una plataforma perforadora a aguas de las islas. "Apreciaremos que nos informen de manera que podamos anticipar la reacción argentina, incluidas posibles acciones militares". En ese sentido, piden que se informe sobre cualquier discusión, no solo dentro del Gobierno sino también "entre oficiales militares".
La Secretaría de Estado quiere saber si hay "divisiones entre los miembros del Gobierno o entre los altos cargos militares argentinos". En opinión de sus analistas, "dadas las condiciones económicas actuales de Argentina, es posible que pueda usar la exploración petrolera en la región para afirmar sus reclamaciones sobre las islas y las aguas que las rodean".
En cualquier caso, la Embajada constata que la política argentina respecto a las Malvinas se ha endurecido en respuesta al movimiento británico y que se han adoptado tres niveles de acción: protesta formal en Reino Unido, cartas de advertencia a cada empresa relacionada con la operación, recordándoles que es ilegal y que puede ser objeto de sanciones, y cartas a los Gobiernos relacionados con esas empresas, con un contenido similar. "Podemos recibir una nota bajo la tercera categoría, porque la firma norteamericana Diamond Drilling es la propietaria de la plataforma perforadora que se dirige a las islas". La Embajada recuerda que ya existe una resolución argentina de 2007 que amenaza con expulsar del país a cualquier compañía petrolera que opere en las Malvinas sin permiso de Buenos Aires, y mantiene que, en la actualidad, no hay ninguna empresa norteamericana en esas circunstancias.
Un telegrama posterior refleja también la inquietud de Estados Unidos ante la decisión del Gobierno argentino de impedir que toquen puertos continentales barcos cuyo destino final sean las Malvinas. Diplomáticos británicos advierten a sus colegas de que ya están llegando cartas de amenaza a las compañías implicadas y se preguntan si esa negativa a tocar puerto puede afectar también a los cruceros norteamericanos que van a la Antártida y que hacen breve escala en las Malvinas. El ministro consejero de la Embajada británica, Simon Thomas, les transmite su "sorpresa" al saber que el Gobierno de Estados Unidos no ha recibido ninguna carta en ese sentido, pese a que la plataforma contratada por la empresa británica Desire Petroleum "está operada por una firma de EE UU", insiste Thomas.
Los norteamericanos también se interesaron sobre la situación del Barclays Bank, del que algunos medios británicos habían asegurado que, como accionista de Desire Petroleum, podría resultar afectado por las nuevas sanciones argentinas. El propio secretario de Finanzas, Hernán Lorenzino, se encarga de disipar las dudas: no hay problema porque el banco (que casualmente desempeña un importante papel en el proceso de renegociación de la deuda argentina, en pleno desarrollo) es solo "dueño de un fondo que maneja fondos de un tercero que a su vez es accionista de esa compañía".
La presidenta Cristina Kirchner le solicitó al titular de la Cruz Roja Internacional, Jakob Kellenberger, el inicio de "las acciones necesarias para proceder a la búsqueda e identificación de los soldados caídos e inhumados en el territorio de las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur". A continuación, el texto completo de la misiva:
"Tengo el agrado de dirigirme Usted, con el objeto de solicitarle el inicio de las acciones necesarias para proceder a la búsqueda e identificación de los soldados caídos e inhumados en el territorio de las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur, con motivo del conflicto armado que tuviera lugar en el año 1982 entre el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte y la República Argentina, en vistas a hacer efectivo el derecho que asiste a familiares y allegados de los fallecidos.
A tal efecto, cabe precisar que conforme indicaciones provenientes de diversas fuentes, se estima que el ejército del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte habría dado sepultura en tumbas individuales y comunes, ubicadas en distintas zonas del territorio en disputa, a una cantidad aún sin determinar de soldados fallecidos con motivo del conflicto bélico mencionado.
Las indicaciones referidas informan que la mayor parte de las tumbas se encontrarían localizadas en el Cementerio Darwin, bajo la leyenda "N.N. Soldado Argentino sólo conocido por Dios", en tanto que no se dispone de información precisa respecto del resto de las inhumaciones y sus identidades.
De este modo, se advierte que, a treinta años de los acontecimientos, los deudos de las personas fallecidas no disponen de información oficial respecto del destino final de sus restos y pertenencias, ni cuentan con el sitio adecuado para dirigir su recuerdo y ofrendas, situación que se contrapone abiertamente con el derecho a conocer la verdad que les asiste.
La plena vigencia de este derecho en virtud de un conflicto armado se encuentra expresamente contemplada por las normas del Derecho Internacional Humanitario, y es invocada tanto por el Estado argentino como por la institución a su cargo en los distintos foros internacionales que atienden asuntos de esta naturaleza.
