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General: Wikileaks .... torturas de USA .... lesa humanidad ... miedo yanky por revelacio
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De: Ruben1919 (Mensaje original) |
Enviado: 24/10/2010 13:27 |
Los informes, apoyados por evidencias médicas, describen a prisioneros con los ojos vendados, maniatados y recibiendo golpes, latigazos y descargas. Estos hechos eran todos conocidos por EEUU.
Wikileaks publicó 391 832 documentos secretos sobre la guerra de Iraq, donde además del uso sistemático de torturas, contabilizan 109 000 muertos en ese país entre 2003 y 2009 -el 63% de ellos, civiles. Oficiales británicos y estadounidenses insistían hasta ahora en que no había registro oficial de las víctimas, pero los documentos fijan en 66.081 los no combatientes muertos de un total de 109 000 bajas durante los seis años estudiados.
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Estados Unidos, efectivamente, se opone al registro de la información”. Es la respuesta ofrecida por Interpol al requerimiento del juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz en el que preguntaba por los motivos por los que el organismo de coordinación policial se negaba a incluir en sus listas de delincuentes buscados a los tres militares estadounidenses que dispararon contra el hotel Palestina, en Bagdad, y produjeron la muerte del periodista español José Couso, el 8 de abril de 2003.
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De: Matilda |
Enviado: 24/10/2010 14:21 |
Oh bueno, pero hay varios que afirman que "otra cosa es la política yanqui en el exterior", como si los ASESINOS, LOS VIOLADORES,LOS TORTURADORES, fueran menos ASESINOS, MENOS TORTURADORES Y MENOS VIOLADORES ,porque anden cagando por el mundo, ASESINANDO ,TORTURANDO Y VIOLANDO POR EL MUNDO,PARA "TRAER EL PAN A CASA" y uno se comiera ese pan manchado de sangre tan tranquilo e hipócrita como si viera volar una mosca.
Y lo que es más asqueante todavía, que luego se pusiera uno a disertar,levantando el dedo acusador,hipócrita,mientras eructa la harta comida que de allí proviene.Qué naúsea!
matilda |
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Olga Rodríguez
Periodismo humano
Cada vez mueren más civiles en las guerras y menos militares. El contraste entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial es sobrecogedor: solamente el 5% de las víctimas de la Primera eran civiles; en la Segunda, el porcentaje se elevó hasta el 66%. Y en la actualidad la proporción de víctimas civiles de cualquier guerra se sitúa entre el 80 y 90% del total, según los datos que el historiador británico Eric Hobsbawn ofrece en su libro “ Guerra y paz en el siglo XXI”.
Irak es buen ejemplo de ello. Por si alguien tenía aún dudas, Wikileaks ha revelado el modus operandi de las tropas estadounidenses en Irak.
Con la salida a la luz de los documentos filtrados por Wikileaks sabemos que el Pentágono ocultó cifras de muertos civiles, que las tropas estadounidenses siguieron permitiendo torturas y abusos hasta 2009 o que mataron a 681 civiles solo en los controles de seguridad.
Es intolerable que las potencias actúen movidas por el principio del intercambio: unas cuantas muertes a causa de la victoria. Resulta infame y escalofriante esa operación de contabilidad que da la espalda a un principio moralmente real: que el dolor es absolutamente irreparable. Lo explica muy bien Rafael Sánchez Ferlosio en su libro “Sobre la guerra”. Nadie gana si la muerte vence. Y eso ocurre en las guerras. La muerte, la destrucción, el agotamiento moral y psicológico, arrasan a generaciones enteras.
La guerra, se haga en nombre de lo se haga, pisotea a los seres humanos y convierte a algunos en monstruos capaces de dar la vuelta a la realidad, como ha hecho el Pentágono, empeñado en demonizar y criminalizar a Wikileaks.