Por ello, en virtud de la determinación adoptada por el Gobierno nacional de conocer el destino de los caídos en ese enfrentamiento, reconociendo en la institución que preside el ámbito específico para abordar cuestiones como las que aquí se presentan, e invocando el derecho humanitario e internacional que asiste a las familias de los caídos con motivo del conflicto bélico del año 1982, solicito la intervención del Comité Internacional de la Cruz Roja, para la implementación de las acciones y mecanismos previstos en la normativa aplicable a la materia."
Totalmente de acuerdo con antigusano ¡América Latina ha despertado, nos hemos puesto en pie y avanzamos hacia nuestra legítima y verdadera liberación!! ¡¡Las Malvinas son argentinas!!
El desafío es seguir trabajando para aplicar la justicia ante la impunidad, el reconocimiento ante el olvido y no claudicar en la recuperación definitiva de la soberanía en las Islas Malvinas e Islas del Atlántico Sur por el único camino posible, el de la paz.
PorEdgardo Esteban/ Corresponsal teleSUR*
Patria Grande
Bajo el sol del verano caminamos por las calles de Buenos Aires excombatientes, referentes sociales, sindicales, culturales y politicos portamos una pancarta que decia “Volveremos a Malvinas de la mano de América Latina”. Era el 3 de enero pasado, a 180 años de la usurpación de nuestras islas por parte del Reino Unido, el objetivo era llegar hasta la puerta de la embajada Británica en Argentina para reclamarle una vez más al primer ministro, David Cameron que cumpla las resoluciones de Naciones Unidas que piden expresamente a Gran Bretaña que se siente a dialogar con el gobierno argentino por la soberania en las Islas Malvinas. Esa misma pancarta realizada era el emblema que resaltaba, en diciembre pasado, en la Casa Patria Grande Néstor Kirchner, cuando inaugurabamos el “Foro Latinomeranicano sobre Malvinas” como parte de una de las actividades del encuentro de Jovenes Dirigentes Politicos que vinieron de toda la región.
Recuerdo que vivimos un momento muy especial cuando estos jóvenes procedentes de Bolivia, Venezuela, Ecuador, Brasil, Uruguay, Chile, Perú, Colombia y Paraguay se comprometían a luchar y hablar de la causa Malvinas en su lugar de origen como parte de esta pertenencia que se siente cada día más en toda América Latina.
Reafirmando este compromiso de la región y respaldando al gobierno argentino en su reclamo, este martes hubo además, un encuentro de los referentes regionales y el canciller Héctor Timerman, con los 29 miembros del Comité de Descolonización de Naciones Unidas. Los miembros del Comité escucharon las intervenciones sobre la Cuestión Malvinas de los cancilleres de Uruguay, Luis Almagro (representando la presidencia pretempore del Mercosur); del cubano Bruno Rodríguez, por la CELAC y del vicecanciller de Perú, José Baraún Aranibar (por la presidencia pretempore del UNASUR). Tras ese encuentro, el presidente del Comité de Descolonización, el embajador ecuatoriano, Diego Morejón Pazmiño, resaltó la importancia de que las tres agrupaciones regionales hayan apoyado en conjunto por primera vez el reclamo por Malvinas.
Esa misma América Latina unida se percibió, pocas horas despúes, en otro gesto más de integración y compromiso regional con la causa Malvinas cuando los cancilleres de América Latina y el Caribe renovarón el pedido al Secretario General de las Naciones Unidas, Ban ki Moon, de exigir al Reino Unido que respete las resoluciones sobre la cuestión Malvinas.
Una vez más, se denunció la militarización de la zona de Malvinas por parte del Reino Unido recordando que se trata de una zona de paz donde está prohibida la provisión de armas nucleares. Como dijo canciller Héctor Timerman, si hay un pueblo afectado es el argentino que no puede ejercer la soberanía de la totalidad de su territorio, pero esta amenaza armamentista también afecta al pueblo latinoamericano. Esta claro que el gobierno británico con la excusa del presunto objetivo de tener en Malvinas una ”base militar con alta tecnología para defenderse de Argentina”, lo que hace es controlar de cerca la Antártida, el mar austral y el paso entre el Atlántico y el Pacífico. Por eso no es menor el compromiso de los representantes regionales cuando en la misma conferencia, en nombre de la Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe expresaban el más firme respaldo a los legítimos derechos de la República Argentina sobre las Islas Malvinas, recordando el interés de los países de la región en que los gobiernos de Argentina y Reino Unido reanuden las negociaciones a fin de encontrar una solución pacífica y definitiva de conformidad con los pronunciamientos de Naciones Unidas. El propio canciller uruguayo Luis Almagro dijo que la causa Malvinas es por esencia latinoamericana ya que la territorialidad que defendemos es de América Latina y el Caribe, recordando que la postura del bloque de países pasa por reafirmar “la necesidad del cumplimiento de resoluciones de Naciones unidas sobre Malvinas” y mantener el “apoyo al reclamo de la Argentina”. Además sostuvo que el Reino Unido “negoció con el régimen de facto argentino” y que “lo que ocurre en la zona de las Islas Malvinas es disfuncional a la pacificación del Atlántico Sur”, por lo que reafirmó que “la mesa de negociación es fundamental”.