“Tengo la firme convicción de que debemos condenar en los términos más claros posibles la difusión de cualquier información, por parte de individuos u organizaciones, que ponga en peligro la vida de los soldados o civiles de Estados Unidos y de sus aliados”, ha declarado la Secretaria de Estado Hillary Clinton.
Lo absolutamente preocupante es que este mensaje cale en la sociedad y que sean muchos los ciudadanos que, como obedientes y fieles servidores de Washington, se preocupen más por el hipotético riesgo del que habla Clinton que por las decenas de miles de iraquíes civiles muertos o torturados en Irak.
El Pentágono califica de ilegítima la publicación de Wikileaks que prueba sus actuaciones criminales. Y sin embargo tiene la desfachatez de considerar legítimo ocultar la verdad al mundo, cuando esta verdad contiene crímenes. De este modo Washington pone en riesgo la base del periodismo: la de la información real como bien público por encima de intereses particulares, como pilar básico de las sociedades libres y democráticas.
Algo pasa en el planeta y en las redacciones de buena parte de los medios de comunicación, capaces de guiarse y de creer al Pentágono hasta el punto de repetir textualmente el contenido de sus notas de prensa.
Algo pasa cuando muchos no dudan de las afirmaciones del Ejército estadounidense pero sí de las del fundador de Wikileaks, Julian Assange, que no ha matado a nadie, y menos a nadie inocente.
Siguiendo esta dinámica no faltará mucho para que creamos que si matan a siete de los nuestros es por una razón de peso; que si asesinan a quince es porque algo habrían hecho mal; que si acaban con otros veinte es por nuestro propio bien.
El periodismo de investigación, ahora más que nunca, es necesario. Como decía Albert Camus, hay épocas en las que toda indiferencia es criminal.
Si a alguien le cabe alguna duda, quizá pueda disiparla viendo, si es que aún no lo ha hecho, el vídeo que muestra la masacre de doce civiles iraquíes, entre ellos dos periodistas, por parte del Ejército estadounidense. En la misma operación dos niños resultaron heridos. Los propios militares estadounidenses que les dispararon se negaron a socorrerlos.
Tras la difusión pública de ese vídeo no se organizaron cumbres internacionales para pedir perdón, asumir responsabilidades, crear tribunales especiales, reprogramar las conductas de las potencias bélicas ni para tumbar a sus dirigentes en el diván de un psicoanalista.
Ahora, con la publicación de nuevos documentos sobre Irak, los líderes de los países involucrados tienen una oportunidad de entonar el mea culpa. Pero como es muy probable que eso no ocurra, será fundamental el papel que desempeñen las organizaciones no gubernamentales, instituciones, jueces y sociedad civil en general con el objetivo de que los crímenes cometidos en Irak no queden impunes. Porque solo la Justicia puede garantizar que la historia no se repita"
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Rubén |
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¿Quién teme a Wikileaks?
La Vanguardia
Tenía que ocurrir. Los gobiernos llevaban tiempo preocupados con su pérdida de control de la información en el mundo de internet. Ya les molestaba la libertad de prensa. Pero habían aprendido a convivir con los medios tradicionales. En cambio, el ciberespacio, poblado de fuentes autónomas de información, es una amenaza decisiva a esa capacidad de silenciar en la que se ha fundado siempre la dominación. Si no sabemos lo que pasa, aunque nos lo temamos, los gobernantes tienen las manos libres para robar y amnistiarse mutuamente como en Francia o Italia o para masacrar a miles de civiles y dejar curso a la tortura como EE.UU. en Iraq y Afganistán. De ahí la alarma de las élites políticas y mediáticas ante la publicación de centenares de miles de documentos originales incriminatorios para los poderes fácticos en EE.UU. y en otros muchos países por Wikileaks. Se trata de un medio de comunicación por internet, creado en el 2007, publicado por una fundación sin ánimo de lucro legalmente registrada en Alemania pero que opera desde Suecia. Cuenta con 5 empleados permanentes, unos 800 colaboradores ocasionales y cientos de voluntarios repartidos por todo el mundo: periodistas, informáticos, ingenieros y abogados, muchos abogados para preparar su defensa contra lo que sabían que se les venía encima.