No es menor que este fuerte apoyo regional tuviera lugar poco días después de la celebración del referéndum organizado por el Reino Unido en las Malvinas con el objeto de justificar el continuado incumplimiento de estas resoluciones de la ONU sobre la disputa de soberanía en el Atlántico Sur. En tanto, Mike Summers, junto a un grupo de representantes políticos de los isleños, buscó infructuosamente conseguir una reunión con las autoridades de las Naciones Unidas, tratando de buscar un aval del referendúm, pero las puertas del organismo internacional no se le abrieron.
Un plebiscito que no ha sido reconocido por ninguno de los organismos regionales ni por la ONU y que a pesar de buscar trascendencia internacional, pasó sin pena ni gloria, y se vió opacado cuando las tapas de los diarios del mundo anunciaban al nuevo Papa argentino. Otra vez, la “mano de Dios” los golpeaba donde más les duele, la falta de respaldo y repercusión internacional.
Pero como siempre, tras la reunión, otra vez llegaba la soberbia imperial, y nuevamente confirmaba que a pesar de que existen 40 resoluciones de las Naciones Unidas, el Reino Unido ha manifestado, una vez más, su rechazo a las gestiones de buenos oficios del máximo representante de la ONU. El Reino Unido con esta actitud lo que busca es permitir sin ningún tipo de control la depredación de los recursos naturales, ictícolas y marítimos y la búsqueda indiscriminada de petróleo, sin medir las consecuencias ecológicas en un territorio de 3 millones de kilómetros cuadrados.
A lo ocurrido en Naciones Unidas, se suman las denuncias que presentó el Centro de excombatientes Islas Malvinas de La Plata (CECIM) ante la justicia de Tierra del Fuego para que se investigue las supuestas torturas cometidas por las tropas británicas durante el conflicto bélico que violentaron las disposiciones del Convenio de Ginebra relativo al debido trato a los prisioneros de guerra. Los casos denunciados constituirían hechos criminales por el homicidio en perjuicio de los solados argentinos que fueron tomados prisioneros en los campos de batalla.
Grabado en la memoria
El 24 de Marzo es un día en que los argentinos hacemos un acto de reflexión revisando nuestra historia. Ese ejercicio de memoria y de defensa de los DDHH nos fortalece como sociedad para no volver a permitir que el autoritarismo y la intolerancia desvirtúen los intereses de la voluntad popular. El genocidio iniciado por los militares y sus apoyos civiles con el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976 continuó de algún modo en Malvinas. Esos mismos militares que nos llevaron a la guerra hoy son juzgados por delitos de lesa humanidad, tal el caso de Mario Benjamín Menéndez que fue gobernador de las Islas durante el conflicto bélico. Quizás por eso también los casos de maltrato a los propios soldados en los 74 días que duró la guerra fue parte de una realidad resistida durante tantos años. Es por eso que el camino de verdad y justicia debe profundizarse también en relación a los que nos paso durante aquellos días.
La multitudinaria marcha recordando el 37 aniversario del golpe civico militar fue conmovedora por su convocatoria. En lo personal, fue llamativo ver a tantos jovenes marchando con estandartes, remeras y banderas que los identifican con Malvinas. Las nuevas generaciones sienten como propia esta causa y militan por esa parte de nuestro territorio con el mismo entusiasmo y pertenencia que despierta el compromiso frente a la historia reciente. Los ex combatientes que creemos en la defensa de los derechos humanos cada vez nos sentimos más integrados en esta misma lucha por la memoria. Los soldados que combatimos de Malvinas fuimos parte de esa trágica historia de la dictadura cívico militar que comenzó el 24 de Marzo de 1976 y que como corolario, el 2 de Abril de 1982 nos llevó a un conflicto bélico que nos alejó de Malvinas, y al mando de unas fuerzas armadas que no estaban preparadas para la defensa de la Soberanía Nacional.
En este presente que nos permite revisar la historia con Memoria, Verdad y Justicia nos proponemos hablar y evocar lo pasado pero pensando siempre en la construcción del futuro. El reclamo de soberanía sobre las Islas Malvinas que tiene nuestro país desde 1833, avasallado por la posesión colonial de Gran Bretaña, que por historia y derecho nos pertenecen es constante y legítimo. Pero eso nada tiene que ver con el análisis descarnado de lo ocurrido en 1982. Buscar la verdad sobre lo vivido en la guerra nos ayuda a ir reconstruyendo, a pensar y reflexionar sobre los errores y los aciertos de nuestra propia historia, la que nos conforma como argentinos.
En estos 31 años recordamos a los que murieron en nuestras islas, a los que por la indiferencia y el olvido se quitaron la vida y a los familiares que perdieron a sus seres queridos. Nuestros muertos serán siempre héroes y una asignatura pendiente de una sociedad que ocultó por años lo que más le duele.
La memoria histórica es la recuperación de la verdad desde las experiencias vividas y en este sentido seguimos en la lucha por la memoria de Malvinas. La vivencia de la guerra padecida por soldados y colectivamente por nuestra sociedad sirve para realizar aportes en la reconstrucción de nuestra identidad. El desafío es seguir trabajando para aplicar la justicia ante la impunidad, el reconocimiento ante el olvido y no claudicar en la recuperación definitiva de la soberanía en las Islas Malvinas e Islas del Atlántico Sur por el único camino posible, el de la paz.
Ella, y Galtieri, fueron los responsables principales de la muerte violenta de más de un millar de jóvenes argentinos, en guerra y por las secuelas de esa guerra.
Tal para cual y dos fachos: una política neurótica y un milico alcohólico, que aparte de conducir a esos jóvenes a una aventura militar, manipulando una causa justa, ya era responsable de otras muchas otras muertes, como ex comandante del II Cuerpo de Ejército, cuando tuvo bajo su cargo una cuota de responsabilidad estratégica cuando el terrorismo de estado y la dictadura militar encabezada por Videla, asolaban Argentina.
A La Thatcher, a la futura baronesa, le vino como anillo al dedo que Leopoldo Fortunato se invada las Malvinas, ya como Comandante en Jefe y presidente de una usurpada República Argentina: con el contraataque, y por el “honor” del Imperio, tenía la pantalla ideal para cubrir sus abusos y sus represiones que estaban destrozando al proletariado inglés y reconvirtiendo la economía de esas otras islas que forman la Gran Bretaña al neoliberalismo más secante, de manera pionera en el mundo y con una eficiencia brillante, de cirugía quirúrgica, de cirugía mayor.
Tal vez en otra vida, en el infierno o en el cielo donde se encuentren (eso lo decide Dios, no nosotros), tal vez ellos dos, tales para cuales, puedan desenvolverse en esos ámbitos: ella de cirujana, y él de carnicero.
O viceversa, porque La Thatcher también carga -en algo que desconoció por completo y que se llama conciencia- la matanza de esos jóvenes argentinos y Galtieri y los que mandaban igual que él en el período más oscuro de la historia argentina, creían que, cuando andaban asesinando a lo mejor de una generación de luchadores populares, estaban extirpando un tumor o algo así del cuerpo social de nuestra patria.
Dos cirujanos, dos carniceros, dos asesinos: tal para cual, la Margarita y el Leopoldo, la baronesa plebeya y el beodo entorchado y amigo de los halcones del State Department que lo usaron para enfrentar al sandinismo en Nicaragua y luego lo traicionaron en el Atlántico Sur (Che, Galtieri: Do you remember Mr. Haig?).
Sigo caminando con los ex soldados combatientes –mis hermanos, mis amigos- que enfrentaron de manera real y efectiva al imperialismo con las armas en la mano y con esos pilotos argentinos –nobleza obliga- que le hundieron el Sheffield a la dama de hierro y que primero, seguro, la hicieron temblar –la señora Thatcher también era un ser humano- y luego vociferar, en inglés of course: ¿porqué mierda (shit en inglés) no se rinden estos salvajes, estos argentinos?
Ahora se lo puede estar preguntando a Galtieri, allí donde se encuentren: ¿por qué nos rendimos Galtieri, cuando nuestros soldados no querían rendirse? (eso te lo pregunto yo).
En el cielo o en el infierno, puede que Leopoldo y Margarita se vuelven a encontrar, eso –ya lo dije- no lo decidimos nosotros.
Esas son cosas de difuntos, que nosotros respetamos, no como los señores británicos que hasta hoy no siguen respetando el derecho de las madres argentinas de los ex soldados combatientes de Malvinas de encontrar el cuerpo de sus hijos que murieron en nuestra tierra, en nuestras Islas Malvinas.
Hasta hoy, con La Thatcher o sin La Thatcher, no lo respetan.
Mientras tanto se la pasan haciendo referéndums de morondanga para preguntarle a los ingleses que viven en nuestras islas si quieren o no seguir siendo ingleses. Hoy, la CNN, a propósito de la occisa y de tan obvias tautologías, recordó uno de los discursos de la Thatcher, cuando la guerra: “No podemos dejar a nuestros ciudadanos en manos de la dictadura argentina”.