Su presupuesto anual es de unos 300 millones de euros, producto de donaciones, cada vez más confidenciales, aunque algunas son de fuentes como Associated Press. Se inició por parte de disidentes chinos con apoyos en empresas de internet de Taiwán, pero poco a poco recibió el impulso de activistas de internet y defensores de la comunicación libre unidos en una misma causa global: obtener y difundir la información más secreta que gobiernos, corporaciones y, a veces, medios de comunicación ocultan a los ciudadanos. La mayor parte de la información la reciben, generalmente por internet, mediante el uso de mensajes encriptados con una avanzadísima tecnología de encriptación cuyo uso facilitan a quienes les quieren enviar la información siguiendo sus consejos, o sea, desde cibercafés o puntos calientes de wi-fi, lo más lejos posible de sus lugares habituales. Aconsejan no escribir a ninguna dirección que tenga la palabra wiki, sino utilizar otras que facilitan regularmente (tal como http//destiny. mooo.com). A pesar del asedio que han recibido desde su origen, han ido denunciando corrupción, abusos, tortura ymatanzas en todo el mundo, desde el presidente de Kenia hasta el lavado de dinero en Suiza o a las atrocidades en las guerras de EE.UU. Han recibido numerosos premios internacionales de reconocimiento a su labor, incluyendo los de The Economist y de Amnistía Internacional. Es precisamente ese creciente prestigio de profesionalidad el que preocupa en las alturas. Porque la línea de defensa contra las webs autónomas en internet es negarles credibilidad. Pero los 70.000 documentos publicados en julio sobre la guerra de Afganistán o los 400.000 sobre Iraq difundidos ahora son documentos originales, la mayoría procedentes de soldados estadounidenses o de informes militares confidenciales. En algunos casos, filtrados por soldados y agentes de seguridad estadounidenses, tres de los cuales están en la cárcel. Wikileaks tiene un sistema de verificación que incluye el envío de reporteros suyos a Iraq, donde entrevistan a supervivientes y consultan archivos.
De hecho, los ataques contra Wikileaks no cuestionan su veracidad, sino que critican el hecho de su difusión, so pretexto de que ponen en peligro la seguridad de las tropas y ciudadanos. La respuesta de Wikileaks: se borran los nombres y otras señas de identificación y se difunden documentos sobre hechos pasados, de modo que es improbable que puedan peligrar operaciones actuales. Aun así, Hillary Clinton ha condenado la publicación sin comentar la ocultación de miles de muertos civiles y las prácticas de tortura que revelan los documentos. Al menos, Nick Clegg, el viceprimer ministro británico, ha censurado el método pero ha pedido una investigación sobre los hechos.
Pero lo más extraordinario es que algunos medios de comunicación están colaborando con el ataque que los servicios de inteligencia han lanzado contra Julian Assange, director de Wikileaks. Incluso un comentario editorial de Fox News aboga por su asesinato. Y sin ir tan lejos, John Burns, en The New York Times, intenta mezclarlo todo en una niebla respecto al personaje de Assange. Es irónico que lo haga este periodista buen colega de Judy Miller, la reportera de The Times que informó, consciente de que era mentira, del descubrimiento de armas de destrucción masiva (véase la película La zona verde).