Estas palabras de la Thatcher –reproducidas por la principal cadena de noticias y de desinformación del imperialismo- prueban dos cosas:
1. que ella y Galtieri jugaban la misma puta partida de ajedrez, del mismo lado, las piezas negras de los heraldos negros y
2. que la “autodeterminación del pueblo de las Falkland”, que esgrime el actual gobierno inglés, se la pueden meter bien adentro pero bien adentro por donde ya saben y que el referéndum que se han montado, es pura farsa.
Ya lo dijo la baronesa en 1982, no quien suscribe. Ya lo dijo para justificar una intervención militar hipócrita y marketinera, donde murieron miles de jóvenes argentinos.
Chau Margarita, no te voy a extrañar. Decile a Galtieri que tampoco lo extraño. A los dos, les digo que al que lo extraño, y lo extraño de verdad, es al Gaucho Rivero, que encabezó la resistencia nacional y popular cuando los piratas de entonces invadieron las Malvinas en 1833.
Lo vi renacer en nuestros soldados y sé que sigue vivo en cada uno de nuestros ex combatientes. Entonces, siento que el Gaucho Rivero sigue presente, con ellos y entre nosotros, así como cada uno de nuestros muertos en todas y cada una de las guerras que tuvimos que librar en defensa de la Argentina, en defensa de nuestra patria.
Una buena entrevista al embajador de Argentina en Chile ....
Embajador Ginés González:
“Las Malvinas son de Argentina”
Hace veintiún años, tropas argentinas invadieron las Islas Malvinas reivindicando los derechos de su país sobre el archipiélago en manos británicas desde 1833. La acción militar fue impulsada por la dictadura argentina, encabezada por el general Leopoldo Fortunato Galtieri. La primera ministra Margaret Thatcher perdía popularidad aceleradamente. Decidió jugar la carta nacionalista. Desoyendo la opinión de su gabinete y del alto mando militar, la “Dama de Hierro” envió una expedición militar a bordo de una poderosa flota de guerra. En algo más de un mes, las tropas argentinas habían sido derrotadas. Hubo consecuencias paradojales. La derrota precipitó la caída de la dictadura militar argentina y el triunfo británico, producto de la superioridad técnica y militar, dio la victoria electoral a Margaret Thatcher que, sin embargo, no pudo mantenerse mucho tiempo más en la jefatura del Partido Conservador y como primera ministra. La derrota en las Malvinas empeoró la situación para Argentina. Se cerraron las negociaciones que parecían promisorias, y Gran Bretaña convirtió a las Islas Malvinas (Falkland, para los ingleses) en la más poderosa base militar en el Atlántico Sur e inicio un programa a favor de los isleños, colocándolos a la par con los ingleses. Asimismo fortaleció las actividades de pesca, ganadería y la búsqueda de petróleo, cuyas posibilidades son altas. Ahora el gobierno conservador de David Cameron dio otro paso. Lanzó un referéndum entre los isleños como ejemplo de autodeterminación. Como era previsible, hubo un resultado abrumador en favor de seguir dependiendo de Inglaterra. Más que un ejercicio de autodeterminación, que en el caso de los británicos que habitan las Malvinas es absurdo, fue una maniobra política destinada a tener efectos en Gran Bretaña en los sectores nacionalistas -que han retomado su vínculo con la figura de Margaret Thatcher recientemente fallecida-, para advertir a Argentina que no habrá negociaciones y mejorar la imagen británica, escondiéndola detrás del disfraz de la autodeterminación y del respeto a los derechos de los pueblos oprimidos. Sobre este y otros temas conversamos con el embajador de Argentina en Chile, Dr. Ginés González García. Médico de profesión, y prestigiosa personalidad académica en el campo de la salubridad, ex ministro de Salud en el primer gobierno de Néstor Kirchner es, actualmente, uno de los embajadores argentinos que más tiempo ha servido en nuestro país. Son cinco años y medio, nombrado bajo el gobierno del presidente Kirchner fue ratificado por la presidenta Cristina Fernández con la aprobación del Senado. A pesar de no ser diplomático de profesión, Ginés González ha demostrado, a juicio de funcionarios de la Cancillería, notables condiciones y preocupación por las buenas relaciones entre nuestros países. Mantuvo estrecho contacto con el fallecido embajador de Chile en Buenos Aires, Adolfo Zaldívar.
HISTORIA DE LAS MALVINAS Señor embajador, ¿cuál es la actual situación de las Islas Malvinas? “Algo de historia. Antes de hablar del referéndum, que para nosotros es absolutamente ilegitimo, con rechazo compartido por Naciones Unidas y por la totalidad de los países sudamericanos, por Unasur y Mercosur, en noviembre y diciembre de 2012. Desde el punto de vista del derecho internacional, un referéndum manipulado no tiene efecto alguno, ni cierra el pleito de soberanía entre Argentina y el Reino Unido. El único camino, señalado por Naciones Unidas, es la realización -y acuerdo- en negociaciones bilaterales. Las llamadas Islas Malvinas fueron descubiertas en el siglo XVI por la expedición de Magallanes y quedaron en el ámbito correspondiente a la corona española. Aparecen como españolas en diversos tratados y ya en el siglo XVIII los ingleses reconocieron el dominio español, que antes de la independencia instaló en las islas, sucesivamente, a 32 gobernadores. Con la independencia, las tierras que habían sido españolas pasaron a ser de los nuevos países, en este caso de Argentina, cuyo gobierno hizo concesiones de tierras, favoreció la crianza de ovejas y estableció una capitanía y un pequeño destacamento. En 1833, con el respaldo de una fragata, desembarcaron los británicos, que hicieron prisionero y expulsaron al gobernador, representante del gobierno de Buenos Aires. Con él expulsaron a toda la población. Instalaron en su reemplazo, a lo largo de varios años, a familias británicas. Hasta ahora, y a través de los más variados gobiernos, nunca Argentina ha dejado de reclamar las Malvinas. Nunca ha aceptado la ocupación británica o del Reino Unido, que es su nombre oficial. En las Malvinas ocupadas por los ingleses hubo algún intento de resistencia del gaucho Riveros, un héroe, que luchó en las guerras civiles argentinas. Malvinas, durante el dominio argentino, sirvió también de lugar de confinamiento para delincuentes que debían cumplir trabajos forzados. Se ha establecido que varios de ellos se hicieron soldados del Ejército Libertador. En esos años era difícil encontrar hombres de armas en América Latina, y ese Ejército se constituyó con gauchos, negros, mulatos, huasos, ex soldados, aventureros e incluso delincuentes. De dos o tres de ellos se sabe que venían de las Malvinas, un dato casi ignoto como muchos de esa época. Hay, y hay que conocerlo, un problema técnico. El Reino Unido ha sostenido que la población de las Malvinas constituye un pueblo que tiene derecho a la autodeterminación. Así justifica el referéndum. La verdad es distinta. En 1960, Naciones Unidas se preocupó intensamente del problema de la descolonización. La resolución 1514 estableció que allí donde está en juego el principio de integridad territorial de los Estados, no puede tener aplicación al principio de autodeterminación. Y en 1965 la Resolución 2065 (XX) invitó a Argentina y el Reino Unido a proseguir las negociaciones para encontrar una solución pacífica al problema de las Islas Malvinas. Se ha establecido en el Comité de Descolonización que al haberse expulsado en 1833 a la población originaria y no haber permitido su retorno, se vulneró la integridad territorial argentina. Quedando descartada la posibilidad de aplicación de la autodeterminación. Si se aplicara, dijo Naciones Unidas, se produciría el ‘quebrantamiento de la unidad nacional y la integridad territorial’ de Argentina. Ha seguido pendiente la controversia, incluso a pesar de la guerra. A partir de 1989, el examen anual de la cuestión de las Islas Malvinas está radicado en el Comité Especial de Descolonización. El tema también figura desde 2004 en la Asamblea General, el cual puede ser tratado previa notificación de un Estado miembro. Hay algunos que comparan la situación de las Malvinas con la de Gibraltar, enclave británico en territorio español, en el estrecho que separa Europa de Africa. Es comparable en términos del colonialismo, pero -al parecer- hay a lo menos un tratado en que España aceptó la permanencia inglesa. En el caso de las Malvinas, no hay ningún tratado, ningún reconocimiento, lo repito. Y su pueblo no es tal en el concepto de Naciones Unidas, sino una población británica transplantada. Los civiles son algo más de dos mil personas. Los militares computan más de dos mil efectivos, que podrían duplicarse en pocas horas por un puente aéreo. Otra prueba de lo que decimos es que varias veces ha habido negociaciones. Estuvieron avanzadas en el segundo gobierno de Perón, y se vieron interrumpidas con su muerte. Incluso con las tropas argentinas ocupando la isla, hubo un intento de tregua y negociaciones impulsado por el secretario de Estado de Estados Unidos, Alexander Haig, y el presidente Belaúnde Terry, de Perú. Estados Unidos no quería la guerra ni quería que los ingleses contraatacaran. Se impuso Margaret Thatcher, que convenció a Reagan que Gran Bretaña era un aliado estratégico en la guerra fría y que no podía ser agraviado a favor de una dictadura sangrienta. El hundimiento del Belgrano, un viejo crucero que navegaba fuera de la zona de exclusión y que fue impactado por un torpedo lanzado desde un submarino atómico con un resultado de 333 muertos, cerró toda negociación”.
CFK criticó a los “países centrales” que apoyaron el referéndum en Malvinas
Plebiscitos y doble estándar
La Presidenta se refirió sin nombrar al Reino Unido, que en los casos de Ucrania y Crimea sostuvo una posición contraria a la que manifestó respecto de la consulta sobre la autodeterminación en Malvinas.