Esa es la más vieja táctica mediática: para que se olviden del mensaje: atacar al mensajero. Eso hizo Nixon en 1971 con Daniel Ellsberg, el que publicó los famosos papeles del Pentágono que expusieron los crímenes en Vietnam y cambiaron la opinión pública sobre la guerra. Por eso Ellsberg aparece en conferencias de prensa junto con Assange. Personaje de novela, el australiano Assange pasó buena parte de sus 39 años cambiando de lugar desde niño y, usando sus dotes matemáticas, haciendo activismo hacker para causas políticas y de denuncia. Ahora más que nunca está en semiclandestinidad, moviéndose de un país a otro, viviendo en aeropuertos y evitando países donde se buscan pretextos para detenerlo. Por eso surgió en Suecia, donde se encuentra más libre, una querella por violación que luego fue desestimada por la juez (relean el principio de la novela de Stieg Larsson y verán una extraña coincidencia). Y es que es el Partido Pirata de Suecia (10% de votos en las elecciones europeas) el que está protegiendo a Wikileaks, dejándoles su servidor central encerrado en un búnker bajo tierra a prueba de toda interferencia.
El drama no ha hecho más que empezar. Una organización de comunicación libre, basada en el trabajo voluntario de periodistas y tecnólogos, como depositaria y transmisora de quienes quieren revelar anónimamente los secretos de un mundo podrido, enfrentada a aquellos que no se avergüenzan de las atrocidades que cometen pero sí se alarman de que sus fechorías sean conocidas por quienes los elegimos y les pagamos. Continuará..- Rubén .
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Para la izquierda ... aunque algunos digan que no existe ....la política es un gesto amoroso para con el pueblo , como decía Gandhi .- Rubén .
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LA CONFESION DE BUSH ...
Para Amnistía Internacional las memorias de W. Bush son una confesión
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Amnesty Internacional llamó al gobierno estadounidense a enjuiciar al ex presidente George W. Bush, que en sus memorias publicadas ayer cuenta que ordenó someter a prisioneros interrogados a la “simulación de ahogamiento”, hoy considerada tortura por la CIA. “La confesión del presidente Bush es suficiente para desencadenar la obligación internacional que tiene Estados Unidos de investigar esta confesión y de demandarlo ante la Justicia”, dijo Rob Freer, jerarca de Amnesty Internacional.
En el libro, el ex presidente reconoce haber ordenado someter al submarino al cerebro de los atentados del 9/11, Jaled Cheij Mohammed. Fue “difícil desmoronarlo”, agrega Bush. “Pero cuando lo hizo, nos reveló muchas cosas”. Bush afirma que, según su departamento de Justicia, el “submarino” no era una tortura. Sin embargo, actualmente la CIA considera que el “submarino” es una tortura y haber sometido a él a los prisioneros, “un error”.
Por su parte, el representante estadounidense Jerrold Nadler dijo estar “escandalizado” por las revelaciones de Bush y llamó al secretario de Justicia, Eric Holder, a nombrar un procurador especial para investigar los hechos. En una entrevista con la cadena de noticias NBC, el ex mandatario justificó sus métodos diciendo: “No hay duda de que el procedimiento era duro, pero expertos médicos aseguraron a la CIA que no producía daños permanentes. Hubiera preferido lograr la información de otra forma”.
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De: Amaly |
Enviado: 11/11/2010 12:43 |
Ante esta información constatada, que callaitos está los "derechones" Estarán buscando mentiras por ahí.
Amaly
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“Ese es el discurso que ha tenido (EEUU) para invadir a Iraq, Vietnam o América Latina. Siempre se trata de salvar a alguien, aunque en realidad defienden sus propios intereses… Hay un dato que lo explica todo. Ahora todas las compañías de petróleo de Iraq son privadas y muchas las ha conseguido Halliburton, la sociedad de ex presidente Dick Cheney. Invadieron Iraq para robar a las compañías petrolíferas”, afirma Sami Naïr, sociólogo, filósofo y catedrático argelino.
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El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, anunció hoy que su organización tiene intención de revelar próximamente nuevos documentos secretos que afectan no sólo a EE.UU., sino a otros países, semanas después de sacar a la luz 400.000 escritos relacionados con la guerra de Iraq. “Desde abril sólo hemos publicado documentos relacionados con Estados Unidos y eso se debe a que vamos publicando por orden de importancia porque tenemos recursos limitados”, dijo Assange en una conferencia de prensa en Ginebra.
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