Por Fernando Cibeira
Desde Roma
La presidenta Cristina Kirchner lleva con ella algunos temas, vaya donde vaya. Ayer, en la conferencia de prensa sobre el encuentro con el papa Francisco, una cuestión fue llevando a la otra, y aprovechó para volver a criticar el doble estándar de algunos países –notoriamente, el Reino Unido–, que se mostraron a favor de un plebiscito sobre la autodeterminación de los pueblos en el caso de las Islas Malvinas y exhibieron una posición opuesta para los casos de Ucrania y Crimea.
“Nosotros seguimos votando como miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas de la misma manera que votamos cuando votamos en el tema de Malvinas”, subrayó. Aclaró que de ninguna de estas cuestiones había conversado durante el almuerzo, porque “cuando uno habla con el Papa no habla de temas específicos, habla de temas globales”.
La charla había derivado hacia las cuestiones de la problemática global, la preocupación de Francisco por la paz en el mundo y el viaje seguramente histórico que realizará en poco tiempo a Jerusalén y a Palestina, recorriendo los lugares santos. Pero la Presidenta aclaró que, a su entender, los principales peligros para la paz mundial no estaban centrados hoy en esa zona y mencionó casos de “la geopolítica”. “Se acaba de llevar a cabo un plebiscito en Crimea, también había habido un plebiscito anterior en Ucrania, donde se habían manifestado en contra de entrar a la Unión Europea, y acá surge lo que yo siempre digo, y esto no tiene nada que ver con el Papa, esto es Cristina Fernández de Kirchner, presidenta de la Argentina: el doble estándar”, mencionó.
Y comparó con las posiciones argentinas en la materia, que no cambian según la conveniencia. “Sin embargo, las principales potencias que nos objetan esto votaron totalmente a favor o en contra ahora de los plebiscitos de autodeterminación. Esto revela que no se puede seguir tratando de presentarse como los garantes de una gobernanza, de un gobierno global, cuando se toman los criterios según cuál es el país, si el que hace el plebiscito para la autodeterminación es Crimea, está mal; si los que quieren hacer un plebiscito para la autodeterminación en Malvinas son los kelpers, está bien. No resiste ningún análisis”, agregó.
En su visita del 18 de marzo del año pasado, la Presidenta le había pedido a Francisco que intermediara para que el Reino Unido aceptara sentarse a dialogar por las Malvinas, tal como lo establecen las resoluciones de las Naciones Unidas. Sin embargo, CFK dijo ayer que la cuestión no se mencionó, así como tampoco se hizo referencia a ningún otro conflicto puntual que estuviera sucediendo en este momento, como el caso de Venezuela.
Con todo, circuló una versión de que habría habido algún diálogo sobre las Malvinas, pero no en el almuerzo del Papa y Cristina Kirchner, sino en el encuentro paralelo de los funcionarios en el otro salón, encabezados por el secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, y el canciller argentino, Héctor Timerman. La versión sostenía que en la conversación se habría analizado la posibilidad de que la Iglesia Católica de las Islas Malvinas –hay una en Puerto Argentino, Saint Mary Church, en una mayoría de habitantes anglicanos– dejara de pertenecer a la jurisdicción de la curia británica y pasara a la argentina o, en su defecto, directamente a la del Vaticano. Fuentes de la comitiva argentina aseguraron que el tema no se trató. No obstante, hubo quienes reconocieron que esa idea existe, aunque el proyecto no es nuevo.
El líder de la oposición laborista Jeremy Corbyn calificó de "ridículo" que Gran Bretaña sostenga un "enorme conflicto con Argentina sobre las islas que están enfrente de las costas argentinas" y solicitó que una solución diplomática. Respecto de los kelpers, el dirigente sostuvo que deberán "una enorme voz" dentro de ese proceso de diálogo.
El líder opositor se refirió a la disputa por la soberanía sobre las Islas Malvinas y señaló que “que tiene que haber una discusión sobre cómo se puede crear algún arreglo razonable con Argentina".
En declaraciones a la cadena pública británica BBC difundidas por la agencia EFE, el parlamentario consideró “ridículo que en el siglo XXI nos metamos en algún enorme conflicto con Argentina sobre las islas que están enfrente (de las costas argentinas)" y resaltó su posición a favor de un diálogo que resuelva por la vía diplomática la demanda de soberanía de nuestro país sobre el archipiélago.
Al ser consultado sobre el papel que tienen los isleños en el debate, consideró que “tienen una enorme voz” y abogó por un “diálogo sensato” como “ocurrió en el pasado y estoy seguro de que puede pasar otra vez".
Los habitantes de las islas "tienen el derecho de quedarse dónde están, tienen el derecho a decidir sobre su propio futuro y eso será parte de ello. Tengamos una discusión y no establezcamos agendas previas", puntualizó el líder de la oposición británica.
Cameron desalienta a Macri: "Las Islas Malvinas seguirán siendo británicas"
Publicado: 22 ene 2016 03:36 GMT
El presidente argentino ha señalado que quería suavizar las tensiones en torno a la soberanía de las islas.
Reuters / Marcos Brindicci
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El primer ministro británico David Cameron se reunió este jueves con el presidente de Argentina, Mauricio Macri, en el Foro de Davos en Suiza y le dijo que las disputadas Islas Malvinas permanecerán inequívocamente bajo soberanía británica, informa el periódico 'Mirror'.
Un portavoz de Cameron en Downing Street, ha comentado al diario que la postura del premier en la materia era cristalina. "El primer ministro ha mostrado claramente que nuestra posición sigue siendo la misma y que el reciente referéndum era absolutamente claro en el deseo de los isleños a seguir siendo británicos", dijo el vocero.
Londres ha añadido que el mandatario de Argentina indicó que quería suavizar las tensiones sobre el tema. "Es evidente que el nuevo presidente ha entrado y ha señalado que está dispuesto a tener una mejor relación en torno a las Malvinas", dijo.
De acuerdo con los informes, Macri y Cameron también discutieron en Davos sobre reformas económicas, comercio e inversión.
El 4 de enero, el nuevo gobierno del presidente Mauricio Macri dio a conocer su primera declaración oficial sobre las islas. "Durante décadas, la comunidad internacional ha considerado la cuestión de las Malvinas como un colonialismo que debe ser detenido y ha instado a Argentina y al Reino Unido a encontrar una solución pacífica y duradera a la disputa de soberanía a través de negociaciones bilaterales", dijo el Ministerio de Relaciones Exteriores de Argentina.
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Y el ignorantón Macri no se da cuenta de que EEUU siempre estará del lado de Inglaterra respecto a la Islas Malvinas ....pero como buen arrodillado facho seguirá de lacayo del Imperio .... ello más que incapacidad me huele es a traición a la Patria .-
La CIA evaluó en 1982 entregar las Islas Malvinas a la Argentina
Publicado: 20 ene 2017 23:52 GMT
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Salen a la luz unos documentos desclasificados de la agencia de inteligencia de EE.UU. en los que se que planteaba devolver la soberanía sobre el archipiélago al país sudamericano.
La Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. (CIA, por sus siglas en inglés) desclasificó recientemente unos documentos en los que se revelan los planes alternativos del Gobierno estadounidense para resolver el conflicto bélico que en 1982 enfrentó al Reino Unido y Argentina por la soberanía de la Islas Malvinas.
La idea de Washington era relocalizar a los isleños en algún lugar del Gran Bretaña -posiblemente en Escocia- y entregar el control del archipiélago a Buenos Aires.
Asimismo, señala el medio de comunicación, EE.UU. advirtió que Londres "subestimaba" a las Fuerzas Armadas argentinas, por lo que ofrecía una opción diferente antes de entablar una guerra.
El plan paso por paso
En concreto, la propuesta estadounidense, impulsada por el presidente del Consejo Nacional de Inteligencia de aquel entonces, Henry Rowen, planteaba que "por un período de tres años" se les daría a los habitantes de las Islas Malvinas la opción de quedarse en el archipiélago -y convertirse en ciudadanos argentinos- o "reubicarse en un área de jurisdicción británica, en el Reino Unido o en cualquier otro lugar bajo soberanía británica".
Asimismo, se le pagaría a cada 'kelper' (como se conoce popularmente en Argentina a los habitantes de las islas) 100.000 dólares para facilitar su reubicación. El documento indicaba que era "probable que muchos residentes encontraran este incentivo suficiente para trasladarse a algún otro lugar, tal vez en Escocia o en otros lugares donde las condiciones pueden ser similares a las Islas Malvinas". Además sostenía que el costo de relocalizar a los isleños no excedería la mitad de lo que gastaría Reino Unido en enviar tropas al Atlántico Sur.
Finalmente, el proyecto se completaba señalando que Argentina debería pagar a Londres penalidades por la invasión sucedida el 2 de abril de 1982, retirar las tropas inmediatamente y enviar un negociador a las islas que no sería considerado "embajador ni gobernador" pero que actuaría de enlace con los británicos residentes en el archipiélago.
Lo que hasta el momento se desconoce es por qué finalmente el plan no se aplicó, aunque lo probable es que fuera debido a la negativa británica. Es por ello que EE.UU., violando el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) -creado en el marco de la Guerra Fría y que obliga a todos los países americanos a defenderse entre sí en caso de un conflicto militar-, terminó apoyando al Reino Unido, que en poco más de dos meses se impuso sobre los soldados argentinos. La guerra finalizó el 14 de junio de 1982 dejando como saldo la muerte de 649 militares argentinos, 255 británicos y 3 civiles isleños.